Socialmente el sadismo no está bien visto, al menos actualmente y de una forma un tanto hipócrita. Eso me ha llevado durante años a reprimirme, disimular, incluso a mentir o hacer el hipócrita en algunas ocasiones (mas de las que hubiera querido) a quedar como un loco o alguien peligroso. Pero veamos mi carita, si tengo cara de ángel, soy un pedazo de pan, pero en un breve instante esa carita se transforma con una larga sonrisa y una profunda mirada cobrando forma de perversión. Que lo provoca? El placer, el placer que obtiene "una parte de mi" cuando la cojo del cuello y estampo contra la pared acariciando so rostro con un cuchillo, viendo el miedo en ello. Placer, cuando a base de azotes le saco un grito, o tirando con fuerza de las pinzas que cuelgan de ella, mil formas hay de convertir esa carita de santo en la que hay en mi perfil (con una sonrisa mas larga aun), como si se unieran la mirada de Annibal Lecter y la sonrisa del Jocker. Y solo basta una cosa, dolor, no cualquier dolor, obviamente si veo gente muriendo por la tele soy el primero en cabrearme; me refiero a aquel dolor excitante. Creo que incluso para mi mismo es aun difícil de contarlo, decirlo o expresarlo. Sencillamente es una respuesta en forma de placer que me da "mi mente", al igual que mi miembro se pone eréctil con un cuerpo femenino de mi agrado, lo hace con el dolor. Sonrío de forma satisfactoria mientras ella tiembla (el causar miedo es una de mis debilidades), me caliento con sus gritos y con su rostro, me orgullezco y "alegro" al revisar las marcas. Pero creo, y me estoy dando cuenta mas a medida que escribo, que aun falta conocer mejor esa parte, conozco bastante bien la dominación, pero este placer, quizás me falte explorarlo mas, e incluso conocer los limites, pues creo que aun estoy lejos.
Al final me doy cuenta que la moral, que mi mente, que mi control frenan ese sadismo, no valoraré si esto es bueno o malo, sencillamente pasa, y seguramente sea por eso que aun no conozco su limite, ni de cerca. Pero, por ejemplo hacer cortes, llegar a hacer sangre, si eso me gustara, me excitara, sería eso bueno de pornerlo en práctica (siempre bajo concenso mutuo)? Yo siempre he dicho que no, con mi propia moral me freno, y al final el control toma mas participación, tanto en las sesiones como en la forma de ver el bdsm... Y con dudas termino este post, quería hablar sobre el placer, mi placer, el que proboca esa temible sonrisa despiadada, y he acabado destapando dilemas. Sin querer encontrarlas, he hallado preguntas.
El Muro