Me he equivocado un par* de veces. Nadie es perfecto, ni siquiera quien está convencido de tener la razón. Alguna vez a la pregunta de cuántos son 2 + 2 he contestado con total seguridad 4 cuando evidentemente la respuesta correcta era 11.
Normalmente he tenido una buena razón para equivocarme. Había alguien que utilizaba un argumento inapelable para cerrar las discusiones: "Siempre tienes respuesta para todo". Cuando llegábamos a un argumento que no podía rebatir, me decía eso. Seguramente me equivoqué dejándole pensar que ganaba las discusiones con este "argumento", pero tenía una razón estúpida para hacerlo, la quería.
Alguna vez la razón además de buena era egoísta. De estas sí me arrepiento.
El hecho de que un dominante reconozca que puede haberse equivocado parece un tabú en este ambiente. Pero uno de los objetivos de escribir este blog es ser sincero con las desconocidas que lo leen. Hoy quería recordarme que soy falible por si un día lo olvido.
*Para las que viven en las afueras de Mallorca (por ejemplo la península Ibérica), un par es una cantidad explícitamente indeterminada que puede ser cualquier número mayor o, en casos excepcionales, igual a dos.
P.S. Escribí este texto en versión original hace mucho tiempo (últimamente me falla la inspiración)
como respuesta a una equivocación. En ese momento era muy consciente del error que habia cometido. Estos dias he cometido otra equivocación, no sé aún cual, pero le rezaria al Dios en el que no creo por poder descartar una de las posibilidades.
Él me dio una orden “Duerme con el antifaz puesto”… Y así lo hice…
Me senté en la cama, abrí el cajón de la mesilla y lo saqué… lo retuve en las manos por un instante, e inmediatamente vinieron a mi mente recuerdos de la última sesión… la magia que ese antifaz provocaba en mi cuerpo, como aumentaba la sensibilidad de todos mis sentidos…
Hice un esfuerzo por despejar la mente y volver al presente y, me lo puse. Me tumbé, me relajé, e intenté dormir….
El ligero roce del aire que entraba por la ventana hizo que mi cuerpo desnudo se estremeciera… y comencé a sentir sus manos recorriendo mi cuerpo suavemente, acariciando cada rincón, haciéndome sentir transportada a otro mundo… nuestro mundo.
A la vez que mi boca se secaba, mi sexo se humedecía… pasé mis dedos por él y los llevé a mis labios… el sabor era… no podía ser de otra manera… el sabor era su sabor. Presioné mis dedos sobre los labios y se convirtieron en sus labios… Sin darme cuenta abrí la boca e introduje mis dedos en ella, mi lengua jugó con ellos y se convirtieron en su lengua… mi respiración se aceleraba…
Dejé escurrir los dedos por la barbilla, recorriendo mi cuello hasta llegar a mis pezones… los pellizqué, los retorcí y… sus dientes los apresaron, mordiéndolos, devorándolos, tirando sin piedad, haciendo que corrientes eléctricas sacudieran mi cuerpo acabando en punzadas de placer dentro de mi sexo… mis jadeos ya retumbaban en la habitación…
Bajé despacio una mano hacia mi entrepierna y cuando los dedos alcanzaron mi clítoris, mis piernas se cerraron, presionándolo, haciéndome vibrar… sentí como me abría las piernas y pasaba su lengua por él haciendo que me retorciera de placer…
Los dedos avanzaron y… me penetró lentamente. Mi espalda se arqueó en un intento de acogerle más y más dentro… y comenzó un baile desenfrenado que me estaba llevando al éxtasis…
Mi cuerpo se había descontrolado, mis pechos, sus manos, mis dedos, su boca, mi sexo… no podía parar, necesitaba correrme, necesitaba su permiso…
En ese instante oí una melodía conocida, el teléfono vibraba en la mesilla… a tientas lo cogí y descolgué, y entre gemidos imposibles de controlar solo fui capaz de articular una palabra… “AMO”
Solo dos palabras como respuesta… “Córrete… ahora”.
Y exploté en un orgasmo increíble, clavando mis uñas en su espalda, sintiendo como apresaba su cuerpo con mis convulsiones… gritando de placer, gritando su nombre, gritando, gritando…
Y gritando desperté… Tardé unos segundos en reaccionar, me llevé las manos a la cara y me quité el antifaz… el sol entraba por la ventana y los rayos me estaban dando en la cara. Cuando conseguí ver en condiciones me senté y me quedé mirando el antifaz… Comprendí que la magia de ese antifaz, no actuaba solo sobre mi cuerpo, también lo hacía sobre mi alma…
Más tarde sonó el teléfono,... “Qué tal la noche?”... una sonrisa se dibujó en mis labios y contesté… “Joder con el antifaz!!!”
Postrada en la cama me encuentro boca abajo. Mis piernas no pueden abrirse más. Atada e inmóvil por mis tobillos a los extremos mantengo mi culo en alto, expuesta. A mis oídos llega la erótica voz de una mujer susurrándome, excitándome, al compás de una melodía relajante. Noto mi respiración acelerada de anticipación. Debido a la posicionó en la que me encuentro y una orden muy específica no veo ni intento ver lo que está a mis pies. Solo sé que estoy dispuesta a ser usada de la manera que mejor le parezca. De repente noto sus manos ásperas acariciando mis pies, va subiendo por detrás de mis piernas. Sé cual es la meta de esas manos y me muerdo el labio inferior temiendo que se me escape algún gemido aun que no pues evitar que se me acelere la respiración. Sus manos desaparecen y me abandonan justo sobre la curva de mis nalgas. Intento contenerme. Mis ojos aun cerrados. La cama se hunde a mi costado y siento su calor a mi lado, reconfortándome, dándome seguridad. Sus labios se posan en mi nuca erizándose la piel y arrancándome un gemido tras el mordisco de después.
Noto mi sexo húmedo y necesitado.
Tras alejarse inmediatamente noto un floguer advirtiéndome, descarga contra mi piel con firmeza, solo un latigazo ligero pero excitante. En mis brazos, cuello, espalda, pies, piernas, culo… acabando sobre mi sexo. No oigo nada, ni siquiera mi respiración acelerada pero no puedo contener mi deseo. No me pregunto quién es el que me excita, por quien estoy siendo utilizada… Ese miedo o duda no existe. Solo me centro en complacer. Inesperadamente noto sus labios en mi sexo ya expuesto. Su lengua, sus dientes, sus labios, su aliento sobre mi, se aleja. Su mano firma impacta en una nalga e inmediatamente vuelve a besarme. Su lengua penetrándome, un adelanto de lo que está por venir. Me penetra con un dedo, dos… moviéndolos deliciosa mente mi interior, dentro, fuera. Su mano firme vuelve a azotarme el culo aun que el dolor solo hace que me me existe aun más, con sus dedos dentro de mi. Sale de mi para ingresar en mi culo sorprendiéndome. Me noto apretada a su alrededor, la mano libre sostiene mis caderas en su sitio, firme, sin piedad pero gentil. Me da unos segundos para que me acostumbre.
Mis labios no se juntan, con mi boca abierta noto como la saliva de me escurre sin necesidad de contenerla. Sus dedos se mueven en mi culo y su mano libre regresa a mi sexo. Mi respiración se vuelve a acelerar estremeciéndome. Mis caderas se mueven al compás de las envestidas de sus dedos. En un momento dado sus dedos me abandonan. Me contengo retorciéndome intentando ser paciente. Presiona un dildo lubricado en mi sexo. No es demasiado grande pero suficiente para hacerme gritar de placer. Parezco un animal, una perra. Me penetra con el dildo a la vez que me azota el culo. Me escuecen las nalgas pero es un delicioso dolor. ¿Esto es real? No puede ser más real. En un momento se aleja dejando el dildo en mi interior. Cuando regresa noto otra presión más en mi culo. Mis sentimientos a flor de piel, la respiración entrecortada y mis gemidos de fondo. Siento que todo me desborda. Pero me recuerdo que estoy en sus manos. Nada malo me pasará. Recuerdo mi naturaleza. Soy sumisa, mi anelo es complacer y no hay nada que me importe más en este momento que hacerlo feliz. Así que respiro, aguanto, suelto. La respiración en mi culo se hace mayor. Los auriculares en mis orejas salen despedidos de mis oídos, apartados de un tirón por sus fuertes manos.
-Estás bien –No era una pregunta realmente
-Sí mi Señor.
-¿Segura?
-… No mi Señor… -Dije pensando antes de contestar.
-Esa es mi perrita. -Saberlo feliz conmigo me dio fuerzas.
Implacable, con e dildo aun en mi sexo y su polla entrando poco a poco en mi culo añadió otro estímulo más. Sus dedos sobre mi clítoris. Ahora podía oírme gemir y respirar, oía su respiración entrecortada por mi.
Ah! Dios… Comenzó a moverse dentro y fuera. Agradeciendo el que el dildo no fuera muy grande y acompañando mis caderas a sus envestidas, muriendo de pacer. Casi alcanzando el orgasmo lo contengo. Mis orgasmos son Suyos, lo sé muy bien.
-Mi Señor, por favor…
-Aun no perrita, aun no.
Una mano amiga me toca el hombro despertándome de mi dulce sueño. No puede ser… Impaciente vuelvo a la realidad esperando que se haga de noche para volver a soñar con estar con mi Señor
El ser humano es una animal dinámico, que va evolucionando a lo largo de su vida y que no deja de adquirir experiencias y conocimientos que ayudan en su aprendizaje desde que nace hasta que su corazón deja de latir.
Es difícil decir cuando uno se da cuenta que es de ese modo, cuando se es consciente que a lo largo del recorrido se deben superar etapas, ciclos que son necesarios pasar, de los que se aprende para futuros pasos que se darán para seguir el camino.
Caminos que en ocasiones son duros de recorrer, por lo que uno va dejando atrás, dado que hace que renuncies a sueños y proyectos en los que uno creía serían posibles y que ya no los va a poder ver cumplidos. Son caídas y tropiezos que duelen, no por las marcas visibles que pueden dejar, si no por las que se quedan dentro de uno mismo y que tardan mucho más en cicatrizar.
Cicatrices de heridas que con tiempo y paciencia dejan de escocer, dejan de doler, pero que las puedes ver para no olvidar que fue lo que las hizo estar donde están, para no volver a tropezar en el mismo error, para saber que decisiones se deben tomar para poder llegar a lo que todo el mundo quiere, ser feliz.
Porque es lo que deseamos, es lo que todos ansiamos, lo que todos los seres humanos andamos buscando durante todo este proceso que llaman vida, ser seres completos, felices y satisfechos, primero cada cual consigo mismo y, posteriormente, con los que nos rodean o puede ser nuestro compañero a lo largo de este camino.
Por esa razón, es importante que tras cada caída, saber que nos tenemos que levantar y aunque cueste volver a empezar de cero, volver a recorrer otro camino diferente, volver a querer confiar en que las cosas pueden ser de otra manera, volver a intentar confiar en que se puede hallar lo que uno necesita y desea. Volver a confiar y a creer que merece la pena correr ese riesgo.
Toca volver a empezar…..
siomara
Es una tarde lluviosa muy copiosa, el cielo gris oscuro es viernes camino hacia casa, esta mañana te envié un correo con las instrucciones para este fin de semana, solo deseo llegar y meterme un baño de sales me ayudará a quitarme el estrés, un día duro de trabajo me vendrá bien relajarme, después una cena ligera, maleta de juguetes preparada, incluida una sorpresa para mi perrita. Hora de dormir mañana a madrugar dado que hemos quedado temprano, amanece hoy también llueve me despierto con el dulce sonido de las gotas golpeando el cristal de la ventana de mi habitación llevo tiempo planeando el día de hoy, por fin es sábado voy vestido con mi traje negro camisa blanca impolutamente planchada y mi corbata negra, tu cadena en el asiento del copiloto todo bien organizado, la maleta de los juguetes en el maletero, al llegar a tu portal compruebo que te has vestido como te indique en mi correo el día anterior, una vez te subes y saludo colocando tu cadena en tu collar te vendo los ojos dado que deseo sea sorpresa donde vamos conduzco durante un largo tiempo saliendo de la ciudad atendiendo a tu conversación al llegar al camino del bosque enfilo hacia un lugar apartado ya escogido y por el tiempo que hace poco frecuentado paro el motor y te pido te desnudes soltando tu cadena del collar en el campo, suelta a mi perrita desnuda saltas del coche a jugar bajo el agua yo desde un lugar protegido de la lluvia observo como disfrutas, le encanta la lluvia la sensación de sus pies en los charcos recostarse dar vueltas, sienta los aromas la libertad una vez recostada acariciando la hierba pone su mirada hacia el su señor de alguna manera la llama ella sin necesidad de usar voz alguna va feliz a los brazos de su señor empapada él es su protector ella puede seguir disfrutando la lluvia a sus pies Va feliz a los brazos de su señor empapada él es su protector, ella puede seguir disfrutando la lluvia a sus pies, arrodillada al lado de su señor el la acaricia el cabello empapado por la lluvia, mirando sus ojos agradecidos por esa libertad, por soltar su cadena y dejarla correr libremente él sabe de su gratitud solo necesita ver sus ojos, para leer su alma agradecida después de unos minutos la coge en sus brazos, se la lleva en...
Continuara…………………….
"Cuando las órdenes se dan de manera clara, sencilla y consecuente a las tropas, éstas las aceptan. Cuando las órdenes son confusas, contradictorias y cambiantes las tropas no las aceptan o no las entienden.Cuando las órdenes son razonables, justas, sencillas, claras y consecuentes, existe satisfacción recíproca entre el líder y el grupo"
El arte de la guerra - Sun Tzu