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    Tener fe en tu Dominante conlleva no tener miedo

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    Mi primer sometido es mi control, siempre está a mi servicio

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    Manejar el silencio es más difícil que manejar el látigo

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    Mi alma necesita tanto mimo como mi cuerpo castigo

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    Después de una sesión, la mano que te domina te debe acariciar

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    El precio de Dominar es la responsabilidad

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Sentidos


“Amor, tranquilo no te voy a molestar 

mi suerte estaba echada, ya lo sé 

y sé que hay un torrente dando vueltas por tu mente 

amor lo nuestro solo fue casualidad 

la misma hora, el mismo bulevar 


No temas no hay cuidado 

no te culpo del pasado 

ya lo ves, la vida es así 

tú te vas y yo me quedo aquí 


Lloverá y ya no seré tuya 

seré la gata bajo la lluvia…”


Salió de la ducha inmediatamente, escupiendo lágrimas de agua en el suelo. Apagó la radio, hacía años que no soportaba escuchar aquella canción de Rocío Dúrcal. Descolgó la toalla rosa a topos blancos, y se secó las otras lágrimas.


Habían pasado años. Dulce tortura. ¿Qué tiene de dulce esta eterna espera? Él no volverá nunca, lo dejó bien claro: “No te quiero suficiente. Lo siento. ¿Amigos? O nada.” 


Amigos respondió ella, dijo amigos, pero sólo fueron conocidos. Ahora parecía increíble pensar que ella, una auténtica “pantera negra” dejara de morder para “Ser” durante aquellos meses que había estado con él, la lengua de la gata que lamía la mano de su Amo.


Qué lejanas sonaban todas aquellas palabras, ahora ya sin sentido: “Cómo me impone mi Amo… es increíble, cómo me impresiona. Me mide, con cada palabra, con cada mirada, con cada gesto… mi Amo me mide. Y me reduce, como el fuego reduce al caldo… Sumisa de tu coco, así es como me siento… Sumisa del poder de tu mente. La pantera negra cuando está con su Amo es como una gatita…”


Había sido una mujer que siempre había tenido… “una tendencia a sentirme poca cosa, muchas veces... De eso tiene la culpa la etapa vivida con mi ex, sin lugar a dudas. Pero desde hace un año, aunque a menudo me sienta poca cosa, lo hago con la diferencia de saber que no lo soy.”


Además de su ex marido y de ella misma, habían otras personas que la habían ayudado a perderse en remolinos de desequilibrio, por ejemplo los numerosos amantes y follamigos que, la mayoría de veces, la habían hecho sentir basura. Pocos meses antes de conocer a su Amo, esos tristes pensamientos empezaron a partir rumbo al “nunca jamás”, aunque algunas veces se seguía sintiendo miserable, cerrar la llave de la experimentación la ayudó a valorarse primero, y a salir del contenedor de desechos humanos después. Se dio cuenta que era más mujer que “chuleta de cordero”, y miró también en su interior, en lugar de sólo a su entrepierna. Cambió el “en oferta” por el “avance de temporada”, sin por ello renunciar a ser ella misma.


Canceló casi todos los perfiles, en todas las páginas, y casi abandonó por completo el mal vicio de los perfiles duplicados, o triplicados, con identidades distintas. Bueno, no lo olvidó del todo… ya que los vicios y las adicciones no se superan fácilmente. Unos días después apareció él, mejor dicho, reapareció. Lo reconoció muy rápido, por su forma de hablar y de escribir. Ya habían conversado años atrás, entonces había sentido miedo, no le había caído demasiado simpático, quizás contribuyó el que no mostrara ningún interés en follársela como los otros, o quizás la causa fue una especie de prepotente seguridad que desentonaba por completo en un lugar donde todos decían “lo que tú quieras, guapa”. A pesar de eso, no había podido olvidar aquella sensación de miedo y aquel extraño mariposeo en forma de nudo en su estómago. Recordaba perfectamente las características de quien una vez le había escrito: “¿me detengo o paso de largo?”. Ella entonces le respondió que no le gustaban las prisas y obtuvo como respuesta una repetición del  “¿me detengo o paso de largo?”. En aquella ocasión prefirió que pasara de largo y él, tras despedirse muy educadamente, desapareció.


En esta segunda ocasión su actitud fue muy distinta, y la de él también. Resultó muy fácil saber de quién se trataba y, esta vez, ella le permitió detenerse…


Cuando empezó con su Amo, los pocos pensamientos negativos sobre ella misma que le quedaban, desaparecieron por completo de su mente. Él la ayudó a sentirse más segura y, poco a poco, se fue abriendo como una flor, mostrándole toda la luz y oscuridad de su interior. Sus palabras empezaron a expulsar infinidad de contradicciones, desparramadas como un puzle de miles de piezas, cuya temática no era otra que la escenificación del gran conflicto que se debatía en su interior…


Aunque al principio no lo creía, en poco tiempo empezó a tener la certeza de que su Amo sabría leer en ella...: “Ese día comprenderás muchas de mis contradicciones, mi lucha interior, mi gran conflicto. Y ese día sé que mi Amo me escuchará, atento, y al margen de la valoración que le produzca mi confesión, mi Amo no pensará que soy tonta… Nooo… Mi Amo comprenderá un montón de cosas.”


Su Amo siempre escuchó atentamente lo que a lo largo de los meses le explicaba con palabras, miradas y gestos; y la ayudó a entenderse mejor, sin condescendencia ni paternalismo, haciéndole entender que una sumisa siempre es una mujer fuerte y capaz, siempre más fuerte que cualquier Amo que pueda tener. Por eso puede entregarse y superar sus miedos, algo que un Amo nunca será capaz de hacer.  A pesar de sus lágrimas, él siguió apretando muy lentamente las tuercas de su psique, casi de forma imperceptible, hasta que su llanto cesó, permitiendo que todo su dolor fuese expulsado de su cuerpo y se transformaron en placer y equilibrio. Había aprendido a ser fuerte y, a partir de entonces, nunca más volvió a azotarla. Ya no lo necesitaba. Fue entonces cuando empezó a sentir, con naturalidad, un intenso poder que serenaba sus emociones y que la sometía hasta traspasar, con flujo, todas las prendas. Y así empezó a quererlo…


Fue un Amo severo con ella pero no injusto, cariñoso y muy exigente, pero no la quiso, le tuvo cariño, pero no la quiso como había querido a otras sumisas. Ella siempre lo supo, él se lo dijo, y aunque no le gustaba, lo aceptaba esperando que algún día eso cambiara. Maldecía en soledad, pero se callaba, nunca había podido reprocharle nada. Así lo sentía, pero no estaba en sus manos poder cambiar sentimientos. Él nunca le prometió demasiado y muchos menos algo que no hubiese cumplido. Además, a pesar de no quererla como ella deseaba, seguía siendo el hombre que más la había querido. ¡Qué ironía!  Obtuvo placer, el que le dio como hombre dominante, y se sintió arropada en muchos momentos. Lo había sentido siempre así, dominante, incluso antes de ser su Amo, y también después de serlo. No podía evitarlo.


Así había sido su Amo, su único Amo, no había conseguido tener otro, aunque lo intentó en varias ocasiones, y estuvo registrada en un par de páginas especializadas, donde consiguió quedar para tomar diversos y aburridos cafés y conoció frías y tenebrosas habitaciones de hotel, pero en un año se cansó de solo sentir poder sobre su cuerpo y decidió dejar de ser gatita, para volver a ser pantera.


Dos años después de su despedida, apenas había vuelto a hablar con él, aunque para su mente seguía “Siendo...” ¿Acaso solo se podía ser de un Amo si se tenía sexo o juego erótico con él? ¿No era suficiente con pensarlo o reconocerlo como Amo? Aunque no mantenía apenas trato, obviamente tampoco ningún tipo de contacto físico, ni tenía un vínculo hablado o establecido, ni juego de ninguna clase, su alma y su mente sentían que él sería siempre su Amo, aunque no se vieran nunca más. Sabía que podría tener amantes, novios, parejas o incluso un nuevo marido, siendo optimistas quizás algún Dominante, pero probablemente nunca más un Amo.


Era de las que pensaba que los Amos no eran como las setas y que a lo largo de la vida solo podía haber un Amo, como mucho dos, el resto serían intentos que terminarían sin ninguna presencia en su mente y mucho menos en su alma. Pensaba que no podría ni quería sentir por otro Amo, aunque sí deseaba sentir por otro hombre. Estaba completamente segura que su aventura en el BDSM había terminado, sin tristeza ni dolor, todo lo contrario, contenta y satisfecha de saber que su interior nunca sería profanado inmerecidamente por quienes no demostraran capacidad para equilibrar la huella de su Amo, con una marca igual o superior.


Él era conocedor del afecto que ella le profesaba y por eso había evitado facilitarle conversar con asiduidad. Aún y hablando en muy pocas ocasiones, sentía su daño y notaba como ella lo mordía ligeramente, la pantera mordía al que fue su Amo pero lo hacía con dientes de gatita. Cuantas veces seguramente habría deseado pegarle un zarpazo y herirlo de muerte, pero cuando estaba a punto, hablaba y sentía sin querer sentir, sentía simplemente hablando de cualquier tema y su inconsciente la detenía, por qué había sentido más hablando con él que follando con algunos. Recordaba como la había enseñado a contenerse y ahora no sabía si morderlo, o lamerlo… No sabía cómo manejar esa mezcla de amor no correspondido, aunque no ignorado, con algo que no era odio pero se le parecía. Se contenía y lamía arrastrando sus dóciles colmillos y en esa contención del resentimiento, su coño se humedecía con tan solo diez minutos de coloquial conversación whatsappera o telefónica. Su mente volaba a otra dimensión tan solo leyendo lo que él escribía y se daba cuenta de que mejor dejar pasar unos meses más, hasta la próxima charla…


No era capaz de hincarle los dientes, aún queriendo y a pesar de sentirse dolida, también se sentía contenta y satisfecha por lo que le hizo sentir. Sin embargo, lo que no conseguía evitar era esa pizca de sutil ironía que le salía impulsivamente del alma y que estaba segura que él entendía perfectamente. No podía acusarlo de haberla tratado mal, pero necesitaba decirle que también él podía haberle entregado más sentimiento. Luego la razón le devolvía la consciencia para comprender que la entrega del alma no puede ser exigida cuando no se ofrece de forma natural y sentida.


A pesar de estar tan solo separados por ocho kilómetros de distancia, ella no había querido volverlo a ver. Cuando conversaban,  lo hacían con cordialidad, pero ella seguía contenida… No era capaz ni tenía motivos para argumentar reproches, pero algunos de los puntos suspensivos que colocaba, delataban el deseo de que hubiese sido “mejor persona” con ella, en lugar de haberlo sido con otras.


“- Y te felicito por tener ese buen corazón.

- Bueno me he preocupado de los demás más de lo que crees, también como Amo. Pero me lo quedo yo. Tú sabes que he respondido cuando me has llamado.

- Bueno, yo me quedo con el saber que nunca me equivoqué al pensar y decir de ti que eres buena persona, porque lo eres…”


Nunca fue su propósito, durante aquellos años, recordar a su Amo, al que siempre trató de tú y con el que no tuvo ningún límite, pero tampoco se esforzó en olvidar a quien le había dedicado no únicamente deseo erótico, sino también entrega amorosa: “Cierra los ojitos un momento y… siente como mi lengua dibuja, lentamente, tus labios…”


El día que ella perdió a su hermano, tras una grave enfermedad, no fue en busca del apoyo de su ex marido, a pesar de seguir siendo compañeros de trabajo, ni buscó consuelo en ninguno de sus amigos o amigas, tampoco contactó con el más dotado de los follamigos, o con alguno de los amantes con los que había compartido lecho durante aquellos años locos. Ese día, llamó al que había sido su Amo, y él acudió... No se habían visto desde la ruptura, varios años atrás.


- Lo siento mucho. Lamento que nos veamos por este motivo. ¿Cómo estás?


- Bien, dentro de lo que cabe. Llevaba años luchando y, ahora al final, ya deseaba que descansara. Tenía tus años, por eso me he acordado de ti. Ha dejado de sufrir, pero no había hecho nada para merecerlo.


- Entiendo. No sé qué decirte, nunca sé que decir en estas situaciones. Lo siento mucho.


- Alguna vez deseé que tú fueses él, para que supieras lo que es sufrir. Lo deseé con el alma, para que conocieras el sufrimiento. Luego apartaba ese deseo, al recordar que tú también has sufrido, aunque no conmigo, ni por mí. Siempre llevaré esta foto en el bolso, para recordarlo. Mira, es de hace dos años. También llevo el vibrador que me diste, aunque ya no funciona.


- No te di ningún vibrador, te lo quedaste, pero eso no importa. Pienso que no deberías cargar ni con su foto ni con mi vibrador. Mejor compra un marco para la foto y ponla en el comedor; el vibrador mételo en una caja. Debes vaciar el bolso de recuerdos.


- He deseado verte muerto las mismas veces que he deseado volver contigo. También me he arrepentido de tener ese tipo de pensamientos. Ya sabes cómo soy. ¿Sigues con ella?


- Sigo con ella, me ha dado recuerdos y ánimos para ti.


- No quiero nada de ella, ni siquiera su compasión. Siempre con esos aires de grandeza, de señorita culta y presuntuosa. Me perdonarás, pero siempre la vi así. El día que la trajiste supe que te había perdido para siempre.


- Nunca te engañé. Siempre te dije que iba a intentar tener tres sumisas durante unos meses y que iba a quedarme con una. Tú aceptaste el reto y las demás también.


- Lo sé y fue culpa mía creer que sería yo, pero fue muy cruel por tu parte introducirlas cuando tú y yo ya llevábamos muchos meses juntos y solos. Pensé que ya no buscarías a nadie más. Me hiciste daño y te he odiado muchas veces por eso, pero no te reprocho nada, siempre fuiste claro. Fue culpa mía creer demasiado en mis posibilidades, en mi fortaleza mental y en lo que sentías tú por mí. Yo soy la que más te quiso, de eso no te quepa ninguna duda. También sé que me quisiste, pero no como habías querido en otras ocasiones. Eso siempre me dolió mucho. Hubiese preferido no saberlo, ni sentirlo. Aún así, tengo mucho que agradecerte, y tú a mí. No te di ningún problema, ni durante, ni después.


- No siempre quien más nos quiere es a quien más queremos. Nunca te engañé. Tardé en introducirlas porque me costó encontrarlas, pero siempre te dije que lo haría. Quise vivir eso, y lo viví. ¿Por qué me has llamado a mí?


- Te he llamado, por qué aunque me dueles, te aprecio por cómo eres. Hoy necesitaba a alguien que no viniese por compromiso y sólo conozco a una persona capaz de poder decirme: “no quiero venir” en lugar de usar la excusa de “no puedo venir”. Me hiciste mucho daño como Amo, pero también has sido el hombre que menos me ha defraudado como tal. Los hombres siempre me habéis hecho daño, todos, algunos incluso casi me han maltratado, mi ex marido, por ejemplo, no es nada nuevo para mí, pero sólo tú has sido siempre sincero conmigo. Por eso te he llamado a ti.


- Gracias. Lo siento. Lo siento de veras. Me hubiese gustado venir por otro motivo y lamento el daño que pude haberte hecho. Ya te lo dije entonces. Han pasado muchos años y tú sabías los riesgos. Pudiste haberte retirado y también sabes que gracias a esa situación de competitividad, sentiste cosas que no hubieses sentido nunca.


- No te justifiques, no te reprocho nada, simplemente te digo mi verdad y como me sentí. Sentir no lo es todo, querer sí. Puedo darme placer a mí misma, pero no puedo besarme a mí misma. Me salí del BDSM por eso, recibía más placer que besos. Sólo me besaste de verdad tú y otro, aunque podíais haberme besado mucho más, por lo menos como a otras; el resto solo sexo y deseo. Pienso que algunas veces también podrías haberte ahorrado tanta sinceridad conmigo, aunque solo fuese para evitarme más llanto. Creo que no es necesario usar la verdad con crueldad. Lo que sí te agradezco, aunque nunca te lo dije, es que nunca me hiciste comerles el coño a ellas, particularmente a quien tú ya sabes. Lo hubiese hecho, pero la humillación que hubiese sentido habría rozado el límite de lo soportable. ¿No me lo hiciste comer por eso, verdad?


- No es necesario que hables así de ella. Nunca te hizo nada, fui yo, no ella. Si quieres que me vaya, me voy, no he venido para hablar de lo que pasó hace años, ni para escuchar reproches de hace tanto tiempo. Ella no tiene mal concepto de ti y te aseguro que nunca me ha hecho ningún comentario negativo, ni nada. Es buena persona, como tú, simplemente sois diferentes. Si te resulta molesta mi presencia, me voy, no pasa nada. Lo entiendo.


- Yo nunca seré capaz de decirte que te vayas, pero ya no te quiero. Y me fui antes de que te quedaras con ella, porque ya sabía que había perdido, pero te dejé yo a ti, no tú a mí. Eso quiero que lo tengas muy claro, te dejé yo a ti. Hay cosas que se notan. ¿Sabes? Y esas cosas duelen. Te respeto y te agradezco todo lo que me hiciste sentir, pero no te perdono el daño que me hiciste. Gracias por haber venido. ¿Puedo abrazarte?


- Sí, claro.


- Gracias. Que raras me suenan estas “gracias”. Eres la persona a la que más veces le he dado las gracias, aunque muchas de ellas eran protocolarias. Esas no cuentan.


- ¿Sabes una cosa? Yo también he tenido la suerte de saber lo que se siente cuando te abraza una persona que te hizo daño en el pasado.



NOTA: La documentación que aparecerá en este blog, tanto gráfica como escrita, es posible gracias a la generosidad de las personas que me la regalaron o mostraron, mientras era su Amo (y pareja la mayoría de veces) o incluso una vez había dejado de serlo. Mi compromiso y la palabra que di a esas personas fue que nunca una de mis publicaciones las perjudicaría o comprometería en nada. Asumí la responsabilidad y el compromiso de anonimizar todo el material tratado, susceptible de ser mostrado o publicado, exclusivamente a título informativo, literario, pedagógico, con finalidades creativas o a modo de ejemplos ilustrativos.


Sentidos Sep 18 '15 · Calificar: 4.50 · Comentarios: 6
Yin_Yang

Hay tantas cosas que no puede decir una esclava… nuestra obligación es guardar silencio y obedecer. Pero… y los sentimientos?


Entregamos nuestro cuerpo, entregamos nuestra alma pero… la cajita de los sentimientos permanece dentro de nosotras…el corazón.


Las esclavas guardamos nuestros pensamientos y nuestros sentimientos en el corazón. Pero el corazón tiene ventanas y son traicioneras. A veces se abren, sin que podamos evitarlo, y muestran lo que permanece oculto en el interior. 


Una de las reglas básicas para una sumisa es que no debe mirar directamente a los ojos de su Amo.  Puede parecer un inconveniente pero, también es una ventaja para mantener salvaguardados nuestros secretos.


Pero Ud. quiere que lo haga, me exige que le mire y es entonces, cuando por la expresión de su mirada, veo que las ventanas de mi corazón se han abierto de par en par. Y lucho por cerrarlas, pero Ud. no me deja… 


Y me siento vulnerable porque sé que es capaz de ver en mis ojos hasta los secretos más escondidos en el fondo de mi corazón, secretos que, ni yo misma conozco… 


Y muchas veces me pregunta o me exige que le diga lo que estoy pensando… Pero Amo… si Ud. lo sabe mejor que yo. Si Ud. sabe más de mí que yo. 


Y es por eso que ahora le digo…


Amo,  por favor… cuéntemelo. Qué ve en mis ojos???

 


Yin_Yang Abr 27 '15 · Calificar: 4.50 · Comentarios: 4
aliciia Moderador

4º Aniversario de Su marcha.


Un año mas que pasa y con este ya van cuatro.

1.460 días con sus 1.460 noches y ni uno solo de esos días han pasado sin tenerle presente.

Mi por siempre amado y añorado Señor, mi Amo Perverso.... siempre estará conmigo, lo llevo en mi piel, en mi mente y en mi alma.

Mientras espero nuestro ansiado reencuentro en la eternidad.... seguiré aquí, manteniendo vivo su recuerdo y como no puede ser de otra manera... siendo Su mas fiel esclava y guardiana de Su amor.


aliciia (Su rosa encadenada).


P.D: A continuación dejo un vídeo regalo de mi buena amiga marelena y que acompañan mi sentir...



aliciia Mar 7 '15 · Calificar: 4.50 · Comentarios: 5
Katerina
Poco tiempo después de empezar a moverme por este maravilloso mundo que es el BDSM, el destino me guió hasta una persona, que hoy por hoy, es muy importante en mi vida. Ya no solo por haberme ofrecido tu consejo, sino por su gran calidad humana.

Hoy escribo estás palabras dedicadas a ti, porque tienes toda la razón del mundo. Me advertiste que ciertos "individu@s" miraban lo que para ti es un sentimiento, una relación de cariño, una forma de vida, como una institución, y así he podido comprobarlo.

Me dijiste que conocería personas que valdrían la pena y otras que no tanto...ya que algun@s de est@s "individu@s" son los que piensan y actúan como si el BDSM fuera una institución.


Para mí nadie tiene la Lay en su mano, y cada uno es libre de ejercer como desee, siempre con el máximo respeto hacia la otra persona, y bajo los límites pactados previamente para cada momento.


Dentro del BDSM hay un Protocolo, Normas y Reglas que están hay como un modelo de referencia, en mí opinión, nadie debería sentirse obligado a seguirlas al pié de la letra.

Pondré un ejemplo:-el "título" de Am@, debería de ganarse por la parte Dominante hacía su sumis@ y no exigirse desde el primer momento que se dirijan así, al igual que la parte sumis@ debe de ganarse el orgullo de poder dirigirse hacia la parte Dominante como su "Am@", otra cosa es que deban dirigirse hacía todos los Dominantes con respeto.


Y en cuanto a cuidar las escenas y los detalles en las sesiones, pienso que se puede dominar vestido de cuero, o de cualquier manera que nos resulte agradable, depende de lo que apetezca en cada sesión y con cada persona. 


Somos libres desde que nuestras madres nos trajeron al mundo, y seguiré siéndolo hasta el día que en que cierre los ojos para siempre.


Un saludo.


Katerina Oct 21 '14 · Calificar: 4.50 · Comentarios: 2
aloma36

Entonces apareció el zorro:

- ¡Buenos días! -dijo el zorro

- ¡Buenos días! -respondió cortesmente el principito que se volvió pero no vio nada.

- Estoy aquí, bajo el manzano -dijo la voz.

-¿Quién eres tú? -preguntó el principito-. ¡Qué bonito eres!

- Soy un zorro -dijo el zorro.

- Ven a jugar conmigo -le propuso el principito-, ¡estoy tan triste!

- No puedo jugar contigo -dijo el zorro-, no estoy domesticado.

- ¡Ah, perdón! -dijo el principito.


Pero después de una breve reflexión, añadió:

- ¿Qué significa "domesticar"?

- Tu no eres de aquí - dijo el zorro- ¿qué buscas?

- Busco a los hombres -le respondió el principito-. ¿Qué significa "domesticar"?

- Los hombres -dijo el zorro- tienen escopetas y cazan. ¡Es muy molesto! Pero también crían gallinas. Es lo único que les interesa. ¿Tú buscas gallinas?

- No -dijo el principito-. Busco amigos. ¿Qué significa "domesticar"? -volvió a preguntar el principito.

- Es una cosa ya olvidada -dijo el zorro-, significa "crear vínculos..."

- ¿Crear vínculos?

- Efectivamente, verás -dijo el zorro-. Tú no eres para mí todavía más que un muchachito igual a otros cien mil muchachitos y no te necesito para nada. Tampoco tú tienes necesidad de mí y no soy para ti más que un zorro entre otros cien mil zorros semejantes. Pero si tú me domesticas, entonces tendremos necesidad el uno del otro.  Tú serás para mi único en el mundo, yo seré para ti único en el mundo...

- Comienzo a comprender -dijo el principito-. Hay una flor...creo que ella me ha domesticado...

- Es posible -concedió el zorro-, en la Tierra se ven todo tipo de cosas.

- ¡Oh, no es en la Tierra! - exclamó el principito.

El zorro pareció intrigado:

-¿En otro planeta?

- Sí.

- ¿Hay cazadores en ese planeta?

- No.

- ¡Qué interesante! ¿Y gallinas?

- No.

- Nada es perfecto -suspiró el zorro.


Y después volviendo a su idea:

- Mi vida es muy monótona. Cazo gallinas y los hombres me cazan a mi. Todas las gallinas se parecen y todos los hombres son iguales; por consiguiente me aburro un poco. Si tú me domesticas, mi vida estará llena de sol. Conoceré el rumor de unos pasos diferentes a los demás. Los otros pasos me hacen esconder bajo la tierra; los tuyos me llamarán fuera de la madriguera como una música. Y además, ¡mira! ¿Ves allá abajo los campos de trigo? Yo no como pan y por lo tanto el trigo es para mi algo inútil. Los campos de trigo no me recuerdan nada y eso me pone triste. ¡Pero tú tienes los cabellos dorados y será algo maravilloso cuando me domestiques! El trigo, que es dorado también, será un recuerdo de ti. Y amaré el ruido del viento en el trigo.


El zorro se calló y miró un buen rato al principito:

- Por favor...domestícame -le dijo.

- Bien quisiera -le respondío el principito- pero no tengo mucho tiempo. He de buscar amigos y conocer muchas cosas.

- Sólo se conocen bien las cosas que se domestican -dijo el zorro-. Los hombres ya no tienen tiempo de conocer nada. Lo compran todo hecho en las tiendas. Y como no hay tiendas donde vendan amigos, los hombres no tienen ya amigos. ¡Si quieres un amigo, domestícame!.

- ¿Qué debo hacer? -preguntó el principito.

- Debes tener mucha paciencia -respondió el zorro-. Te sentarás al principio un poco lejos de mi, así, en el suelo; yo te miraré con el rabillo del ojo y tú no me dirás nada. El lenguaje es fuente de malos entendidos. Pero cada día podrás sentarte un poco más cerca...


El principito volvió al día siguiente.

- Hubiera sido mejor -dijo el zorro- que vinieras a la misma hora. Si vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde; desde las tres yo empezaría a ser dichoso. Cuanto más avance la hora, más feliz me sentiré. A las cuatro me sentiré agitado e inquieto, descubriré así lo que vale la felicidad. Pero si tú vienes a cualquier hora, nunca sabré cuando preparar mi corazón...Los ritos son necesarios.

- ¿Qué es un rito? -inquirió el principito.

- Es también algo demasiado olvidado -dijo el zorro-. Es lo que hace que un día no se parezca a otro día y que una hora sea diferente a otra. Entre los cazadores, por ejemplo, hay un rito. Los jueves bailan con las muchachas del pueblo. Los jueves entonces son días maravillosos en los que puedo ir de paseo hasta la viña. Si los cazadores no bailaran ese día fijo, todos los días se parecerían y yo no tendría vacaciones.


De esta manera el principito domesticó al zorro. Y cuando se fue acercando el día de la partida:

-¡Ah! -dijo el zorro-, lloraré.

- Tuya es la culpa -le dijo el principito-, yo no quería hacerte daño, pero tú has querido que te domestique...

- Ciertamente -dijo el zorro.

- ¡Y vas a llorar!, -dijo el principito.

- ¡Seguro!

- No ganas nada.

- Gano -dijo el zorro- he ganado a causa del color del trigo.

Y luego añadió:

- Vete a ver las rosas; comprenderás que la tuya es única en el mundo. Volverás a decirme adiós y yo te regalaré un secreto.


El principito se fue a ver las rosas a las que dijo:

- No son nada, ni en nada se parecen a mi rosa. Nadie las ha domesticado ni ustedes han domesticado a nadie. Son como el zorro era antes, que en nada se diferenciaba de otros cien mil zorros. Pero yo le hice mi amigo y ahora es único en el mundo.

Las rosas se sentían molestas oyendo al principito, que continuó diciéndoles:

- Son muy bellas, pero están vacías y nadie daría la vida por ustedes. Cualquiera que las vea podrá creer indudablemente que mi rosa es igual que cualquiera de ustedes. Pero ella se sabe más importante que todas, porque yo la he regado, porque ha sido a ella a la que abrigué con el fanal, porque yo le maté los gusanos (salvo dos o tres que se hicieron mariposas) y es a ella a la que yo he oído quejarse, alabarse y algunas veces hasta callarse. Porque es mi rosa, en fin.


Y volvió con el zorro.

- Adiós -le dijo.

- Adiós -dijo el zorro-. He aquí mi secreto, que no puede ser más simple: sólo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible para los ojos.

- Lo esencial es invisible para los ojos -repitió el principito para acordarse.

- Lo que hace más importante a tu rosa, es el tiempo que tú has perdido con ella.

- El tiempo que yo he perdido con ella...-repitió el principito para recordarlo.

- Los hombres han olvidado esta verdad -dijo el zorro-, pero tú no debes olvidarla.  Eres responsable para siempre de lo que has domesticado. Tú eres responsable de tu rosa...

- Yo soy responsable de mi rosa...-repitió el principito a fin de recordarlo.


(El Principito, Antoine de Saint Exupery)


Domestícame...no eres un hombre cualquiera, ahora eres único en el mundo, y yo soy única en el mundo...


aloma36 Jul 21 '15 · Calificar: 4.50 · Comentarios: 3
Duquexx



Amaneció sola, muy sola, totalmente desnuda tirada sobre un suelo de piedra encharcado de agua, tiritando de frío, después de haber soportado cubos de agua helada durante toda la noche.  El rímel  que había recorrido su cara a causa de las lágrimas derramadas a lo largo de las horas, le daba un aspecto de ultratumba, casi inhumano. Sus cabellos mojados y revueltos se enredaban en su cuello enrojecido y algunos parecían querer estrangularlo, aún más de lo que ya lo había sido.  Con su cuerpo dolorido, marcado por el desprecio de los látigos y las humillaciones recibidas durante toda la noche, pensó en las razones que le habían llevado a aquel lugar la noche anterior. Siempre buscaba el dominante más cruel para entregarse de forma extrema, el más depravado, el más insensible, aquel que pudiera maltratar sus carnes y su mente con el mayor de los desprecios. Necesitaba dosis fuertes de humillación, castigos físicos que redimieran todas sus faltas. Pero después de cada sesión siempre  acababa arrepintiéndose. Siempre. Ni una sola vez su alma quedó satisfecha. 


Cuando volvió a tomar conciencia de la realidad que le rodeaba, pudo observar a sus pies el precioso vestido rojo, que había comprado la semana pasada para gustarle, hecho ahora jirones. Buscó su braguita para cubrirse y solo encontró un trozo que había sido  utilizado para amordazarla. Las colillas del suelo que tenía a su alrededor le recordaron de golpe aquellas quemaduras profundas que tenia en las palmas de sus manos y que tanto le escocían. Sacrificio. Redención. Expiación de sus pecados. Y dolor, mucho dolor. Su lengua seca aún conservaba el recuerdo de la ceniza que había sido depositada sobre ella. En el extremo de la estancia, los zapatos que habían forzado su vagina y su ano le esperaban revueltos, luciendo unos tacones de ante negro de 14 cm, sucios y blanquecinos, y a su lado  pudo ver el pañuelo de seda que había cubierto sus ojos durante toda la velada aún mojado. Intentó ponerse en pie, pero tuvo que apoyarse en la pared salpicada de orina para poder incorporarse. Anduvo tambaleándose unos pasos hasta que por fin alcanzó sus zapatos y los puso como pudo, pero perdió el equilibrio y cayó al suelo de bruces. Como una perra perdida se arrastró a cuatro patas  hasta que pudo alcanzar por fin el baño.  Con gran esfuerzo se apoyó sobre el lavabo y se puso en pie con la intención de lavarse la cara. Cuando observó en el espejo las marcas que el látigo de cuero había dejado en su espalda, su pensamiento voló a toda velocidad hasta  la niña temerosa que sus padres castigaban a menudo con un cinturón,  porque era según ellos una  mala persona. "Soy mala", me decía cada vez que me llamaba por teléfono llorando después de una sesión. "Mis padres no me quieren, no me llaman nunca, porque no supe ser lo que ellos deseaban"." Soy mala", me volvía a repetir con esa voz pequeñita que ponía, como de niña, que la reducía a la nada y que salía del rincón mas oscuro de su corazón." Eleva esa voz, y háblame con la tuya", le repetía una y mil veces. "Tú no eres mala". "He vuelto a caer", me comentaba de nuevo, susurrándome al otro lado del teléfono  a la vez que sollozaba. 


Cuando lavó su cara y volvió a mirarse de nuevo en el espejo con el rostro ya limpio, pudo ver sus bellos ojos azules adornando un rostro precioso. Y en ellos volvió a intuir aquella niña pequeña, pero esta vez lloró, lloró sin parar durante horas como lo hace un niño desconsolado, que sabe que ha perdido a sus padres para siempre en una  multitud. 




Duquexx Jul 23 '15 · Calificar: 4.50 · Comentarios: 8
CaronteLeeialo

Se podría decir, y es válido, que las máscaras y antifaces son un fetiche dentro del mundo BDSM, pero me parare a darle una interpretación más significativa apartándola del fetiche propiamente dicho, y darle una pequeña reseña histórica.

A lo largo de la historia humana, las máscaras han sido utilizadas con propósitos muy diferenciados, de acuerdo con la cultura y la religión de las personas que han adoptado este objeto. Por lo general, permiten el acceso a universos regidos por la imaginación o las dimensiones espirituales invisibles. Los narradores a menudo suponen el uso de máscaras para dar más vida a sus narraciones, mientras que muchos de los eventos de la propia naturaleza que no se podían explicar eran comprendidos a través del recurso de estas herramientas de ilusión e imaginación.

“Cuando enriquecemos nuestras experiencias usando la imaginación, estamos ejerciendo el poder del erotismo. En este caso veré al antifaz y la máscara, como estímulo de esa imaginación. “

Confianza, placer, sensualidad, excitación y misterio

Las máscaras y antifaces tienen una larga historia erótica y sexual, al ocultar la personalidad y permitir liberarse de los tabúes sociales.

Cubrirse el rostro o simplemente los ojos con mascaras y antifaces hace que la temperatura y el erotismo suban de inmediato, tanto en un ambiente íntimo y privado, como en uno público. Una simple máscara puede ser toda una declaración de intenciones.

Las máscaras y antifaces no son solo un elemento que ocultan la identidad y cubren el rostro, sino que también, psicológicamente, facilitan un nuevo rostro que ayuda a liberarse de pautas de comportamiento y sentirse otra persona o adoptar un rol dándole una personificación extra.

Además, las máscaras y antifaces suelen asociarse mucho al Bondage. En los juegos de sumisión y Dominación algunos las utilizan para despersonalizar, de forma que el individuo se convierta en un mero objeto sexual, y para eso suelen ser mayores, cubriendo toda la cara o incluso toda la cabeza. Como juguetes se pueden combinar con muchos otros accesorios BDSM. Convertirse en un objeto sexual está relacionado con la Dominación, con usar o ser usado, y concentrarse en la sexualidad en vez del cariño o la intimidad de pareja.

Máscaras y Antifaces Ciegos

Son los que privan del sentido de la vista, agudizando por el contrario otros sentidos como el oído o el tacto. Con ellos, aumenta la excitación y el deseo debido a la incertidumbre y el misterio de no saber qué vendrá a continuación. Son ideales para dejarse llevar y estar expuestos, con el pleno consenso que se le otorga a la pareja.

Suelen ser una banda ancha que cubre totalmente los ojos, al modo de los antifaces para dormir, y que por lo tanto no nos deja ver nada. Con este tipo de máscaras y antifaces, el sentido del tacto se centuplica, el oído se agudiza para intentar intuir.

Máscaras y Antifaces con aberturas para la visión

Su morbo reside en el toque de sofisticación y la excitación que otorga al rostro las mascaras y antifaces, que permiten observar las expresiones y sensaciones del otro, a la vez que a ti te confiere un tanto misterioso, excitante y sensual.

Mascaras y Antifaces, las capuchas Bondage

Mascaras y antifaces, junto con capuchas que cubren la cabeza por completo, se emplean en diversas prácticas Bondage , intensificando sensaciones y emociones. Siempre de forma sensata y consensuada previamente entre adultos, estos usos no tienen por qué entrañar riesgos.

  • Estética fetichista, donde el componente visual proporciona la mayor gratificación.
  • Para el exhibicionismo público se emplea bastante la capucha, por erótica, y por resguardar la identidad.
  • Para la privación sensorial, consiguiendo mayor sensación de dependencia en la parte sometida, al tener limitada la visión, el habla o el sentido del oído, y agudizando más otros sentidos.
  • Para evitar que la parte sumisa controle las situaciones con sus sentidos por inercia, consiguiendo así que desconecte y se deje llevar. De hecho, algunas sometidas piden ser privadas de visión, para así poder soltarse a sentir y disfrutar, ya que viendo no se concentran y terminan poniéndose nerviosas.

La parte dominante puede usarla para causar respeto, misterio, morbo u ocultar una simple inseguridad inicial en el juego.

Caronte Leeialo

CaronteLeeialo Ene 2 '17 · Calificar: 4.50
Dante
Cuando intentaba entender el BDSM hace unos años, una sumisa que tuvo la amabiliad de explicarme, me dijo que estaba conociendo a un Amo, que ya llevaba tiempo de "cortejo"; pero para entregar su voluntad, su bien más preciado debía estar segura, por eso, antes de hacerlo, esperaba mucho tiempo, incluso me dijo, había esperado dos años para su primer collar...

Hace unos días me topé con un escrito de Odiín sobre la fugacidad de las realciones de hoy dia. Y la filosofía del escrito, (lo reproduciré a parte, para que el lector tenga a mano todo el texto integro) era la misma.

Como estar seguro de que aquel a quien te entregas, es el adecuado? el que te conoce mas q tu misma. El que vibra en armonia contigo. EL que conoce tus deseos antes que tu, El que siempre (dejemoslo en casi siempre) acerta con la orden la fantasia el susurro o el azote justo....
Quien ha tenido la fortuna de vivir un vinculo sabe de que hablo.
Luego te topas con unos cuantos escritos de jovenes brillantes, inteligentes, pero inexpertas y decididas, que han sufrido las consecuencias de que alguien confunda ser Amo, con hacer lo que te da la gana contigo.
Una persona masoquista, disfrutaria con que le dieran un puñetazo en el metro?? A veces llevar al absurdo las cosas es la mejor manera de entenderlas. Tomar una entrega, conlleva una responsabilidad, y tambien es nuestro deber de Dominantes no olvidarlo jamas.
Por mi parte, decir que cuando he olvidado esta regla, si, he cometido el error de no esperar lo sufienciente, de dejarme llevar por la impaciencia, y haber cedido a las prisas, la cosa ha acabado en desastre. Cuando la he respetado, aunque en un caso sabia que era la persona adecuada el primer dia, y en otro meses antes de formalizar el vinculo, los resultados han sido demoledaramente bellos.
Odin afirmaba en su escrito, que no es necesario estrellar un avion para aprender a pilotar, basta aprender y respetar las reglas. Estoy de acuerdo.
Cada fracaso crea en nuestra alma una zona de radiación, un desierto, un dolor.
puede haber un flechazo, conectar con una persona, deslumbrarte.... pero, no olvideis jamás el principio de la prudencia. Vive, conoce, siente, vibra; pero que espere el collar.

Jamas sabrá igual un asado a juego lento, durante horas, con sus condimentos exactos, que una hamburguesa prefabricada.
Dante Ene 5 '16 · Calificar: 4.50 · Comentarios: 3
Esencia666

Ate mis manos a Su cuerpo, a Su cama.

Ateme para que sea Su juguete,

el objeto que a Su antojo maneja.

Ateme para hacerme desear tocarle sin poder hacerlo.


Hagame morir por Su roce tan lejano

y tan cerca a la vez.


Obligemé a permanecer donde quiere,

a permanecer a Su disposición

Ate mi deseo, mis ganas, mis suspiros

y mis lamentos.

Haga con ellos Su capricho.


Ateme como a Su marioneta,

para aspirar mi deseo, para beber mis lágrimas.


Para tocar mi placer y aún mi dolor

y cuando termine de usarme a Su antojo

Déjeme atada para ser Suya

aún cuando no lo quiera....

Esencia666 Dic 12 '18 · Calificar: 4.50
siomara

Lo sabes, lo notas, lo sientes,... Percibes ese pequeño hormigueo en tu estómago. Sientes cómo va creciendo, poco a poco, según pasan los segundos que crees que parecen eternos, esos que te obligan a estar quieta, esperando.


Espera....larga y dulce, tortura que te hace estar alerta, expectante a lo que venga. Espera que te obliga a ser consciente de todo tu cuerpo, de cómo se eriza tu piel, de tu pulso inquieto, de los latidos de tu corazón.

Privada de sentidos, sin poder observar lo que te rodea, sin poder escuchar lo ruidos de tu alrededor, sin poder expresarte con palabras. De espaldas y apoyando tus manos en la pared, abierta de brazos y piernas como una rea, sintiendo el tacto de las cuerdas alrededor de tus muslos, de tu sexo, de tu culo.


Así, expuesta, sin poder esconderte de Su mirada, Suya, porque es así como sientes que tiene que ser. Y es en ese momento cuando te acaricia con Sus dedos, primero por tu rodilla para luego subir por el interior de tu muslo hasta llegar a tu sexo, húmedo, empapado y con ganas de Él.


Juega. Juega con tu sexo, con Sus dedos, acaricia, presiona y luego vuelve a parar. Es en ese instante cuando aprovecha para introducirte unas bolas chinas, y seguir con el suplicio, hasta que piensa que es la hora de dejarle ese trabajo al vibrador.


Sabes que estás al límite, Él también lo sabe por eso cuando llega el punto donde vas a explotar de placer, derrama la cera por tu culo. Y mientras el orgasmo te recorre todo tu cuerpo, sientes como resbala la cera por tu piel, caliente.



siomara Mar 15 '17 · Calificar: 4.50
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