Estoy en la cama. Intento dormir. Inquieto.
Hace días que no descanso, ¿Estaré nervioso? Repaso mentalmente mi vida. Tengo trabajo, salud, algunas aficiones con las que ocupar el tiempo libre... Parece que todo va bien, y, aún así, no me siento bien. El mismo mundo que a épocas parece increíble, otras épocas resulta agotador. Parece que nadie quiere conectar realmente, no hay esa voluntad para conocer que solemos tener de niños. ¿O seré yo que estoy apático? Pero, ¿Porque?. Intentando ser objetivo, algo tan difícil y rara vez visto, practico la auto critica. Si te pasas, caes en el error de juzgarte demasiado duramente, y si te quedas corto, cometes el error tan común de dar por hecho que los problemas siempre los crean los demás. En cualquier caso, parece que hay épocas que el ánimo no es el que desearía, que no logro conectar con nadie, y, pasados unos días o semanas, con la misma vida, los mismos conflictos y la misma fortuna, todo parece perfecto.
Dicen que la paciencia es una virtud, pero yo no gozo de ella, y esperando algo que se desea mucho, uno a veces acaba por perder la paciencia. Luego pienso que soy un hombre, y como tal debería dejarme de tonterías y aguantarlo todo, bueno y malo, sin quejarme, con fuerza y coraje. Y lo consigo, por un tiempo.
A veces simplemente te encuentras decaído. Esperas a que pase, ocurre algo que lo cambia, o escribes sobre ello. De cualquier modo, siempre acaba pasando, solo que esta vez está durando demasiado...
¿Donde estás?