La femme fatale es aquella mujer poderosa y de sexualidad insaciable que cual mantis religiosa, una vez consumado el acto sexual, mataría al hombre. Pues de él, ya nada más merece la pena. La mujer como deseo, y a la vez como abismo y muerte, es un tema recurrente en el arte, a partir del siglo XIX. Ésta es la visión de la mujer, como ser sin atributos que recuerden a una esencia amable o buena y que por lo contrario, tras una máscara de sensualidad desbordada, ella personifica al mal. 802358
Se dice que Munch, a pesar de ser alto, atractivo y sumamente apuesto, sufría una verdadera ansiedad frente a la figura femenina, y diversos textos hablan sobre el miedo que le tenía a las mujeres. Ésto le llevó a sublimar sus miedos en Vampira.
Vampira 1894-1894
"[...] un temor diferente, como el miedo engendrado por el poder sexual femenino. Munch lo representa en tres etapas: el despertar de la feminidad, la voracidad sexual y la imágen de la muerte. "
En el caso del artista japonés Namio Harukawa (Osaka, 1947) y su oda insaciable al culo femenino, el miedo se convierte en fetiche. Sus mujeres, de monumentales traseros, someten sin piedad al supuesto sexo fuerte, mientras no le dan la mayor importancia. Ellas fuman, descansan, tocan la guitarra o simplemente disfrutan del placer carnal mientras él, sumiso y diminuto, se deja.
La perversión de la mujer, como vemos en la obra, lleva al hombre a no ser más que una marioneta que sin rechistar besa el suelo ( y hasta las entrañas) que ella pisa, aunque su vida dependa de ello. Las tremendas posaderas, asfixian sin remordimiento a este ser, que es para ellas , títere de placer.
Referencias: López Blazques, Manuel. Arte del s. XX Munch.
Fuentes: culturacolectiva.com
El Muro