En primer lugar creo que un justo y más que merecido encabezamiento, sería dejar claro que en este tiempo he tenido la suerte de encontrarme con Dom admirables. Los cuales me han regalado amabilidad y muy buenos consejos. Y que ante todo me han demostrado ser grandes Personas, y desde luego tienen todo mi respeto y aprecio. Motivo por el cual aún me molesta más que haya quienes utilizan ese buen nombre y ensucian a esas que sí son dignas merecedoras de Su titulo. Doy gracias por la grandísima labor que se realiza en esta lugar, pues es una ardua tarea controlar y valorar ciertas cosas. Pero como ocurre en todos lados, y más en la red, es inevitable que entren malas personas. Ninguno somos santos, está claro, pero hay quien ciertamente parece no ser siquiera ser humano.
No es nada nuevo que las sumisas (sobre todo novatas) tenemos que lidiar de vez en cuando con pseudo-Dom que, incrédulamente, se piensan que solo somos una panda de salidillas, buscando que nos degraden, que nos usen, o que perseguimos desesperadas a cualquier poseedor de un látigo. Sí, esos que nos hablan bajo el flamante envoltorio de ser ávidos conocedores del BDSM, con infinidad de contradicciones y diciéndonos las cuatro estupideces que tienen aprendidas. Casi puedo verlos a través de la pantalla, con su sonrisa de prepotencia y su errada idea de que nos chupamos el dedo. Somos sumisas, sabemos bien cual es nuestro lugar, y procuramos ser amables y educadas, por supuesto. Pero eso no nos convierte en estúpidas ni en felpudos humanos, ante todo nos valoramos como personas, y quien no nos muestra respeto, no merece en absoluto el nuestro. Así que, no exijáis algo que no merecéis, ni lo achaquéis a la tonta idea de que por ello somos menos sumisas.
Ingenuamente, en un principio pensé que estos Amitos eran el único peligro, pero no. Quienes de verdad son de temer, son los Dom sobrados de experiencia, pero con graves carencias de ética y moral. Que con su labia y su carisma intentan manejarnos a su antojo. Con fingida educación y amabilidad, utilizan sus malas artes para engañarnos y llevarnos por donde ellos quieren. A esos solo decirles que sabemos bien leer entre lineas y al final, todo cae por su propio peso. Y en el supuesto caso que nos engañen, no es motivo para sentiros orgullosos y superiores, os lo aseguro, sino más bien todo lo contrario. Graciosa ironía el que os consideréis superiores a personas que tienen una sensibilidad, que Ustedes jamás alcanzareis a poseer. Seguid, seguid llenando vuestros egos de muescas sumisas, llegará el día en que descubriréis horrorizados, que solo habéis malgastado el tiempo. Y no os consolará tener un alma vacía y ser tristes Dueños... de NADA!.
Tengo la sensación de no estar mostrando una actitud muy sumisa en este escrito, pero lo lamento. Las circunstancias a veces me obligan a amordazar a jessika la sumisa para darle una pequeña charla mental. Porque la que os habla y está indignada, es la persona que soy... Esa que puede que no sepa mucho de BDSM, ni como analizar a un Dom, y de vez en cuando dé su amistad a quien no la merece. Esa que aún confiando siempre en la buena voluntad de la gente, se acaba llevando alguna que otra bofetada de realidad. Esa que espero nunca olvide que todos somos Personas, independientemente del sexo o el rol. Personas exactamente iguales, y ninguno es ni más ni menos, ni mejor ni peor... Aunque algunos se empeñen en marcar la diferencia.
Solo me queda añadir que no pretendo levantar ampollas con este escrito, ni crear enfrentamientos innecesarios. Tan solo tengo la necesidad de exponer un pensamiento, que quizás por un cumulo de circunstancias supone un peso del que me quiero librar. Tal vez ya he llegado al límite de decepciones y quiero hacer borrón y cuenta nueva. Así que para finalizar, solo deciros a todos aquellos que vivis de burlaros, manipular y herir. Que puede que engañeis a personas débiles, vulnerables, inexpertas, ingenuas... Sí... Pero lo siento, aún así, esas personas valen, y valdrán siempre, mil veces más que ustedes.
"Una vez terminado el juego, el rey y el peón vuelven a la misma caja" (proverbio italiano)