Hay tantas cosas que no puede decir una esclava… nuestra obligación es guardar silencio y obedecer. Pero… y los sentimientos?
Entregamos nuestro cuerpo, entregamos nuestra alma pero… la cajita de los sentimientos permanece dentro de nosotras…el corazón.
Las esclavas guardamos nuestros pensamientos y nuestros sentimientos en el corazón. Pero el corazón tiene ventanas y son traicioneras. A veces se abren, sin que podamos evitarlo, y muestran lo que permanece oculto en el interior.
Una de las reglas básicas para una sumisa es que no debe mirar directamente a los ojos de su Amo. Puede parecer un inconveniente pero, también es una ventaja para mantener salvaguardados nuestros secretos.
Pero Ud. quiere que lo haga, me exige que le mire y es entonces, cuando por la expresión de su mirada, veo que las ventanas de mi corazón se han abierto de par en par. Y lucho por cerrarlas, pero Ud. no me deja…
Y me siento vulnerable porque sé que es capaz de ver en mis ojos hasta los secretos más escondidos en el fondo de mi corazón, secretos que, ni yo misma conozco…
Y muchas veces me pregunta o me exige que le diga lo que estoy pensando… Pero Amo… si Ud. lo sabe mejor que yo. Si Ud. sabe más de mí que yo.
Y es por eso que ahora le digo…
Amo, por favor… cuéntemelo. Qué ve en mis ojos???
El Muro