Soy una chica inteligente, culta, dulce, delicada, muy esteta.
Llego aquí, con una preciosa experiencia. Una relación de dos años con un hombre excepcional que me hizo descubrir este mundo. No creo que hubiera podido hacerlo de mano de mejor Amo. ¿Por qué? Por tratarse de un mentor que tenía como bien más preciado mi delicadeza, un hombre como debería serlo todo aquel que aspira a estas prácticas. Maduro, equilibrado, protector, exigente y ante todo humano. Mi mentor ha sido capaz de enseñarme la disciplina e intensidad que no termina convertida en una herida, o haciendo tumores de heridas arrastradas.
Como podrán apreciar, me han enseñado bien. He aprendido a través del amor, no del maltrato. No puedo aceptar el dolor como simple juego caótico, o válvula de escape de gente que desconoce lo que es amar al prójimo y pretenden, del BDSM un mal trato consensuado.
Para mí, el BDSM es un medio para llegar con los sentimientos más profundos a una expresión más elevada. Una sublimación a través de los sentidos. No un camino para que personas dominantes con notables dificultades para un amor convencional, den rienda suelta a sus propias frustraciones e inseguridades, anulando soterradamente al otro. El BDSM debería ser ante todo una expresión superior, no inferior de las capacidades humanas. Ante un hombre así, sí, me postro.
No pretendo que te arrodilles ante mí el primer día porque no
soy un Dios solo soy un hombre, aunque querré
llegar a ser tu Dios y eso llevara tiempo, tendré que ganármelo y quizás
no lo consiga nunca pero pondré todo mi esfuerzo en ello. Pero si eres una sumisa dispuesta a serlo con
cualquiera, no me vales…
Llevará tiempo ganarme tu respeto, no quiero que me lo
regales, solo te pido esa oportunidad
nada más. Creo ser educado, paciente y con mucha experiencia, aunque francamente, menos de la que me gustaría tener. El Bdsm no es un juego, es una forma de
entender la vida, tampoco es sexo… es mucho más que eso. Si solo buscas sexo duro tampoco me vales.
Quiero ante todo a una mujer que se sienta Sumisa y lo viva con
naturalidad, serás si tú me lo permites
mi posesión más preciada. Quiero a una sumisa de mente cultivada que entienda su
naturaleza sumisa como un legítimo orgullo, un regalo y no como una debilidad. Hay que ser
muy valiente y fuerte para entregarse a alguien buscando su disciplina y eso
merece todo mi respeto y admiración.
Por eso quiero una sumisa con ideas propias, con argumentos
para imponerlas. Quiero domarte, darte disciplina pero no quiero anular tu
personalidad ni anular a la persona que hay tras la sumisa. Busco una relación
basada en la sinceridad, el respeto, la educación y la complicidad. Una
relación estable, no sesiones sin más que ni a ti ni a mi nos aportarían nada…
Soy duro, pero a la vez flexible,
autoritario si, pero intransigente nunca…
La femme fatale es aquella mujer poderosa y de sexualidad insaciable que cual mantis religiosa, una vez consumado el acto sexual, mataría al hombre. Pues de él, ya nada más merece la pena. La mujer como deseo, y a la vez como abismo y muerte, es un tema recurrente en el arte, a partir del siglo XIX. Ésta es la visión de la mujer, como ser sin atributos que recuerden a una esencia amable o buena y que por lo contrario, tras una máscara de sensualidad desbordada, ella personifica al mal. 802358
Se dice que Munch, a pesar de ser alto, atractivo y sumamente apuesto, sufría una verdadera ansiedad frente a la figura femenina, y diversos textos hablan sobre el miedo que le tenía a las mujeres. Ésto le llevó a sublimar sus miedos en Vampira.
Vampira 1894-1894
"[...] un temor diferente, como el miedo engendrado por el poder sexual femenino. Munch lo representa en tres etapas: el despertar de la feminidad, la voracidad sexual y la imágen de la muerte. "
En el caso del artista japonés Namio Harukawa (Osaka, 1947) y su oda insaciable al culo femenino, el miedo se convierte en fetiche. Sus mujeres, de monumentales traseros, someten sin piedad al supuesto sexo fuerte, mientras no le dan la mayor importancia. Ellas fuman, descansan, tocan la guitarra o simplemente disfrutan del placer carnal mientras él, sumiso y diminuto, se deja.
La perversión de la mujer, como vemos en la obra, lleva al hombre a no ser más que una marioneta que sin rechistar besa el suelo ( y hasta las entrañas) que ella pisa, aunque su vida dependa de ello. Las tremendas posaderas, asfixian sin remordimiento a este ser, que es para ellas , títere de placer.
Referencias: López Blazques, Manuel. Arte del s. XX Munch.
Fuentes: culturacolectiva.com
1.981 TRANSICION
De repente todo se paralizo. Paseaba cada 15 días Rambla arriba, Rambla abajo y nada nuevo para comprar, no entendía que no se publicase nada sobre nuestro tema.
Pensaba que quizás llegaba tarde y se agotaban, quizás ya no se publicaría nada, no sé. Una decepción grande me abatía.
A mediados de año salió otro comic de Creapx, en este caso era Emanuelle, el tema no era de BDSM pero Crepax ya se había convertido en compra obligada para mí. No me decepciono nada dibujos fantásticos de sexo explícito, con alguna pequeñísima incursión a la sumisión femenina. Alguna que otra paja acompaño este comic.
Pero seguía preocupado. Yo quiero, yo quiero aumentar mis trofeos, por lo que
después de mucho pensarlo, ya tenía novia, decidí acudir a la llamada de un anuncio donde se ofrecían muchos servicios que más o menos decía “Salón privado con señoritas y Sado”. Necesitaba más.
Era en un piso de la Av. De Madrid. Fue un desastre, la habitación solo tenía una cama pequeña recubierta con una sábana de color azul claro, recuerdo perfectamente como vestía la dicha Ama (nada erótica) y lo que aconteció. No sé si fue porque ella no tenía ganas de trabajar, no tenía un buen día o era yo el que aportaba negatividad, en fin fue un papa dinero, Un mal rollo.
En aquella época mi salario de administrativo en una gestoría era de 25.000 pesetas al mes (como 800 € ahora) y no se podía ir gastando en contactos 2.000 o 3000 pesetas cada dos por tres.
Pasaron unos meses y conseguí ahorrar para otra aventura. Estuve muchos días mirando los anuncios de varios periódicos con un nerviosismo especial, no penséis que había mucha oferta, la proporción de anuncios sexo-sado era de 50/1, por no hablar de sumisas que quizás fuera de 100/1 buscando cual podía interesarme y no equivocar la elección.
Al final opte por un contacto que el texto más o menos decía “Ama Dominante Brasileña”.
A la hora convenida, en aquel entresuelo de la calle de Entenza me abrió una mujer muy mulata, casi negra. Después de estar mucho rato en una salita esperando volvió, se disculpó y me acompaño hacia una habitación grande, totalmente forrada de placas de corcho, con unas ventanas muy grandes, me dejo solo indicándome que me desnudase.
No hubo higiene, pero eso en aquel momento me paso totalmente inadvertido.
Las ventanas daban a la calle con las persianas abiertas, unas las cortinas muy finas que no dejaban ver afuera dejaban pasar toda la luz y los coches se oían casi dentro de la sala.
Muy nervioso expectante pensaba que si me pongo a gritar me oirán desde la calle.
La pequeña mujer resulto ser la Ama, era bajita, el pelo castaño, rizado y largo, unos ojos muy bonitos con un culo y caderas totalmente caribeñas. Vestía un biquini de color gris. La parte de arriba era muy pequeña y dejaba entrever la forma de sus pechos, más bien grandes, y la parte de abajo muy normal.
Me introdujo las manos en unas esposas de cuero que estaban en unos ganchos ya colocadas en la pared de corcho. La forma de inmovilizarme era falsa cosa que poder saber que me podía escapar me tranquilizo; pero no era cuestión de soltarse.
En las manos llevaba una fina cuerda con la que delante mío cogiendo con una mano mis partes empezó a dar vueltas haciendo varios nudos, primero a los huevos y después a la polla, “dios”, notaba mis huevos en la garganta (sensación totalmente nueva para mi) (aquello de poner los huevos por corbata) y mi polla que a la vez que daba vueltas con la cuerda se ponía más y más dura y brotando gotas de excitación por doquier.
De pie “atado” delante de aquella mujer bajita me sentía bien.
Ella se quitó la parte de arriba del biquini y aparecieron unos pezones muy grandes con una aureola muy pequeña, todo eran pezones y agachándose empezó a pasar sus pechos por mis partes atrapadas y con sus manos estirando los acercaba a su cuerpo dándome mucho placer.
Excitado al máximo me dijo que ahora le tocaba a ella disfrutar por lo que sacando las manos de las esposas me acompaño frente a un sofá, se quitó la bragas se sentó y me ordenó que me arrodillase. Cogiéndome la cabeza la acerco a su coño, cuál fue mi sorpresa al poder contemplar unos labios rojos claros, color carne que resaltaban en su piel casi negra. Una imagen que no me podía imaginar y que es lo normal pero me sorprendió. Mi boca se fue acercando hacia su vagina y lamí alocadamente todo aquello sin concentrarme en absoluto.
Mantenía Las manos en mi cabeza apretando hacia ella y con los pies me tocaba mis partes dando pequeños golpes; me dolían los huevos pero yo estaba por amorrar mi cara en aquel agujero mágico.
Separo mi cara y poniéndome de pie procedió a retirar la fina cuerda, tiraba de ella y note mi polla dando vueltas como un ventilador hasta soltar un grito de dolor.
Pensé que dolía mucho más cuando te quitan que cuando te ponen.
De nuevo totalmente desatado volví a estar de rodillas amorrado en aquella maravilla, mientras ella me ordenaba e indicaba donde y como lamer. Me dijo que me hiciese una paja para ella, todo fue rápido, lamiendo sin parar un gran chorro de semen salió disparado hacia el suelo.
Después lo de siempre y hasta la próxima.
Fue una buena experiencia me sentí sumiso y además era la primera vez que estaba con una mulata. Las primeras veces siempre son especiales.
Con ella repetí una vez más.
Continuara.....
1.983 UNA NUEVA EXPERIENCIA.
Después de la defunción y entierro de la primera revista que se había publicado y que tantas alegrías me había dado, tuve que volver a recorrer puntos de venta para ver que se publicaba y apareció una obra maestra de Guido Crepax “Justine de Sade”.
Además durante este año se publicaron el número 2 y 3 de las aventuras tan subidas de tono de Colette y conocí por primera vez al otro gran dibujante George Pichard con su obra “La Fábrica “
Todas estas publicaciones las ampliare en el Foro.
Comenzaban a presentarse símbolos de cambio en mi vida y con mi novia “vainilla” planeamos casarnos al año siguiente por lo que pronto tendría que empezar a pensar si le contaba por donde iban mis pensamientos, mis ideas sobre el sexo, mis anhelos y como reaccionaria, en fin un paso importante. (Lo deje todo en stand-by).
Para terminar relato otra aventura que tuve en aquellas fechas.
Repetí con la Ama de la calle Industria, recuerdo que esta vez fue después de comer. Tenía intención de repetir con su sumisa, pero ya no trabajaba con ella, concerté una cita y me presente igualmente.
Estuvimos conversando lo mucho que me había gustado estar con su sumisa y que mi experiencia era cortita por lo que me propuso la opción de travestirme.
Era una cosa totalmente nueva y que nunca se me había pasado por la cabeza, pero en esta vida hay que probar las cosas que se te presentan.
En aquella sala roja con poca iluminación pregunto qué pie calzaba y de los zapatos que tenía en su estantería escogió unos negros clásicos de quizás 8 cm o 10 cm, me dio unas medias lisas negras de esas que llegan hasta la cintura.
Comencé a vestirme, nunca me había puesto unas medias, eran finas, me enseñó a recogerlas para facilitar colocarlas, que sensación más gustosa dan unas medias, te sientes vestido, desde aquel momento entendí a las mujeres que llevan medias. (Antes siempre pensaba que como pueden ir con faldas y medias en pleno invierno, tendrán frio); cambia todo, se pegan a la piel y aumenta mucho la sensibilidad, como notas las caricias. Sentía mi polla dura y mos huevos comprimidos en aquella malla tan fina.
Seguidamente me coloque los zapatos, casi me caigo y me entrego una peluca no recuerdo si era pelirroja o castaña y que al final me la puso ella, no sabía cómo funcionaba la rejilla.
Todo era nuevo para mí, con zapatos medias y peluca mi feminidad, o mi parte femenina, en aquel momento delante del espejo se mostraba ante mis ojos. Parte esbelta, parte ridícula, parte trasvertido, parte sissi. Un lio. Emociones contrastadas.
Me coloco un delantal banco que resaltaba con el negro de las medias.
Me coloco los brazos en el taburete y empezó a acariciar mi trasero, para después pasar a una paleta y descargar su energía. Los tres golpes que me dio inicialmente dolieron mucho, todo ello acompañado de lo que sonaba como insultos, pero no lo eran, formaban parte del momento y me, decía perra, me vas a servir, te entregare a mis clientes, voy a estrenar este culito de putita, etc.
Mas tarde de pie me pinzo los pezones con unas pinzas que nunca había visto antes, (ahora sé que eran la típicas Japonesas), levanto el delantal con la paleta amenazando golpear mis partes.
De malas maneras empujo hacia atrás mis huevos y polla cerrándome las piernas. A la vez tirando de aquellas pinzas que no se soltaban y cada vez apretaban más, me decía ahora ya tienes vagina, ahora sí que eres mi putita y me servirás.
Todo iba perfecto pero paso el tiempo, para mi muy rápido, como cuando contratas un buen masaje y no quieres que termine nunca, por lo que me ordeno quitarme el delantal y que me bajase las medias, tuve un traspiés con los zapatos, que entonces pude retirar y volver a pisar el suelo, que descanso, me dolían mucho los dedos y así de pie con las medias por las rodilla con los pezones a punto de explotar me dijo que me hiciese una paja.
Me sorprendió que con muy poco o ningún contacto físico se pudiese tener tanta sexualidad. El BDSM era fantástico.
Me sentí Sissi total.
Continuara...
Mi señor, soy feliz de estar en su tela de araña, abrazada con sus cuerdas. Cada marca me hace sentir más suya, afortunada.
Cada día intento ser mejor,para que se sienta orgulloso de mí. Gracias, Mi Amo, gracias por protegerme y cuidarme, por valorarme.
Su mirada me acaricia y su mano me azota, uniendo dos sensaciones únicas, haciendo que desee aun más estar arrodillada a sus pies. Nada sería igual si no me llevara de su mano, guiándome, enseñandome.
Áteme a su voluntad, yo le cedo la mía. Siempre a sus pies.
Ades y roxanne.