Cuando me decidí a escribir esta entrada, tenia intención de hacerla mas breve. Así que la he dividido en dos partes claramente diferenciadas.
Hay que ver lo rápido que le coge el gusto uno a esto de escribir...
Volviendo al tema que nos ocupa, cuando preguntas a varias personas si saben lo que es el sexo tántrico, hay opiniones muy dispares. Desde el que no ha oído nunca hablar de ello, hasta el que cree que es una leyenda urbana.
Lo que muchos coinciden en decir son algunas de las características más típicamente reconocibles, como lo de alargar el encuentro durante horas o los orgasmos cósmicos, mágicos, y otros adjetivos que hacen que suene apetitoso.
Sin ánimo de querer sobre-simplificar el asunto, el sexo tántrico no deja de ser sexo mientras se hace un ejercicio mental de toma de consciencia de los sentidos.
Te pueden guiar, te pueden aconsejar, pero si uno mismo no toma esa consciencia, nunca va a experimentar mejores orgasmos que los que haya experimentado hasta ese momento. Y de la misma forma y como dije en la primera parte, tomar consciencia no es el fin, sino el inicio de un camino.
Toda esta entrada ha venido inspirada por las conversaciones que he tenido con personas ajenas a todo esto, que cuestionan como se pueden utilizar algo doloroso con fines eróticos o sexuales. Y la verdad es que hay que diferenciar entre dos casos.
- Existe el masoquismo. Gente que, simple y llanamente, disfruta del dolor, y para quienes se consigue placer A TRAVÉS del dolor.
- También hay una categoría que no disfruta del dolor, pero puede conseguir placer A PESAR del dolor. Y ahí entra lo que he intentado expresar hasta este momento.
El azote, las pinzas, el latigazo... Despiertan una serie de sensaciones. Una de ellas es el dolor, y por adaptaciones evolutivas, es la sensación que ocupa nuestra atención casi al 100%. El dolor es una alarma y nos mantiene con vida.
En un ambiente seguro y controlado como debería ser una sesión BDSM, es más que posible que la persona (perdonad por la reiteración) TOME CONSCIENCIA de esas sensaciones.
Una vez la persona presta atención a esas sensaciones (el dolor puede quedar en un segundo plano. Y más si se aplica con cuidado, con el único fin de despertar reacciones en el cuerpo), se puede empezar a gozar de unas sensaciones que, por ser nuevas o por el motivo que sea, despiertan un tipo de placer diferente.
Esta es mi visión sobre los dos tipos de personas que pueden disfrutar de algunas de las prácticas del BDSM. Por tanto, personas a las que no les gusta sentir dolor y no creen ser capaces de disfrutar algo así, en realidad pueden experimentar muchísimo placer -> SI la parte dominante es capaz de hacerlo correctamente, y SI ellos son capaces de tomar consciencia.
Por tanto y resumiendo, existe el "placer a través del dolor" y el "placer a pesar del dolor".
Steady