Hemos leído muchas veces cuales deberían de ser los comportamientos y actitudes para ser una sumisa. Es más, hay algunas entradas en la red, que hacen una especie de diferencia entre que pautas son las que definen a una buena sumisa y cuales serían las que nunca se deberían de dar.
De todas las paginas que he visitado y leído, hay una que me llamo atención desde el principio y, sobretodo, por uno de sus puntos. El artículo habla de las “Reglas de Oro para una sumisa”, donde la regla 9 cita lo siguiente:
“No tienes derecho a cruzar tu mirada con la de tu AMO a menos que él te lo permita. Permanece con la cabeza baja en señal de obediencia y sumisión.”
Efectivamente, una señal de obediencia y sumisión es permanecer con la mirada baja, a parte de otras pautas más, claro está. Es habitual que sea una de las cosas que se tiene que mantener, si nos ceñimos a protocolos de comportamientos entre un AM@ y su sumis@, pero soy de la opinión que de esa manera se pierde un poco ese toque que lo hace diferente.
No digo que no tenga que ser de ese modo, ni mucho menos, pero si que pienso que en una relación de AM@/sumis@ no se debería de peder la oportunidad de observarse mutuamente a los ojos durante un segundo, ya que es otra forma de obtener cierta información de la persona que tenemos delante de nosotros.
Mirándose se ve las reacciones de la otra persona, se percibe la sorpresa o el asombro ante algo nuevo o que no se ha experimentado hasta el momento, se percibe la lujuria, la pasión, se percibe la ternura, la admiración y la devoción hacia la otra persona, se percibe la ternura, y porque no el amor que se siente.
Hay veces que el simple gesto de cruzar una mirada, es suficiente para entenderse, sin pronunciar una sola sílaba, sin pronunciar una palabra, porque con ese gesto, se dice todo lo que con palabras no podemos decir.
Y aunque suene a tópico, no hay que olvidar que la mirada de una persona son las ventanas de su alma.
El Muro