Tenía tantas dudas….
Me encontraba perdida. Las experiencias vividas hasta el momento no habían sido satisfactorias… llegué a dudar de si valía para ser sumisa, incluso de si era lo que realmente quería… y apareció él.
Y se presentó a mí con la sinceridad en las manos, la firmeza en los ojos y la pasión en el alma… y yo me asusté. Estaba confusa, no era lo que buscaba, y entonces… me besó. Y con aquél beso me arrebató la voluntad, encendió mi corazón, y se introdujo en mi alma. En ese mismo instante, tuve claro que sería suya, que le pertenecería…
Y comenzamos el camino… despacio, asentando las bases, asegurando el terreno, construyendo con cariño y confianza los cimientos de la relación…
Todas mis dudas se fueron disipando y cuando quise darme cuenta, me había entregado a él en cuerpo y alma, me había convertido en “la sumisa de FGL” y me sentía plenamente feliz por ello.
Y fue entonces cuando aquello que tenía por una utopía (la esclavitud), empezó a tomar forma dentro de mí. Ya no me bastaba con esta entrega, quería darle más, quería entregarle mi vida. Y él, a su vez, así lo deseaba también… y decidimos dar el paso y adentrarnos en un nuevo camino, aunque éste fuese más abrupto que el anterior. Nos costaría, pero sabíamos que juntos, podríamos conseguirlo… y… me hice su esclava.
El Muro