Emplee sus cuerdas, no sobre mi cuerpo, si no sobre la luna,
inmovilícela, átela fuerte al cielo, se lo ruego.
Amárrela a los astros que centellean a lo lejos.
Mientras el sol la desata para ocupar su lugar, tendremos más tiempo.
Después, tómeme, Mi Señor, como quiera.
Vuélvame loca, permítame enloquecer en las caricias de sus ojos,
con las palabras de su boca.
Permítame, Mi Dueño, beber de sus labios,
encontrarme mirándolo, perderme en su mirada.
Encadene mis miedos, se lo ruego.
Azótelos sin tregua, hasta que desaparezcan.
En sus brazos no los tengo,
pero cuando no estoy postrada a Sus pies, me atormentan.
Ciña bien Su collar a mi cuello.
Tire de la cadena.
Déjeme sentir su aliento,
mientras me dice que siempre seré Su perra.
Mi Señor, se lo suplico,
espóseme a la cama, hágame lo que quiera.
Extenúe mi cuerpo,
haga renacer mi alma.
Hágame el amor, Mi Amo,
con la mente, con Su voz, con Su mirada,
y déjeme dormir sobre Su pecho,
cuando el sol desate la luna, cuando asome el alba en la ventana.
roxanne.
El Muro