AMA - sumisa.
De todas las sesiones de pago a las que asistí recuerdo unas cuantas que iré colgando en mi blog pero ahora os relato una de las mas impactantes.
Contacte con un anuncio que más o menos venía a decir: Ama con sumisa, Media hora… Una hora… (Una pasta en aquellos días) y el teléfono
La cita se concretó para el mediodía, como siempre me puse muy nervioso, de una forma especial, supongo que me entendéis.
Me dirigí hacia la calle de Industria en la ciudad al número indicado. Ya me encontraba en el primer piso, en una salita pequeña mal ventilada, con una mesa camilla y un sofá individual.
La encargada me pregunto por qué servicio venia y se fue a buscar a la Ama que apareció con un batín. Concretamos el precio, los servicios a prestar y la higiene.
Todo era pequeño, la ducha incomoda fría.
La Ama después me dejo desnudo en una sala iluminada con una luz tenue con mucho rojo por todas partes en la que había una Cruz de San Andrés, un taburete, instrumentos de flagelación, pinzas de tender, velas, pollas, dildos, potes con cremas o aceites, zapatos pelucas etc.
La sangre corría por mis venas a toda velocidad, eso sí era droga dura.
Al poco rato apareció la Ama, ahora la podía contemplar con su melena negra, vestía un corpiño, bragas, medias y unas botas de tacón; debía tener unos 35 años, aunque yo la veía mas mayor, estaba muy bien constituida y el escote era para perderse en el durante un buen rato.
Comenzó la sesión atándome a la cruz, algún fustazo, me puso las pinzas de tender en mis mugrones, (dolor que ya conocía) y realizo torsiones en mis partes, me estaba excitando mucho e imponía mucho respeto y seriedad.
Al poco rato llamaron a la puerta y apareció una mujer mas baja, mas completa, rubia que vestía un camisón como de seda negro con una corta falda de cuero, estaba descalza y en el cuello llevaba un collar con una cadena fina.
La Ama se dirigía hacia ella con un tono muy sobrio y concreto, le ordeno que se quitase el camisón y allí aparecieron unos pechos bastante voluminosos con unas aureolas muy grandes y oscuras.
Me parecieron preciosos.
Tirando de la cadena la acerco hacia mí hasta que note que su piel entraba en contacto con la mía. Le ordeno que con la boca me quitase las pinzas de mis mugrones y después la aplasto hacia mí cuerpo.
Notaba que sus pechos se comprimían en mi estómago, aportando calor y placer.
La ama interactuó entre los dos, la hizo arrodillarse y darme placer, le cabía toda dentro de la boca, joder eso sí que era lo que me gustaba.
Tenía una mujer arrodillada a mis pies y aunque fuese de pago solo le importaba mi placer. Un gran momento.
Con una fusta en una mano marcaba el ritmo en su trasero y con la otra acompañaba mi miembro hacia su boca.
No recuerdo el tiempo que paso pero todo iba como muy deprisa, todo era muy intenso.
Me desato y dándome la fusta me indico que probase de pegarla en los pechos, la verdad es que me hizo respeto y mas bien fueron caricias.
De repente la Ama me ordeno “ahora te la vas a follar”, pero comento en voz alta “puedes escoger si lo haces por delante o por detrás”. Como…, Que….
Que dilema, delante o detrás; detrás no lo había hecho nunca y el clímax era bueno, estaba saliendo todo bastante rodado por lo que escogí por detrás. (No lo dude nada).
La Ama hizo que la sumisa se quitase la falda nos enseñase el trasero y entonces me di cuenta que llevaba algo introducido en el ojete.
Le pego muy fuerte comentandole que ahora iba a ser penetrada y que no quería oír ninguna queja.
Mi excitación era máxima, goteaba y goteaba; ella estaba a cuatro patas en el suelo.
Siguió pegando fuerte, por lo menos sonaban muy fuertes, se cogía a las botas de su Ama y le saco de golpe lo que al final fue un pequeño dildo.
La Ama se aproximó hacia mí, me puso un preservativo, cogió un pote de crema que casi vacía en mi polla y me indico que me arrodillase detrás de ella.
Me costó un poco dar con el buen camino pero ella estaba preparada, el agujero era estrecho, la polla comprimida al principio pero cedió fácilmente. La cogí por las caderas y en tres embestidas ya me había corrido.
Esa media hora seguro que para mí fue mucho más larga. En ella comprendí que lo que realmente me gustaba era ser Dom.
Lo que paso después apago parte de la magia. Te ha gustado, Estabas muy excitado, Era lo que te esperabas, bla, bla bla. Unos besos mejilleros y adiós.
Pero he de reconocer que el dinero que costo estuvo bien gastado.
Volví a visitarla al cabo de unos cuantos meses pero la sumisa ya no trabajaba, ahora era ella sola y en estas sesiones me enseño cosas interesantes pero en el lado de la sumisión, transformismo y otros detalles.
Ahora que termino este escrito y después de mas de 30 años comento que recordarlo me ha puesto cachondo.
Continuara….