Dos años de entrega mutua… de sentirme suya… de sentirle mío…
Recorriendo un camino lleno de rosas y espinas, de risas y llantos, de luces y sombras. Sintiéndonos, a cada paso, más unidos. Haciéndonos, con cada caída, más fuertes.
Luchando contra el destino, contra todo pronóstico, contra viento y marea… y aquí seguimos… y seguiremos. Porque nacimos para estar juntos… porque somos un Yin-Yang.
Hace un año le decía que no podía sentirme más orgullosa y feliz de tenerle como Amo… me equivocaba. Un año después, lo estoy muchísimo más.
Feliz aniversario Dueño mío.