Llegaba en cinco minutos…
Ella hizo un repaso general por la habitación… todo estaba perfecto. Era el momento de sacar las copas y el… Joder!!! Se había dejado la botella en el coche, tenía que volverse a vestir e ir hasta el parking… no le daba tiempo… tendría que decírselo a él cuando llegara y… que todo fuera bien.
Dejó la puerta entreabierta, se colocó en posición de espera y rezó para que estuviese de buen humor…
Oyó cerrarse la puerta y se tensó, intentó esbozar una sonrisa pero estaba preocupada, sabía que iba a llevarse un castigo. Él se acercó, la cogió de la cadena y, poniéndola en pie, la besó… ella, no queriendo dejar pasar más tiempo se lo contó y ofreciéndole la llave del coche le dijo… “Amo, va Ud. por favor?”
Él se quedó mirando la llave y le dijo… “No, vas tú”. Ella puso cara de resignación y se fue hacia el armario para coger la ropa. Comenzó a quitarse el collar y él se acercó y le dijo… “Vas a ir tú, pero tal cual estás…”
Ella se echó a reír y siguió quitándose el collar… él le sujetó la mano y le dijo… “Ve a por la botella, YA”… se quedó mirándole y le dijo… “Amo, está bromeando, verdad?”… No le contestó, simplemente la cogió de la cadena y tiró de ella hacia la puerta.
No podía creer lo que estaba haciendo, estaba hablando en serio???... abrió la puerta, la sacó al rellano y le dijo…. “Ve a por la botella” y cerró la puerta.
No conseguía salir de su asombro, un huracán de sentimientos la invadieron... rabia, indignación, vergüenza,… Aporreó la puerta suplicando que le abriera... silencio como respuesta. "Maldita sea!!!" no lo pensó más... se fue hacia el coche, rezando para no cruzarse con nadie... cuanto antes acabase esto, mejor… no dejaba de pensar como había podido hacerle esto… acaso no le había dado suficientes pruebas de entrega?...
Cuando regresó, vio que él la esperaba apoyado en la entrada fumando y, la rabia la invadió. Cuando llegó a su altura le miró con odio, le tiró la botella a las manos y subió corriendo las escaleras, intentó cerrar pero ya la había alcanzado y entró tras ella.
Se fue directa al armario, cogió la ropa y empezó a vestirse. Él se sentó en el borde de la cama mirándola y sonriendo dijo…“Se ha enfadado mi perrita?”. Ella se giró y le gritó… “Se acabó, no aguanto más… hasta donde piensas llegar? Cuanto más vas a humillarme? Te lo he dado todo, TODO!!! Pero nada es suficiente… estoy harta” y siguió vistiéndose. Él se levantó, se puso tras ella y le dijo… “Muy bien, tú lo has querido” y la enganchó por la cintura y, en volandas, se dirigió con ella al baño. Intentó soltarse pero fue imposible.
La metió en la ducha y abrió el grifo del agua fría. Ella gritó, forcejeó con él intentando salir, entonces él se metió y aprisionándola con su cuerpo contra la pared, la agarró del pelo y la besó. Ella luchó por apartarse pero no le dio tregua. Metió la mano por debajo del vestido y le arrancó las bragas, y cogiéndola del culo, la levantó y la penetró de golpe.
Con cada embestida su rabia iba cediendo terreno al placer… en pocos minutos estaba totalmente rendida a él.… Entonces le dijo… “vamos perrita, dame lo que es mío” y sin poder evitarlo se corrió entre gemidos y lágrimas, entregándole una vez más su alma…
Se abrazó a él, y sin dejar de llorar le dijo… “Te odio”. Él le cogió la cara y le preguntó… “Cuanto me odias? Vamos, dímelo… Cuanto?” Ella le miró y le contestó…”Tanto como te amo”.