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    Tener fe en tu Dominante conlleva no tener miedo

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    Mi primer sometido es mi control, siempre está a mi servicio

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    Manejar el silencio es más difícil que manejar el látigo

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    Mi alma necesita tanto mimo como mi cuerpo castigo

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    Después de una sesión, la mano que te domina te debe acariciar

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    El precio de Dominar es la responsabilidad

Blog de Tayel

Todo estaba planeado, la cena, el juego, sólo era el talón esperando abrirse para dar comienzo a la función. Ella hacía ver que no lo sabía, pero su corazón latía a la espera y su alma ardía en deseo.

 

- Dime querida, ¿qué te ha parecido la cena? - Dijo él con su típico tono de voz suave y tranquila.

- Estaba riquísimo, no sabía que cocinabas tan bien, la verdad es que me has sorprendido.

- Así que te he sorprendido... - Su tono parece ocultar algo. - ¿Y tú querida, serías capaz de sorprenderme?- Pregunta él dejando entrever una ligera sonrisa perversa, sacando un poco más de pecho mostrando su inmensa seguridad y una intimidante y profunda mirada fija.

- Buenoo... no sé Alberto, sí... supongo... - Responde huyendo de la profunda mirada como huye una presa de su depredador.

- ¿ Serías capaz de anotar un número de tres cifras sin que yo lo adivine?

- Jajaja... Por supuesto, no seas ridículo, no puedes adivinar a la primera un número de tres cifras, no me conoces suficiente. Mira si estoy segura de esto que me apuesto lo que sé que más deseas, porque lo sé Alberto, conozco tu depravación, si lo aciertas a la primera seré tu esclava durante una noche. Pero si fallas, me quedaré ese bolígrafo tuyo tan caro que siempre llevas encima.

 

Alberto aún sonríe más, está seguro de que Raquel, pronto no será Raquel, sólo será su objeto, su perra, su deseo, porque la hará su esclava. Saca un bolígrafo Montblanc, valorado en 300€ y se lo acerca juntamente con un papel en blanco y justo cuando ella lo va a coger le dice: - Aquí tienes esclava, ese día que tanto deseabas se te hará realidad... - Y justo cuando iba a escribir le susurra - recuerda bien el día esclava, ese que tanto deseas...- Toda nerviosa Raquel levanta la cara medio asustada y cuando vuelve la mirada al papel se da cuenta que no era el número que quería poner pues es demasiado obvio.

 

- Espera, no se vale, no era el que quería, me has dis... - Pero el le corta robándole el papel y si lo pone delante de las narices sin siquiera mirar él el número.

- Es el 247, es el número de tu deseo. Ahora eres mi esclava, hasta que salga el sol, desnúdate y arrodíllate ante tu Amo. - Mientras se pone de pie imponentemente ante ella.

- No, espera, has hecho - pero no puede terminar la frase.

 

Con rapidez Alberto le agarra del pelo y la lleva contra la pared, poniéndola de espaldas y sujetándole las manos con solo una suya, le baja la falda y le baja las bragas. Ella sin palabras, antes de poder hablar empieza el primer azote, nunca había pensado que esas suaves manos pudieran impactar tan duramente.

 

- Aaaahhhh - Grita la ahora esclava.

- Ahora soy tu Amo y te dirigirás a mi como tal, primer castigo no hacerlo. Segundo decir no y tercero negarme un deseo, eso hará que te arda el culo...

 

Los azotes son fuertes, usa todas sus fuerzas para marcar con su mano derecha el perfecto culo de piel blanca y suave. A partir de los cincuenta se descuenta, y sencillamente se propone terminar de azotarla cuando el cansancio se lo impida. "Plas, plas, plas, plas"... Azote tras azote llena de ruido la sala, junto con los gritos, que con el tiempo se convertirán en sollozos y pequeños jadeos hasta mezclarse con tímidas lágrimas que mezcladas con el maquillaje le dejan a la pobre atrevida las mejillas ennegrecidas. El trasero se enrojece, se caliente, se suman morados y cada vez se calienta más y más, el tiempo deja de fluir para ambos, ella cada vez se coloca mejor y se opone menos entreabriendo las piernas y agachando la cabeza, sintiendo como su voluntad se dobla con cada azote, del mismo modo que su piel se marca a rojo vivo.

 

Cuando la mano ya no le aguanta del dolor y el brazo le tiembla de cansancio cesan los azotes.

 

- Gírate - le dice mientras se masajea la dolorida mano.

 

Al escuchar la orden se voltea quedando delante de él, intentando dejar de llorar se desnuda plegando bien la ropa y dejándola en una silla, luego se arrodilla delante de él, agachando la cabeza y con las manos a la espalda le dice:

- Soy su esclava Amo. - Justo después de decirlo le besa la mano.

- Buena chica. - Le pone la mano encima la cabeza y la acaricia con delicadeza.

 

                                                                                                           Continuará...

Ella estaba sentada en la mesa del escritorio. Llevaba puesto solamente una camisa fina de dormir y unas braguitas negras. Estaba allí tan tranquila con su portátil cuando Él entró, ni se le oyó. Como un león se acercó hacia ella sin ser detectado, y sin más le mordió en el cuello.

- Jajaja - Rió ella felizmente. Él la holió, pasando su nariz por detrás de su oreja y su cuello, como respuesta ella sonrió sin dejar lo que estaba haciendo.
- Te deseo ahora. ¿Me obedecerás o te tomaré a la fuerza? - Le dijo ella serio y sin duda alguna, sabiendo cuál sería su respuesta antes si quiera de ejecutar la pregunta, pues no era más que un puro trámite.
- jajajajajajaja - Volvió a reirse, con fuerza, una larga carcajada...
- Excelente elección.
- Jajajajajjajajajaja - Su risa seguía...

Él vestía uno de sus trajes: camisa fina, americana, chaqueta, pantalones, zapatos, cinturón de cuero. Todo era negro, menos su blanca camisa. Cogió el ordenador portátil que estaba usando ella, lo plegó, y lo guardó en un cajón del escritorio.
- Ehhh aún no me lo quite señor...- Le debatió a Él levantándose de la silla, al hacerlo vió como vestía , recordando cuanto le gustaban sus trajes, y quedando distraída por unas décimas de segundo. Antes de terminar la frase Él ya había metido el electrónico dentro del cajón, y ella quedó frente su rostro viendo como una mano se le ponía en su cuello, no rió. 
La tomó por el cuello sin decir nada, con un gesto rápido, con la otra mano la tomó por la cintura y le dió la vuelta, empotrándola contra la mesa. Sin verle la cara, Él ya sabía que ella sonreía de satisfacción. 
El pecho de ella estaba contra la mesa, sus manos detrás, a su espalda sus muñecas juntas sujetas por la firme mano que deseaba. Mientras la sujetaba con una mano, con la otra se desabrochaba la corbata con prisa para atarle las manos. 
Con las manos de ella atadas y contra la mesa, Él se quitó su cinturón de cuero y, lo dobló entre su mano y le bajó las bragas y se las guardó en un bolsilló del pantalón. "Zaas". "Ah" susurró suavemente ella. 
- No contarás. - Le dijo mientras le daba otro azote "Zaas". - Porque no es un castigo, sinó mi deseo. - "Zaas".
Los azotes empezaaron a caeerle encima de su culo de piel suave, el blanco empezo a enrojecer con cada azote. "Ahh" era lo máximo que ella diría.
Cuando el culo estaba bien rojo y caliente, justo como Él quería, su cinturón se detubo, se inclinó acercando su boca al culito rojo. 
- Ahhh - Dijo ella cuando le mordió el su adolorido trasero.
- Mucho mejor... - Dijo Él con tono orgulloso, no de si mismo, sinó de ella. 
Los dientes se clavaron en la castigada piel, tivaron y soltaron, los labios del Señor se pusieron en la piel, besándole la nalga, abriendo la boca y acariciando las heridas con su lengua. 
- Mmm... - distintos placeres se empezaban a mezclar en su cuerpo.
De su americana sacó otra corbata para vendarle los ojos, antes subió a la mesa, delante de ella, su maletín, al verlo ella tragó saliva. Le sacó la corbata de las manos, la guardó y le puso unas esposas manteniendo las manos detrás, eran unas esposas robustas, le quedaron muy apretadas. En el cambio de la corbata por las esposas aprovechó para quitarle el camisón, dejándola completamente desnuda. Una vez amanillada y con los ojos vendados le puso las bragas en la boca. Ella no las escupiría, sabía que si caían usaría cinta americana, algo que detestaba.
La cogió con una mano del pelo y otra del cuello, apartándola del escritorio y la puso estirada en el suelo, apoyó su rodilla en ella, mientras le ató los pies juntos y pasó una cadena de los pies a las manos, dejándola inmóvil e indefensa. La puso de lado y empezó a tirar de su pezón derecho, le encataba, su teta derecha siempre recibía más atenciones, tenía algo que le gustaba mas. La mordisqueó y jugó con su lengua, mientras ella se iba excitando en silencio. Unos minutos después sacó una pinza metálica, de esas fuertes y se la puso en ese pezón. Le dió la vuelta a la sumisa, empezó a pellizcarle el pezón izquierdo, a lamerlo y mordisquearlo mientras con la otra mano tomaba la teta derecha. Su polla estaba dura, pero esperaría un poco más, pues se estaba divirtiendo. Finalmente el pezón izquierdo acabo también con una de esas fastidiosas pinzas. Con sus brazos la acompaño con extrema delicadez a tumbrase boca arriba, estaba colaborando así que sería delicado.
Se apartó de ella y la obserbó, indefensa y tumbada en el suelo, a su merced, ahora mismo le podría hacer lo que Él quisiera...

Empezó a sonar música, de tono oscuro, grave, sin voz, era un tanto tortuosa. Poco después, y sin previo aviso la primera gota de cera roja se le cayó encima de su pecho derecho, y la sucedieron gotas, y más de roja y caliente cera. Le dolía, pero no podía gritar, entonces Él le liberó la vista, se acercó y acariciándola le beso en la mejilla. Le quitó las pinzas y volvió con la cera, gota a gota, mientras un pie se coló entre sus muslos y empezó a jugar con su coño. Cuanto más cera le caía mas cera le caía, más empeño ponía Él masturbandola con su pie. La cera paró de caer y una oja fría, un cuchillo le rozó la piel, separando su piel de la cera, ahora era una rodilla que le frotaba el coño. Distintas sensaciones se mezclaban en ella, lo que mas deseaba era sentirle dentro suyo, que se la follara como más le apeteciera.

Ya sin cera, se sentó al lado de ella, y empezó a masajearle el coño con sus dedos, sin penetrar ni siquiera abrirle los labios, ella ya estaba ardiendo, lista para ser penetrada pero la tortura era tan deliciosa. Finalmente le abrió el coño con sus dedos buscando el húmedo agujero, pero no la penetró solo le lubricó el clítoris, su dedo froto y froto el clítoris y ella se derretía, no paraba, lo giraba, apretaba, lo movia con fuerza...Ella le miraba, quería correrse pero tenía permiso, entoces paró. Se levantó Él, le quitó la cadena y le desató los pies, la hizo moverse y quedarse arrodillada delante de Él. Sacó su polla dura, apresada en el pantalón y la acercó a su boca, ella encantada abrió la boca y la polla entró. La cogió del pelo empezó a mover la cadera, la boca estaba húmeda y caliente, y su polla entraba y salía, la dejaba un rato hasta lo más hondo, la sacaba y la volvía a meter, con fuerza, follándole la boca, cada vez con más fuerza, su polla dura dentro de la boca de la sumisa.
- Ahora toma mi leche perra... - Le dijo mientras la seguía embistiendo, y de su miembro salió el semen a presión, ella se lo tragó todo, contenta, y mojada, que cachonda se había puesto.

Se abrochó los pantalones y la liberó, tenía las muñecas con marcas, adoloridas. Él las beso, la miró y le sonrió, volvió a mirar las muñecas de la sumisa y le dio un buen masaje a cada una.
- Mi señor, le pido permiso para correrme. - Se había quedado mojadísima y le pidió permiso como buena perrita.
- Ni se te ocurra tocarte. Recuerda, si te ríes, no te corres...


El fuego arde en mi interior, quemando las entrañas, haciendo arder mi piel. Cuando el deseo me sobrepasa, cuando la necesidad me puede, cuando la voluntad me traiciona para unirse al placer, cuando no encontrarte hace imposible tenerte, cuando la bestia domina el hombre. Cuando lo que quiero y necesito es lo mismo...Es ahora.


Mas allá de la moral, más allá de los sentimientos, donde murieron los héroes, por sus propios demonios. Donde habita la soledad, donde se aprisiona el mas oscuro placer. De allí surge mi revolución, la que va tirando cada ladrillo de mi moral, matando uno a uno los ángeles que habitan en mí. Con un único deseo: encontrarte y hacerte mía.


Hallarte no me dejas, y con cada sombra ilusoria, con cada silueta esfumándose, crece el fuego en mi, el que mueve mi cuerpo cuando caigo, el que me da aliento cuando me quedo sin, el que me da fuerzas para seguir andando. Porque tenerte lo es todo para mi, y para ello debo hallarte. Romper la puerta de cada celda hasta encontrar la tuya.


Cuando te halle mi fuego con fuerza agitará los barrotes de tu celda, de tu jaula, hasta doblarlos. Seguiré el latido de tu corazón para no perderme en laberinto, donde será el Minotauro quien te salve, pues ya no quedan héroes. Sacándote de tu cárcel, del laberinto en el que ni ya recuerdas como entraste, el que ni yo sé como entraré...


El último barrote por mis manos, doblado por la bestia liberada de mi interior. Te sacaré a brazos, siguiendo los agujeros que he hecho al entrar, pero libre no serás, ahora serás mía. Mis manos serán el collar que tu cuello luzca, mis deseos el camino que andarás, mi voluntad la cadena que nuestras almas una. Bestia, dueño, protector, y mucho mas...


Ángel caido (esclava):


En otros tiempos ángel te llamaron,
Joven ninfa, hada de dulce rostro.
Al bajar del cielo las alas te arrancaron
para alimentar su oscuridad sediente de almas,
pero su hambre és mayor y su sed insaciable.
Con cada lágrima, con cada último aliento,
despacio, tu alma fueron vaciando, lento...
Y al terminar, te llenaron de cristales rotos.
Ya no canta el viento, ya no ríe la mar,
los pájaros mudecieron y el río dejó de llorar,
porque no estaba la niña que les hacia brillar.
Mientras, al otro lado del cristal, mujer estatua.
Veo como besan el suelo las rodillas,
que aposentan tus manos vacías, me esperas.


Hace poco hablé sobre la necesidad refiriéndome a mi parte dominante, hoy toca mi parte sádica, y hablaré de ella en escalera de placer. Aunque un poema quedaría como anillo al dedo, hoy me fluye mas la prosa que la lírica, así que intentaré transmitir tan bien como sepa el placer que obtengo del dolor.


Socialmente el sadismo no está bien visto, al menos actualmente y de una forma un tanto hipócrita. Eso me ha llevado durante años a reprimirme, disimular, incluso a mentir o hacer el hipócrita en algunas ocasiones (mas de las que hubiera querido) a quedar como un loco o alguien peligroso. Pero veamos mi carita, si tengo cara de ángel, soy un pedazo de pan, pero en un breve instante esa carita se transforma con una larga sonrisa y una profunda mirada cobrando forma de perversión. Que lo provoca? El placer, el placer que obtiene "una parte de mi" cuando la cojo del cuello y estampo contra la pared acariciando so rostro con un cuchillo, viendo el miedo en ello. Placer, cuando a base de azotes le saco un grito, o tirando con fuerza de las pinzas que cuelgan de ella, mil formas hay de convertir esa carita de santo en la que hay en mi perfil (con una sonrisa mas larga aun), como si se unieran la mirada de Annibal Lecter y la sonrisa del Jocker. Y solo basta una cosa, dolor, no cualquier dolor, obviamente si veo gente muriendo por la tele soy el primero en cabrearme; me refiero a aquel dolor excitante. Creo que incluso para mi mismo es aun difícil de contarlo, decirlo o expresarlo. Sencillamente es una respuesta en forma de placer que me da "mi mente", al igual que mi miembro se pone eréctil con un cuerpo femenino de mi agrado, lo hace con el dolor. Sonrío de forma satisfactoria mientras ella tiembla (el causar miedo es una de mis debilidades), me caliento con sus gritos y con su rostro, me orgullezco y "alegro" al revisar las marcas. Pero creo, y me estoy dando cuenta mas a medida que escribo, que aun falta conocer mejor esa parte, conozco bastante bien la dominación, pero este placer, quizás me falte explorarlo mas, e incluso conocer los limites, pues creo que aun estoy lejos.


Al final me doy cuenta que la moral, que mi mente, que mi control frenan ese sadismo, no valoraré si esto es bueno o malo, sencillamente pasa, y seguramente sea por eso que aun no conozco su limite, ni de cerca. Pero, por ejemplo hacer cortes, llegar a hacer sangre, si eso me gustara, me excitara, sería eso bueno de pornerlo en práctica (siempre bajo concenso mutuo)? Yo siempre he dicho que no, con mi propia moral me freno, y al final el control toma mas participación, tanto en las sesiones como en la forma de ver el bdsm... Y con dudas termino este post, quería hablar sobre el placer, mi placer, el que proboca esa temible sonrisa despiadada, y he acabado destapando dilemas. Sin querer encontrarlas, he hallado preguntas.


Hace unos días tuve una de mis chispas que encienden una bombilla, de aquellas que tengo una vez... al año, jajaja. Se me paso por la cabeza una comparación metafórica (a veces me parece que sin metáforas no sabría hablar) para lo que es conocer a alguien, sobretodo por internet. Ya sabemos lo que significa, riesgos, etc que hay y no será en este post que lo cuente, sinó lo que contaré es la metáfora que representa el proceso de conocer a alguien. Algo que sabes cuando empieza, pero nunca cuando, ya que si nunca nos llegamos a conocer del todo a nosotros mismos menos menos será con otra persona, o al menos así debería ser. Dicha metáfora es el río.


Mi memoria me trajo a aquellos recuerdos de hace años, cuando era scout (escolta en catalán) y nos encontrábamos ríos de fresca agua en el Pirineo, donde nos bañábamos. Eramos jóvenes, y por lo tanto atolondrados e impacientes, seguramente por eso entrábamos todos corriendo la fresca agua, la cual pasó de cristalina a marrón, normal con tantos pies agitando la agua con la propia tierra del río. Cuando eso pasaba debías esperar quieto un rato a que la tierra se aposentara, volviendo a su sitio, para poder ver de forma clara el agua del río. Entonces, poco a poco, despacio ibas conociendo sus rincones, donde había piedras, la parte más profunda, sus peces, incluso si había alguna culebra. Llegar a conocer completamente el río, cada uno de sus rincones, como crecía durante las llubias, como es reducía durante las sequías, sus afluentes, donde termina y donde empieza... Eso llevaba tan tiempo que era prácticamente imposible, y la mayoría de veces salías del río conociendo solo una chiquitina parte de él, sin llegar a conocer su profundidad. Y creo, que en gran parte eso es lo que sucede conociendo a alguien.


No digo que seamos ríos, no exactamente, sino que conocernos es como conocer al río. Cuando conocemos por primera vez a alguien y decidimos hablar y hablar, y nos gusta y seguimos hablando entramos en el río. Hemos tenido la primera impresión que es el color del agua desde fuera, la temperatura incluso el sabor si la probamos. Luego entramos en ella, pero debemos esperar una vez dentro para poder empezar a ver en su interior. A veces hay personas que llevamos años conociendo y de vez en cuando descubrimos o hacen algo que nos sorprende, y nos damos cuenta que aun no conocemos del todo a esa persona.


En la actualidad, para conocer a mas personas, sobretodo mujeres. Todos sabemos que si vas a un local siempre hay mas hombres que mujeres, y no tengo ningún problema en debatirlo. Entonces para conocer a mujeres del rol deseado y también para aprender, etc. se usán mucho y cada vez más las redes sociales. Donde conocer a alguien es aun más difícil, ya ya no es solo bañarse en el río y esperar que reposen sus aguas, sinó que además se hace con los ojos cerrados Así que cuando conozcáis a alguien, o alguien que lleváis tiempo conociendo os sorprenda acordaos del río. Pero sobretodo, si halláis un río que el sonido de sus aguas corriendo os relaje, sus fresca agua os revitalice, su simple presencia os conforte y además bañarse en él sea todo un placer; cuando esto pase PACIENCIA. No te salgas de él a la primera piedra o culebra, ten paciencia, despacio y poco a poco lo irás conociendo, hasta que un día lo conozcas quizás mejor que él mismo...


P.D.: Todos sabemos que las culebras de río no son venenosas ;)

A menudo se habla de la necesidad de la sumisa, la cual se hace aun más grande cuando ella queda sola, sin la mano de su Amo, quien ahora a lo mejor ya tiene a otra... pensará ella. Y lo que quiero hablar ahora es sobre la necesidad como dominante de ser Amo, y como nos podemos sentir cuando se termina la relación d/s.

Una persona dominante, al igual que una sumisa, sabe que lo es por esa necesidad que siente en su interior desde "siempre". A veces solo falta ubicar-la, escucharla, comprender y hacerlo forma parte de conocerse, no solo como dominante sinó como persona. Comprendí bien esta necesidad hace dos años, cuando abrí la caja de Tayel, despertando-la con fuerza, a la vez que sintiéndome completo y en paz al alimentarla. Y es lo normal cuando tienes tu sumisa, sacias la necesidad, es alimentada y al serlo te sientes lleno, no solo como Amo, también como persona. Pero las relaciones entre personas no siempre son fáciles, además de los factores externos y por lo tanto las relaciones terminan, y aihhh cuando esto pasa... Y aquí quería llegar, a la necesidad del dominante, la real, la que te aprieta cuando no tienes tu valioso tesoro.

La relación termina y te quedas sin tu sumisa, no tiene porque ser así pero hablaré de esta posibilidad. Entonces, un vacio enorme queda en tí, proporcional a la profundidad y a la entrega de la relación, como mayor entrega y control mayor será el agujero. Los días pasan lenta y pesadamente, revisas tu móvil pero sus mensajes diciéndote que ha comido, que ropa lleva, qué está haciéndote, siguiendo tus tareas, etc. todo eso ya no está terminó, y los únicos mensajes que hallas son los de grupos de watsap y alguna amistad perdida. Entonces esa necesidad aprieta tanto que empieza a influirte, en tu estado de ánimo, en tu carácter, y los días de paz y felicidad absoluta quedan lejanos como si años hubieran pasado. Y tu, gran dominante, paciente, inteligente y de gran voluntad, que lo puedes controlar todo es ella, la necesidad la que te acaba doblando a ti. Y cual es tu respuesta? Llenar la necesidad de la única manera que sabes: con tu sumisa. Aquí puede variar dependiendo de si estuviste enamorado o no de tu antigua sumisa y de algún otro factor, como tu gestión emocional.

Vuelve la búsqueda de la sumisa y empiezas, poco a poco, a hablar con distintas, tampoco muchas, tu no vas a pescar con red, sinó que seleccionas bien las candidatas, y aunque eso parezca nada tu necesidad empieza a aflojar, vuelves a sentirte dominante, publicas por internet, vas a locales, interactuas incluso llegas a jugar. Entonces, cuando te has rehecho, pero no eres consciente, aparece sin buscarla una sumisa con la que te entiendes. Hablais cada día durante horas, y en pocos días habéis generado una gran confianza mutua y te dices ella debe ser mía... Y sabes que si no eres capaz en ese momento de pensar fríamente, te lanzarás de cabeza y te precipitarás. Lo sabes y te lo recuerdas, pero todo ese tiempo, que a lo mejor solo han sido unos meses, para ti ha sido un desierto eterno. Ese momento es clave, si dejas pasar demasiado tiempo la puedes perder, pero si te avanzas antes de hora sabrás que aun no es tuya, y otra vez tu voluntad deberá luchar contra tu necesidad, así, cíclica-mente hasta encontrar el equilibrio.

P.D.: Quiero dejar claro que solo expreso una opinión propia, mi punto de vista, y que cada uno/a tiene el suyo, siendo todos igual de válidos.


Cantos de sirena huyen sin control,

siguiendo el ritmo de las olas del mar,

tus labios rojos, la luna que sube y baja

la marea de tus cantos, tus engaños...


Más allá de luna roja brillan las dos estrellas,

sólo un par forman la más bella constelación,

su luz me hipnotiza, blanca dama...

visita-me en las oscuras noches, aguárdame,

deja sentarme en ti, abrazar tu intensa mirada,

sólo así te hallaré, musa, hada ángel, mi alma...



Abre las ventanas, y entraré, abre los ojos y no te soltaré.

Sin rima I: sólo si quisieras

 

Sólo si quisieras, sería...

 

       La manta que tu piel cubriría

       del frío de la soledad, de noche y de día.

       La hoguera que mantendría siempre

       tu corazón ardiente y tu piel caliente.

       Una mirada furtiva que tu piel ariza,

       ojo vigías para perderte...

       y luego hallarte aún más bella.

       El guardián de tu alma, tu cuerpo,

       para acurrucar tus miedos, excitar...

       tus sueños y despertar tus esperanzas.

 

Sólo si quisieras, te daría...

 

       Despertares con rosas y besos,

       en las mañanas de nuestros encuentros.

       Realidades con sabor a sueños.

       Angustias ahogadas en el mar de la calma.

       Una voz afín, que te conforte y aduerma

       cuando el miedo y el dolor te pueda.

       El sentido de mi existencia,

       pues sin tí... no hay ninguno.      

 

Sólo si quisieras, dejarte...

 

       Mimar como una niña pequeña

       una mágica noche de reyes magos,

       siendo mágicas todas las noches

       y yo tu único mago, tu único rey.

       Amar por mis labios, mi piel.

       Caer en mis brazos, llorar en mis manos

       y dormir en mis hombros.

       Llevar sin saber donde, por nada más

       que el sonido de nuestro aliento, y la brisa

       que resopla tu pelo el idioma del viento.

 

Sólo si quieres que sé y que te dé

Deja que te encuentre...

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