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    Tener fe en tu Dominante conlleva no tener miedo

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    Mi primer sometido es mi control, siempre está a mi servicio

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    Manejar el silencio es más difícil que manejar el látigo

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    Mi alma necesita tanto mimo como mi cuerpo castigo

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    Después de una sesión, la mano que te domina te debe acariciar

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    El precio de Dominar es la responsabilidad

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Resutados para la etiqueta: "miedo"
Steady
La fuerza de una Sumisa …

Cualquiera que todavía albergue la noción de que una mujer sumisa es debil, debería pensar en esto… :

En un mundo de hombres, existe el hombre dominante.
… Es el más poderoso, abrumador, intimidante. Irradia autoconfianza, seguridad. Un líder nato.

Una mujer sumisa no sólo tiene el coraje de acercarse a un hombre así, sino que también tiene la fuerza de bajar su guardia completamente, sabiendo que la béstia que vive en cada humano, vive incluso con más fuerza en éste, y aún así se niega a esconderse.
Sabiendo que el la hará vivir tormentos, miedo, emociones salvajes, pasión incontrolada… Sabiendo también que no podrá esconderse de el, y que el espera honestidad inquebrantable de ella.

Al someterse a un hombre así, una sumisa demuestra su determinación. Dice: Tengo el coraje de enfrentarme a cualquier cosa. Quiero viajar a los rincones mas oscuros, y enfrentar mis mas profundos miedos. Y no solo haré esto, sino que dejaré que sea el quien lleve las riendas.

La sumisa tiene el coraje para confiar.

Una mujer débil nunca podría hacer algo así.

La sumisión es, por lo tanto, una paradoja, y un tipo de sabiduría.
Una forma de aprender que, al entregar todo poder, en realidad lo encuentras.
Para obtener auténtico poder, lo único que debes hacer es entregarlo.
Steady Feb 1 '15 · Comentarios: 5 · Etiquetas: dominación, dominacion, dominante, miedo, sumisa, sumision, sumisión, fuerza, coraje, valentía
aunia_de_FM
No sé cuánto tiempo hace que estoy por aquí, un año, tal vez algo más. Nunca he participado demasiado, más bien me he limitado a entrar, curiosear y salir. Ni me equivoqué ni mentí al elegir un nick, aunque, claro está, tampoco sabía qué buscaba, si es que buscaba algo... Aunque sin buscar, sin participar demasiado, sin hacer nada más que estar, encontré más de lo que esperaba. Y me asusté. Y huí. 

Tenía miedo... Pánico. Supongo, no lo sé, es normal sentirse así. O quizás no. Tampoco es que ahora importe. Lo único que sé es que hoy, cuando hace ya tanto tiempo que escapé despavorida por miedos quizás infundados (vale, lo hice porque el miedo ganó a la curiosidad) me doy cuenta de que me equivoqué. Todo lo que temía perder se ha demostrado falso. Todo lo que creí que me jugaba al juguetear por aquí, al dejarme llevar por la curiosidad, se ha demostrado ilusorio...

Todavía no sé a dónde me puede llevar mi curiosidad. Y sí, todavía tengo miedo, prejuicios, complejos y tantas cosas más. Pero al menos he aprendido algo, aunque el precio a pagar haya sido caro -demasiado caro-. Supongo que la lección es tan sencilla que casi da risa: No dejar que el miedo tome por ti las decisiones. 

No tengo ni idea de qué me depara el futuro, ni siquiera sé demasiado bien por qué estoy escribiendo esto (ni si lo estoy haciendo en el lugar adecuado). Lo que sí sé es que no dejaré que sean los miedos los que decidan por mí. 

Quizás, al final, esto no sea más que una manera de decir lo siento cuando ya no quedan otras. Tal vez sea la necesidad de solar lo que siento. Puede que, sencillamente, me haya decidido a dar un paso más y dar rienda suelta a mi curiosidad. Quién sabe, seguramente no sea más que una experiencia más que contar.


aunia_de_FM Jul 30 '14 · Comentarios: 4 · Etiquetas: experiencias, miedo, curiosidad

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