Voy a escribir sobre mí.
Primero, por vanidad. A nadie le sorprenderá que alguien dominante sea un poco egocéntrico.
También porque a veces, escribir algo que tienes en la mente, ayuda a verlo más claro. Quizá al escribirlo, aprenda algo nuevo sobre mí.
Pero sobretodo lo escribo como una declaración de
intenciones.
Soy una persona impulsiva, con una tendencia ligeramente obsesiva.
Tengo carácter. Me enfado con facilidad cuando no sale todo como yo espero, y si no consigo algo, siento frustración.
La seguridad que tengo en mi mismo, y mi autoestima, son 'habilidades' adquiridas. Las he aprendido con esfuerzo, no nací con la autoconfianza que tengo ahora. Y todavía a veces, cuando algo va mal, mi ánimo decae y me siento más cerca de mis inseguridades que de todo aquello bueno que hay en mí. No es frecuente, ni dura mucho tiempo, pero ocurre.
No soy el hombre más valiente del mundo, pero soy valiente. Lo sé porque, cuando hago algo que me da miedo, siento fuego recorriendo mi cuerpo, y me siento realmente vivo.
Cumplo con mis obligaciones y me esfuerzo por hacer las cosas bien, aunque soy fundamentalmente vago. O al menos soy vago cuando no hay algo que me motive y encienda mi alma, porque en esos casos, lo doy todo. Puede que mi personalidad ligeramente obsesiva ayude a ello, y puede que lo que acabo de decir parezca algo obvio. Cualquier persona se esfuerza más con algo que le gusta. A lo que me refiero, sin embargo, es a entrega absoluta.
Soy sincero. Digo la verdad y, las pocas veces que miento, no lo hago por egoísmo. Y creo que esto que acabo de escribir cambia el significado a todo lo anterior.
En un mundo donde la mentira, la hipocresía, y la falta de auto crítica abundan, creo que todos los defectos o características que he mencionado antes no me hacen ser menos. Al contrario. No soy perfecto, pero soy real. No confundo lo que desearía ser con lo que soy. Y teniendo muy clara la diferencia entre lo que soy y lo que aspiro a ser, el cambio no es sólo posible, sino que es un proceso constante en mi vida.
Mi visión sobre cómo debería ser una relación se ha ido formando con la edad y con mis experiencias. Los rasgos más fundamentales nunca han cambiado, pero los detalles se han ido esculpiendo.
Creo que una relación solo puede ser perfecta cuando ambos se entregan por completo. Cuando la confianza, el compromiso y el respeto son absolutos. Cuando realmente, desde lo mas profundo de tu ser, sientes a esa persona como tuya y sientes que tu le perteneces.
No es algo meramente hormonal, ni químico. No es el mismo mecanismo por el que nuestra especie sigue hoy aquí. Paradójicamente, a estas reacciones se les llama amor, y se les da un valor casi mágico, cuando no responde a nada más que a una necesidad biológica para preservar la vida.
En cambio, el escoger, tanto racional como irracionalmente, a una persona a la que proteger, a la que cuidar, amar… esto sí, lo considero amor. A un nuevo nivel, más alto, más espiritual y profundo.
La especie humana desarrolló una mente racional hace mucho, pero se sigue amando, en conjunto, con ése mecanismo tan primitivo.
Creo que evolucionar a un amor más trascendental y profundo es posible. Estoy convencido de que son pocos, pero algunos ya lo han experimentado. Y creo que una relación de dominación y sumisión puede ser uno de los caminos para lograrlo.
Como escribo en mi perfil, aspiro a alcanzar una relación de confianza y respeto absolutos. Sé que es difícil, pero soy un soñador.
El Muro