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    Tener fe en tu Dominante conlleva no tener miedo

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    Mi primer sometido es mi control, siempre está a mi servicio

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    Manejar el silencio es más difícil que manejar el látigo

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    Mi alma necesita tanto mimo como mi cuerpo castigo

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    Después de una sesión, la mano que te domina te debe acariciar

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    El precio de Dominar es la responsabilidad

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SrPERSEO
Cual es mi mayor placer, que llegar y verte toda entregada, al placer, la lujuria que ambos amamos,tanto deseamos y esperamos impacientes, llegue ese momento en el que, tu espera se hace eterna deseosa, de que te posea, haga mía y juegue con tus sentidos y mayores placeres, que larga y eterna se te hace dicha espera, la cual acabara teniendo su recompensa, servirme es tu decisión y tu mayor placer, pero también es mi mayor orgullo, tenerte  sabedor de que eres mía, por propia decisión tuya, que me eres leal, fiel entrega la tuya, que me deseas como yo a ti, que te gusta desafiarme por el mero echo de jugar, de rozando la insolencia, los limites que también marcados, sabemos ambos donde están los cuales nos llevan al frenesí, de nuestros mas oscuros deseos, ardientes y pasionales donde se llegan a rozar los limites insospechados de la lujuria, yo a ti te lo dedico mi pequeña flor, la cual me hace levantarme cada día con pasión y orgullo, a ti desconocida y a la vez no tanto a ti y por ti mi orgullo de ser y existir.Sentir sin tenerte deseos y esperanzas en ti perdida y alejada de mi te espero sin prisas.
                    
SrPERSEO May 25 '15 · Comentarios: 3
SrPERSEO
Cuantas veces nos hemos parado y pensado merecera la pena, sacrificios tras sacrificios, para que luego no seamos deseados, felices, dichosos con los caminos, que libremente escojamos. Para que merece la pena no es como lo imaginaba, ni habían contado, merezco sufrir así.
Todas estas preguntas, alguna vez nos la hemos planteado, a mi mucha de la gente que he tutoreado, ayudado en una duda, conflicto interior, o incluso estreno, son muchas las dudas incógnitas que nos surgen, durante nuestro largo camino en la vida, muchas de ellas se resuelven por si solas, otras por desgracia no y sin ayuda muchas veces, nos enfrentamos a ellas con cobardía o valentía, pero hemos de acrelas frente, ser fuertes y mirar hacia la meta que nos hemos marcado,nuestra propia felicidad depende de que nos aceptemos, como somos los unos a los otros, sentir de verdad es doloroso peor placentero.
Elige tu camino y síguelo estará lleno de baches pero lograras al llegar ser feliz y disfrutarlo por que durante el trayecto habrás aprendido valiosas lecciones.

SrPERSEO May 24 '15 · Comentarios: 1
Ades_y_roxanne
Llegó a mi lado con una tira estrecha de seda negra entre las manos. No hizo falta más, no necesitó verbalizar su orden, tan solo extender las manos en mi dirección para que cogiese la suave tela y me cubriese los ojos con ella. 


En el momento en que todo quedó a oscuras, suspiré, relajada, confiada, tranquila, entregada. Tuve constancia de que estaba en su poder y me encantó. 


Siguiendo las órdenes que me dictaban sus manos me fui reclinando en el colchón, me puso en cruz y tras unos instantes empecé a sentir la aspereza de una cuerda rodeándome la muñeca. Instintivamente tragué saliva. Sus manos siguieron vistiendo de yute, además de mis muñecas, mis tobillos, quedándome totalmente expuestas a sus deseos. 


Respiré varias veces para colmar mis pulmones del oxígeno que tanto necesitaban. Me sentía dulcemente nerviosa y expectante, además de excitada. 

El silencio era atronador, en mis oídos no escuchaba nada más que el sonido de mi corazón golpeándome el pecho de forma desbocada. 


Llevaba ya unos segundos concentrada en intentar calmarme cuando sentí en mi cuerpo un frío álgido que solo duró unos segundos antes de ser aplacado por su lengua lasciva. 


A esa gota le siguieron más, sucedidas por el correspondiente grito ahogado convertido en gemido cuando su boca, su fuego abrasador, sustituía el frío del hielo. 


Mis labios pronunciaban su nombre desesperados, intentaba, en vano, moverme, pues sabía que estaba firmemente anclada a la cama; al igual que un barco en el puerto en días de tormenta. 


Cuando soltó mis pies y mis manos no lo dudé, ni siquiera me quité la venda, tan solo quería agradecerle todo el placer que Él me había proporcionado. Me puse de rodillas sobre el colchón, consciente en todo momento de sus ojos sobre mi cuerpo, me senté sobre los talones, coloqué las manos sobre los muslos con las palmas hacia arriba, en señal de entrega, y agaché la cabeza. Así, agradecida y entregada dije lo que llevaba tiempo deseando expresar. 

- Tómeme, Mi Señor, como quiera, soy toda suya. 


roxanne. 


                    .  

Ades_y_roxanne May 23 '15 · Comentarios: 3 · Etiquetas: pasion, relatos, juegos, hielo, pasión
aloma36

Me imaginaba…arrodillada ante ti, ansiosa, expectante, caliente…y tú, tranquilo, impasible, controlando la situación con esa voz fuerte y pausada. Tu voz...


Te imaginaba...cogiéndome del pelo mientras me decías “eres Mi perra, lo sabes. Mírame a los ojos y dime lo que eres”.


Me imaginaba…atreviéndome a hacerlo, con la cabeza bien alta, orgullosa. Mantenerte la mirada y decirte que lo soy, que soy Tu perra, que eso es lo que deseo. Ser Tu perra, ser Tuya.


Te imaginaba…tus grandes y fuertes manos en mi cuello, tus caricias recorriendo mi cuerpo, tus dedos introduciéndose en mi boca.  Deseo… chuparte, besarte.


Me imaginaba…paseando por tu pecho con mi lengua, lamer cada centímetro de ti…adorarte.


Te imaginaba…dándote placer, recibiendo tu esencia, complaciéndote en todos tus caprichos, haciendo realidad tus deseos. Bajo tu voluntad.


Me imaginaba…agradecida, agotada, cubierta por Tus marcas, totalmente entregada y feliz porque eras el dueño de mi placer y me liberabas.


Tú, mi Señor, mi Amo al fin.

El único.


Me imaginaba, te imaginaba...No pudo ser.


aloma36 May 21 '15 · Calificar: 4 · Comentarios: 8
Duquexx



La descubrí un día del mes de febrero vagando sola por el bosque. La vi de lejos andando ligera y valiente entre las sombras de los árboles, que se movían a su alrededor empujados por un viento lleno de misterioso.  Me mantuve en silencio tras unas zarzas para no perder  detalle de ella. Al compás de sus pasos casi aéreos pude ver su cuerpo repleto de curvas infinitas y  tres gatos revoltosos siguiéndola. Uno negro,  otro gris y por último otro de color blanco que en ocasiones se quedaba inmóvil como una porcelana, vigilándola en la distancia.  De vez en cuando  se acercaban a ella y saltaban a sus brazos celosos de sus mimos, y como por arte de magia desaparecían fundiéndose con su cuerpo.  Cuando tomó una curva cerrada del camino  la contemplé desde más cerca a través de la oquedad de un árbol, y vi por primera vez su piel de luna y una mirada perdida diseñada seguramente por un dios melancólico. La seguí largo tiempo en la distancia hasta que se detuvo en un claro del bosque. Un círculo casi perfecto de diez metros de diámetro en mitad de la nada, que seguramente ella conocía de antemano. Escondido en  la oscuridad del hayedo pude ver como se agachaba y recogía margaritas blancas del suelo. Hizo con ellas una pequeña guirnalda de flores  y se coronó la cabeza.  A continuación  se arrodilló dejando caer sus nalgas desnudas sobre los talones, y en esa posición se quedó inmóvil con la espalda bien recta, las manos abiertas sobre sus piernas y la cabeza inclinada hacia su pecho. En ese momento las nubes que cubrían el cielo dieron paso al sol, y sus rayos envolvieron  su cuerpo bañándolo con una luz  tan intensa que cegó por completo mis ojos durante unos segundos.  Cuando las nubes volvieron a  tapar el sol y por fin pude mirar, descubrí con sorpresa que había desaparecido. Salí de mi escondite echándola de menos,  me acerqué al centro del claro, y solo pude percibir de ella un leve olor a vainilla que perfumaba el aire que me rodeaba.



Al día siguiente volví al bosque. Esperé en el mismo lugar donde la había visto por primera vez. Quería raptar su alma y encadenar su cuerpo al mío aunque no sabía aún como lo haría. Entonces apareció  de nuevo acompañada por sus gatos que iban dando brincos a su alrededor, intentando dar caza a las mariposas que levantaban el vuelo a su paso. Desnuda de ropa como la había visto el día anterior, se acercó de nuevo al claro del bosque, y allí siguiendo un ritual mágico se tumbo en la hierba boca arriba. Abrió  sus piernas y  brazos,  y dejó que los rayos de luz la poseyeran. Yo la observaba fascinado a escasos metros de distancia. Pude contar cada uno de sus lunares, y pude ver su humedad brillando al sol asomada a las puertas de su vagina. Así se quedó por lo menos media hora, inmóvil, profundamente dormida, mientras sus gatos hacían guardia en círculo, y yo no podía dejar de mirar un instante. Fue entonces cuando hoy ruidos a mi alrededor y asustado volví  la vista  a mi espalda. Y  descubrí con sorpresa a su gato blanco mirándome fijamente, inmóvil como una estatua, como lo hacia con ella habitualmente, con unos ojos que nunca olvidaré, hipnóticos, profundos  y muy extraños. No sé como llegué al claro, solo sé que cuando tome conciencia de la realidad que me rodeaba estaba sobre ella. La penetraba furioso, de forma salvaje, poseído por una fuerza que no era capaz de controlar, mientras ella permanencia quieta formando una cruz con sus brazos y piernas. Es como si yo hubiera sido elegido por un ser superior o por el mismo sol para tomarla y poseerla en su lugar. Finalmente caí rendido abrazado a su cuerpo, y me fundí con ella en un beso profundo y largo hasta acabar dormido. Cuando me levanté solo quedaba de su presencia ese aroma a vainilla que ahora perfumaba también mi piel. Mire a mi alrededor temeroso de haberla perdido y pude ver como desaparecía a lo lejos entre los arboles. Me levanté corriendo, vistiéndome  como pude, y la seguí a distancia durante horas sin darme cuenta que la noche se me había echado casi encima.  Apenas ya una sombra a lo lejos, me condujo hasta un lugar donde los árboles eran gruesos y muy extraños. Parecían casi humanos, y sus formas me recordaban anatomías de hombres y mujeres revueltas y anudadas. La seguí por un sendero estrecho hasta llegar finalmente a un castaño majestuoso que asomaba en solitario. Pude observar su copa dibujada sobre  un cielo adornado por una luna llena de gran tamaño, que me permitió verla ya con más claridad. Daba la sensación de que su cuerpo desnudo era casi etéreo y transparente.  Se dirigió hacia el árbol despacio, como si para ella no existiera la gravedad, y cuando lo tuvo al lado se abrazo a él con fuerza. Así permaneció un largo rato, contrastando su piel de luna con el color oscuro del tronco,  hasta que finalmente se fue fundiendo gradualmente con él, desapareciendo por completo.


Después de aquella noche ya no volví a verla nunca más. La busqué repetidamente en el claro del bosque y en el árbol donde la vi desaparecer aquel día. Intenté encontrar sin resultados algún pasadizo secreto en su tronco que me llevara a ella, pero nunca hallé nada. Han pasado más de cincuenta años desde entonces y mi piel llena de arrugas se asemeja a la corteza del castaño que tantas veces he visitado. He creído verla en  sus raíces retorcidas muchas veces  y en las formas de su tronco, y a veces cuando paso la tarde al pie del árbol la imagino  columpiándose  sobre sus ramas, rodeada de sus gatos juguetones.  Dice una leyenda que cuando el viento bate las ramas de los arboles,  los sonidos que surgen   son palabras de un lenguaje mágico y ancestral que no entendemos.  El árbol  absorbe las emociones de todo aquel que lo haya abrazado alguna vez a lo largo de su vida, las metaboliza  y  las transmite a su manera. Por eso sé  que ella me habla al oído cada vez que me acerco al castaño, y en el murmullo de sus hojas sigo  oyendo sus gemidos de aquel día. Cuando miro el árbol me doy cuenta de su naturaleza casi  humana, y la siento cerca. Cuando recuesto mi cabeza en sus grandes raíces curvas sé que lo hago sobre sus caderas.  Si acaricio sus nudos noto sus pechos bajo mis manos. Y si lo abrazo aunque haga frío, siento que está caliente como una amante desnuda.  Sus ramas me llaman, me suplican y me  abrazan. Y si hay viento danzan para mí, como lo habría hecho ella si hoy estuviera conmigo.



Duquexx May 20 '15 · Comentarios: 5
sherezade1001noches
El hombre, para los renacentistas, era la medida de todas las cosas. Pasó de ser un dios al que conocían, básicamente, por la mala leche que se gastaba en el Antiguo Testamento (un dios terrible, vengativo e iracundo) a ser el hombre.


Y cuando digo esa palabra me refiero a una persona del género masculino, porque las mujeres (a pesar de que dos tetas muevan más que dos carretas) pintaban menos que las monas.


Cuando alguien entra en el mundo del BDSM también tiene un cambio sustancial en torno a la unidad de medida. Normalmente, quiero decir, pasa de ser la unidad propia a la ajena, sea cual sea el rol que se sienta y/o desempeñe.


La persona sumisa centra esa medición en el Dominante, y las cosas pasan a verse con esos ojos que ya no miran desde la cara que una ostenta, sino desde la que tiene en frente; los oídos pasan a escuchar sonidos desde otro lado de esa cara que observa y no la que mira; los deseos pasan, de manera inexplicable, a centrarse en quien deseamos complacer porque, por obra y milagro de esa incorporación a la consciencia de nuestro propio deseo, es satisfacer al otro lo que nos llena.


En la persona Dominante también se producen cambios, o debería, porque si un Amo sigue creyendo que es Él y sólo Él la medida de todas las cosas, entonces, querida sumisa, querido sumiso, te espera una vida de mierda.


Hay mucha gente, muchísima, que ha cambiado esa medida. A mi me encanta observalos, me gusta ver esos detalles que demuestran la nueva unidad estandarizada.


Y, sobre todo, me gusta sentir que siempre hay alguien que es el número uno en la lista de otro alguien.


¡Feliz luna nueva!

Yin_Yang

Estoy sentada en el borde de la cama,  intento calmar la tensión  fumándome un cigarro. Me quedo mirando el móvil… está a punto de sonar. 


Miro en derredor para asegurarme de que todo está como él quiere. Y lo está, pero he olvidado algo importante, no tiene perdón ese fallo… y no sé cómo lo tomará. Pero, la verdad es que,  tampoco me preocupa demasiado… estoy más concentrada y preocupada en otras cosas…


Hoy voy a romper un límite… y lo tengo que conseguir. Tengo que anular totalmente mis pensamientos y concentrarme en mis sentimientos, y… así, dejarme llevar. Es la única manera…


Suena el móvil, es él… está llegando. Apago el cigarro y me levanto… ha llegado el momento. Salgo al rellano de la escalera. Me arrodillo, el suelo está frio y siento un escalofrío  por todo mi cuerpo… La puerta del garaje comienza a levantarse… ya está aquí.


Bajo el antifaz y siento como todo se apaga y los sentimientos empiezan a brotar. Busco el asa de la cadena y la sujeto con los dientes… así es como le gusta recogerla. Le oigo subir las escaleras… Respiro fuerte… le siento ante mí.


Apenas me roza recogiendo la cadena y siento como tira de ella para que vaya tras él… le sigo…estoy tensa…  se sienta en el borde de la cama y me acaricia… me abrazo a él y entonces, toda la tensión se desvanece y… siento… ya no pienso, todo ha desaparecido… solo siento… 


Y  sonrío feliz porque…  sé que lo voy a conseguir.


  




Yin_Yang May 16 '15
lupita58

Y en ese momento lo sabes. Sabes que tenía que pasar, que todo tenía que ocurrir así. Porque las cosas importantes de la vida no son cosas, son momentos, recuerdos, sensaciones... 


Miradas silenciosas, sonrisas fugaces, jadeos en la noche, suspiros al amanecer... Palabras susurradas nunca antes pronunciadas pero a la vez tan y tan familiares. 


Son esas cosas que adoras recordar día a día porque en ellas, te encuentras a ti y sobre todo, le encuentras a él.


Y entiendes, que las cosas importantes en la vida, no son repetibles porque todo tiene su momento y aprendes, que las sensaciones son distintas esta vez... Más reales, más hermosas y más intensas.


Y entonces llega el instante en el que sientes un " click" en el que todo cambia, un momento en el que de repente, sientes que estás en casa, que todo cobra sentido a una velocidad frenética.


Y es en ese momento, en el que por fin comprendes que tenía que suceder así, que no podía ser antes y no podía ser después... Porque ahora te sientes bien, sientes que no hay prisa, que todo ha de llevar su ritmo porque estás relajada... Slow.


Y sabes y sientes que ahora ya, esa mochila no pesa como antes porque te has abierto a él, porque no solo le entregas lo fácil... El cuerpo. Porque a él, le has abierto tu mente, has dejado que acceda a ella, que te comprenda, que te conozca... Y lo importante es que ambos disfrutáis con ello.


Porque al llegar y acceder a ella, te sientes lista, preparada, feliz... Para entregarle lo que a nadie has querido antes entregar, tu alma.


Y sientes dentro de ti, una sensación muy agradable y constante... Eso, es la necesidad imperiosa de ser y estar, hacerle y ser feliz, verle y sonreír a cada momento y cuidarle y ser cuidada, sentirte protegida, amada...


Y al final, en esos momentos en los que él no está y piensas con claridad sobre todo, en esos momentos en los que pones en orden tus pensamientos y sobre todo tus sensaciones ...


Ahora, sabes a ciencia cierta que al haber sentido ese " click" lo que más deseas en la vida, es ser suya...


Tu niña...Tu putita



lupita58 May 15 '15 · Comentarios: 1
Duquexx




Abrí el cajón de la mesa de la cocina y cogí de su interior el cuchillo más grande que pude encontrar.  Afilé su hoja con el recuerdo de su corazón de piedra. En ese momento de mis ojos  brotaron mil lágrimas, una por cada una de las palizas recibidas  en mi cuerpo, una por cada una de las cicatrices que guardaba mi alma. Me acerqué a nuestra habitación envuelta  en la oscuridad, y besé por última vez su frente mientras dormía. Fue un adiós necesario y sin remordimientos. Después, como una loba clavé con todas mis fuerzas mi furia en su pecho. Entró de golpe y por sorpresa, cortando por lo sano los malos tratos, sajando de un plumazo el cordón umbilical que me unía a él. Fue como introducir salvajemente la llave correcta en la celda que me esclavizaba y abrir por fin su puerta, como clavar la bandera de la libertad en el patio de una cárcel. Su carne roja se abrió y al hacerlo crucé el umbral de la herida para poder vivir por fin una nueva vida. La sangre brotó abundantemente tiñendo las sábanas blancas. Yo la contemplaba fascinada como aquélla que contempla un milagro deseado, y me sentí como un Moisés que hace manar la esperanza de una roca. Nunca imaginé que alguien tan cruel y frío tuviera la sangre tan caliente y que su olor fuera tan dulce y agradable. Introduje los dedos de mis manos en el charco espeso que le rodeaba y tímidamente me los lleve a la boca. Los chupé, primero con un poco de repugnancia, más tarde, presa de un apetito  nacido del odio, relamí sus pliegues con la mayor de las lujurias. El dulce sabor de su sangre me indujo el mayor orgasmo mental que jamas había  tenido hasta entonces. Recogí cada gota formando un cáliz sagrado con las palmas de mis manos y me la bebí  a sorbos lentos. Fue como devorar su cuerpo muy despacio, miembro a miembro, para hacerme con su fuerza y su poder.  Me sentí renacer, plena, satisfecha, tan poderosa como una mantis religiosa. Ya no era víctima sino verdugo. En un instante me había convertido en dueña y señora de mi vida. Había sido una crisálida durante años, incapaz de reaccionar, encerrada en un calabozo que él había tejido a mí alrededor con sus desprecios y golpes, pero ahora era libre, libre como una mariposa.

 

A partir de aquel día, grabado en mi memoria como el primero de una nueva existencia, fui otra mujer. Ahora ya no pertenezco a nadie, nadie me manda. Yo dispongo, domino y utilizó a los hombres a mi antojo. Los uso para satisfacer mis instintos, los devoro y abandono después de conquistarlos. Los consumo  a medias y los tiro a la basura. Me hago con ellos en lotes de diez y los encelo. Los hago sufrir, los martirizo, los esclavizo. Como una serpiente pitón enredo sus cuerpos con mis caricias,los engullo, y más tarde saciados mis deseos regurgito sus huesos.  Su dolor es mi placer. 


No sé que os parecerá, pero así soy…  porque así me hicieron.


Alejandra


Duquexx May 12 '15 · Comentarios: 3
Ades_y_roxanne
Abro la ducha para que salga el agua mientras me desnudo lentamente, es justo lo que necesito. Dejo la ropa tirada por el suelo,un reflejo claro de mis sentimientos, esparcidos y sin conexión. Por fin me aventuro a meterme bajo la fina lluvia de agua caliente, dejándome caer contra la pared de azulejos que tengo justo a mi espalda. Están helados, pero no me importa, esa sensación contrasta con el calor abrasador y hace que me sienta un poco mejor.

Siento como el agua besa mis párpados cerrados para seguir hacia abajo, dibujando mis labios firmemente cerrados y recorriendo cada curva de mi cuerpo hasta terminar perdiéndose bajo mis pies en un entramado subterráneo de tuberías. Hasta ahí es donde espero que arrastre este sentimiento.

Me giro, apoyo los codos en la pared que antes soportaba todo mi peso y lloro. El sonido del agua al caer sobre mi cuerpo extenuado ahoga mis sollozos, pero para mí siguen siendo audibles. Las lágrimas se confunden con las gotitas a modo de perla que han quedado en mi cara y una neblina fina de vapor d agua me envuelve, me abraza. Pero sigo sin sentirme bien. No logro entender por qué me traiciona de ese modo, le he entregado todo y, sin embargo, Él me ha decepcionado. Haría cualquier cosa por Él, lo sabe.

De repente siento un escalofrío que me sacude de pies a cabeza igual que un terremoto.."haría cualquier cosa por ti" esas fueron también sus palabras. Pero ahora...¿Que siento ahora? Algo se ha roto, y para ese algo no sirven las tiritas. Sonrío ante el pensamiento que cruza mi mente, la canción de Alejandro Sanz, tiritas pa' este corazón partió'. No, definitivamente para esto no hay tiritas. Jamás le he pedido nada, tan sol esta vez, y ni siquiera lo ha pensado, su "no" ha sido rotundo. Yo lo habría hecho por Él, no tendría ni que habérmelo pedido, siempre lo elegiria .Pero ahora no esta aquí, conmigo, ha preferido estar en otra parte. No me estoy preparando para Él, para arrodillarme a sus pies, para servirlo... Me estoy preparando para ponerme un pijama y meterme en la cama.

Hoy no habrá espera, no habrá nervios ni cosquilleo en el estómago, hoy simplemente seremos mi soledad y yo. Pero,¿Qué pasará mañana? ¿Seré capaz de entregarme como siempre? ¿Sin sentir esta decepción que hoy me atormenta? ¿Será diferente? ¿Me sentiré lejos de Él? Demasiadas preguntas.

Empiezo a tener calambres en los brazos, no sé el tiempo que llevo así. Abro los ojos, veo mi piel enrojecida, el pelo mojado y pesado pegado a mi espalda, su contacto me asfixia, me incomoda, apago el agua y me envuelvo en una toalla.

No quiero más preguntas por hoy, mañana será otro dia , sí, mañana todo será diferente.

roxanne.
Ades_y_roxanne May 9 '15 · Calificar: 5 · Comentarios: 9 · Etiquetas: reflexiones
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