Loading...
es
  • Image 01

    Tener fe en tu Dominante conlleva no tener miedo

  • Image 02

    Mi primer sometido es mi control, siempre está a mi servicio

  • Image 03

    Manejar el silencio es más difícil que manejar el látigo

  • Image 04

    Mi alma necesita tanto mimo como mi cuerpo castigo

  • Image 05

    Después de una sesión, la mano que te domina te debe acariciar

  • Image 06

    El precio de Dominar es la responsabilidad

Blog de Steady

Voy a escribir sobre mí.

 

Primero, por vanidad. A nadie le sorprenderá que alguien dominante sea un poco egocéntrico.

También porque a veces, escribir algo que tienes en la mente, ayuda a verlo más claro. Quizá al escribirlo, aprenda algo nuevo sobre mí.

Pero sobretodo lo escribo como una declaración de intenciones.




Soy una persona impulsiva, con una tendencia ligeramente obsesiva.

Tengo carácter. Me enfado con facilidad cuando no sale todo como yo espero, y si no consigo algo, siento frustración.


La seguridad que tengo en mi mismo, y mi autoestima, son 'habilidades' adquiridas. Las he aprendido con esfuerzo, no nací con la autoconfianza que tengo ahora. Y todavía a veces, cuando algo va mal, mi ánimo decae y me siento más cerca de mis inseguridades que de todo aquello bueno que hay en mí. No es frecuente, ni dura mucho tiempo, pero ocurre.


No soy el hombre más valiente del mundo, pero soy valiente. Lo sé porque, cuando hago algo que me da miedo, siento fuego recorriendo mi cuerpo, y me siento realmente vivo.


Cumplo con mis obligaciones y me esfuerzo por hacer las cosas bien, aunque soy fundamentalmente vago. O al menos soy vago cuando no hay algo que me motive y encienda mi alma, porque en esos casos, lo doy todo. Puede que mi personalidad ligeramente obsesiva ayude a ello, y puede que lo que acabo de decir parezca algo obvio. Cualquier persona se esfuerza más con algo que le gusta. A lo que me refiero, sin embargo, es a entrega absoluta.

 

Soy sincero. Digo la verdad y, las pocas veces que miento, no lo hago por egoísmo. Y creo que esto que acabo de escribir cambia el significado a todo lo anterior.

En un mundo donde la mentira, la hipocresía, y la falta de auto crítica abundan, creo que todos los defectos o características que he mencionado antes no me hacen ser menos. Al contrario. No soy perfecto, pero soy real. No confundo lo que desearía ser con lo que soy. Y teniendo muy clara la diferencia entre lo que soy y lo que aspiro a ser, el cambio no es sólo posible, sino que es un proceso constante en mi vida.

 


Mi visión sobre cómo debería ser una relación se ha ido formando con la edad y con mis experiencias. Los rasgos más fundamentales nunca han cambiado, pero los detalles se han ido esculpiendo.


Creo que una relación solo puede ser perfecta cuando ambos se entregan por completo. Cuando la confianza, el compromiso y el respeto son absolutos. Cuando realmente, desde lo mas profundo de tu ser, sientes a esa persona como tuya y sientes que tu le perteneces.


No es algo meramente hormonal, ni químico. No es el mismo mecanismo por el que nuestra especie sigue hoy aquí. Paradójicamente, a estas reacciones se les llama amor, y se les da un valor casi mágico, cuando no responde a nada más que a una necesidad biológica para preservar la vida.

En cambio, el escoger, tanto racional como irracionalmente, a una persona a la que proteger, a la que cuidar, amar… esto sí, lo considero amor. A un nuevo nivel, más alto, más espiritual y profundo.

La especie humana desarrolló una mente racional hace mucho, pero se sigue amando, en conjunto, con ése mecanismo tan primitivo.

Creo que evolucionar a un amor más trascendental y profundo es posible. Estoy convencido de que son pocos, pero algunos ya lo han experimentado. Y creo que una relación de dominación y sumisión puede ser uno de los caminos para lograrlo.


Como escribo en mi perfil, aspiro a alcanzar una relación de confianza y respeto absolutos. Sé que es difícil, pero soy un soñador.

La fuerza de una Sumisa …

Cualquiera que todavía albergue la noción de que una mujer sumisa es debil, debería pensar en esto… :

En un mundo de hombres, existe el hombre dominante.
… Es el más poderoso, abrumador, intimidante. Irradia autoconfianza, seguridad. Un líder nato.

Una mujer sumisa no sólo tiene el coraje de acercarse a un hombre así, sino que también tiene la fuerza de bajar su guardia completamente, sabiendo que la béstia que vive en cada humano, vive incluso con más fuerza en éste, y aún así se niega a esconderse.
Sabiendo que el la hará vivir tormentos, miedo, emociones salvajes, pasión incontrolada… Sabiendo también que no podrá esconderse de el, y que el espera honestidad inquebrantable de ella.

Al someterse a un hombre así, una sumisa demuestra su determinación. Dice: Tengo el coraje de enfrentarme a cualquier cosa. Quiero viajar a los rincones mas oscuros, y enfrentar mis mas profundos miedos. Y no solo haré esto, sino que dejaré que sea el quien lleve las riendas.

La sumisa tiene el coraje para confiar.

Una mujer débil nunca podría hacer algo así.

La sumisión es, por lo tanto, una paradoja, y un tipo de sabiduría.
Una forma de aprender que, al entregar todo poder, en realidad lo encuentras.
Para obtener auténtico poder, lo único que debes hacer es entregarlo.

Nuestro Twitter


Encuesta

“encuesta”

“Respuestas encuesta”

Calendario

Publicidad




contador de visitas