Ese momento en que por fin puedes dar rienda suelta a todo lo que llevas guardando durante tanto tiempo, quizás durante toda una vida... es tan sublime, que te cuesta días digerirlo.
El entregarte sin reservas, convertirte en algo, olvidarte de trabas, prejuicios, problemas, condiciones,... solo sintiendo, deseando ser perfecta en tu entrega, satisfacer deseos y necesidades en el otro. Conseguir olvidar cada pero hace ese momento tan especial que resulta difícil de explicar.
La intensidad de las sensaciones, que saturan tu cerebro y te convierten en ese animal que llevas media vida intentando controlar... Sentir que en sus manos el animal no solo será libre sino también feliz...
Poder satisfacer tu necesidad de cuidarle y mimarle, de mirarle hasta saciarte, de sentirte arcilla por un momento. Permitirte ser frágil porque sientes que no te romperan. Es indescriptible por muchas palabras que conozcan.
Hay momentos en que debes dar gracias a la vida por vivirlos, sin más, los problemas siguen donde estaban, las personas no cambian, pero estos instantes tan especiales en la vida simplemente Deben agradecerse como lo que son... pildoras de felicidad impagables.
- Hola?
- Hola
- Tengo una curiosidad....
- Dime
- Tu nombre empieza por p.... o en su defecto por j?
- Ostras que pregunta!!!! Qué nombre es ese?
- Solo hay uno que su diminutivo... empieza por p pero el nombre en catalán es con J
- Buscas a alguien quizás?
- Es una pregunta demasiado atrevida pero es simple
curiosidad. Pep?
- No, por?
- Curiosidad.. Tu perfil me hacía recordar a una persona.
- ¿Mi perfil?
- Sí
- ¿Qué tiene mi perfil que te recuerde a ese tal?
- Fotos… El texto… La descripción…
- Joper. Buscas a esa persona … sea quien sea.
- Simplemente era curiosidad por si eras esa persona.
Nada más.
- Ahora tengo curiosidad. A mí me gustaría que me
buscaran.
- Además esta persona es de Tarragona, por eso mi
curiosidad, perdona… entonces que te haya confundido
- No, no, tranquila. ¿No puedes llamar a esa persona y ya
está?
- Si claro.
- Entonces por qué no lo llamas. No sé…
- Bueno me he confundido, tenía curiosidad y te he
preguntado. No creo que pase nada… Y sí, me puedo poner en contacto con esa
persona y preguntar.
- ¿Eres de Tarragona?
- No. Soy de Madrid.
- Muy lejos.
- Está el AVE
- jajaja ya pero me suena raro
- El qué?
- Hay gente más cerca.
- Creo que te ha molestado que te haya preguntado y te
haya confundido.
- Es que has sido tan directa.
- Y sí, personas cerca puede haber muchas.
- Y luego me has dejado con curiosidad.
- Pero no todas tienen las mismas características.
- Eso es verdad.
- Perdona de nuevo.
- No tranquila, no pasa nada. Llámalo, llama a ese chico.
- Bueno, no es tan sencillo.
- Llamar es fácil. Es tener valor y ya está.
- Bueno, no sabes nada de él. Es fácil hablar por hablar.
Sin saber… En fin.
- No sé…
- Me da la sensación que quieres que te deje en paz.
- Eres de muy lejos.
- Hay AVE.
- Ya, ya
- En fin, que manera de mandarme a tomar aire.
- Pero ya he tenido historias con gente de lejos…
- Adeu
- Y acaban mal al final
- ¿No te llamas Pep?
- Nooooooooo ¿Quién es ese tipo?
- No todo tiene porque ser siempre igual pero se ve que
no quieres atender a razones, ni por la distancia, ni por conocer personas.
- Eres de lejos y me hablas de un tal Pep…
- Sí, porque te digo que creía que eras esa persona. No
creo que me expliqué tan mal como para no entender lo que escribo.
- Llámalo y ya está, y aclara con ese lo que sea…
- Y dale con llamarlo. ¿Tanto problema tienes en que te
haya confundido de persona? Ya me he
disculpado. Hay bastantes similitudes, por eso te he preguntado. Joer, si llego
a estar en el Amazonas me tiras a las pirañas o a los cocodrilos, sólo por
preguntar si eras esa persona o no. En fin.
- No, no, tranquila…
- No, no, tranquila no, que se ve que te ha molestado.
- Busco persona cerca. Barcelona o Tarragona. Solo eso.
- Gracias otra vez a mandarme a tomar aire. Ya te leí una
vez.
- No me importa hablar pero he tenido malas experiencias.
- No todas las personas son iguales, ni todas las
relaciones iguales.
- No, no solo por
la distancia, pero la distancia siempre es un problema.
- Muy bien, pues cierra si tanto problema tienes.
- Me entras hablando de otro y ahora te enfadas.
- A ver.
- Yo entiendo pero entiende a mí también.
- Te he hecho una pregunta porque toda la información que
das es muy similar a la de esa persona. Te he preguntado por si eras esa
persona. No eres, pues vale. Y parece que al que le ha sentado mal…
- ¡Que tiene esa persona, Dios!
- … desde el primer momento ha sido a ti.
- ¿Tan importante es?
- Pues ya me he disculpado. ¿Me tengo que disculpar de
nuevo?
- Hay muchos hombres…
- Perdona por haberte confundido de persona. Tú
descripción es muy parecida a la de esa persona, y tu perfil igual y hay muchas
coincidencias, por eso te he preguntado. Si mi error es preguntar lo siento
mucho. ¿Ya? ¿O necesitas que me disculpe más?
- No tengo nada que decir.
- No hace falta ponerse tan borde, me he confundido. Pues
perdona.
- Yo también me acuerdo de alguna persona. Son normales
estas cosas.
- Pues no lo parece por cómo te pones, que te sienta mal…
- No sé, prefiero personas cerca, en serio...
- Ya te he leído, que no hace falta que me mandes a tomar
aire, que si no te interesa cierra la ventana y ya.
- Ya hablamos otro día quizás…
- ¿Para qué? Para que estés continuamente
- Amistad bueno.
- mandándome a tomar aire? No gracias, no necesito que me
repitan 3 veces las cosas como una niña pequeña que no se entera.
- Llama a ese tal Pep…
- Y dale. ¿Sólo sabes decir lo mismo? No es tan sencillo
el llamarle, pero nada, si te quedas a gusto pues vale.
- Llamar es sencillo.. ¿Qué no es sencillo?
- Si no tienes ni idea. ¿Para qué dices algo? No es tan
sencillo llamarle, por una serie de razones y ¡ya!
- Llamar siempre es sencillo…
- A ver, que no te enteras.
- Es así…
- No le puedo llamar ¿Ok? Hay una serie de circunstancias
por las cuales no le puedo llamar, pero como no tienes ni idea, para ti es
fácil decir llama a esa tal persona, pues vale, ya te he leído.
- ¿No puedes llamar a ese tío y lo buscas aquí? No
entiendo nada…
- Ni yo entiendo que aconsejes hacer algo cuando no
tienes ni idea. A ver, te he dicho que tienes un perfil muy similar.
- Llamar no cuesta, ya está.
- Y hay una serie de cosas. Qué no le puedo llamar!!!!!
- Porrrrrrrrrrrrrrrrqueeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee
- Tu perfil me ha hecho pensar que tal vez podías ser
esta persona. No eres, pues vale, pues perdona.
FIN
Documentación original: Conversación de chat íntegra.
NOTA: La documentación que aparecerá en este blog, tanto gráfica como escrita, es posible gracias a la generosidad de las personas que me la regalaron o mostraron, mientras era su Amo (y pareja la mayoría de veces) o incluso una vez había dejado de serlo. Mi compromiso y la palabra que di a esas personas fue que nunca una de mis publicaciones las perjudicaría o comprometería en nada. Asumí la responsabilidad y el compromiso de anonimizar todo el material tratado, susceptible de ser mostrado o publicado, exclusivamente a título informativo, literario, pedagógico, con finalidades creativas o a modo de ejemplos ilustrativos.
Mi dolor te pertenece.
Eso es lo que una amiga Dómina me dijo ayer. ¿Sabes lo que estás diciendo, Darling? me dijo cuando le dije que quería devolverte el collar para cerrar el círculo…. No estás preparada para devolvérselo. El círculo no se va a cerrar. ¿Te vas a sentir mejor devolviéndoselo?
Será un recuerdo menos, le dije.
Te duele. No se lo puedes devolver, porque sigues siendo de Él.
Él me ha dejado sola, no soy suya.
Mi niña, es tu mente…Mira el collar y recuerda los buenos momentos, me dijo.
No, eso duele y no me sienta bien. Me hace sentir triste, y no me gusta sentirme triste, fue mi respuesta.
Entonces ella me dijo, ¿no lo entiendes, verdad? Tu dolor le pertenece. Por eso no puedes devolverle el collar. Solo podrás devolvérselo cuando no sientas NADA. Cuando no te importe lo que le pase. Deberías hacerle saber de tu dolor. Es suyo.
Le dije que no lo haría, le solté todo el rollo que me he repetido una y mil veces a mí misma en estos días: que no está bien, que debemos seguir con nuestras vidas, que estábamos destinados a no ser, y todas esas cosas…Pero, ¿sabes qué me dijo? Me dijo: “A la mierda el orgullo, que al final sólo es eso, orgullo y temor de que te vean débil”.
Y tiene razón.
Él aún es dueño de una parte de tu vida y tiene derecho a saberlo.
Así que aquí me tienes, escribiéndote aun sabiendo que quizá no me leerás, y diciéndote que lo que es tuyo es tuyo. Y sólo quiero que sepas que mi dolor, el dolor que me provoca tu ausencia y mis ilusiones perdidas, también lo es.
Siempre supe que llegaría Diciembre…
“Le solté la mano y le abrí la puerta. Se fue, pero no la he olvidado. Aprendí que hay amores que se dejan ir pero no se van…aunque se vayan” (Jhorman Acosta).
Creo que entre otras cosas, estas son unas pocas de las razones por las que amo tanto este bello mundo del BDSM.
Pienso que todo lo que una entrega así nos ofrece a los dueños....Es el mayor regalo que se nos puede otorgar.....y la mayor responsabilidad.
Hoy iba a escribir otra cosa, pero hablando con una conocida de aquí, me calenté tanto con un tema sobre el que iba a comentar aquí.....que mejor lo dejo para otro momento.
Así que os dejo un pequeño resumen por el cual adoro la entrega que nos ofrecen a los Dueños,Y el sentimiento que esa entrega me hace sentir.
Un saludo y buenos días a todos/as.
Tu entrega en mis manos...
Tu mirada en el suelo...
Tus labios entreabiertos...
Tu cuerpo tembloroso....
Tu espera en silencio.
Tus ansias expectantes...
Tus ganas de servirme...
Tus ansias de aprender...
Tu mirada brillante...
Tus gemidos de placer.
Tu dar sin condiciones...
Tu afán de superación...
El orgullo por tus logros...
Tu obediencia sincera....
Tu cariño sin temor.
Por las normas aceptadas...
Por las pautas conseguidas...
Por los logros alcanzados...
Por tus miedos aparcados...
Por tus sueños de subir.
Por estar cuando deseo...
Por querer entregarte a mi....
Por tus sueños mas sinceros...
Por la entrega de tu vida...
Por hacerme tan feliz.
Por el latido de tu corazón...
Por tus ojos siempre limpios...
Por tus labios entreabiertos....
Por tu mirada bajada.....
Por tu entrega hacia mi.
Por entregarme tu alma...
Por darme tu corazón....
Por ofrecerme tu vida...
Por querer ser uno en dos
¿Cual fue el primer pensamiento que se os cruzó en el momento que le diste nombre a lo que os pasaba? En mi caso, el primer pensamiento o mejor dicho la primera palabra que se me cruzó por mi cabeza fue debilidad. Sí, es un pensamiento por el que ahora me avergüenzo, pero por el que he tenido que pelear en más de una ocasión a lo largo de estos meses.
Como se ha dicho muchas veces, en los principios de un@ sumis@, hay momentos de confusión, desconocimiento y de sentimiento o sensaciones contradictorias, pero soy de las que pienso que cada persona las siente o las vive de forma diferente porque cada cual tiene una historia detrás antes de aterrizar en el BDSM.
En mi caso, ese sentimiento o sensación contradictorio tiene que ver con ese signo de debilidad que asociaba a la figura del sumiso/a. He vivido situaciones con mi anterior pareja sentimental (vainilla) en las que me ha considerado la parte débil de la pareja, porque no me costaba amoldarme a sus gustos e incluso anteponerlos delante de los míos, siempre era la que estaba disponible ante cualquier eventualidad que le surgiera o ante sus caprichos. En consecuencia, para esa pareja me consideraba débil por dejarme manejar con esa facilidad a su antojo, no dejaba de recalcar que ese tipo de actitudes son defectos que tenía y que no era bueno mostrar esa debilidad tan abiertamente, con lo que intentas reprimir ciertas actitudes y que cuando te salen te las recrimines a ti misma, entrando en un bucle que en donde nunca te encuentra bien contigo misma, incluso que llegas a un momento que no te reconoces, y que el único motivo que tienes para seguir es que estas enamorada como una tonta.
Una vez puse fin a esa relación, me prometí a mi misma no volver a caer en ese tipo de errores, me prometí ser mucho más fuerte y no dejarme manejar por ningún otro hombre, ni mostrarme débil frente a nadie. No iba a dejar que nadie me hiciera sentirme mal conmigo misma.
Pero entonces, aparece esa persona que hace que te lo replantees de nuevo todo. Esa persona que te exige que profundices en ti misma, que no te avergüences de mirar en tu interior y explores tus deseos. Esa persona que hace que busques lo que realmente necesitas y deseas para ser feliz, para sentirte cómoda y completa contigo misma. Esa persona que te escucha y hace que tu cabeza piense y razones con tus dudas y miedos. Esa persona que poco a poco hace que tu mente se abra para poder tener otra perspectiva y te da una nueva visión sobre lo que es ser sumis@, limpia tu mente de significados despectivos que pueden acompañar a esa palabra, incluso de perjuicios propios que ni tu misma creías que podías tener.
siomara_{AK}
Él empezó a desnudarme, con mimo, besando cada milímetro de piel que descubría la ropa. Sus manos me acariciaron el cuello y la curva del hombro, haciéndome temblar de puro placer casi sin haberme tocado aun.
Se separó un poco y cogió algo que no pude distinguir, debido a la poca iluminación de la estancia, no lo supe hasta que deslizó el antifaz hasta mis ojos y quedé en la más absoluta oscuridad. Me levantó un brazo sujetándome la muñeca firmemente, sin emplear fuerza, Él sabía que no la movería. Sus labios procedieron a acariciar la delicada piel del interior del brazo, haciendo que lo sintiera como aleteos de mariposa, excitándome y preparándome para lo que fuese que tenía pensado y, que yo, desconocía.
Repitió la operación con el otro brazo. Mi respiración se aceleró y se volvió más superficial cuando Sus manos deslizaron con delicadeza las tirantas del sujetador y posteriormente las dirigió a mi espalda para desabrocharlo y al final, quitarlo. La calidez de Su boca sustituyó el roce del encaje, Su lengua excitó, Sus dientes torturaron deliciosamente y Su cálido aliento me impulsó para volar como una cometa, siempre sujeta a la mano de su Dueño.
Sus manos me desnudaron por completo, me adoraron, me veneraron, me azotaron y me acariciaron con una dulzura infinita, haciéndome sentir especial, la joya más preciada para Él. Éramos Amo y sumisa, hombre y mujer, pianista y piano. Sus dedos mágicos sabían a la perfección que tecla presionar para que emitiera la nota deseada. Él marcaba el compás perfecto, me afinó con mimo, para que al final los dos, músico e instrumento tocásemos una melodía sublime, una sinfonía tórrida.
Un concierto privado, en el que Él, mi Amo y Señor, acarició mi alma a través de mi cuerpo.
Gracias a mi Señor Ades por tan bella sesión.
roxanne.