Me imaginaba…arrodillada ante ti, ansiosa, expectante, caliente…y tú, tranquilo, impasible, controlando la situación con esa voz fuerte y pausada. Tu voz...
Te imaginaba...cogiéndome del pelo mientras me decías “eres Mi perra, lo sabes. Mírame a los ojos y dime lo que eres”.
Me imaginaba…atreviéndome a hacerlo, con la cabeza bien alta, orgullosa. Mantenerte la mirada y decirte que lo soy, que soy Tu perra, que eso es lo que deseo. Ser Tu perra, ser Tuya.
Te imaginaba…tus grandes y fuertes manos en mi cuello, tus caricias recorriendo mi cuerpo, tus dedos introduciéndose en mi boca. Deseo… chuparte, besarte.
Me imaginaba…paseando por tu pecho con mi lengua, lamer cada centímetro de ti…adorarte.
Te imaginaba…dándote placer, recibiendo tu esencia, complaciéndote en todos tus caprichos, haciendo realidad tus deseos. Bajo tu voluntad.
Me imaginaba…agradecida, agotada, cubierta por Tus marcas, totalmente entregada y feliz porque eras el dueño de mi placer y me liberabas.
Tú, mi Señor, mi Amo al fin.
El único.
Me imaginaba, te imaginaba...No pudo ser.
¿Por qué negarte a ti mismo?
¿Por qué dejar de ser feliz?
Sabes que no te bastará, no te conformarás con lo que tenías antes. No puedes negar una parte tan poderosa de tu ser.
¿Por qué dejar de amar de esta manera?
¿Por qué dejarte llevar por algo que no es lo que realmente te llena el alma?
Necesitas dominar sus reacciones, necesitas que tus reacciones le pertenezcan. Si sabes que no hay nada que te proporcione más placer que sentir como tiembla su cuerpo bajo tus manos, como se le acelera el corazón con solo una de tus miradas...Si sabes que no hay nada que te proporcione más placer que sentir tu corazón latiendo desbocado cuando sus manos te recorren, cuando tu respiración se agita bajo la orden silenciosa de su mirada...¿Por qué intentas alejarlo de ti?
No lo dudes,este mundo es tu dulce veneno, se te ha metido en la sangre, formando parte de ti.
Abre los ojos. No lo dudes, este es tu dulce veneno y yo soy tu antídoto...tómame.
roxanne.
El pasado día 10 de Octubre,viernes, quedé con mi SEÑOR; esa semana fue... No sé muy bien como decirlo, de mucho autocontrol, ahora OS cuento.
Esa semana tenía ordenes claras, nada de masturbarme, por otro lado mi AMO me comunicara que iba llegar a mi casa un paquete que no podía abrir, ese paquete lo tendría que meter en la maleta para llevarlo el viernes. El miércoles 8 llegó el paquete y por supuesto que lo guardé como ÉL me había dicho, era una sorpresa para mí, y ni por asomo me imaginaba lo que era.
Por fin llegó el viernes, cogí el autobús y me fui a ver a mi DUEÑO, cuando ÉL salió de trabajar yo lo estaba esperando en el hotel. Yo estaba desnuda, de pie, con las manos a la espalda y las piernas separadas en medio de la habitación. Cuando nos vimos, siguiendo nuestro ritual lo besé y abracé, luego me ordenó que me pusiera de rodillas y que me diera la vuelta, mirando hacia la pared, yo así lo hice, estaba muy nerviosa, sabía que me iba a enseñar la sorpresa... Escuché los ruidos mientras ÉL abría el paquete, y de repente, a mi me pareció que pasara mucho tiempo pero sólo habían pasado un par de minutos a lo sumo, me dijo que me diera la vuelta, así lo hice, mi DUEÑO tenía una mano a la espalda, me miró y me dijo: "perrita, cuando te lo enseñe lo besarás" yo asentí, sacó la mano de la espalda y puso la sorpresa ante mí, ¡era un collar turiano! ¡Era mi collar turiano!, lo besé y de pronto me empecé a reír y a llorar, caí con la cabeza sobre las piernas de mi AMO. Lo siguiente que recuerdo es que mi SEÑOR estaba cerrando el collar al rededor de mi cuello, pero no sé decir si sacó el collar que antes lucía una vez me hubo puesto el nuevo o antes de ponérmelo.
El viernes fue un día perfecto, una noche perfecta y jamás lo olvidaré.
UBAR gratitud, le agradezco TODO lo que hace por mí, le agradezco que me eligiera y que me considere digna de lucir el collar definitivo, lo amo.
gaia_de_ÁRTABRO
UN caballero es su palabra. En las novelas clásicas, se expone que uno solo puede faltar una vez a su palabra. Basta para demostrar que no es un caballero. En el campo valenciano, antiguamente se tomaban los acuerdos verbales y estos eran sagrados, se consideraba una ofensa tener que plasmarlos en papel. El hombre es la palabra dada. Aun hoy en día funciona el único tribunal de honor que queda, el de las Aguas.
A veces, mantener la palabra nos perjudica personalmente, o no nos beneficia, pero es la palabra y salvo que seamos liberados de ella, la mantenemos.
El BDSM se basa en confianza, una confianza ciega basada en esa Honestidad, en el Vinculo, en la necesidad de saber que tu Dom es justo contigo, que puedes dejarte caer en sus brazos sin miedo, por que incluso el miedo que te provoca es por tu bien. Es hermoso...
Cuando empecé conocí a una sumisa experta, a la cual debo mucho, que me enseño en deliciosas charlas muchos de los fundamentos básicos. Yo babeaba deslumbrado, y ella me advirtió de otra cada del BDSM: las envidias, la competencia, los celos, las maniobras... Me recomendó mantener a mi sumisa alejada de ciertos círculos, y de que las sumisas se robaban los Amos las unas a las otras. No la creí, pero ella misma, intentó interponerse entre mi sumisa y yo, para ocupar su lugar... y al cabo de unos meses tenía toda una colección de amitos en mi lista, que por delante decían algo y por detrás otra cosa muy distinta, casi siempre con el objetivo de desacreditar, para conquistar lo que estaba ganado por otro.
Un Maestro mío en cierta ocasión me dijo que no hiciera trampas, aunque los demás las hicieran por que nada bello sale de allí. Una cosa es defenderse de las trampas, que hay que hacerlo, y otras hacerlas tu. Esa regla ha marcado mi vida.
Me pregunto, si cazas a una sumisa haciendo trampas, desacreditando a su Amo, Tutor, hablando por detrás, ¿que ejemplo le estas dando? Acaso es estúpida y no se da cuenta de que no has respetado las normas?
Cada vez que ingresa una señorita en esta red, y en cualquiera, recibe decenas de correos. os pediría pasarías la prueba del algodón y comprobarías si son coherentes con este principio. Recordad que un Amo es un Caballero, no un chulo. No os será difícil de diferenciar.
Si uno se ofrece como Tutor, amigo, etc... viejo truco, y a las horas o semanas esta pidiendo recompensas, está siendo coherente con el principio de Honestidad y amor a Enseñar?
Si uno lo primero que hace es hablar mal de otros, que esta enseñando?
A los jóvenes Doms les diría si buscáis un polvo, una sesión suelta, adelante, estáis en vuestro derecho, hay páginas, locales, chats que no os resultará difícil conseguirlo. Pero no engañéis, no es el camino. Un Amo no es un chulo; escoged el camino difícil, pero satisfactorio: ahí encontraréis la magia de la que algunos hablan. Tened paciencia, no compitáis para ver quien mea más lejos. Es pueril. Y cuando venga la ola, sabréis que es esa y no otra. Entonces cogedla.
Y por último, una de las razones por las que me aparté de la comunidad, es precisamente por que era casi imposible, salvo loables excepciones encontrar Caballeros o Damas que no se lo tomaran como una competición.
Solo comentaré un caso positivo: una Gran Señora se interesó por mi sumisa, sin saber que ella lo era; intentó cazarla, pero bastó una señal para que pidiera disculpas y se pusiera a mi disposición para colaborar de forma leal en su educación; jamás me dio un mal consejo, jamás pidió nada para Ella. Se que la deseaba, pero no nunca tuvo un mal gesto; cuando una enfermedad me robó a mi sumisa, Ella se puso incondicionalmente a mi lado, me apoyó e incluso sugirió una cesión de su sumisa, otra bellísima señorita, ofrecimiento que no acepté.
Es ese el BDSM que amo. El de los Caballeros, las Damas, la sinceridad; se que abunda lo contrario, pero al fin y al cabo, las perlas no abundan.
Yo siempre digo que los sentimientos me los provocan, quiero decir que para sentirme decidida, segura de algo, deseosa de algo necesito que me provoquen ese sentimiento. No aparece porque si o porque otro lo desee.
Esto es como si te digo "no te entiendo" y me dices "pues deberías". Sigo sin entenderte.
Así me siento cuando alguien me dice "siento mi sumisión". ...pos vale. Yo no la siento, me han provocado el deseo profundo de entregarme, de someterme , de darme por entero. ..Pero el momento en que me dijeron esto se terminó, no tenemos nada más qye hablar. ..ese deseo;, esos sentimientos murieron. Deje de ser sumisa, solo soy una mujer con deseos de sumisión.
Claro que lo añoro, claro que deseo volver a sentirlo, claro que Aveces haría lo que fuese por volver a ese momento. ..Pero no me siento sumisa porque no tengo de quien serlo. No puedo vivir en el pasado ni imaginar que las cosas no terminan, porque lo hacen. No se puede estar siempre llamando a puertas que no se abren o que te cierran en las narices.
Hace unos días me dijeron que soy demasiado pragmática, al decir que me daba pereza seguir buscando algo que tiene una posibilidad ínfima de producirse. puede que por eso no sea capaz de sentirme sumisa de diario,
No lo se, a lo mejor es que pienso demasiado. Pero... Sigo sin entenderlo.
Entro de puntillas, con el sigilo propio de una gata... Casi acompasada por el sonido de la lenta música de fondo. Las velas tintinean con la luz justa para verme, y ahí estoy, reflejada en el enorme espejo... En medio de la penumbra no me siento como a plena luz, casi siento ser otra, o quizás en ese instante sea mi yo más real.
No tardo demasiado en desnudarme, aun haciéndolo lentamente, dejo pronto mi piel expuesta, ante el suave reflejo del fuego de cada vela. Observo mi mirada en el espejo, se que estoy desnuda, pero no miro... no me atrevo aún.
Petrificada, parezco intentar traspasar mi propia mirada en el espejo, quizás para poder dislumbrar mi interior, ese que aún no termino de comprender. O tal vez para intentar transformar mi mirada en la Suya.. quiero poder ver con Sus ojos, deseo saber que siente Su mente... aunque se que no puedo.
Es entonces cuando envuelta en la vergüenza de sentirme observada, y a la vez el descaro de desearlo... que recorro todo mi cuerpo con la mirada. Me giro, me inclino. Mostrada, expuesta, analizando cada centímetro de mi piel como si jamás lo hubiese visto.
Tras acercar una silla frente al espejo, me siento, casi a cámara lenta... Por un segundo me veo cuerpo de niña, incluso cierto miedo e inocencia en mi faz. Hasta clavar de nuevo los ojos en la mirada profunda del espejo, y transformo nuevamente mi expresión... me exhibo, retorciéndome en movimientos para explorarme al completo, no quiero ocultar ni un rincón de mi piel... nada!
Siento la imperiosa y repentina necesidad de tocarme, observarme parece ya no ser suficiente... Comenzando por acariciar mi cuello, mis pechos, mis brazos, mis caderas, mis piernas... Recorro cada pequeño rinconcito de mi piel, sin poder dejar de hacerlo. Noto la suavidad, el calor, casi siento más en mis palmas que en mi propio cuerpo... y ni siquiera se porque.
A pesar de la poca luz puede apreciarse el tono claro de mi piel. Esas pequeñas piernas que se cruzan para acariciarse entre sí, que entreabro timidamente, para mostrar la oscuridad oculta que percibo brillar en el espejo. Mis manos suben y bajan, jugando con la suave curva de la cintura, cuando llegan a mis caderas clavo mis uñas en la carne, y de nuevo me observo, casi hipnotizada.
Me acerco más al espejo, arrodillándome en el suelo, el piercing del ombligo crea pequeños destellos con cada movimiento. Abro las rodillas todo cuanto puedo, y al apoyar las manos en el suelo miro el leve balanceo de mis pechos, pálidos, pequeños. Los pezones color caramelo son como un adorno que corona la cima de blanca piel...
Mientras continuo a cuatro patas voy girando lentamente, hasta dejar mis nalgas abiertas frente al espejo... Quizás sea el momento que más avergonzada me siento, y tras cerrar los ojos unos instantes y respirar lentamente, me obligo a bajar la mirada entre mis pechos. Y abriendo aún mas mis piernas me observo, postrada y abierta, expuesta y ofrecida. Los pechos suben y bajan al compás de la agitada respiración, el sexo más rosado que nunca, deslumbra de incontrolable humedad.
Un calor repentino inunda mi cara, y los nervios bajan más allá de mi ombligo... No me observo yo, me observa ÉL.
Voy a mostrar a continuación algunos hechos de los que considero que no todos los Dom/Amos forman parte. Por suerte.
En primer lugar debo decir que no tengo experiencias reales en BDSM por ello llevo mucho tiempo pensando que por aquí no tengo ni voz ni voto. Gracias a un par de Dominantes con los que he tenido el placer de haber hablado últimamente, me han hecho ver que no por considerarme Sumisa soy inferior, que es lo que me han hecho ver hasta ahora. Sí, soy Sumisa, ¿Y qué? También tengo personalidad, también tengo voz, puedo opinar.
¡Juro que el próximo que me vuelva a decir que si no sigo el protocolo para dirigirme a él como Dom voy a decirle lo que pienso! Y ahí sí que me va a dar igual el protocolo... Y también me va a dar igual que me diga que soy una Perra mal educada (Que eso ya me parece más un insulto, todo sea dicho) No le estoy faltando el respeto a nadie por tratarlo de tú, estoy manteniendo una conversación con alguien que apenas conozco de dos días. Por supuesto que si tengo un Dominante alguna vez seguiré el protocolo y con mucho gusto ya que lo que quiero es complacerlo y entregarme a él...
Pero no nos equivoquemos. Soy yo la que decido con quién hacerlo y cuando. Nadie aqui tiene que venir a hacerme sentir inferior. Sinceramente creo que nadie aquí es superior ni inferior a nadie y por nada del mundo debe ningún Sumiso/a sentirse mal por un par de palabras de otros. Sin embargo a mí si que me han afectado.
También me gustaría mostrar mi opinión sobre algo: El BDSM ya que es una relación de dos o incluso de más cada uno lo lleva como quiera ya que es una cuestión de gustos. Por lo tanto la relación que queramos tener mi Amo y yo no va a ser igual a la de otros. Quizá y todo no queramos seguir tan a raja tabla el protocolo, a lo mejor a él le gusta mi rebeldía de vez en cuando, quizá a otros no y esto les parezca inadmisible. ¿Y si a mi me gusta que mi Amo me azote de vez en cuando? Ay gente que piensa que en toda sesión BDSM debe implicar dolor...
Lo que quiero decir es que en la diversidad está la diversión. Para gustos colores ¿no?
No entiendo entonces por qué hay Dom que sienten la necesidad de "sacarme de mi error" y hacerme pensar como ellos... No voy a cambiar de opinión solo por complacer a alguien con quien ni siquiera he intercambiado un saludo.
Quisiera ahora, que he terminado de expresarme por si alguien se ha sentido ofendido por lo que escribo. Y también quiero remarcar que todo lo que escribo es porque quiero compartir alguna que otra información o algún que otro poema que leo por internet, alguna reflexión de alguien que me parece interesante... o una mía como es el caso. Pero nunca con la intención de ofender ni de hacer sentir mal. Yo no hago nunca lo que no quisiera que me hicieran a mi.
¡Feliz cumpleaños, mi Amo!
Un año más tengo la suerte de celebrar junto a Usted Su cumpleaños, la celebración de un año más de vida, de experiencia. La oportunidad de un año entero por delante para vivir, soñar, crecer, aprender, descubrir y ser feliz. Para que yo pueda seguir aprendiendo de Usted, para que pueda seguir admirando Su actitud, Sus ganas, Su fuerza.
Es para mí un placer estar a Su lado en un día tan especial, poder servirle como se merece, alegrar Su día y que lo recuerde por todo el amor que tengo para darle, por el regalo que tanto le gusta, mi entrega.
Es un honor postrarme a Sus pies, Su felicidad es la mía y verle sonreír no tiene precio. Ver Sus ojos llenos de adoración, aceptación y amor cuando le entrego mi sorpresa, me hace sentir la mujer más dichosa del mundo.
Deseo poder vivir a Su lado, toda la vida, cada día de Su cumpleaños, cada día en general. Gracias por compartir conmigo un año más, mi Amo.
Su sumisa que le adora y ama.
roxanne.
Buenas tardes...se acabo el verano y ya estamos de nuevo por aqui.
Hace días hablaba con una sumisa amiga que me contaba algo que le había pasado y recordé esta entrada que había publicado en otra pagina.
Manipulación.
1. f. Acción y efecto de manipular.
manipular. (Del lat. manipŭlus, manojo, unidad militar, y
en b. lat. el ornamento sagrado).
1. tr. Operar con las manos o con cualquier instrumento.
2. tr. Trabajar demasiado algo, sobarlo, manosearlo.
3. tr. Intervenir con medios hábiles y, a veces, arteros,
en la política, en el mercado, en la información, (en las personas, esto es de
mi cosecha) etc., con distorsión de la verdad o la justicia, y al servicio de
intereses particulares.
4. tr. coloq. Manejar alguien los negocios a su modo, o
mezclarse en los ajenos.
Hace unos días hablando con un amo de otra sala, nos decía
en el general que se había sentido manipulado por una sumisa que había tenido.
Que ésta, de manera sutil y sibilina, le intentaba llevar a su terreno y que se
sentía como si la que llevara las riendas de la relación fuera ella.
Que le requería atención continua, que le pedía que la
atendiera a diario y cien cosas más. Y que eso él no lo veía bien, que si
alguien debía manipular debería ser el Dominante.
En ese debate, por llamarlo de alguna manera, le conteste
que NADIE debe manipular al otro para sus propios fines y beneficios, que una
relación de este tipo debe estar basada en una claridad diáfana en las actuaciones
de ambos, y por supuesto en una total sinceridad del uno con el otro.
En la sala había amos que le daban la razón, sumisas que
hacían lo mismo etc.
Nada nuevo, ya que cada cual tiene su opinión y actúa según
ese criterio……digamos que la mayoría pensaba que sí, que los amos tienen el
derecho a manipular a su sumisa, pero no ser manipulados por esta….
Solo eramos tres amos y 5 sumisas los que disentíamos de
esa idea, y defendíamos nuestro criterio basándonos en que no creíamos que una
manipulación, del tipo que sea, aporte nada a una relación de este tipo…más
bien al contrario….
Yo ponía como ejemplo el de el mismo, le pregunte en la sala ¿tú al sentirte
manipulado por tu sumisa, has disfrutado de ese relación? ¿No dices que por eso
mismo has cortado con ella?
El me contesto que no, que no se había sentido bien y que
por eso había terminado con su perrita dándole la libertad.
A lo que yo le dije, pues ponte en el lugar de una sumisa
manipulada, tampoco disfrutara de esa relación y al no ser feliz en la misma, y
no cumplirse las expectativas que ella había deseado al comenzarla, acabaría
pidiendo su libertad.
Pero nada, él y los demás seguían con la misma, que los/as
sumisos/as no PUEDEN MANIPULAR pero si ser manipulados.
Este amo, además decía:
¿Pero qué era eso de que una sumisa pidiera atención?
¿Que donde se había visto que una perrita reclamara que se
le dedicara tiempo?
Yo le conteste…
¿Y entonces que quieres tú? ¿Una perrita solo para las
sesiones? ¿Piensas que con una relación así ella se va a sentir feliz?
Le dije, a una sumisa hay que cuidarla , hay que hacerla
feliz, para que ella a su vez haga lo mismo con su dueño…..pro nada…el seguía
con su “mueve la burra el molino” .
Su contestación, avalada por los que le jaleaban, fue que
para eso es una perra, que su única actitud debería ser la de estar siempre al
servicio de su dueño sin pedir nada a cambio, y que debía conformarse solo con
lo que su amo deseara darle en cada momento.
A estas alturas de la conversación, ya había terminado
siento esta un dialogo entre él y yo, solo salpicado con algunos,….”fulanito
tiene razón”….o “Fusonegro no la tiene”….y viceversa.
Yo a mi manera, intentaba hacerle ver que según mi punto de
vista estaba equivocado, que una sumisa se entrega a quien quiere para ser
feliz y hacer feliz a esa persona que ella eligió para que sea su dueño. Y que
esta decisión la hace libremente y basada en las cualidades que haya visto en
ese AMO en las conversaciones previas, y en las veces que hayan podido verse. Y
que no creo que en dichas charlas, el amo o la sumisa se hayan dicho….”cuando
estemos juntos, te manipulare”…..
Pero nada, el erre que erre, que si la perra por aquí, que
si la pertenencia por allá, etc.
Yo cada minuto que pasaba, me iba encendiendo más….me iba
saliendo mi mayor defecto…..LA IRA.
No soporto, ni he soportado en la vida a las personas
necias, que se enquistan en una idea y no quieren ver más allá de sus narices,
no que acepten lo que los demas digan, me refiero a que NO quieran escuchar las opiniones de otros y
solo se escuchen a si mismos.
A él le iba pasando lo mismo, se iba encendiendo por que no
podía rebatir mis razonamientos más que con la manida frase de:
“ LAS PERRAS SUMISAS SABEN QUE SI SE ENTREGAN SE PODRA
HACER CON ELLAS LO QUE SU DUEÑO QUIERA” para eso son sumisas, y cosas por el
estilo.
Pero lo que acabó por encenderme, lo que acabó por hacer
saltar toda mi ira, fue cuando para justificar sus ideas dijo que una sumisa lo
es porque su autoestima esta por los suelos y solo ven la salida de que una amo
las dirija en sus vidas para poderse sentir realizadas……eso, y que las sumisas
de la sala, NO SALTARAN A SU CUELLO..
Ahí, perdí los papeles, si…..los perdí.
Ahí salió toda mi ira a relucir…..ahí ya no fui irónico ni
dialogante, ahí salió "El Fusonegro" que algunos que me conocen saben
que está dentro, muy dentro por suerte, pero que esa noche no tuvo más remedio
que salir.
Las cosas que le dije, no las voy a reproducir aquí, no
quiero que sufran los castos ojos que lean este aporte…..pero a lo que
imaginéis….añadirles el “Plus de Fuso”….eso sí, sin un solo insulto personal,
ni uno….esos quedaron para su contestación……que tampoco plasmare aquí…..pero
con decir que yo llevo los apellidos de mi padre y que mi
madre y muertos son lavables, creo que esta dicho todo.
Sinceramente no entiendo esos criterios, no entra en mí la
manipulación por parte de nadie.
No digo con esto que un amo no cambie en cierta manera a su
sumisa, o que esta de una u otra forma cambie a su dueño….es lógico.
Cuando hay simbiosis en una relación, cuando hay esa
conexión entre ambos, es lógico que haya una transmisión entre los dos que haga
unos pequeños cambios en cada uno.
Es muy lógico que ella se adapte a los gustos de su dueño,
que se adelante a los mismos…..pero sin ser manipulada, sin sentirse
OBLIGADA a ello, debe salir de ella
misma.
Lo mismo pasa con el dueño, él debe ver las cosas que su
sumisa puede hacer y las que no, las que la hagan crecer y las que sean un
retroceso en su evolución como mujer y como sumisa.
Al fin y al cabo, para eso iniciamos una relación AMO/
sumisa, para SUMARNOS el uno a la otra, para subir los peldaños JUNTOS no uno
tirando de la otra, para VIVIR lo que ansiamos junto con la persona que tenemos
al lado, para SENTIR que somos parte de algo, pero parte INTEGRANTE , no un
mero apéndice del otro.
La simbiosis es unión, es ser uno, sentir como tal y vivir
una relación plena y llena de crecimiento, pero sin dejar de ser nosotros mismos
en ningún caso.
Lo otro, la manipulación solo lleva a convertirnos en
sanguijuelas, que solo saben vivir si le chupan la energía al otro, en
parecernos a esos parásitos que viven a costa de su anfitrión.
Las relaciones SADO o BDSM , como se las quiera llamar, ya
que en el fondo es lo mismo, no deben estar basadas (según MI punto de vista
claro está) bajo ninguna de esas premisas.
Está claro que estas relaciones, uno/a se entrega y otro/a
acepta esa entrega….
Pero esa aceptación de esa entrega, también lleva implícita
la aceptación de una RESPONSABILIDAD, para mi muy importante.
Y esa responsabilidad, no creo que lleve como axioma el
derecho a MANIPULAR a quien se nos da, muy al contario…..un DUEÑO tiene
derechos sobre su propiedad, si….pero también tiene responsabilidades….y entre
estas esta claramente el cuidar de ella, como si fuere de uno mismo….y si esto
es así….y no nos gusta sentirnos MANIPUILADOS….. ¿Por qué lo queremos hacer con
quien se nos entregó de manera libre?
Como es natural, esta es mi opinión PERSONAL, tal vez no
sea la correcta…tal vez haya muchos/as que piensen lo contrario….
Como es natural respeto esas opiniones, como a si mismo
espero y deseo que se respeten las mías….ya que no ven en contra de nada ni de
nadie, solo es mi manera de ver una actuación en concreto como es LA
MANIPULACION.
Noche de invierno mi cuerpo en llamas… Inquieta espero aun no sé a qué. Siento que mi vestido negro se ciñe demasiado a mis pechos y mi respiración se acelera de impaciencia. Cambio mi peso de un pie al otro mientras observo la increíble vista de las luces de la ciudad desde un piso 20 de la ventana cerrada del salón. Todo perfectamente calculado hacía que el momento fuera una mezcla de erotismo, vino y luz de ambiente.
No puedo evitar recordar su mirada, sus ojos y su voz diciéndome: “Estás demasiado caliente, perrita.” El solo recordarlo hace que mi cuerpo se remueva inquieto. Porque aun que no quiera, recuerda. Recuerda sus caricias y sus besos. Recuerda el calor de sus manos y sus huellas en mi piel tras los azotes, los temblores tras el orgasmo o cuando me los niega también, mi cuerpo recuerda que es completamente suyo. Y eso es lo que hace que muera de impaciencia. Mi cuerpo es traicionero.
De pronto la suave música del estéreo comienza a sonar revolviéndome al momento presente. Suena la música suave de un piano, rápida y lenta, dura y suave… demasiado parecida a Él. Aun que sé que está ahí no me giro a mirarlo, sé lo que espera de mi y complacerlo es mi razón de ser. Pero eso no impide que lo busque con la mirada a través del reflejo del cristal. Lo veo quitándose la corbata, desabrochándose unos botones del cuello y quitándose los gemelos. Recoge una bolsa negra de encima de la mesa y se acerca a mi. Su mirada y la mía se encuentran en el espejo y su mirada se endurece haciendo que dirija mi mirada al suelo, donde debería estar. Oigo caer la bolsa.
-Mi perra… ¿Qué voy a hacer contigo? –Notaba una pinta de burla en su voz. Pero eso no me engañaba. Recibiría un castigo por mirar a escondidas… No podía esperar.
Sin preocuparse por ser delicado me bajó la cremallera del vestido, lo cual hizo que se descolgara la parte de delante. No llevaba sujetador, el vestido no lo permitía y ya que no llevaba ropa interior arriba decidí que tampoco la necesitaba abajo. Sin duda sería de Su agrado. Mis piernas estaban cubiertas por unas medias por encima de la rodilla atadas a un liguero a mis caderas y los tacones de aguja realzaban mis piernas. Sí, le gustaría lo que tenía preparado para Él. Y lo comprobé cuando lo oí contener la respiración al caer el vestido al suelo. Al instante me dio dos azotes en cada nalga que me hizo contener el aliento a mi, las notaba arder, aun que no habían sido excesivamente fuertes seguro que ya tenía el culo ligeramente colorado. Solo de imaginarlo hacía que me derritiera por dentro. Me cogió por la cintura y me apoyó en todo su firme cuerpo.
-¿Qué quieres conseguir provocándome así? –Me susurró al oído erizándome la piel de la espalda. Completamente desnuda a excepción de mis tacones y medias notaba en mi culo lo complacido que se sentía al descubrir mi sorpresa.
Me lamí los labios antes de contestar.
-Complacerlo mi Señor.
-Ya me complaces. –En silencio se dedicó a erizarme la piel con la nariz y los restos de la barba de una semana. Sus manos me atraparon los pechos y los masagearon, me pellizcó los pezones y tiró de ellos con la misma brusquedad con la que me besaba dulcemente el cuello. Mi respiración se aceleraba y los gemidos de placer y dolor salían sin poder contenerlos. –Apoyate en el cristal. –Lo hice y Él acarició mi culo en círculos. –Voy a darte diez azotes. Quiero que los cuentes conmigo y después me agradezcas. ¿Lo has entendido?
-Sí Señor.
El primero vino sin avisar pero lo soporté bien.
-Uno Señor, dos Señor, tres Señor, cuatro Señor… -Cuando acabé de contar me escocían las nalgas y mi cuerpo no paraba de temblar, me sentía excitada y dolorida. –Gracias por corregirme Señor.
Comprobó la humedad de mi sexo con sus dedos.
-Arrodíllate, en espera perra.
Me dejé caer al suelo y sentándome sobre mis talones con las piernas separadas, las manos descansando sobre mis piernas boca arriba, la mirada al frente, cabeza erguida y boca semiabierta. Mirando hacia abajo, en la calle la gente caminando. Solo el imaginar que de estar unas plantas más abajo podríamos ser vistos me excitaba más. Lo oí rebuscar en su bolsa y acercarse a mi. Se arrodilló y desde atrás me colocó una pinza en cada pezón unidos por una cadena fría.
-Mírate –Me dijo y me miré a través del reflejo del cristal. Recogió algo a su lado y me lo enseñó a por el reflejo. Era una cola con un plug anal, uno de mis juguetes favoritos. De verdad le había gustado mi sorpresa. Un suspiro de anelo me hizo estremecer. –Lámelo –Dijo acercámdoselo a los labios. Lo lamí como si fuera Él. –Muéstrame lo que es mío.
Alejándose un poco apoyé las manos en el suelo, separé las piernas un poco más y alcé el culo, luego apoyé mi cara en el piso, las pinzas en mis pechos se movían… una posición completamente expuesta. Me estremecí al sentir sus manos en mis nalgas irritadas, volvió a darme dos azotes más en cada nalga para luego comprobar lo húmeda que estaba. Humedeció el plug con mi humedad y luego introdujo un dedo en mi sexo mientras con el pulgar estimulaba el clítoris. Me estremecí por lo repentino del placer haciendo que me apartara un poco, otro azote me previno de que no lo volviera a hacer. Por lo que me dediqué a dejar de pensar y solo a sentir. Era lo que se esperaba de mi y era lo que quería hacer. Estaba en Sus manos y eso era todo lo que tenía que pensar. Con cuidado introdujo el plug en mi culo justo antes de que dijera que estaba a punto de correrme. Paró inmediatamente de moverse y me advirtió con su silencio. Lo contuve justo a tiempo.
-Arrodíllate y gírate hacia mi. –Tras levantarme la cola de peluche hacía que el plug se moviera agradablemente estimulándome. Tenía la respiración acelerada… Justo en frente a mi cara tenía su miembro, miré hacia el suelo y me mantuve con las manos sobre mis piernas. –Lámeme. –Iba a cumplir su orden cuando me detuvo bruscamente. –Espera. –Se separó de mi y buscó algo en su bolsa. La colocó entre mis piernas. Unas bolas chinas. –Quieta. –Las introdujo una a una en mí, y mi sexo tembló. Me masturbó por unos segundos con sus dedos sobre mis labios y clítoris haciendo que las bolas se movieran dentro de mi. Se levantó. –Ahora lámeme bien.
Y vaya si lo hice, siempre como a Él le gusta. Incluso cuando se volvió brusco y profundo fui complaciente. Las bolas chinas en mi sexo y el plug en mi culo me hacían gemir por cualquier tontería. Tuve que parar de lamerlo en una ocación para contener mi orgasmo y su mirada de aprobación me llenó el alma. Cuando Él lo creyó convenientemente hizo levantarme, me sostuvo cuando me tambaleé. Mis tobillos se resintieron por el tiempo arrodillados. Me apoyó cobre la ventana y me ordenó mirar. Gracias a la tenue luz de la habitación y a que era de noche el cristal parecía un espejo. Ví cuando se arrodilló detrás de mi, y cuando deslizó su mano por mis medias hasta la curva de mi culo. Tiró un poco de la cola solo para hacer moverse el plug dentro de mi y luego me sacó las bolas chinas. Las tiró a su lado, comprobó lo que era suyo y mi humedad era por y para Él. Se levantó, pasó una mano hacia mi sexo y apoyado sobre mi me dio a probar mi sabor de sus labios. Todo mi cuerpo templaba. Me sentía una perra. Deseosa por complacerlo, que me diera su aprobación y que me usara como quisiera.
Tiró de mis caderas apoyándome sobre el cristal y se introdujo en mi sexo lavantándo la cola. Mis gemidos salían sin control mientras azotes caían sobre mi culo, la cadena de mis pechos se balanceaba haciéndola notar y el plug en mi culo ejerciendo una presión aun mayor, haciendo que todo fuera muy intenso con la música del piano de fondo. Me levantó la cara y me recordó que debía mirar, que como la perra que era debía obedecer y que mis orgasmos eran suyos. No me dejó correrme hasta que a Él le pareció oportuno y yo se lo supliqué. Mi culo escocía por los azotes, mis pechos supersensibilizados y mi cola alzada lo veía todo a través del reflejo del cristal nos veía juntos, mis pechos, mi sexo húmedo por Él y Su sexo entrando y saliendo de mi, la cola sobre mi espalda alzada como lo haría la cola de una verdadera perra, como un animal. Veía como tiraba de mi pelo y me besaba el cuello, como su expresión decía lo mucho que le gustaba como estaba utilizando mi cuerpo. Su mirada se encontró con la mía en el reflejo, siguió follándome duro sin apartar su mirada. Le supliqué que me dejara correrme y esta vez me lo concedió. El orgasmo fue tal que se me doblaron las piernas pero Él siguió follándome sosteniéndome hasta que por fin se corrió. Nos apoyamos en la ventana que estaba fría por la temperatura del exterior y empañamos el cristal con el calor de nuestros cuerpos. Él aún dentro de mi, con la cola aún puesta se entretenía acariciándome el clítoris hinchado. Necesitaba un descanso, los ojos se me cerraban. El orgasmo había sido sin duda el mejor de mi vida pero me había dejado sin fuerzas.
Se despegó un tanto de mí, me alzó en brazos y me llevó a la cama. Con cuidado me dejó en la cama y me quitó las pinzas, lanzando un gemido de dolor al volver la sangre a circular por mis pezones los besó y mordisqueó luego me quitó los tacones, los ligueros y las medias. Me tapó con las sábanas blancas y se desnudó Él también. Solo el roce de las sábanas ya me resultaba incómodo en las nalgas por los azotes, no quería pensar en sentarme… Mm… Pero sí que me resultaba estimulante. Yo no había olvidado el plug que aún llevaba puesto, parecía que Él sí.
-Mi Señor aun llevo la cola puesta. –Le recordé cuando se acostó a mi espalda.
-No la he olvidado mascota. Está donde debe de estar. Ya usaré esa parte de ti mañana, ahora estás demasiado cansada. Duerme. –Dijo colocando una mano sobre mis pechos hinchados y su sexo rozando mi maltratado trasero.
Estaba deseando que se hiciera de día.