El ser humano es una animal dinámico, que va evolucionando a lo largo de su vida y que no deja de adquirir experiencias y conocimientos que ayudan en su aprendizaje desde que nace hasta que su corazón deja de latir.
Es difícil decir cuando uno se da cuenta que es de ese modo, cuando se es consciente que a lo largo del recorrido se deben superar etapas, ciclos que son necesarios pasar, de los que se aprende para futuros pasos que se darán para seguir el camino.
Caminos que en ocasiones son duros de recorrer, por lo que uno va dejando atrás, dado que hace que renuncies a sueños y proyectos en los que uno creía serían posibles y que ya no los va a poder ver cumplidos. Son caídas y tropiezos que duelen, no por las marcas visibles que pueden dejar, si no por las que se quedan dentro de uno mismo y que tardan mucho más en cicatrizar.
Cicatrices de heridas que con tiempo y paciencia dejan de escocer, dejan de doler, pero que las puedes ver para no olvidar que fue lo que las hizo estar donde están, para no volver a tropezar en el mismo error, para saber que decisiones se deben tomar para poder llegar a lo que todo el mundo quiere, ser feliz.
Porque es lo que deseamos, es lo que todos ansiamos, lo que todos los seres humanos andamos buscando durante todo este proceso que llaman vida, ser seres completos, felices y satisfechos, primero cada cual consigo mismo y, posteriormente, con los que nos rodean o puede ser nuestro compañero a lo largo de este camino.
Por esa razón, es importante que tras cada caída, saber que nos tenemos que levantar y aunque cueste volver a empezar de cero, volver a recorrer otro camino diferente, volver a querer confiar en que las cosas pueden ser de otra manera, volver a intentar confiar en que se puede hallar lo que uno necesita y desea. Volver a confiar y a creer que merece la pena correr ese riesgo.
Toca volver a empezar…..
siomara
Lo sabes, lo notas, lo sientes,... Percibes ese pequeño hormigueo en tu estómago. Sientes cómo va creciendo, poco a poco, según pasan los segundos que crees que parecen eternos, esos que te obligan a estar quieta, esperando.
Espera....larga y dulce, tortura que te hace estar alerta, expectante a lo que venga. Espera que te obliga a ser consciente de todo tu cuerpo, de cómo se eriza tu piel, de tu pulso inquieto, de los latidos de tu corazón.
Privada de sentidos, sin poder observar lo que te rodea, sin poder escuchar lo ruidos de tu alrededor, sin poder expresarte con palabras. De espaldas y apoyando tus manos en la pared, abierta de brazos y piernas como una rea, sintiendo el tacto de las cuerdas alrededor de tus muslos, de tu sexo, de tu culo.
Así, expuesta, sin poder esconderte de Su mirada, Suya, porque es así como sientes que tiene que ser. Y es en ese momento cuando te acaricia con Sus dedos, primero por tu rodilla para luego subir por el interior de tu muslo hasta llegar a tu sexo, húmedo, empapado y con ganas de Él.
Juega. Juega con tu sexo, con Sus dedos, acaricia, presiona y luego vuelve a parar. Es en ese instante cuando aprovecha para introducirte unas bolas chinas, y seguir con el suplicio, hasta que piensa que es la hora de dejarle ese trabajo al vibrador.
Sabes que estás al límite, Él también lo sabe por eso cuando llega el punto donde vas a explotar de placer, derrama la cera por tu culo. Y mientras el orgasmo te recorre todo tu cuerpo, sientes como resbala la cera por tu piel, caliente.
Voy a partirme el pecho para escribir esto,
así que si quieres,
aprovecha y cuélate dentro..
qué fácil sería tenerte ahí toda una vida
quizás por eso te pido doce,
y quizás por eso debería pedirte unas cuantas más.
Yo por mi parte, sigo sin entender qué has visto tú en mi,
pero sea lo que sea, no dejes de mirarme así.
Porque tiemblo, sé que eres tú porque tiemblo,
porque me imaginé besándote seis veces antes de besarte,
antes de si quiera conocerte.. y porque no te imaginas cuánto llegué
a temer a tus labios entonces.
Sé que eres tú porque existes, porque lates y me paras
el corazón y lo manejas a tu antojo cuando duermes sobre mi pecho.
Sé que eres tú porque desde que tú, mi único miedo son tus miedos
y te juro que ahora envidio a la niña que temía al monstruo de debajo
de mi cama.
Pensar en tus dudas me tambalea la vida,
déjame sacarlas a bailar,
que ya sé que dices que no tengo ritmo
pero es que encanta verte reír.
Porque yo te hice esperar 45 minutos,
pero tú me has tenido buscándote una vida entera
y creo que lo justo va a ser comernos
las ganas antes de que vuelva a salir el tren.
El tren.. qué ganas tengo de volver a cogerlo,
de volver tocarte,
qué ganas de volver a dormir contigo
y despertarme antes solo para verte dormir.
Esa imagen, ésa,
tú soñando y yo mirándote
se ha convertido en la página marcada de mi libro preferido
déjame leerte un rato.
o dos, o tres,
o qué coño,
déjame leerte cada noche.
y es que qué es la vida sino perderla en tu espalda
para luego girarte y volverla a encontrar
(encontrarte)
Te aseguro que intenté no desear besarte
intenté no querer vivir en ese lunar que poco a poco
se está convirtiendo en el centro de mi universo,
pero el viento vino y lo sacó a volar,
y yo no pude sino ponerte la canción más lenta
para hacerte eso que algunos,
llaman..
amor,
ven y dame la mano, que saltar al vacío es llenarme las ganas
de tirarme contigo,
y es que has venido sacudiendo mis mañanas
llevándote por delante todo lo que miren tus ojos azules.
Claro que Madrid tiene playa,
solo que la tiene tu mirada,
y a ti te tiene Madrid,
y eso es una gran putada.
Qué envidia me dan sus calles
qué rabia sus aceras y sus pasos de peatones
ya me imagino al muñequito del semáforo en verde
viéndote cruzar,
poniéndose nervioso
y en rojo otra vez.
unos pocos minutos.
Yo solo te pido dos,
de momento,
...y doce vidas
(pero ese es otro tema)
Como sentir que me sobran cinco sentidos para sentirte,
porque joder, aún no se ha inventado la manera de contemplarte
así como tampoco existen palabras para describirte.
(esto solo es un intento)
Porque te estoy escribiendo esto mirando una fotografía tuya
y aun así
cómo hablar de tu cuello,
de ese perfecto acantilado por el saltar de la mano,
cómo hablar del espacio que separa el lóbulo de tu oreja
de tu clavícula y cómo explicar que dedicaría el resto de mi vida a
besar ese abismo.
Cómo voy a explicar el color de tus ojos
si hasta los mares lo utilizan para sentirte cerca,
cómo voy a explicar el terciopelo de tu piel,
la longitud de tus pestañas,
la manera en la que apagaste el despertador
o esa otra en que lo retrasaste...
cinco minutos más
...y me besaste,
y fueron de repente los cinco minutos más bonitos de toda la historia, y fuiste de repente, mi lugar preferido de todo Madrid..
Eres
mi lugar preferido
donde quedarme a vivir.
Tengo prisa por llegar. Con lo que bajo del autobús y, una vez que recojo mi maleta, voy hacia el metro a buen ritmo. Un trayecto de quince minutos y por fin nos encontramos frente a frente....Es cuando me comunica que tenemos que ir a hacer unos recados antes de irnos a casa. No es algo que este fuera de lo normal, pero no es por ello algo que desquicie menos.
Al terminar de hacer las compras y llegar a Su barrio, ya estamos ese punto en el que relajados conversamos y nos ponemos al día sobre las novedades que han ocurrido desde la ultima vez que nos vimos. Entre risas entramos en casa y cuando voy a dejar las compras a la cocina es cuando lo veo. En un rincón hay un caballete de mesa, con algo como una colcha o manta bien doblada encima.
Lo ha vuelto hacer. Un poco desubicada, porque en mi cabeza ya van pasando imágenes de lo que puede llegar hacer conmigo y ese maldito caballete, entro en la sala para dejar mi bolso y la cazadora como tengo costumbre de hacer. Para ello tengo que acercarme al lugar donde está esperando ese caballete, del que no aparto la mirada. Siento como se me ha acelerado el pulso y necesito aire porque siento un calor por todo el cuerpo.
Oigo como entra en la sala, intento aparentar que no me ha afectado lo que acabo de ver, cosa que fracaso porque mientras hago que busco el paquete de tabaco y el mechero para fumar un cigarro, me pregunta si he traído el usb con los capítulos de Juego de Tronos para poder ponerlo y de ese modo ver un poco la serie, “¡Cómo!” mascullo “Pretende ver la tele”. Se gira y me pregunta si he dicho algo, como si no lo hubiese escuchado. Preparamos el USB, nos sentamos y ponemos la serie. Pasan los minutos pero no puedo estarme quieta, resoplo, cambio constantemente de postura porque en ninguna me encuero cómoda y que decir de estar viendo y atendiendo a la televisión!! Nada de nada. Giro la cabeza hacia Él, está tranquilo, mirando al frente y, sabiendo que le estoy observando, es cuando empieza a acariciar mi muslo, subiendo despacio hasta mi entrepierna donde aprieta con Su mano. El roce es una delicia, ya que llevo húmeda desde hace tiempo. Ronroneo como si fuese una gata en celo hasta que para y me pregunta si he traído mis juguetes. Me ordena que vaya a por ellos.
Cuando vuelvo con mis juguetes, veo que ha colocado el caballete mas cerca de Él y me indica que deje los juguetes en la mesita que hay delante del sofá. Para cuando me incorporo del todo de nuevo, lo tengo detrás de mí, cogiendo mis caderas, me aparte el pelo y me besa en la nuca. Sube poco a poco Sus manos por mi cintura y con ellas la camiseta, despacio sigue desnudando hasta que me deja solamente el tanga. De este modo, me acerca para colocarme delante del caballete y con un leve toque en mi espalda me hace inclinarme hacia delante, con las piernas y los brazos abiertos. En esa posición, ata los tobillos a las patas de unos de los lados y mis muñecas a las otras. Ya me tiene como desea, abierta, indefensa y jadeante porque es como estoy.
Mientras estoy en esta posición, siento que se mueve por la sala, hasta que lo noto detrás de mi, acaricia mi espalda hasta hasta que coge mi pelo y tira mi cabeza hacia arriba. Me dice que tengo que estar calladita, que para eso es la mordaza, tras lo cual la coloca y la ata bien. Después, coge un banco de cocina y lo pone justo delate de mi cara, encima deja la pala, sí la pala que sé con certeza utilizará en breve en mi culo, ese que ahora esta expuesto ante Él.
Pero antes, veo desde mi posición que se acerca a la mesita del salón para coger mi vibrador, para luego volver a ponerse justo detrás de mi. Me coge de las caderas y empieza a pasarlo por mi sexo, humedeciéndolo para terminar metiéndolo dentro de mi coño y lo pone en funcionamiento, sin que las vibraciones sean demasiado fuerte, lo justo, para ser placentero pero sin que sea suficientes para que me haga llegar al orgasmo.
Y así, con mi vibrador dentro de mí, atada de pies y manos, totalmente abierta y expuesta, se queda detrás de mí en silencio, seguramente que observando lo que tiene delante, tomándose Su tiempo para dar el siguiente paso y haciendo que ese tiempo se me haga eterno a mí. Pasan los minutos, hasta que se pone delante de mi para cogerme de la barbilla y, tras darme un beso, coge la pala para volver a desaparecer de mi vista.
Lo siguiente que siento es Su mano en una de mis nalgas, soltando un azote para luego acariciarla, repitiendo lo mismo con la otra, primero una luego la otra, primero una luego la otra, hasta que para de golpe, lo cual hace que suelte un gemido de protesta por privarme de Su contacto. Para entonces, los azotes unido al vibrador ha hecho que todo mi cuerpo se ponga a temblar....pidiendo a gritos una liberación. Tengo el culo caliente, lo siento, por eso cuando me pasa la pala por las nalgas la noto fría, pero no me da tiempo ha asimilar el contraste porque empieza azotarme con ella. Primero la pala para luego acariciar la nalga con Su mano, hasta que pasa a los azotes solamente, subiendo el ritmo poco a poco, a la vez que mi cuerpo se calienta y mi excitación sube exponencialmente. Ya no puedo aguantar mucho más, lo sé y Él también lo sabe, por ello, para un momento, me agarra del pelo para subirme la cabeza y me susurra al oído que puedo correrme cuando quiera, que tengo Su permiso, para así, poder continuar donde lo dejó. Así continua azotando mi culo, que con la sensación del vibrador en mi coño, hace que todo mi cuerpo explote.
Sin que me haya recuperado del orgasmo, saca el vibrador de dentro de mi y lo coloca encima del banco que sigue delante de mi, a la altura de mi vista, para que sea consciente y observe mi humedad, mi excitación, mientras que me susurra que estoy tan húmeda como una perra en celo, la cuál va a hacer Suya en estos momentos.
“- Ven a jugar conmigo – le propuso el principito. – Estoy tan triste... - No puedo jugar contigo – dijo el zorro. – No estoy domesticado.
- Ah! perdón – dijo el principito.
Pero, después de reflexionar, agregó:
- Qué significa "domesticar" ?
- No eres de aquí – dijo el zorro –, qué buscas ?
- Busco a los hombres – dijo el principito. – Qué significa "domesticar" ?
- Los hombres – dijo el zorro – tienen fusiles y cazan. Es bien molesto ! También crían gallinas. Es su único interés. Buscas gallinas ?
- No – dijo el principito. – Busco amigos. Qué significa "domesticar" ?
- Es algo demasiado olvidado – dijo el zorro. – Significa "crear lazos..." - Crear lazos ?
- Claro – dijo el zorro. – Todavía no eres para mí más que un niño parecido a otros cien mil niños. Y no te necesito. Y tú tampoco me necesitas. No soy para ti más que un zorro parecido a otros cien mil zorros. Pero, si me domesticas, tendremos necesidad uno del otro. Tú serás para mí único en el mundo. Yo seré para ti único en el mundo..."
Me acuerdo de lo que sentí cuando leí estas líneas. Me recorrió un escalofrío por la espalda y se me aceleró el pulso porque entendí claramente lo que deseaba. Lo que quería.
Dentro de unos días, hará dos años de esa tarde que nos encontramos, que nuestros caminos se cruzaron y se juntaron hasta el día de hoy y de mi boca lo único que puede salir son palabras de agradecimiento.
Gracias por no desistir aunque no se lo haya puesto fácil.
Gracias por seguir esperando aun teniendo la distancia por enemigo.
Gracias por Su paciencia, por saber pararme y frenar mis ansias cuando tenía que hacerlo.
Gracias por Su tiempo, por escucharme y responder a tantas preguntas y dudas planteadas a lo largo de este trayecto.
En definitiva, gracias, por ser Usted y sólo Usted, mi AMO.
Le ama siomara_{AK}
Puedes notarlo, en cada poro de tu piel.
Puedes oírlo, como si lo tuvieras a tu lado.
Es saber que aunque haya distancia, pasé el tiempo sin poder notar Su contacto, Su calor, Su cercanía, está ahí, contigo, dentro de ti, siendo parte de tu ser, de tu alma y de tu mente.
Es como debe ser, como es, como se siente.......Saber que le perteneces, incluso en Su ausencia.
Se puede llegar a pensar que no serán capaces de transmitir la seguridad que necesita el/la sumis@ si llegan a ponerse en Sus manos, se puede pensar que no son más que personas débiles y sin ninguna fortaleza para afrontar la responsabilidad que conlleva la entrega y la confianza de otra persona para con Él/Ella, incluso se puede llegar a pensar que no debería de ser considerado como lo que se denomina “perfil del Buen Dominante”.
Siempre tenemos presente que el rol sumiso es vulnerable dentro del BDSM, pero yo diría que el rol Dominante tampoco tiene un papel fácil, ya que ante el hecho de que siempre tiene que capear con todas las consecuencias de lo que pueden llegar a hacer cuatro o cinco personajes que se cuelan en este mundo, además tiene que cumplir unos cánones para que Sus capacidades no se puedan a llegar a cuestionar en ningún momento por ninguna de las partes, porque sí, no sólo son los otros Dominantes lo que pueden juzgar ciertos gesto o actitudes que puedan ser motivos de signos de una debilidad, sino también estamos l@s sumis@s dentro de ese grupo que parece que no pasamos por alto ningún detalle.
El hecho es que también sufren la soledad en la búsqueda de su compañer@, también tienen sus momentos de flaqueza, pueden sentirse decepcionad@s, engañad@s e incluso sentir dolor ante la pérdida de lo que en su día tuvieron y parece que tienen que guardárselo por el hecho de no dar a entender que lloran por las esquinas ante esas emociones. Pero también está el hecho que cuando es el por el motivo contrario, el tener muestras o gestos de ternura hacia Su sumis@ también es motivo de juicios, ya que alguno puede pensar que ese tipo de gestos puede dar a entender de poca firmeza o de ser poco estrict@s.
Quiero pensar que no es algo que está muy generalizado dentro del BDSM, que si no es a nivel púbico, si que a un nivel más reducido o privado son admirados esas muestras de humanidad por parte de l@s Dominantes, por lo menos yo así lo veo, como algo que se debería de admirar en cierta manera porque en resumidas cuentas, todos somos seres humanos, ¿no? Los cuales necesitamos cubrir ciertas necesidades afectivas y emocionales compartiendo momentos con otra persona, que ansias encontrar, Su otro yo, Su complemento. Y ante ciertas emociones no hay mucha diferencia de roles, con lo que tampoco deberían de hacerse juicios diferente por el hecho de ser Dominante o ser sumis@
siomara_{AK}
Cuenta una leyenda oriental que las personas destinadas a conocerse tienen un hilo rojo atado en sus dedos.Este hilo nunca desaparece y permanece constantemente atado, a pesar del tiempo y la distancia. No importa lo que tardes en conocer a esa persona, ni importa el tiempo que pases sin verla, ni siquiera importa si vives en la otra punta del mundo: el hilo se estirará hasta el infinito pero nunca se romperá.
Este hilo lleva contigo desde tu nacimiento y te acompañará, tensado en mayor o menor medida, más o menos enredado, a lo largo de toda tu vida. Así es que, el Abuelo de la Luna, cada noche sale a conocer a los recién nacidos y a atarles un hilo rojo a su dedo, un hilo que decidirá su futuro, un hilo que guiará estas almas para que nunca se pierdan…La leyenda versa así:
"Hace mucho mucho tiempo, un emperador se enteró de que en una de las provincias de su reino vivía una bruja muy poderosa, quien tenía la capacidad de poder ver el hilo rojo del destino y la mandó traer ante su presencia. Cuando la bruja llegó, el emperador le ordenó que buscara el otro extremo del hilo que llevaba atado al meñique y lo llevara ante la que sería su esposa. La bruja accedió a esta petición y comenzó a seguir y seguir el hilo. Esta búsqueda los llevó hasta un mercado, en donde una pobre campesina con una bebé en los brazos ofrecía sus productos. Al llegar hasta donde estaba esta campesina, se detuvo frente a ella y la invitó a ponerse de pie. Hizo que el joven emperador se acercara y le dijo: «Aquí termina tu hilo», pero al escuchar esto el emperador enfureció, creyendo que era una burla de la bruja, empujó a la campesina que aún llevaba a su pequeña bebé en brazos y la hizo caer, haciendo que la bebé se hiciera una gran herida en la frente, ordenó a sus guardias que detuvieran a la bruja y le cortaran la cabeza.
Muchos años después, llegó el momento en que este emperador debía casarse y su corte le recomendó que lo mejor era que desposara a la hija de un general muy poderoso. Aceptó y llegó el día de la boda. Y en el momento de ver por primera vez la cara de su esposa, la cual entró al templo con un hermoso vestido y un velo que la cubría totalmente… Al levantárselo, vio que ese hermoso rostro tenía una cicatriz muy peculiar en la frente."
Esta leyenda está tan arraigada en las culturas orientales que millones de personas llevan unidas a ellas un hilo rojo verdadero. Aunque no hay claridad sobre si el origen es chino o japonés, se dice que la leyenda comenzó al conocer que la arteria ulnar conecta el dedo meñique (otras fuentes hablan delanular, lo que tiene más tradición en nuestra cultura) con el corazón, fuente de vida y eternamente concebido como el hogar del amor…
Un hilo rojo al que no podremos imponer nuestros caprichos ni nuestra ignorancia, un hilo rojo que no podremos romper ni deshilachar. Un hilo rojo directo al corazón, que conecta a los amores eternos, a los profundos, esos que simbolizan el antes y por los que no hay después. El amor de una madre, de un padre, de un hermano, de un niño, de un amigo, de un hombre o de una mujer… Un hilo rojo que simboliza el amor y el interés común… Cada uno que lo interprete como quiera pero lo que está claro es que, en ocasiones, las casualidades son tan fuertes que no dejan lugar a dudas… Almas gemelas se llaman, corazones entrelazados con una o varias eternidades por vivir…
Fuente:La leyenda del hilo rojoCuenta una leyenda oriental que las personas destinadas a conocerse tienen un hilo rojo atado en sus dedos.Este hilo nunca desaparece y permanece constantemente atado, a pesar del tiempo y la distancia. No importa lo que tardes en conocer a esa persona, ni importa el tiempo que pases sin verla, ni siquiera importa si vives en la otra punta del mundo: el hilo se estirará hasta el infinito pero nunca se romperá.
Este hilo lleva contigo desde tu nacimiento y te acompañará, tensado en mayor o menor medida, más o menos enredado, a lo largo de toda tu vida. Así es que, el Abuelo de la Luna, cada noche sale a conocer a los recién nacidos y a atarles un hilo rojo a su dedo, un hilo que decidirá su futuro, un hilo que guiará estas almas para que nunca se pierdan…La leyenda versa así:
"Hace mucho mucho tiempo, un emperador se enteró de que en una de las provincias de su reino vivía una bruja muy poderosa, quien tenía la capacidad de poder ver el hilo rojo del destino y la mandó traer ante su presencia. Cuando la bruja llegó, el emperador le ordenó que buscara el otro extremo del hilo que llevaba atado al meñique y lo llevara ante la que sería su esposa. La bruja accedió a esta petición y comenzó a seguir y seguir el hilo. Esta búsqueda los llevó hasta un mercado, en donde una pobre campesina con una bebé en los brazos ofrecía sus productos. Al llegar hasta donde estaba esta campesina, se detuvo frente a ella y la invitó a ponerse de pie. Hizo que el joven emperador se acercara y le dijo: «Aquí termina tu hilo», pero al escuchar esto el emperador enfureció, creyendo que era una burla de la bruja, empujó a la campesina que aún llevaba a su pequeña bebé en brazos y la hizo caer, haciendo que la bebé se hiciera una gran herida en la frente, ordenó a sus guardias que detuvieran a la bruja y le cortaran la cabeza.
Muchos años después, llegó el momento en que este emperador debía casarse y su corte le recomendó que lo mejor era que desposara a la hija de un general muy poderoso. Aceptó y llegó el día de la boda. Y en el momento de ver por primera vez la cara de su esposa, la cual entró al templo con un hermoso vestido y un velo que la cubría totalmente… Al levantárselo, vio que ese hermoso rostro tenía una cicatriz muy peculiar en la frente."
Esta leyenda está tan arraigada en las culturas orientales que millones de personas llevan unidas a ellas un hilo rojo verdadero. Aunque no hay claridad sobre si el origen es chino o japonés, se dice que la leyenda comenzó al conocer que la arteria ulnar conecta el dedo meñique (otras fuentes hablan delanular, lo que tiene más tradición en nuestra cultura) con el corazón, fuente de vida y eternamente concebido como el hogar del amor…
Un hilo rojo al que no podremos imponer nuestros caprichos ni nuestra ignorancia, un hilo rojo que no podremos romper ni deshilachar. Un hilo rojo directo al corazón, que conecta a los amores eternos, a los profundos, esos que simbolizan el antes y por los que no hay después. El amor de una madre, de un padre, de un hermano, de un niño, de un amigo, de un hombre o de una mujer… Un hilo rojo que simboliza el amor y el interés común… Cada uno que lo interprete como quiera pero lo que está claro es que, en ocasiones, las casualidades son tan fuertes que no dejan lugar a dudas… Almas gemelas se llaman, corazones entrelazados con una o varias eternidades por vivir…
Fuente: https://lamenteesmaravillosa.com/la-leyenda-del-hilo-rojo/Hemos leído muchas veces cuales deberían de ser los comportamientos y actitudes para ser una sumisa. Es más, hay algunas entradas en la red, que hacen una especie de diferencia entre que pautas son las que definen a una buena sumisa y cuales serían las que nunca se deberían de dar.
De todas las paginas que he visitado y leído, hay una que me llamo atención desde el principio y, sobretodo, por uno de sus puntos. El artículo habla de las “Reglas de Oro para una sumisa”, donde la regla 9 cita lo siguiente:
“No tienes derecho a cruzar tu mirada con la de tu AMO a menos que él te lo permita. Permanece con la cabeza baja en señal de obediencia y sumisión.”
Efectivamente, una señal de obediencia y sumisión es permanecer con la mirada baja, a parte de otras pautas más, claro está. Es habitual que sea una de las cosas que se tiene que mantener, si nos ceñimos a protocolos de comportamientos entre un AM@ y su sumis@, pero soy de la opinión que de esa manera se pierde un poco ese toque que lo hace diferente.
No digo que no tenga que ser de ese modo, ni mucho menos, pero si que pienso que en una relación de AM@/sumis@ no se debería de peder la oportunidad de observarse mutuamente a los ojos durante un segundo, ya que es otra forma de obtener cierta información de la persona que tenemos delante de nosotros.
Mirándose se ve las reacciones de la otra persona, se percibe la sorpresa o el asombro ante algo nuevo o que no se ha experimentado hasta el momento, se percibe la lujuria, la pasión, se percibe la ternura, la admiración y la devoción hacia la otra persona, se percibe la ternura, y porque no el amor que se siente.
Hay veces que el simple gesto de cruzar una mirada, es suficiente para entenderse, sin pronunciar una sola sílaba, sin pronunciar una palabra, porque con ese gesto, se dice todo lo que con palabras no podemos decir.
Y aunque suene a tópico, no hay que olvidar que la mirada de una persona son las ventanas de su alma.
Hemos llegado a un punto en el que no sabemos disfrutar de las pequeñas cosas. De los pequeños detalles, esos que cada vez son más escasos por la forma en que vivimos nuestras vidas.
Estamos acostumbrándonos a que todo lo que queremos prácticamente lo podamos conseguir apretando un simple botón, sin necesidad de esperar, sin necesidad de parar, sin ni siquiera saber como lo hemos conseguido, ya que no le damos importancia al proceso.
Demasiadas prisas, demasiada impaciencia, demasiadas ansias por conseguir algo que, en realidad, cuesta. Tenemos que ser conscientes de que hay pautas, fases, pasos que no se deberían acortar, que no deberían de desaparecer, ya que de hacerlo se pierden muchas cosas por el camino y que difícilmente pueden volverse a recuperar.
Tenemos que parar, mirar a nuestro alrededor y ser conscientes que hay procesos en nuestra vida que no se deberían de hacer con prisas. Deberíamos de ser capaces de entender que hay caminos que se tienen que hacer con calma, dándonos la oportunidad de disfrutar del trayecto, porque en eso consiste, en saber sacarle el jugo a ciertas experiencias y sentimientos que merecen la pena vivir.
Por esa razón, no deberían de valer los atajos, por el simple hecho de conseguir lo que se desea lo más pronto posible. No deberían de valer dos palabras, nada más, para decir que se confía en alguien, ni tampoco ser merecedor@ de esa confianza. No deberían de valer muchas artimañas que se hacen por ahorrar TIEMPO!
No nos tendríamos que olvidar que hay cosas que necesitan su tiempo para madurar, para saborear y para disfrutar.