Mi memoria me trajo a aquellos recuerdos de hace años, cuando era scout (escolta en catalán) y nos encontrábamos ríos de fresca agua en el Pirineo, donde nos bañábamos. Eramos jóvenes, y por lo tanto atolondrados e impacientes, seguramente por eso entrábamos todos corriendo la fresca agua, la cual pasó de cristalina a marrón, normal con tantos pies agitando la agua con la propia tierra del río. Cuando eso pasaba debías esperar quieto un rato a que la tierra se aposentara, volviendo a su sitio, para poder ver de forma clara el agua del río. Entonces, poco a poco, despacio ibas conociendo sus rincones, donde había piedras, la parte más profunda, sus peces, incluso si había alguna culebra. Llegar a conocer completamente el río, cada uno de sus rincones, como crecía durante las llubias, como es reducía durante las sequías, sus afluentes, donde termina y donde empieza... Eso llevaba tan tiempo que era prácticamente imposible, y la mayoría de veces salías del río conociendo solo una chiquitina parte de él, sin llegar a conocer su profundidad. Y creo, que en gran parte eso es lo que sucede conociendo a alguien.
No digo que seamos ríos, no exactamente, sino que conocernos es como conocer al río. Cuando conocemos por primera vez a alguien y decidimos hablar y hablar, y nos gusta y seguimos hablando entramos en el río. Hemos tenido la primera impresión que es el color del agua desde fuera, la temperatura incluso el sabor si la probamos. Luego entramos en ella, pero debemos esperar una vez dentro para poder empezar a ver en su interior. A veces hay personas que llevamos años conociendo y de vez en cuando descubrimos o hacen algo que nos sorprende, y nos damos cuenta que aun no conocemos del todo a esa persona.
En la actualidad, para conocer a mas personas, sobretodo mujeres. Todos sabemos que si vas a un local siempre hay mas hombres que mujeres, y no tengo ningún problema en debatirlo. Entonces para conocer a mujeres del rol deseado y también para aprender, etc. se usán mucho y cada vez más las redes sociales. Donde conocer a alguien es aun más difícil, ya ya no es solo bañarse en el río y esperar que reposen sus aguas, sinó que además se hace con los ojos cerrados Así que cuando conozcáis a alguien, o alguien que lleváis tiempo conociendo os sorprenda acordaos del río. Pero sobretodo, si halláis un río que el sonido de sus aguas corriendo os relaje, sus fresca agua os revitalice, su simple presencia os conforte y además bañarse en él sea todo un placer; cuando esto pase PACIENCIA. No te salgas de él a la primera piedra o culebra, ten paciencia, despacio y poco a poco lo irás conociendo, hasta que un día lo conozcas quizás mejor que él mismo...
P.D.: Todos sabemos que las culebras de río no son venenosas ;)
El Muro