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Creo que en la otra vida fui una montaña, parece raro ¿ verdad ? pero no lo es, porque me he dado cuenta que una montaña y yo somos muy parecidos, seguro que es porque me quedan recuerdos de esa otra vida.

Como buena montaña que soy siempre tengo la cabeza fría, pase lo que pase arriba se esta fresco, eso me permite manejar ciertas situaciones ya que mi cabeza es como una cima y siempre esta fresca y muchas veces despejada.

Procuro, y creo que consigo, que toda la gente que vive en mi ladera goce de mi protección y cariño, les protejo de los vientos, del agua y del resto de los elementos.

Tengo mucha gente alrededor mío, pero realmente poca gente llega a la cima, eso me da cierto halo de misterio, se me ve , pero no soy muy accesible, algunos dicen que mi tranquilidad aqui arriba se llama soledad, pero yo creo que no saben lo que estan diciendo.

Al ser montaña hay una cosa que esta claro, jamás doy un paso atrás y nunca cedo en mis posiciones, eso resumido es , soy un cabezón, pero soy así, no podemos elegir, montañas son... montañas.

Desde fuera tengo un aspecto duro , como si nada me afectase, pase lo que pase estoy impasible, inamovible en mis posiciones , aunque realmente si me afecta, las cosas me terminan por desgastar como a todas las montañas, pero se tarda mucho en llegar a hacerme un daño estructural.

Lo mejor de ser montaña es que desde arriba ves las cosas mucho mejor ya sean los problemas propios como los de los demás, y la solución siempre te parece mas sencilla, y es que muchas veces

realmente lo le es, solo falta un punto de vista mas

amplio, como el que tengo yo.

Alrededor mío pasan muchas cosas , pero yo estoy impasible, nada me afecta, nada me hace daño, ni el frío ni el calor, ni el bien ni el mal ni el amor ni el desamor, no os podéis hacer una idea de lo bueno que es ser una montaña...