En primer lugar creo que un justo y más que merecido encabezamiento, sería dejar claro que en este tiempo he tenido la suerte de encontrarme con Dom admirables. Los cuales me han regalado amabilidad y muy buenos consejos. Y que ante todo me han demostrado ser grandes Personas, y desde luego tienen todo mi respeto y aprecio. Motivo por el cual aún me molesta más que haya quienes utilizan ese buen nombre y ensucian a esas que sí son dignas merecedoras de Su titulo. Doy gracias por la grandísima labor que se realiza en esta lugar, pues es una ardua tarea controlar y valorar ciertas cosas. Pero como ocurre en todos lados, y más en la red, es inevitable que entren malas personas. Ninguno somos santos, está claro, pero hay quien ciertamente parece no ser siquiera ser humano.
No es nada nuevo que las sumisas (sobre todo novatas) tenemos que lidiar de vez en cuando con pseudo-Dom que, incrédulamente, se piensan que solo somos una panda de salidillas, buscando que nos degraden, que nos usen, o que perseguimos desesperadas a cualquier poseedor de un látigo. Sí, esos que nos hablan bajo el flamante envoltorio de ser ávidos conocedores del BDSM, con infinidad de contradicciones y diciéndonos las cuatro estupideces que tienen aprendidas. Casi puedo verlos a través de la pantalla, con su sonrisa de prepotencia y su errada idea de que nos chupamos el dedo. Somos sumisas, sabemos bien cual es nuestro lugar, y procuramos ser amables y educadas, por supuesto. Pero eso no nos convierte en estúpidas ni en felpudos humanos, ante todo nos valoramos como personas, y quien no nos muestra respeto, no merece en absoluto el nuestro. Así que, no exijáis algo que no merecéis, ni lo achaquéis a la tonta idea de que por ello somos menos sumisas.
Ingenuamente, en un principio pensé que estos Amitos eran el único peligro, pero no. Quienes de verdad son de temer, son los Dom sobrados de experiencia, pero con graves carencias de ética y moral. Que con su labia y su carisma intentan manejarnos a su antojo. Con fingida educación y amabilidad, utilizan sus malas artes para engañarnos y llevarnos por donde ellos quieren. A esos solo decirles que sabemos bien leer entre lineas y al final, todo cae por su propio peso. Y en el supuesto caso que nos engañen, no es motivo para sentiros orgullosos y superiores, os lo aseguro, sino más bien todo lo contrario. Graciosa ironía el que os consideréis superiores a personas que tienen una sensibilidad, que Ustedes jamás alcanzareis a poseer. Seguid, seguid llenando vuestros egos de muescas sumisas, llegará el día en que descubriréis horrorizados, que solo habéis malgastado el tiempo. Y no os consolará tener un alma vacía y ser tristes Dueños... de NADA!.
Tengo la sensación de no estar mostrando una actitud muy sumisa en este escrito, pero lo lamento. Las circunstancias a veces me obligan a amordazar a jessika la sumisa para darle una pequeña charla mental. Porque la que os habla y está indignada, es la persona que soy... Esa que puede que no sepa mucho de BDSM, ni como analizar a un Dom, y de vez en cuando dé su amistad a quien no la merece. Esa que aún confiando siempre en la buena voluntad de la gente, se acaba llevando alguna que otra bofetada de realidad. Esa que espero nunca olvide que todos somos Personas, independientemente del sexo o el rol. Personas exactamente iguales, y ninguno es ni más ni menos, ni mejor ni peor... Aunque algunos se empeñen en marcar la diferencia.
Solo me queda añadir que no pretendo levantar ampollas con este escrito, ni crear enfrentamientos innecesarios. Tan solo tengo la necesidad de exponer un pensamiento, que quizás por un cumulo de circunstancias supone un peso del que me quiero librar. Tal vez ya he llegado al límite de decepciones y quiero hacer borrón y cuenta nueva. Así que para finalizar, solo deciros a todos aquellos que vivis de burlaros, manipular y herir. Que puede que engañeis a personas débiles, vulnerables, inexpertas, ingenuas... Sí... Pero lo siento, aún así, esas personas valen, y valdrán siempre, mil veces más que ustedes.
"Una vez terminado el juego, el rey y el peón vuelven a la misma caja" (proverbio italiano)
Según los manuales mas puristas, se tarta de una relación entre por lo menos dos personas basada en la entrega y la aceptación. Dicho así, es bastante simple, pero la verdad es que está plagado de matices, tantos como parejas se puedan formar dentro de estas siglas.
Evidentemente yo no puedo hablar por nadie, solo puedo hablar sobre mis experiencias personales, pero respetando casi todas las opciones, me repito, respetando CASI todas las opciones. ¿Por qué insisto en el casi? Pues porque en los últimos tiempo está apareciendo unas “opciones” que ni me gustan, ni las respeto, ni las recomiendo, ni creo que tengan que incluirse dentro de algo que yo practico.
Estoy hablando de ese tipo de practicas que se están entrando disfrazadas de BDSM, los malos tratos, las mentiras para echar un polvo, los chantajes emocionales o la competición para ver quien hace la burrada más grande.
Yo entiendo el BDSM a mi manera, de la forma que aprendí hace ya décadas, de la forma que me enseñaron las personas que sabían más que yo. Estas personas me repitieron hasta la saciedad algo que es para mi “mi doctrina” del BDSM: Esto es el autentico imperio de los sentidos, todo lo que hagas, que sea dirigido a provocar sensaciones espectaculares en la persona que tengas entre manos.
Y me lo repitieron tanto, tanto, que es mi máxima.
Yo veo el BDSM como un parque de atracciones, con “atracciones” que te gustan y otras que te gustan menos e incluso algunas que no te gusten, pero la “atracción estrella” es sin ningún lugar a dudas la montaña rusa, esa que consigue que la mujer que está en mis manos suba hasta lo más alto y que cuando piensa que ya no puede subir más, la dejas caer de golpe y cuando ella piensa que ya no puede caer mas, la vuelves a subir otra vez, rozando los limites por encima y por abajo, por lo mas alto y por lo más hondo hasta que los cuerpos y hablo en plural, ya no pueden sentir más, ya no pueden aguantar mas, hasta que llegan a la extenuación.
En el viaje de esa “montaña rusa” es licito usar todos los recursos que conozcas para provocar las subidas y las bajadas, pero es bueno saber ordenar las cosas para que todo guarde un equilibrio adecuado dentro de ese orden que en algunos momentos tiene todo el aspecto de caos.
Yo las sesiones las disfruto dos veces, una mientras ejecuto la sesión, como es normal, pero también disfruto muchísimo programándola, pensando el como empezar, para que sea diferente de la ultima vez, el como conseguir elevar la excitación, que técnicas usar para no ser repetitivo, y luego, cuando ves que ella ya no puede más, hacerla bajar para poderla hacer volver a subir. Tal y como reza la vieja canción sevillana: si algún día me enamoro, me desenamoraré, me desenamoraré, para tener la alegría de enamorarme otra vez. Me encanta ese párrafo, creo que define muy bien lo que trato de decir, pero sin implicaciones emocionales mas allá de las puramente D/s, pero este apartado lo plasmaré otro día negro sobre blanco porque es un tema muy amplio y merece un tratamiento aparte.
Para que quiero atar a una mujer si al atarla no consigo que el roce de la cuerda la excite? Para que quiero que el nudo sea perfecto si mientras lo estaba haciendo ella se está aburriendo? Para que quiero tenerla atada? Para que se quede quieta? Eso se puede hacer de muchas formas, no hacen falta cuerdas para que una sumisa se quede quieta ¿no eres su Amo? pues simplemente ordénaselo y ella no se moverá. Yo no quiero un nudo perfecto, yo no quiero una marca artística, yo quiero que al terminar la sesión, cuando los cuerpos ya han llegado al total agotamiento, ella saque las ultimas fuerzas de ya no le quedan para abrazarse a mi y dedicarme una sonrisa mientras me da las gracias al oído con un dulce y suave susurro y que se duerma mientras le acaricio esa piel que antes le he dejado dolorida. El resto, simplemente a mi no me interesa
Te agradezco que hayas dedica un poco de tu tiempo en leerme.
Perdonad
que insista una vez más en la importancia del glamour en el BDSM.
Hoy en día, la mayoría de la actividad la desarrollamos en las redes sociales y foros, donde podemos relacionarnos con personas afines a nuestros intereses, pues bien, creo que hay ciertos factores que dicen mucho de nosotros de cara a los demás y que últimamente parece no se le da el valor debido, me refiero a los nicks y avatares o imagen de perfil.
Hemos de tener en cuenta que, ambas cosas son nuestra carta de presentación y que como sabemos, la primera impresión es fundamental, podemos hacernos una idea de las personas en función de las imágenes elegidas y sobre todo de su nombre de usuario o Nick.
Lamentablemente hay personas que, o bien no le dan importancia o sinceramente tienen un pésimo gusto, imágenes de perfil, mostrando genitales o torsos desnudos (algunos incluso con una fisiología para no sentirse orgulloso que digamos), no son propios de una persona dominante, la cual, debería de ofrecer una imagen a mi juicio más seria y respetable.
En el caso de los nicks, no entiendo cómo se pueden utilizar nombres tan poco afortunados, (no voy a poner ejemplos) más apropiados para sitios de cibersexo que para el mundo BDSM, incluso algunos con siglas y números, que en el fondo no dicen nada, otra cosa son los que utilizan la palabra Amo, delante de su Nick, sin tener ninguna propiedad.
No quiero olvidarme de lo importantes que son las primeras palabras que crucemos con otras personas, hay hipotéticos dominantes que en la primera conversación con una persona sumisa, utilizan el ¨hola puta sumisa¨, que directamente empiezan preguntando ¨que te gusta¨, o simplemente (los más rectados) dicen: ¨ola¨(así, sin ¨h¨y sin anestesia), algunos van más allá y parecen desconocer el honor y protocolo, ya que cuando la persona sumisa les hace saber que tienen Am@, responden con toda naturalidad ¨me da igual, yo no soy celoso¨.
Por favor, dediquemos un poco de tiempo a elegir bien, aquello que como nuestras vestiduras, van a dar una imagen de nosotros hacia los demás, en este caso, el Nick y nuestro avatar y cómo no, intentemos de ser más educados, más respetuosos y a ser posible, más elegantes, nuestro universo lo merece. Hagamos que el glamour, cuyo significado originalmente refería a un hechizo mágico u oculto que afectaba la percepción visual de una persona, mostrando los objetos percibidos de una manera diferente de la real y presentándolos de una manera atractiva, magnífica o glorificada, forme parte de nuestra forma de vivir el BDSM.
Ante todo, haceros saber que escribo esta nota como Odín, usuario de palacio, no como administrador, y por tanto, ejerciendo mi derecho a la libre expresión.
Sexo duro es una cosa, BDSM es otra muy diferente, algo, que intrínsecamente, much@s parecen desconocer, es completamente normal que las personas recién llegadas a nuestro mundo pueden confundir términos, que ignoren que la ética, el comportamiento y el protocolo son pilares fundamentales en nuestro estilo de vida, pero no, no son estas personas las responsables de mi indignación, por llamarlo de alguna manera, mi reflexión es hacia otras, que al parecer, hacen gala de compartir nuestro estilo de vida, con cientos o miles de seguidores (según ellos) y haciendo alarde de enarbolar el estandarte del BDSM allá donde vayan. Pues bien, podríamos justificar sus actitudes por la juventud de estas personas, basándonos siempre en la falta de experiencia, pero no sería justo, ya que en verdad hay jóvenes que demuestran más madurez que muchos adultos, no es eso, creo más bien que se trata del síndrome ¨Yalosétodosoyelmejor¨ por el que todos alguna vez hemos pasado, hasta el momento de comprender que solo somos una pieza más en la gran maquinaria de la vida y no tenemos más importancia que cualquier otra, es decir, hasta que conocemos la palabra humildad. Muchas de estas personas no son totalmente responsables o podemos echarles toda la culpa, ya que normalmente la verdadera culpabilidad, recae en aquellas otras que constantemente aplauden, elogian y halagan a estos individuos, haciéndoles con ello, alimentar su ego y sumiéndoles en una vanidad extrema, invisible a ellos mismos.
Digo todo esto y enfoco mi crítica hacia esas personas
que se han tomado el concurso de relatos como una batalla, la cual había que
vencer de la forma que sea, las que han utilizado malas artes, las que se han
aprovechado o mejor dicho, han intentado aprovechar su rol, las que han
utilizado a sus ¨novias sumisas¨, a sus fieles súbditos y seguidores, sus blogs
externos, para mendigar, según mi humilde opinión, o reclamar un voto, incluso
han llegado a ofrecer el premio, si lo conseguían a sus votantes mediante un
sorteo. A los que no han sido capaces de felicitar a los otros ganadores o a
los demás participantes, a los que cuando les preguntas en privado si han
recibido su pedido correspondiente al premio (que tardaron minutos en
reclamar), no son capaces de contestar, es más, se desconectan, a los que no
son capaces de dar las gracias por nada, a los que se creen el ombligo del
mundo y desde su falso pedestal de ídolos de barro piensan que dominan, que
controlan, a esos que confunden sexo duro con BDSM, que carecen de humildad,
los que pensaban que sus relatos, en los que el BDSM brilla por su
ausencia, eso sí, repletos de una amplia gama de escenas de sexo, algunos
azotitos y palabras subidas de tono, campan por doquier, nada tengo que objetar
al respecto, bien es cierto que algunas de las situaciones descritas pueden
elevar la temperatura del lector, pero como digo, nada que ver con lo que para
algunos el BDSM significa, de hecho, el relato ganador, no es nada erótico ni sexual,
sin embargo describe perfectamente la esencia de nuestro particular universo y
eso si que lo han sabido valorar las personas que como yo, tenemos conciencia
de nuestro papel como piezas de la gran maquinaria, los que vivimos con los
pies en el suelo y el corazón en la mano, los que aún creemos en el glamour del
BDSM, los que respetamos sus normas, su protocolo, los que llevamos por bandera
la humildad, la cortesía y sobre todo… la educación.
Dicho esto, solo me queda hacer hincapié en que todo lo
expresado ha sido por Odín, el usuario, un habitante más de palacio, al que le
gusta encontrarse rodeado por personas amigas, para dialogar, compartir y enriquecerse
con sus experiencias y aportaciones, el que libremente expresa su sentir, al
que no le gusta coleccionar amistades, el humilde Odín, dominante, Amo y amigo.
Madre mía lo que he dicho... (y eso que aún no he empezado a teclear
demasiado)
- Pero queka qué dices?!!!... ¿cómo que el BDSM te destruirá? estás
chalada... ¿cuándo? ¿por qué? (esto será el pensamiento de muchos en este
punto)
No es la primera vez que leo o escucho que en el BDSM puede entrar
cualquiera... siempre que quiera... pero... ¿esto es realmente cierto? Vamos a
analizarlo en detalle...
Para poder entender esto como se debe, debemos cambiar un momentito el
chip, e irnos a las relaciones vainilla, a las amistades, al día a día de una
persona, a su trabajo... y en definitiva, a todas las cosas que rodean a esa
persona.
Por lo general, las personas, independientemente de nuestros problemas
personales por las deudas que tengamos, o con el compañero de trabajo que nos
toca las narices, o las responsabilidades familiares y demás... tenemos una
vida más o menos tranquila. Algo que no suele desequilibrarnos hasta el punto
de acabar con algún tipo de desorden mental. Y este es justamente el tema que
quiero tratar. El desorden mental. Que en palabras muy muy resumidas... no es
más, que algo que altera nuestra percepción de la realidad o nos limita, afecta
de algún modo a nuestro día a día y suele alterar nuestro estado del ánimo.
Dicho esto... desórdenes mentales hay muchos, que pasan desde una
simple depresión hasta una psicopatía, bipolaridad, anorexia, obsesión... y
todo aquello que como digo, afecte a nuestro día a día, nuestra percepción de
la realidad y haga de nuestro estado del ánimo algo exagerado.
Por otra parte, voy a explicar el BDSM desde un punto de vista diferente,
sin entrar tanto en entender los sentimientos y todo eso: el BDSM es agresivo -
¿agresivo??? pero quekaaaaa - sí sí, es agresivo. Golpeas a la otra persona
(aquí lo llamamos spank), humillas a la otra persona, insultas a la otra
persona, eres posesivo con la otra persona (aquí lo llamamos control)... y
varias cositas más que van por el mismo camino.
¿Es realmente bueno que una persona con un desorden mental participe
del BDSM?
Pongamos de ejemplo, algo sencillito que todo el mundo conoce. La
anorexia. La anorexia no permite ser objetivos con nosotros mismos, y por
extensión con los demás respecto al aspecto físico. En principio esto no
debería influir en una relación... pero sin embargo lo hace. La persona está
deprimida mostrando una falsa sensación de bienestar, que acaba cuando se
vuelve a mirar en el espejo y se sigue viendo mal porque no consigue alcanzar
su objetivo. Esto, afecta a su día a día... no rinde igual en el trabajo, se aísla,
miente, su humor se altera con facilidad... y además necesita de un
internamiento en muchos casos para poder sacar a esta persona de esa
enfermedad. ¿De verdad nosotros... practicantes del BDSM... estaríamos haciendo
algún bien a esta persona con nuestras prácticas cuando el día a día normal, ya
la ha supuesto un problema? ¿De verdad pensáis que no va a ver el BDSM como
agresivo? ¿Tanta fe tenéis... en que vaya a entender el sentimiento BDSM que
hace que no se vea como tal?
Vamos con los bipolares: es un trastorno del estado del ánimo. O lo
que es lo mismo... que sin medicación, esta persona lo mismo te está abrazando,
como que se pone a llorar porque sí y se quiere morir, como que te quiere
denunciar porque igual que la apetecía el spank, ahora ya no la apetece y tú,
insensato, tenías que haberte dado cuenta.
La depresión: la depresión es eso que a todos en mayor o menor medida,
nos ha ocurrido en algún momento. Realmente no es malo sentirse mal... pero sí
es malo, no ser objetivos con la realidad, y que nuestro malestar pueda más que
nosotros mismos. Existen personas, que aún depresivas, quieren iniciar una
relación BDSM sin sentirse bien... y como se sienten mal, quieren que las
llames puta, y como se sienten mal, quieren que las golpees, y como se sienten
mal, quieren otra serie de cosas. Cosas que desean no para sentirse mejor, no
porque las guste, no porque las apetezca, no porque lo sientan... sino para
seguir sintiendo ese sentimiento de malestar, con un malestar peor, que alivie
esa pena que sienten.
El BDSM destruye.
Destruye cuando no se emplea bien, destruye cuando no se entiende,
destruye cuando no es el momento, destruye cuando la persona no está ni al 70%...
y destruye. Destruye cuando se emplea mal, incluso a persona que estaban
bien... ¿cómo no va a destruir si ya de por sí no te encuentras bien o los
sentimientos negativos te controlan a ti mismo?
También he escuchado por ahí que las personas con Síndrome de Down y
demás, pueden entrar en el BDSM...
Vamos a ver... si es que acaso nos estamos volviendo todos locos... o
es que ese buenismo se nos está yendo de las manos en alto grado. ¿Cómo una
persona con una con este problema va a entrar en el BDSM? Recordemos... el BDSM
es agresivo cuando no se entiende. BDSM es agresivo cuando no se siente. BDSM
destruye cuando no se está en plena facultades. ¿Queremos destruirlos? porque
desde luego, es lo único que vamos a conseguir con ello a mucho que digan que
lo quieren.
Por otro lado, hay problemas menos serios, pero que tampoco debemos
olvidar. Personas que no están preparadas para iniciar una relación, personas
con complejos, personas incapaces de ver lo que esto es, personas con una baja personalidad,
personas que no son autosuficientes en su día a día.
El BDSM os va a destruir. Pero os va a destruir porque no estáis
preparados. Os va a destruir porque vais a aceptar o hacer cosas en base a
vuestras carencias, a cómo os sentir, a lo que NECESITAIS y no a lo que
DESEAIS. Y eso va a ser culpa vuestra. No del que se aprovecha porque se da
cuenta, que también. Pero va a ser vuestra porque esto es VOLUNTARIO. Porque no
nos cansamos de repetir que hay que estar en plenas facultades para que esto no
nos dañe y en caso de hacerlo, sepamos retirarnos a tiempo.
Así que sí, me molesta sobremanera que se defienda algo que no tiene
ni pies ni cabeza. Me molesta ese buenismo en el que hay que incluir a todo el
mundo en todas partes, porque es que si no, somos malos malísimos.
Pues yo lo siento, pero me atrevo a decir abiertamente e importándome
bien poco ese buenismo, que nunca veré bien que a determinado tipo de personas,
o a personas con unas características temporales o permanentes concretas, se
las incluya dentro del BDSM. Para mí, mal que le pese a muchos, hay personas
que NO PUEDEN ser practicantes de BDSM no siendo que su situación cambie a
mejor ANTES de llamarse practicante, Dominante, sumiso...
Y antes de finalizar esta queja, quería comentar una conversación que
tuve en mis inicios con alguien, sobre algo como esto.
Andaba en irc, allá por 2013, y un Dominante/pseudo/aprovechado me
abrió un privado (por aquel entonces, hasta aguantaba este tipo de
conversaciones preguntando y no dando mi opinión al respecto, así que fijaos si
ha pasado tiempo). Bueno, me abre esta persona un privado, empezamos a
charlar... y se le da por comentarme que tuvo una perra. Su bien más preciado
decía... Le pregunté que como era eso... y tuvo a bien explicarme, que su
perra, hacía sus necesidades fuera de casa como buena perra que era, que en
compañía de amigos (vainillas o no), estaba desnuda y comportándose como una
perra, a su lado, a cuatro patas, sentada en el suelo... y temas varios propios
de una perra como comer y beber de un bol, pasear con correa, y ese tipo de
cosas. Hasta aquí... psss se puede llegar a entender hasta cierto punto, porque
yo sigo sin compartir determinadas cosas, pero bueno, vamos a darlo por válido
porque hay quien lo vive 24/7. Por otro lado, y esto fue lo que encendió mi
señal de alarma y por poco me hace irme del BDSM sin haber empezado... me
cuenta... que ella tenía una hermana pequeña menor de edad a la que cuidaba en
su propia casa, porque su padre creo recordar que era un borracho, y su madre
una drogadicta. Que además de esto, madre e hijas sufrían maltratos por parte
del padre... y que claro, él, cual salvador, sacó a su perra de esa situación,
y la dio la vida que quería vivir... su vida de perra. Y yo me pregunto...
¿¿estamos locos o qué nos pasa?? Nadie ve, de verdad... que esa chica
necesitaba un psicólogo y no una vida de perra en caso de quererla? Nadie ve,
que lo primero es que la miren a ver cómo se encuentra mentalmente y luego,
quizás, si sigue deseando eso... cuando la den el alta... podrá tenerlo? Nadie
ve que eso es una necesidad por cómo se siente, y no el deseo de vivir así una
relación? Nadie se da cuenta de que el BDSM no hace ningún bien en ese caso y
que solo destruye? Que mantiene esa sensación de malestar o lo cambia por un
malestar distinto?
Puedo entender que en ese caso, por la falta de información que casi
al 100% tendría esa muchacha, sea totalmente culpa de esa otra persona que la
dio una vida de perra. Pero, y esto es para que quede bien claro... si alguien
ha leído este texto, a alguien se le ha informado, a alguien se le ha avisado,
y ese alguien (aunque no quiera asumir sus propias limitaciones o problemas),
conoce la información referente a que algo NO debe hacerlo en ese momento, a
que para algo NO está preparado, o que NO debería estar aquí... y decide
continuar... TODO aquello que le pase, por creerse capacitado, TODO aquello que
le haga sentirse mal porque hace VOLUNTARIAMENTE, NO PUEDE delegarlo en la
responsabilidad de la otra persona. Es su propia responsabilidad, es su propia
culpa, es su propia aceptación voluntaria de aquello que haga y permita hacer.
Cansadita estoy, de leer a gente decir "es que estaba
manipulada... es que el Dominante se aprovechó... es que es un víctima... el
culpable es él, que tenía que haber mirado por ella". Si bien es cierto
que el otro es un aprovechado, también es cierto que ella no es ninguna víctima
de lo que quiere aceptar y hacer por encima de cualquier otra cosa. Que te
puedan mandar a la mierda por decir NO, no justifica que digas SI. Si dices sí,
por miedo a que te dejen... es tu propia responsabilidad. Si haces algo por
impresionar, es tu propia responsabilidad. Si haces algo porque crees estar
capacitado, es tu propia responsabilidad. Si tienes la información en tu mano,
es tu propia responsabilidad. Si el mayor temor que sientes, es que la otra
persona te deje, es tu propia responsabilidad. Ahora bien... si temes por tu
vida, pues no... pero no suele ser la razón que lleva a que aquí se hagan
muchas cosas, la razón suele ser no querer decir NO por si la otra persona nos
deja.
Así que esos son los motivos por los que sin ser culpa del otro y
sabiendo esto...
El BDSM te destruye cuando no estás capacitado y aun así, decides
probarlo.
El BDSM te destruye cuando no tienes la información suficiente sobre
este mundillo, o no la entiendes.
El BDSM te destruye cuando no eres lo suficientemente fuerte para
decir NO.
El BDSM te destruye cuando lo que haces, no te hace sentir mejor.
El BDSM te destruye cuando es por necesidad y no por deseo.
El BDSM te destruye cuando no estás preparado.
El BDSM te destruye cuando intentas aprovecharte de una situación.
El BDSM te destruye cuando te mientes a ti mismo o a quien tienes
delante.
El BDSM te destruye cuando te sientes superior o inferior que la
persona con otro rol.
Al poseerse, los amantes dudan.
No saben ordenar sus deseos.
Se estrechan con violencia,
se hacen sufrir, se muerden
con los dientes los labios,
se martirizan con caricias y besos.
Y ello porque no es puro su placer,
porque secretos agijones los impulsan
a herir al ser amado, a destruir
la causa de su dolorosa pasión.
Y es que el amor espera siempre
que el mismo objeto que encendió la llama
que lo devora, sea capaz de sofocarla.
Pero no es así. No. Cuanto más poseemos,
más arde nuestro pecho y más se consume.
Los alimentos sólidos, las bebidas
que nos permiten seguir vivos,
ocupan sitios fijos en nuestro cuerpo
una vez ingeridos, y así es fácil
apagar el deseo de beber y comer.
Pero de un bello rostro, de una piel suave,
nada se deposita en nuestro cuerpo, nada
llega a entrar en nosotros salvo imágenes,
impalpables y vanos simulacros,
miserable esperanza que muy pronto se desvanece.
Semejantes al hombre que, en sueños,
quiere apagar su sed y no encuentra
agua para extinguirla, y persigue
simulacros de manantiales y se fatiga
en vano y permanece sediento y sufre
viendo que el río que parece estar
a su alcance huye y huye más lejos,
así son los amantes juguete en el amor
de los simulacros de Venus.
No basta la visión del cuerpo deseado
para satisfacerlos, ni siquiera la posesión,
pues nunca logran desprender ni un ápice
de esas graciosas formas sobre las que discurren,
vagabundas y erráticas, sus caricias.
Al fin, cuando, los miembros pegados,
saborean la flor de su placer,
piensan que su pasión será colmada,
y estrechan codiciosamente el cuerpo
de su amante, mezclando aliento y saliva,
con los dientes contra su boca, con los ojos
inundando sus ojos, y se abrazan
una y mil veces hasta hacerse daño.
Pero todo es inútil, vano esfuerzo,
porque no pueden robar nada de ese cuerpo
que abrazan, ni penetrarse y confundirse
enteramente cuerpo con cuerpo,
que es lo único que verdaderamente desean:
tanta pasión inútil ponen en adherirse
a los lazos de Venus, mientras sus miembros
parecen confundirse, rendidos por el placer.
Y después, cuando ya el deseo, condensado
en sus venas, ha desaparecido, su fuego
interrumpe su llama por un instante,
y luego vuelve un nuevo acceso de furor
y renace la hoguera con más vigor que antes.
Y es que ellos mismos saben que no saben
lo que desean y, al mismo tiempo, buscan
cómo saciar ese deseo que los consume,
sin que puedan hallar remedio
para su enfermedad mortal:
hasta tal punto ignoran dónde se oculta
la secreta herida que los corroe.
Tu eras la luz de mi vida, el amor de mi vida...
Si llovía era por ti y si hacía sol también...
Todo por ti. Todo te lo di...
No te debo respeto alguno ya que tu no lo tuviste conmigo...
A los ojos me mirabas y me mentías... que tonta me llegué a sentir.
No eres nada mio, por lo que jamás te llamaré "mi nada",
Ya que yo no fui nunca nada tuyo... A pesar de que sí me sentí así.
Era tuya...
Hoy me despido de ti ya que tu tan fácilmente me rompiste en mil pedazos...
Que pena no haberme dado cuenta antes
Te lloré, no sabes cuantas noches
Luego te lloré por lo que pudo haber sido y no fue...
Por último te odie. Gracias por dejarme odiarte
Hoy por fin no siento nada... Me creía vacía
Gracias que aún queda algo de mi que resucitar...
Por eso, ya que ahora ni te odio, ni te amo, ni siquiera te recuerdo...
Te digo adiós, adiós Amor...
Soy una persona a la que siempre le ha costado mucho mostrar sus sentimientos, pero en ocasiones creo que es necesario derribar esos miedos.
Cuando hace meses me registré en Palacio, que fácil hubiese sido plantarme un collar en el nick yo misma. Después de los chats y foros por los que había pasado, confieso que me tentó la idea. Al fin y al cabo, yo ya tenía a mi Señor, aunque por aquel entonces aún nos quedaba mucho camino por recorrer para afianzar de verdad esa relación Amo/sumisa. Y aunque parezca raro, no quería ponerme ese collar virtual sin sentirlo realmente, como si hacerlo fuese una especie de sacrilegio o profanación de todo aquello en lo que empezaba a creer. Y hoy, me alegro de no haberlo hecho, pues ha habido momentos que no me he considerado en absoluto merecedora de llevarlo. En este tiempo he cometido infinidad de fallos, errores de los que me he arrepentido una y mil veces, y de los cuales he aprendido una valiosa lección. Por mi confusión, por mi impaciencia, por mi egoísmo, o por mi pura ignorancia he cometido faltas que me habrían hecho deshonrar ese collar. Y hoy se que debo ganármelo, que no solo es sentirlo, que debo merecerlo, aunque me cueste sudor, lagrimas, e incluso sangre. Estoy comprendiendo la paz que proporciona esa dulce espera, el placer de disfrutar del esfuerzo, la gratificación de obedecer y complacer, incluso por encima de ti misma.
Por fin siento ese collar de mi alma, el que noto constantemente, que sin duda es el más importante de todos y el que tiene un valor incalculable. Pero espero, espero pacientemente, ese collar físico, ese tangible que se que mi Señor tiene a buen recaudo, para cuando Él considere que realmente lo merezco. Y el día que sienta como me quita mi collar de entrenamiento para ceñirme al cuello el formal, el definitivo, el que representa nuestra unión incondicional y autentica. Ese día, mientras sienta el frío metal en mi cuello, sentiré también como se cierra con un candado de devoción y agradecimiento el collar de mi alma. Y entonces, y solo entonces, me habré ganado también ese collar virtual. Ese que podré ponerme, con total convicción y con tantísimo significado detrás. Y, aunque a alguno le parezca una tontería, se que el primer día que vea esas siglas junto a mi nick, me vendrán a la mente tantas cosas que puede que se me escape una lagrimita. Aunque haya quien no lo comprenda, o quien le parezca una exageración, pero yo miraré esas siglas con orgullo, con felicidad y sobre todo con la grandísima satisfacción de habérmelo ganado!.
Tenemos la gran suerte de poder valorar los pequeños detalles, y de darle a las cosas el valor que nosotros queremos darle. No nos tomemos a la ligera ese gran privilegio.
Simplemente entender que la sumisión tiene dos caras: No hay D sin s, ni si sin D. Así que cada Dom tiene su imagen, su deseo, si bien hay un denominador común en lo que llamamos BDSM, sino ya no es BDSM, es otra cosa respetable, pero no BDSM
No se si estas cualidades son compartidas, pero son las que aprecio: belleza, no por el físico sino por el alma, cuerpos perfectos no por su esbeltez de canon de modelo, sino por que hasta sus imperfeciones son bellas, sensuales. Una sumisa ha de saber abrirse de piernas, gozar y ahcer gozar. Pero no solo abriendose de piernas, sino con cualquier placer sibarita. Debe ofrecer su humedad con solo una palabra de su Señor. Debe soportar cada vicio de su Señor, pero tambien hacerle desear nuevos caminos y que el Señor desee completar los que su alma atisba. Los golpes, las cuerdas, los juguetes, los castigos y los premios son solo un intrumento para que la sumisa desee camianr cada dia más, en un camino que es de dos.
Pero no solo placeres. Hay zorras, respetables y perras. Zorras caprichosas, impacientes. Ninguna censura en mis palabras hacia ellas, es su naturaleza, salvaje. Hay zorras que podrian hacer feliz a muchos Dominantes y no digamos hombres y mujeres.
Pero en mi gusto, una buena sumisa es una perra. La perra se acricia y disciplina. La perra obedece y ayuda, la perra sugiere, acompaña. Y la perra es paciente.
Hoy todo va de deprisa, es inmediato. Todo este rollo que has tenido a bien leer hasta aquí es por dos cosas. LA primera, que considero la paciencia una gran virtud. hay veces en la vida que por circunstancias no puedes hacer lo que desearias. Hay veces que necesitas apoyo, y el apoyo es solo un "estoy ahi". La perra se tumba y espera la caricia. Sabe que vendrá.
Una sumisa a la que admiro me contó que su actual Señor le tuvo esperando sin darle respuesta durante meses. El objetivo de El era probar su determinación y paciencia. Que tonto! pensaran algunos, pudo haberla perdido y la joyita tenia varios pretendientes. Que sabio! pienso yo
La segunda cosa y más importante es que no conozco actualmente mejor sumisa que thaïs, quien me ha otorgado el honor de guiarla como MEntor durante estos últimos meses
Y quiero hacerlo público, entre mis amistades de este gran palacio