“Suya” una palabra de cuatro letras. Una palabra que si nos atenemos a su significado
viene a indicar “ Forma del posesivo de tercera persona del singular; indica que el nombre
al que acompaña pertenece, se relaciona, está asociado, etc”. Una palabra que se utiliza
en nuestra vida cotidiana como cualquier otra.
“Suya”, sí, una bonita palabra, de pronunciación fácil, incluso a ojos que no ven más allá
una palabra simple. Que no implica mucho más que para construir una frase, de utilizarla
como lo que es, un pronombre posesivo.
Pero la palabra “Suya” implica mucho más. Implica descubrimiento y conocimiento.
Descubrimiento de un mundo que en ciertos modos se cree oscuro pero que, con el
tiempo suficiente, lo llegas a percibir de una forma totalmente diferente. Conocimiento de
sobre uno mismo, de los deseos y necesidades que nos mueven y que hasta ese instante
estaban dormidos, escondidos dentro de cada uno de nosotros.
La palabra “Suya” implica valentía. Valentía de saberse y aceptarse como lo que eres,
como lo que deseas ser y, además, se esté dispuesta a dar el paso para perseguir los que
realmente se desea, lo que se quiere.
La palabra “Suya” implica esfuerzo y dedicación. Esfuerzo por conseguir con cada paso
dar lo mejor de cada una, dar todo lo que se lleva dentro, lo que Él desea, pero sin
descuidar el cuidado de ese vínculo, esa unión que poco a poco y con mucho esmero se
va creando entre ambos.
La palabra “Suya” implican actos y hechos. Actos y hechos de sinceridad, confianza y
transparencia. Cada cual con uno mismo y, por consiguiente, con la otra persona.
Y como su propio significado dice, la palabra “Suya” implica pertenencia. Pero no una
pertenencia meramente física, que lo es, sino que sea interiorizada. Sentir que se
pertenece a alguien, que aunque no se toquen, no se huelan, no se vean, lo tengas dentro
de ti como una segunda piel. Una marca, invisible a los ojos pero que sabes que está ahí,
dentro, que la sientes, que la notas, “Suya”.
siomara_{AK}
Eres mi
propiedad/ soy su propiedad,
Somos
dos, somos uno.
El
sentido de la responsabilidad en el BDSM
¿Parece sencillo verdad?……. pero no lo es
Infinidad de amos/as y
sumisos/as nunca sentirán ni vivirán la intensidad de esas sensaciones.
Y no lo harán por una sencilla
razón, no viven el BDSM, solo están en él y la mayoría solo de paso.
Están un tiempo, juegan,
desaparecen, algunos vuelven pasado un tiempo y se cambian de nombre etc.
Durante un tiempo pululan por
distintas salas, algunos/as ni llegan al real.
Y los que llegan en la mayoría de
las ocasiones lo que viven es una falsa imagen de la Dominación / sumisión,
donde el fin que buscan siempre es el mismo: Follar.
Se suelen juntar con otros
personajes afines con los que comparten ideas, se jalean unos/as a otros/as y
con eso se auto estimulan pensando que lo que viven es el BDSM de verdad, el de
siempre.
Pero no es así solo es “BDSM”.
El problema es que a muchos/ as de
los que empiezan les hacen ver una realidad que no es cierta, y cuando estos/as
salen de verdad al BDSM, se encuentran que pensaban que estaban
preparados y lo que son entonces es carne para tiburones.
La realidad es más simple, se lleva
viviendo hace siglos, de mucho antes de que se la nombrara con una derivación
del nombre del Divino Marqués de Sade.
Las salas han hecho que muchos de
los que querían vivir su cara oculta se acerquen al BDSM, que muchos lo hayan
descubierto y eso está muy bien. Pero solo si caen en buenas manos…y eso
ya no es tan común.
El problema viene cuando es
así y esa entrega no se deja en la persona adecuada, cuando no se educa a
ese sumiso/a ni se le entrena en las distintas variantes de la sumisión,
eso hablando de lo físico, Si entramos en lo mental el problema es aún mayor,
ya que la entrega de la mente es una de las mayores responsabilidades que se
pueden ofrecer y por supuesto recibir; y si esta no cae en la tierra precisa,
con el jardinero adecuado o este es inexperto o un caza
coños, el daño puede ser incalculable.
La preparación del Domine debe ser
paulatina y firme, debe comenzar desde el principio, sin prisas….de manera
tranquila y serena. Cosa que actualmente no ocurre. Ahora con ver unos
videos, unas fotos y cuatro conversaciones con gente afín, con ir a unas
cuantas quedadas, parece que ya se sabe todo.
No se puede pasar de la noche a la
mañana de un azote a dominar en parte una mente, un cuerpo y una entrega.
Por eso esa preparación, esa
educación, ese entrenamiento por parte de Domines mas expertos es
imprescindible que la haya, si no los sumisos/as en esas manos
corren serio peligro.
Es muy fácil decir “eres mío/a” y no cuidar de esa
propiedad como es debido, solo usarla de vez en cuando para pastelear en las
salas o en alguna sesión que siempre suele acabar de la misma manera, sin
ver crecimiento por lado alguno por ninguna de las dos partes.
También es muy fácil decir “soy suya/o”, lo difícil es que sea
realmente así, eso solo se demuestra en el día a día, con la capacidad de
entrega diaria a un Domine, viendo crecer la confianza entre los dos y subiendo
esos escalones del BDSM que algunos pensamos que no tienen fin.
Y no poniéndose y quitándose un
collar como si fueran unas bragas, claro ese collar fue logrado sin ningún tipo
de sacrificio por parte del sumiso/a y por lo tanto no le dan el valor
que merece, para ellos/as es más un símbolo de ostentación que uno de entrega.
Es puro pastel sin sentimientos añadidos…..bollería
industrial.
Por eso esa facilidad de ponerlo,
quitarlo y cambiarlo, no les costó NADA,
se lo dieron sin ganárselo y lo otorgaron sin pensar, por eso, lo que fácil se
pone…..fácil se quita.
Estos pseodomines, y
pseudosumisos/as son los que hacen que el BDSM se esté pareciendo
más a un juego de roles que a un modo de vida, como lo fue hasta hace bien
poco.
En una sala es fácil decir “mi amo” o mi señor” y a la hora de la
verdad no acatar ninguna, o casi ninguna de las pautas marcadas por el
dominante y donde este dominante en realidad no tiene el respeto debido por
parte de su propiedad, ya que, este/a suele “convencerlo “de que sería mejor de otra manera y claro “no se va a dejar de echar un polvo por eso” . Tragan y punto..
El sumiso/a debe ser
para su Domine mucho más que simplemente un llavero o un trofeo
para exhibir tanto en las salas como en las “quedadas”.
Debe ser una parte suya, interna, a
la que debe educar y dirigir en todas las facetas de su vida que estén dentro o
toquen aunque sea tangencialmente el BDSM, absolutamente todas.
Además de cuidar y proteger a su
propiedad de todo lo que le pueda influir e interferir en su doma y educación,
el Domine debe cuidar de su crecimiento y de su felicidad interna y externa.
Un/a sumiso/as que no sea feliz…….¿
cómo va a hacer feliz a su dueño/a? IMPOSIBLE.
La entrega es el mayor bien que se
nos puede otorgar como Domines, es el mayor tesoro que una persona sumisa puede
entregar y como tal debe ser visto por el Domine a quien se le otorga esa
responsabilidad, ese
don, ese honor.
Todo lo que queda dentro de estas
pautas tan sencillas en el BDSM como son:
Yo marco el
camino, tú vas por él.
Yo soy el
Dueño/a , tú me perteneces/
Usted marca
el camino, yo voy por él.
Usted es mi
dueño/a, yo le pertenezco.
Ambos
crecemos juntos y subimos la escalera de la mano.
Los dos
somos uno.
Como es natural es solo mi
opinión personal, y por lo
que se la de otros Domines, Amos y Dominantes.
Estoy seguro que muchos/as no
la comparten y eso lo comprendo y lo respeto.No sere yo quien juzgue la manera
de vivir su vida a los/as demás.
Pero jamás hare lo mismo que
ellos/as, ya que para mí el BDSM es una manera de vivir y para otros una simple evasión
de sus vidas .Vamos sexo con alicientes….6 fustazos,3 azotes, cuatro gotas de
cera…..Y A FOLLAR.
Comprendo esas formas, pero no las
comparto ya que eso no es BDSM, es solo pastel, y yo desprecio el dulce que no sea artesano. Y este del que hablo como dije antes es”
bollería industrial”
Pero como suelo decir a menudo………
”A unos les gusta el Caviar de esturión y un buen espumoso, a otros las
huevas de lumpo y la sidra espumosa”
Yo soy más de Beluga y Moet.
Un saludo a todos/as.
Llevo ya once años sumergida en lo que llamaríamos mi despertar, aunque este sentimiento lo llevo desde la infancia, es cierto que llega un día que un acto inesperado, un momento fortuito, te hace ver que no eres la única que piensa igual que tú, siente igual que tú, no eras rara en tu forma de sentir y sientes tanto alivio que tienes ganas de llorar aunque sólo puedes respirar profundamente. Es la primera vez que creo que pude coger aire de verdad y soltarlo, sabiendo que por fin podía respirar de verdad, fue intenso casi puedo decir que el tiempo se detuvo.
A veces pienso que mi entrega es demasiado intensa y que debería tomármelo de otra forma, viendo como otras personas se toman esto. Pero yo no puedo porque entonces no sería yo, respeto cada una de las maneras que cada uno vive estas relaciones porque hay tantas formas y de diferentes maneras y cada uno tiene sus necesidades.
No concibo poder tener una pareja vainilla, de hecho tuve que dejarla debido a esto, porque para mi sería un engaño y nadie se merece eso. Decidí proseguir mi camino, siempre levantándome y aprendiendo más sobre mi. En estos años he podido tocar el cielo con las yemas de mis dedos porque fui suya... todo tiene un principio y un final.
Tengo un carácter muy fuerte, siempre lo he tenido, de hecho si cualquiera de mis amistades supieran algo de esto me dirían "Tú? sumisa? " y se reirían...
Siempre he dicho algo que muchos "Dominantes" y sí lo pongo entre comillas a propósito, para mi la sumisión es el placer de sucumbir a los deseos de esa otra persona, "Sucumbir" esa palabra donde no te deja escapatoria, deseas hacerlo, quieres hacerlo, puede contigo...
He tenido que alejarme en varias ocasiones del bdsm por la frustración, de no encontrar a esa persona, a ese cómplice. Pero de nuevo volvía porque está en mi y no podía estar alejada de gente que compartía ese mismo sentimiento, era imposible. Ahora ya no siento esa frustración porque ya no busco ni espero nada, soy feliz por el mero hecho de saber como soy y por eso sonrío por dentro.
Y sé que si algún día aparece, simplemente lo sabré, porque lo sentiré... mientras tanto sigo en esa esquina oscura pero sin parar de subir esas escaleras, sola pero segura ( aunque a veces note ese cansancio, nunca decaigo).
esquinaoscura
Logroño a tantos de tantos de mil novecientos tantos.
Entro lleno de ilusión en mi hotel,se quien me espera en
la habitación 344.
Eso no evita ese pequeño nudo en el estomago,ese nudo de responsabilidad por lo que iba a suceder.
No subo en el ascensor lo hago despacio, muy despacio
por las escaleras para darle tiempo a ella y a mi mismo.
Iba a ser nuestro primer encuentro en privado,y tenia
que ser perfecto.
Hasta ese dia solo habíamos hablado en las reuniones
del "Circulo".Donde nos habíamos conocido y en el que
según las normas se colocaba detrás de mi sillón marcando así su interés por mi.
Cuando llego a la puerta se que solo unos centímetros de madera nos separan ya al uno del otro...solo unos centímetros.
Como había acordado con ella llamo tres veces seguidas y una vez noto que se entreabre la puerta espero unos segundos para esperar que ella se sitúe en la posición que el momento y la situación requería.
Empujo la puerta y la abro muy despacio.Una vez dentro cierro con pestillo ....y miro.....y veo...y la veo.
Como esperaba estaba de rodillas,con la frente pegada al suelo delante de ella y los brazos extendidos por delante de su cabeza con las palmas de las manos hacia abajo.
Entro en silencio y miro a mi alrededor.La habitación esta preparada tal y como había aprendido que debía estar para recibirme.
Las luces apagadas, dejando solo las mesillas encendidas y tapadas con unos pañuelos que dejaban una atmósfera
tenue y cálida.Una pequeña rendija dejaba pasar un mínimo haz de luz que provenía del baño....
Y algo que ella añadió de su propia iniciativa y que me encanto....Unas pequeñas velas aromáticas impregnaban la habitación de un suave olor a jazmín.
Me la quede mirando despacio, sin pronunciar una sola
palabra...disfrutando de la belleza del momento,de su belleza.
Con tranquilidad me fui desnudando para cambiarme de ropa y ponerme otra mas adecuada y acorde para el momento.
Mientras lo hacia pasaba por su lado y notaba su respira
cion.
Esta era entrecortada...fuerte....nerviosa...
Con ella trasmitía su deseo,su ilusión...su entrega.
Cada vez que pasaba a su lado para colocar la ropa o por cualquier motivo,la rozaba de manera sutil un costado,
un brazo...un pie, con una e mis piernas.Cuando lo hacia
notaba como inconscientemente ella acercaba levemente esa parte de su cuerpo que yo rozaba ....pero enseguida se daba cuenta de que debía mantenerse inmóvil hasta
que yo la marcara lo contrario.
A mi en esos momento se me dibujaba una sonrisa de ternura en mi boca...y volvía a tocarla de nuevo una y otra
vez de esa manera para disfrutar de sus reacciones y de
su intento de controlar las mismas.
Mientras terminaba de prepararme y entre esos juegos
notaba en su espalda un brillo, una sutil patina de sudor
que hacia que su piel resplandeciera con la luz de las velas y de las lamparas veladas...tal vez fuera el calor...tal
vez sus nervios...el caso es que ese brillo la hacia aun
mas hermosa a mis ojos y mas me hacia desearla.
Una vez cambiado me puse frente a ella y agachándome
la tomé de sus manos y la dije...Álzate niña....la ayude a
levantarse y hablándola por primera vez desde que entre en la habitación.Cuando la tenia levantada ante mi, con
la cabeza agachada y con su respiración cada vez mas
intensa, la abrace muy suavemente y recosté su cabeza
entre mi cuello y mi hombro,la acaricie la nuca despacio,
acaricie su espalda mientras la susurraba al oído que
estuviera tranquila...que todo estaba bien...que era mi
niña.
Mi mano derecha subía y bajaba suavemente a lo largo
de su espalda,desde el cuello hasta el nacimiento de sus
nalgas...mientras con la otra mano la acariciaba la
nuca.Al mismo tiempo la decía lo que quería que ella
fuera y lo que yo deseaba ser para ella.
Todo esto regando su oreja con leves besos, donde
dejaba que mi respiración entrara en ella de esa forma.
En su momento comencé a tocarla la parte frontal de
sus muslos y con un leve gesto de mis dedos la indique
que los abriera un poco mas de lo que los tenia.
Comencé a acariciarla por la cara interna de los
mismos,muy despacio y llegando solo hasta sus ingles
sin pasar de ahí.
Me llenó de pasión el notar que sus muslos estaban
empapados...completamente mojados,notaba unas gotas que iban resbalando hacia sus rodillas,igual que perlas liquidas que anticipaban un placer que estaba por llega
Le levanté la cara para mirarla y se lo dije,vi como sus
mejillas se coloreaban de vergüenza.
Le di la vuelta y la seguí abrazando por detrás....apretando sus nalgas contra mi,acaricie su sexo...lo entreabrí con mis dedos.Lo noté cálido,húmedo,dispuesto,anhelante...tomé con mis manos sus pechos....y apreté sus pezones....primero suavemente para luego ir subiendo de intensidad con mi presión....hasta que de pronto gimió....y se le doblaron las rodillas..tanto que si no la sostengo hubiera acabado en el suelo.
De su boca y casi en un murmullo escuche...Lo siento...lo siento...lo siento...no pude aguantar...
Yo abrazándola muy fuerte la dije..tranquila mi niña..tranquila mientras la recostaba en la cama llenándola de besos la cara,los ojos,su cuello,su boca...sorbiendo de sus
labios la esencia que ella me estaba dando en ese momento.
Lo que ocurrió en las siguientes horas me lo reservo....en esta ocasión no busco el morbo .....
Solo diré que a la mañana siguiente...mirando sus bellos ojos y el brillo que tenían los miamos la dije...
Mi niña desde hoy seras mi "estrella", y lo seras por la
luz de tus ojos,por el brillo de tu piel y por la claridad
cristalina de tu entrega....
A lo que ella bajando la cabeza contesto...Desde hoy
seré lo que mi Domine desee que sea...y mi luz es por que Usted ilumina mi camino y me guía.Soy suya y estoy en sus manos.
Desde ese día y durante los siguientes 6 años y medio fuimos....
UNO EN DOS
DOS EN UNO
SIMBIOSIS
«Un hilo rojo
invisible conecta a aquellos
que están destinados a encontrarse,
sin importar tiempo, lugar o circunstancias.
El hilo se puede estirar o contraer, pero nunca romper».
Es la nuestra una historia derramada por los márgenes de tus
silencios.
Donde si tus dedos se cruzan con los míos se rompe el viento.
Llegaste en mi primer y último invierno sin miedo
y en un garaje sin coches me dijiste que las nubes tendrían colores.
Es la nuestra una historia que aparece y desaparece,
que juega al escondite con la felicidad y los deseos
sin saber cómo cocinar a fuego lento los temores de lo que devoro.
Y se inundan mis entrañas cuando tus alas se marchan.
Muerdes conmigo un hoy que huele a ayer y sabe a
mañana.
Porque si te vas lejos me duele y si te quedas también.
Como esa copla que decía ni contigo ni sin ti.
Como esa copa de mistela que olvidé ofrecerte.
Porque es cierto que no soy ahora el remedio de tu huida,
y porque también es cierto que no curarías mis sollozos.
Que ahora necesitas una roca desde la que lanzarte a volar a diario,
y que yo necesito hundirme en lo más profundo del embalse
que se forma entre los montes de tu regazo.
Déjate abrazar por las sombras que te habitan,
deja que las mías te acompañen, pero poco.
Porque cada lucha tiene su cuadrilátero bien delimitado,
y no es buena idea mezclar el viento con el océano.
Es la nuestra una historia sin guión que escribo en mis versos,
y que llevas contigo entre manojos de besos sin mejilla.
Recorrer mis cuadernos en busca de tu mirada.
Porque me hacía gemir tu lengua en mi espalda
con el aroma de medio hayedo sin riachuelo.
Ven a mí un instante antes de marcharte.
Sé que de tu meñique al mío hay un hilo carmesí
que te hace volver siempre a mí. O al revés.
Tienes un corazón que pierde gas
conforme se acerca a la gran ciudad.
Los millones de sombras que te rodean te llenan de soledad.
Y huyes de nuevo a buscarte bajo el empedrado de otras calles.
Esta historia, y no otra, la nuestra
se construye con mejillas encanecidas por el estrés y los nervios,
y con estrías en un vientre ahora ya yermo.
Porque por mucho que
lo intente no puedo dejar de escribir
sobre esta historia donde quieres protegerme y cuidarme
pero no puedes.
No te olvides. Estira el hilo todo lo que necesites.
Pero mi grito llegará a ti cuando menos te lo esperes.
Nuestra Historia, Pilar Escamilla Fresco
Hay veces que no es necesario que una persona muera para perderla, hay veces que basta con que se convierta en una persona completamente distinta… Una desconocida incapaz de recordar que una vez ella fue la Musa cuyo cuerpo Él cubrió de oro.
(Traducción del catalán)
“Lunes 09/08/0…
Otro fin de semana con el Amo.
Otro fin de semana fantástico con sus aprendizajes, sus momentos de relax, su dureza, su ternura y principalmente con todo su amor.
Muchas gracias Amo por hacerme disfrutar de este fin de semana, estaría muy sola sin ti.
Siempre a los pies de mi Amo."
Tardó mucho tiempo en poder volver a revisar las palabras que ella le escribía y en ver sus fotos, por el dolor que le causaban. Pero el dolor había que afrontarlo para poder dominarlo… y superarlo hasta convertirlo únicamente en una simple cicatriz. Cuando consiguió dominarlo hasta vencerlo, empezó a poder revisar con normalidad y naturalidad, y transcribir en papel historias y relatos inspirados también en ella, la única y auténtica Musa que había tenido.
Fue entonces cuando se convenció de que no había sido tan buen Amo como había creído. Se dio cuenta de que durante bastantes meses, a través de la sutileza de su inconsciente, ella había estado avisándolo de que su mente se estaba preparando para una nueva crisis cíclica. Probablemente fue lo único que le había ocultado durante aquellos años, la envergadura de sus crisis, quizás porque nunca imaginó que de una cita a ciegas naciera un amor tan intenso y fuerte. Unas crisis cuyas sacudidas psíquicas actuaban sobre ella con la fuerza de un destructivo huracán, hasta el punto de transformar por completo una personalidad y convertirla en otra totalmente distinta.
“Estaría muy sola sin ti”… fue la primera señal de alarma que su inconsciente le mandó y Él, distraído por el envolvente ego del Dominante y por el acomodamiento que toda relación larga inevitablemente conlleva, no supo reconocer aquellas señales escritas que le advertían que ella, sin Él, sentía que estaba completamente sola.
No era posible sentirse en soledad teniendo a tanta gente alrededor… Su familia, sus hijas, sus amigas, sus compañeros y compañeras de trabajo. ¿Por qué le cargaba a Él toda la responsabilidad de su soledad en su ausencia?
No fue hasta meses después de haberla perdido cuando, consciente de que nunca más iba a volver a verla, conociendo un pasado que ella nunca le contó, se dio cuenta de que había fracasado como Dominante.
Hasta entonces había creído que a una sumisa únicamente se la perdía si se deseaba perderla o si no estaba bien educada; pero se dio cuenta de que no era todo tan simple y que había otras muchas maneras de perder a una sumisa, a una mujer, a una persona.
Desde aquellos tiempos en adelante, vio y escuchó llorar a bastantes mujeres, sumidas en dolores no enfrentados, ni vencidos por no haber sido superados, pero no consiguió volver a pintar con oro el cuerpo de nadie más.
A lo largo de su vida, otras mujeres le manifestaron su deseo de ser pintadas de forma sentida en oro, pero nunca más lo hizo, no porque Él no lo deseara. Todo lo contrario, se moría de ganas de pintar, pero no iba a entregarse a quien no lo mereciera.
Para poder hacerlo necesitaba estar seguro y convencido de que esas mujeres harían con el oro sobre su cuerpo exactamente lo mismo o algo parecido a lo que una vez su Musa hizo: acariciar con sus manos el dorado pintado sobre su piel y compartirlo, repartiéndolo en el cuerpo de Él.
Nunca tuvo la sensación de que eso fuese a ser así con ninguna otra sumisa, con la excepción de una de ellas, a la que le faltaron muy pocos meses para también sentir el oro verdadero sobre su piel. Todas deseaban ser pintadas en oro a las primeras de cambio, sin haber hecho suficientes méritos emocionales y amorosos, incluso sin querer suficiente a su Amo. Algunas incluso se ponían celosas por el simple hecho de que Él hubiese pintado, años atrás, el cuerpo de una sumisa en oro. Otras pensaban en ser pintadas, además de en oro, en plata y en todos los colores del arco iris…, pero ninguna daba señales de querer compartir ni una sola gota de pintura con Él… Parecía que querían toda la pintura dorada sólo para ellas.
El siempre decía lo mismo: Cuando permanezcas tres años junto a tu Amo, seas capaz de responder todos los mensajes que te mande durante esos años en menos de cinco minutos, no menciones la palabra “No” ni una sola vez y, principalmente, me hables más de amor que de cualquier otra cosa, entonces, te pintaré en oro. Lo haré las veces que sean necesarias hasta que comprendas que no eres una sumisa. Eres una Musa.
Las que escuchaban aquellas palabras inclinaban la cabeza, de un modo u otro, o se enfadaban. Quizás les pasaba eso por que sentían que no tenían la capacidad que otra persona podía haber tenido, y se sentían inferiores. En realidad, sí tenían capacidades, aunque quizás distintas, pero era más fácil envidiar lo que otra persona se ganó con trabajo y entrega que demostrar capacidades propias. La Musa fue pintada en oro porque se lo ganó, pero ella ya no estaba ni volvería a estar nunca, pero las manos del pintor si estaban dispuestas a pintar…, pero solo a quien lo amara verdaderamente.
Y al escuchar la palabra “amar” se iban, casi todas, quizás por miedo a sufrir o al compromiso, en busca de quien pintara con inmediatez de mentira dorada su cuerpo, para poder engañarse a sí mismas. Era lo más fácil…
5 años después, una de aquellas mujeres regresó
“- Todo este tiempo… tenías razón… :-(
- Ya… Tengo razón normalmente por qué tengo experiencia, pero de nada sirve la experiencia de otro si la o las personas no se dan cuenta por sí misma/as. El autoengaño es algo habitual. Yo también lo he sufrido, creyendo que personas que se fueron me querían. Si se fueron no me querían. Si se equivocaron, vuelven… Un beso.
- Dime algo joder… aunque sea… ya lo sabía!
- Te he mandado un mensaje!!!!!
- Ok. Beso.”
El pintor acarició aquellos tarritos de pintura dorada. Los abrió, para comprobar su estado, y se dio cuenta de que la pintura se había estropeado y secado. Acarició lentamente la pintura seca y volvió a tapar los tarritos.
“- Claro que me hace daño lo que me dices… pero no pq me lo digas tú… Pq se que es verdad… todo… Y reconocerlo duele. Ya te lo he dicho……… gracias. Pero no quiero dejar de hablar contigo y quiero volver a verte. Beso.”
Recoger los pedazos que rompieron otros, no era posible. Eligió andar por sugerentes surcos de deseo por miedo a ser sujetada. Ahora él contemplaba su regreso, en busca de su propia esencia, buscando que la esencia del pintor reconstruyera la suya propia, sin que a ella le importara que sus ruinas los arrastrara a ambos a un abismo de fracaso.
Era Dominante, no salvador de almas en el pasado arrancadas a patadas de su corazón. Volver a verlo. ¿Por qué no? Podría mirarla a los ojos de nuevo, convencido de que volverían a descender.
Seguramente podría cubrirle en oro la piel sumisa, naturalmente la convertiría en una maravillosa y efímera pintura, pero nunca podría ser una Musa convertida en obra de arte. No mientras no lo sintiera. A una obra de arte hay que sentirla. Regresar no es suficiente para sentirlo. Los dedos del pintor nunca mojan pintura alguna sin confianza y seguridad.
Una sumisa que regresa no puede regresar como sumisa, por que así también se marchó. Debe regresar como mujer, o no regresar nunca.
Documentación original: textos whatsapp , imagen de sumisa pintada en oro y plata con rosa silvestre con espinas sobre el pecho, imagen con los tarritos y tubos de pintura que se emplearon estropeados por el paso del tiempo, correo electrónico.
NOTA: La documentación que aparecerá en este blog, tanto gráfica como escrita, es posible gracias a la generosidad de las personas que me la regalaron o mostraron, mientras era su Amo (y pareja la mayoría de veces) o incluso una vez había dejado de serlo. Mi compromiso y la palabra que di a esas personas fue que nunca una de mis publicaciones las perjudicaría o comprometería en nada. Asumí la responsabilidad y el compromiso de anonimizar todo el material tratado, susceptible de ser mostrado o publicado, exclusivamente a título informativo, literario, pedagógico, con finalidades creativas o a modo de ejemplos ilustrativos.
Hacía ya tantas semanas que hablábamos, había habido varios intentos
fallidos, habíamos creado tal clima de confianza que pese a no conocernos en
persona era como si ya supiera como iba a reaccionar a cada palabra a cada
gesto.
Las últimas palabras que le dije antes del encuentro fueron esas, “Hoy te
vas a dejar capturar por el Lobo” ese lobo que llevo dentro mío y que solo le
he dejado intuir.
Palabras calculadas y medidas para que dentro suyo supiera que hoy debía
dejarse llevar, que hoy no sería ella la que controlaría la situación y que por
fin se empezarían a cumplir sus deseos.
Dentro de mí crecían los nervios. Sí! los dominantes también pasamos
nervios ante una nueva situación, pero la calculadora mental y el saber que
debía decir y que quería obtener de ese encuentro hacía que, al mismo tiempo,
estuviera tranquilo, calmado y sosegado.
Hoy no iba a ser un día de fantasías ni prácticas, pero sí un día
cargado de simbolismos, de sentimiento y de cierta formalización de lo que
hacía ya tantas semanas que hablábamos.
Era la hora, me acercaba al punto de encuentro y la vi a lo lejos, esperando, arreglada y vestida como ella suele, formal y elegante pero por mucho
que se esfuerce, yo ya he visto a la sumisa que lleva esas prendas, ya conozco
la mente formal y elegante que desea desatarse y ser tomada para volver a ser
atada, pero esta vez de forma voluntaria y premeditada para liberar la sumisa que lleva en su interior.
Me acerco, me ve, la miro. Primera orden cumplida, no
lleva pintalabios, entonces y solo entonces accedo a darle dos besos, no sin
dejar de susurrarle a la oreja su nombre de sumisa. Sé que dirigirme a ella por
ese nombre la excita, hace que, por si no se acordaba, sepa quién va a ser esa
tarde. Me mira y veo que empieza a sonrojarse.
Nos sentamos en un espacio poco reservado, con algo de privacidad pero público. Tomamos algo y charlamos de temas personales para crear un clima de confianza al ser la primera vez que nos vemos en persona. Hasta el momento que le pregunto si está preparada para lo que va a suceder a continuación.
Cabe
mencionar que aquél iba a ser el día que sin haberlo hablado nunca por su
nombre iba a ser el día de la entrega, en que la sumisa
que lleva dentro se entregue al Dominante que libremente ha escogido.
¡Si Señor! Me contesta con ímpetu y convencimiento. Me gusta esa respuesta,
convencida sin titubeos ni dudas y dirigiéndose a mi como sabe que debe.
Bien, pues es hora de mostrarme que has hecho lo que se te ha ordenado. Enséñame
las bragas en tu bolso -le contesto.
La segunda orden que debía cumplir para la tarde era que se quitara las
bragas que llevaba puestas y se las guardara en el bolso para enseñármelas.
Por lo que aún en el espacio público me pasa su bolso, lo cojo, lo abro y ahí están. Unas bragas bonitas de color fucsia de encaje semi-transparentes, finas y con estilo.
Seguidamente la miro a la cara y
empiezo a explicarle lo que va a suceder a continuación. Vamos a llegar
al sitio, me acomodaré mientras tú vas al baño, te desnudaras completamente y
te desmaquillaras. Después saldrás a gatas hasta llegar delante de mí y te
sentaras sobre tus talones, extendiendo tus palmas boca arriba encima de tus
muslos y con la espalda erguida y la cabeza gacha me indicarás quien eres y que
es lo que quieres de mí.
-¡Sí, Señor! Me responde para mi sorpresa, pues sabiendo lo vergonzosa que
es y la inseguridad que tiene, no la veía capaz de acatar estás simples
indicaciones. Pero la sorpresa fue grata.
Una vez allí, delante de mí, postrada y habiendo seguido las indicaciones,
suspira y dice-: Señor, soy alicia, una sumisa que desea ser tomada, moldeada y
enseñada por usted Señor Ernest. Deseo con toda mi alma que acepte ser mi Amo,
y para ello me entrego a usted, en cuerpo y mente, para obedecerlo y
satisfacerlo en cuanto desee.
Mi Lobo no puede hacer más que enternecerse y después de tanto tiempo deseándola, después de tanto imaginarla, después de haber soñado con ella, ahí estaba.
Me acerco a ella, le cojo la barbilla y se la levanto, le dirijo su mirada
hacia mis ojos y le digo:
-Sí querida alicia, acepto de ser tu amo, acepto tomarte, moldearte y
enseñarte a ser mi sumisa. Acepto tu sumisión, y acepto la responsabilidad que
conlleva. Por eso a partir de ahora serás mi alicia, mi pequeña alicia. Y voy a
viciarte, voy a ensuciar tu mente y voy a convertirte en mi putita, en la sumisa que ambos deseamos que seas.
Le extendí la mano para que se levantara, le acompañe las manos detrás de
la espalda, y con una mano cogiendo sus brazos y con la otra cogiéndole el pelo,
la besé.
Te has dejado capturar por el lobo señorita alicia!
Me concentro y escucho como Sus zapatos avanzan con paso firme por el pasillo, quizá debería ponerme más nerviosa, pero me relaja, Él viene hacia aquí, para encontrarse conmigo, para hacerme Suya. Cierro los ojos, trago saliva y me deleito en el sonido cada vez más cercano de sus pisadas.
Silencio. Sé que está aquí, le percibo, aun con los ojos cerrados sé que está delante de mí. Los abro y me encuentro con sus zapatos y sus pantalones negros. Sonrío al saberme tan bien acompañada y enredada en ese halo de protección y amor que irradia Pero no me muevo.
Sus pisadas se alejan y dejo de verle los pies. No escucho nada hasta que me llama y me ordena que me levante. Así lo hago, me coloco en el centro de la habitación con los brazos a cada lado del cuerpo, aun con la cabeza gacha.
Se pone detrás de mí y entonces lo siento. El tacto suave de la cuerda de seda rozando mi piel. Me rodea por debajo del pecho y entonces sí, empieza el ritual. Me estremezco con cada roce, con las veces en que aprieta la cuerda en torno a mí...y entonces sucede, vuelo, me siento libre. Él me ata, no para restringirme, sino para liberarme.
La cuerda es una extensión de su cuerpo y, como tal, la deseo. Sus manos acarician mi piel sensible en cada movimiento, arrancándome gemidos de placer, llevándome a una hoguera de llamas sensuales y eróticas. El mundo desaparece, no existe nada más fuera de esta habitación, nada más allá de este maravilloso ritual.
Termina y llega el momento, me hace Suya. Sus dientes me torturan, sus manos me aprietan, su sexo me bombea implacable, esa sensación tan única crece en mi interior. Suya y solo Suya, de nadie más, para que haga conmigo lo que quiera, para servirlo, para complacerlo, para postrarme a Sus pies. Y, es justo esa sensación, la que arrasa con todo a su paso, la que hace que mi mundo explote en mil pedazos de placer y las llamas de la hoguera nos consuman, a ambos.
Como ave fénix renacemos de las cenizas y me siento la mujer más afortunada del mundo, por tenerle a mi lado, por ser su elegida.
Así, rodeada aun con sus cuerdas, me hace sentir segura, extasiada, excitada y deseada. Prisionera de un abrazo infinito.
Llegaba en cinco minutos…
Ella hizo un repaso general por la habitación… todo estaba perfecto. Era el momento de sacar las copas y el… Joder!!! Se había dejado la botella en el coche, tenía que volverse a vestir e ir hasta el parking… no le daba tiempo… tendría que decírselo a él cuando llegara y… que todo fuera bien.
Dejó la puerta entreabierta, se colocó en posición de espera y rezó para que estuviese de buen humor…
Oyó cerrarse la puerta y se tensó, intentó esbozar una sonrisa pero estaba preocupada, sabía que iba a llevarse un castigo. Él se acercó, la cogió de la cadena y, poniéndola en pie, la besó… ella, no queriendo dejar pasar más tiempo se lo contó y ofreciéndole la llave del coche le dijo… “Amo, va Ud. por favor?”
Él se quedó mirando la llave y le dijo… “No, vas tú”. Ella puso cara de resignación y se fue hacia el armario para coger la ropa. Comenzó a quitarse el collar y él se acercó y le dijo… “Vas a ir tú, pero tal cual estás…”
Ella se echó a reír y siguió quitándose el collar… él le sujetó la mano y le dijo… “Ve a por la botella, YA”… se quedó mirándole y le dijo… “Amo, está bromeando, verdad?”… No le contestó, simplemente la cogió de la cadena y tiró de ella hacia la puerta.
No podía creer lo que estaba haciendo, estaba hablando en serio???... abrió la puerta, la sacó al rellano y le dijo…. “Ve a por la botella” y cerró la puerta.
No conseguía salir de su asombro, un huracán de sentimientos la invadieron... rabia, indignación, vergüenza,… Aporreó la puerta suplicando que le abriera... silencio como respuesta. "Maldita sea!!!" no lo pensó más... se fue hacia el coche, rezando para no cruzarse con nadie... cuanto antes acabase esto, mejor… no dejaba de pensar como había podido hacerle esto… acaso no le había dado suficientes pruebas de entrega?...
Cuando regresó, vio que él la esperaba apoyado en la entrada fumando y, la rabia la invadió. Cuando llegó a su altura le miró con odio, le tiró la botella a las manos y subió corriendo las escaleras, intentó cerrar pero ya la había alcanzado y entró tras ella.
Se fue directa al armario, cogió la ropa y empezó a vestirse. Él se sentó en el borde de la cama mirándola y sonriendo dijo…“Se ha enfadado mi perrita?”. Ella se giró y le gritó… “Se acabó, no aguanto más… hasta donde piensas llegar? Cuanto más vas a humillarme? Te lo he dado todo, TODO!!! Pero nada es suficiente… estoy harta” y siguió vistiéndose. Él se levantó, se puso tras ella y le dijo… “Muy bien, tú lo has querido” y la enganchó por la cintura y, en volandas, se dirigió con ella al baño. Intentó soltarse pero fue imposible.
La metió en la ducha y abrió el grifo del agua fría. Ella gritó, forcejeó con él intentando salir, entonces él se metió y aprisionándola con su cuerpo contra la pared, la agarró del pelo y la besó. Ella luchó por apartarse pero no le dio tregua. Metió la mano por debajo del vestido y le arrancó las bragas, y cogiéndola del culo, la levantó y la penetró de golpe.
Con cada embestida su rabia iba cediendo terreno al placer… en pocos minutos estaba totalmente rendida a él.… Entonces le dijo… “vamos perrita, dame lo que es mío” y sin poder evitarlo se corrió entre gemidos y lágrimas, entregándole una vez más su alma…
Se abrazó a él, y sin dejar de llorar le dijo… “Te odio”. Él le cogió la cara y le preguntó… “Cuanto me odias? Vamos, dímelo… Cuanto?” Ella le miró y le contestó…”Tanto como te amo”.