Hola a tod@s:
Escribo esta carta a tod@s aquell@s que critican mi forma de vida y la de personas que viven como yo sin conocerla siquiera.
Me presentaré antes de nada; me llamo Gaia y tengo 27 años, tengo una
familia y amigos, tengo aficiones e inquietudes, lloro y río, siento
dolor y placer, siento tristeza y alegría. ¿Hasta aquí no soy tan
diferente a vosotr@s, verdad?
Ahora viene la diferencia,
mi forma de vida es el BDSM, soy esclava y estoy orgullosa de serlo, sé
que much@s de vosotr@s ahora estaréis escandalizados y os estaréis
preguntando si tengo algún problema mental, yo os contesto no os
preocupéis; no, no tengo ningún problema mental, sólo tengo una forma de
vivir diferente a la vuestra, ni mejor ni peor, sólo diferente.
Supongo que algun@s de vosotr@s escuchasteis alguna vez las siglas BDSM,
pero también sé que la mayoría no comprende lo que es. No os voy a
contar ahora lo que es, lo que os voy a contar es lo que NO es, el BDSM
NO es maltrato, NO es machismo, NO es inseguridad, NO es falta de
respeto. Me permitiré decir solo que el BDSM es respeto, confianza,
amor, libertad… Sí leísteis bien, el BDSM es libertad, ya no sólo para
la parte Dominante (AM@) sino también para la parte dominada (sumis@ y
esclav@). Supongo qué os preguntaréis como un/a sumis@ o un/a esclav@
puede ser libre, ahora os contestaré a esa pregunta pero antes he de
formular otra pregunta, ¿Qué es para vosotr@s la libertad? Para mí la
libertad es ser feliz, es no avergonzarme de lo que soy, de lo que hago,
de lo que digo, para mí la libertad es tener la capacidad de decisión, y
precisamente eso, tanto l@s sumiso@s como l@s esclav@s lo tenemos,
tenemos capacidad de elegir y elegimos, un día decidimos entregar, en
mayor o menor medida, nuestra vida a otra persona y eso nos hace
felices, nos hace estar orgullos@s de nosotr@s mism@s.
Hay una idea
falsa sobre las personas sumisas o esclavas, la gente que no entiende el
BDSM, la gente que no sabe lo que es, cree que somos cobardes, que no
tenemos confianza en nosotr@s mism@s, nada más alejado de la realidad,
en realidad somos valientes, yo diría que muy valientes, ¿Acaso no hace
falta valor para entregar tu vida a otra persona? ¿Acaso no hace falta
valor para no avergonzarse ante la sociedad de nuestra forma de vida tan
criticada y tan maltratada por vosotr@s? yo diría que sí hace falta
valor. También os diré que tenemos mucha confianza en nosotr@s mism@s,
para hacer muchas cosas de las que nosotr@s hacemos por la persona que
amamos hace falta estar muy seguro de uno mism@, además de aceptarse
plenamente, con nuestros defectos y nuestras virtudes, estoy segura de
que la mayoría de vosotr@s os avergonzáis de algo que habéis hecho en
vuestra vida, nosotr@s l@s sumis@s y l@s esclav@s, no nos avergonzamos
de nada de lo que hicimos (ya no hablo sólo de lo que hicimos desde que
nos encontramos a nosotr@s mism@s, desde que descubrimos lo que somos,
hablo de lo que hicimos antes, cuando éramos como vosotr@s).
Nuestr@
forma de vida, la vuestra y la nuestra, es diferente, ya no sólo en las
obligaciones, derechos, privilegios, responsabilidades… sino también en
el sexo.
Ahora paso a hablaros del sexo, para nosotr@s el amor y el
placer que nuestra pareja (AM@) nos demuestra y la forma en que
nosotr@s se lo demostramos a ELL@S no es a través de rosas en la cama,
de caricias y palabras tales como: “cariño, corazón, etc” (por poner
algunos ejemplos) sino que a nosotr@s nuestr@s AM@S nos demuestran amor
con azotes, con escupitajos, orina… nos lo demuestran permitiéndonos
estar a SUS pies, permitiéndonos besar el suelo que pisan, nos lo
demuestran ayudándonos a crecer, a superarnos, demostrándonos que somos
capaces de hacer cosas que jamás creeríamos hacer y demostrándonos que
disfrutamos con ellas, nos lo demuestran con palabras como: “mi puta,
mi zorra, mi perra…” (por poner algunos ejemplos). Y nosotr@s le
demostramos nuestro amor y nuestro placer a ELL@S con lágrimas, no
lágrimas de dolor, sino lágrimas de placer, con gemidos, con silencios,
con gritos, con marcas… nosotr@s le demostramos nuestro amor y nuestro
placer con respeto, con devoción, con servidumbre… ¿Me podéis decir qué
tiene eso de malo, qué tiene de criticable?.
Somos personas
normales, con nuestr@s trabaj@s, con nuestr@s estudios, con gente que
nos quiere. ¿Acaso no somos tan dign@s como vosotr@s? ¿Acaso no
merecemos que nos respetéis y respetéis nuestra forma de vida como
nosotr@s respetamos la vuestra? Muchas veces se os llena la boca al
hablar de los derechos (sobre todo los derechos de las mujeres) pero
sois incapaces de respetar que una persona decida someterse, ¿acaso no
tenemos derecho a vivir nuestra vida cómo la vosotr@s vivís la vuestr@?.
Para poder avanzar como personas se deben dejar atrás los prejuicios.