Esta es una entrada que se ha ido cociendo a fuego muuuuy lennnntooooo. El otro día me comentaron que era distinta a las demás Dóminas. Quiero creer que era un halago por mis ideas claras, y no un desprecio a mi juventud (tengo unas ganitas de ser mayor... o de cobrar por cada vez que se toque el tema de mi juventud de un modo u otro... ¿Sabeis si a una le pueden pagar por que se le hinchen los ovarios con tanto "gilipollismo"?). La cuestión. Al parecer soy rara por los siguientes puntos, todos incluidos en mi perorata preparada para explicar cómo funciona mi cabecita (más allá del Asperger). Algunos estan inspirados en otros usuarios (no me voy a olvidar de Surtur y sus bases, o de AmoLobo, bloguero dominante al que sigo, como no):
1. Busco algo serio, una relacion de pareja en la cual no sienta que me falta ese calor que me da el BDSM. Si, busco un sumiso, pero también una relacion de pareja. Y no es tan facil cuando te gusta primero conocer al hombre y luego al
sumiso, sin prisa ninguna. Ante todo es un ser humano, no un objeto. Busco un alma afín a la mia, mi peor enemigo, mi mejor amigo, mi
maestro, mi alumno, mi amante, mi confidente. Quiero una relación
estable, compartiendo momentos fuera de sesión, asi que obviamente
(aunque nadie sepa lo que hacemos en privado, porque a nadie le importa
un carajo lo que hagamos en privado) podemos compartir amistades, etc. Ya se, pido mucho, peeeero...
2. POR ENDE. Yo quiero conocer a la otra persona. Primero al hombre y luego al sumiso. Si el hombre no me gusta, el sumiso menos todavía. Como se suele decir: si no te hace reir, no te hará gemir. (Aqui entran las... bases (baseballisticamente hablando) de Surtur, de las que podríamos hablar en un próximo post).
3. ASI PUES. No hago sesion a la primera de cambio, no sin conocer a la otra persona. No someto por ciber ni por que el sumiso (que no MI sumiso, estamos hablando de otra persona a la que acabo de conocer prácticamente) lo desee, no sin conocerle primero. Asi que no esperes que imponga normas hasta que no esté todo hablado. Hasta que no hayamos quedado para conocernos y veamos que hay feeling y que nos gustamos, ya que busco algo serio (creo que esto ya lo dije). Hasta que no digamos: vamos allá! Soy solo una chica, normal.
4. Por eso preciso que sea cercano a mi en edad y en distancia. No se me dan bien ni creo en las relaciones a distancia y, en román paladino: qué diría mi entorno si mi pareja me saca semejante cantidad de años? De ahí que mi limite este en los 10 años por encima, es decir, en los 33. Podría ceder en funcion de como vaya la cosa un par de años, pero no es usual. Lo siento, los hombres "maduros" (fisicamente hablando) no me atraen!
5. Obviamente soy humana, tengo días buenos y malos. Momentos en que no me
apetece someter al personal (de hecho para mi la disciplina es una
especie de... celebración de la vida, así que no descargo mis malos
ratos en ella, más bien me apetece que me abracen y me digan que todo va
a estar bien). Días en los que solo quiero una pizza y una peli. Eso sin contar con que cinco días al mes involuciono en una niña bipolar de 5 años. Esto no quita que sea Dómina, soy dómina tanto en botas y corsé como en pijama y alpargatas de conejo. Soy Dómina igual que soy mujer, no es un disfraz, no es eventual, es mi naturaleza, me ponga como me ponga.
6. AMO, ADORO, IDOLATRO el protocolo. PERO! Como ya dije, mientras estoy conociendo a la otra persona, no lo necesito ni lo veo adecuado. En mi humilde opinión los nombres como Señora, Domina, Ama, etc. son muestras de respeto que
previo a que me lo tengan, me tengo que ganar. No sería justo que me
llamaran de un modo elegido previamente por mi si no me lo merezco a sus
ojos. Que a un/a sumiso/a le nace por respeto, educacion, protocolo, x... me parece estupendo, pero mientras dura el lapso de tiempo en que soy una persona normal, a la que estas conociendo, y viendo a ver si hay feeling, que no hay sesion ni nada, y a lo mejor ni se habla de ello sino de las aficiones y cosas en común que podríamos compartir mas allá de la sesión (por queobviamente tengo vida y aficiones fuera del BDSM), NO HAY POR QUE FORZARLO.
Esto me ha originado muchiiiisimos comentarios acerca de que no soy una Dómina verdadera (hay algún curso, o titulo acreditativo acaso y no me he enterado?), o que no se lo que quiero (pensé que habia quedado muy claro... no?). Yo aun sigo pensando en si mi punto de vista está bien o mal. Asi pues, como dice el titulo.... yo debo de ser rara.
Pero me gusta ^-^
Él era el desafío, el reto. La m
irada traviesa con sonrisa de duende que la tentaba dos veces por semana. Y la amaba. Él era lo correcto, lo aceptable. El futuro estable y predeterminado. Él era el suspiro con sabor dulce. Indomable independiente que no dudaba en sacar las uñas si desconfiaba de ella. El que en las noches de luna llena se moría por atarla al cabecero de la cama y no soltarla hasta el amanecer, y pese a confesarlo valientemente sabía que ella jamás se lo permitiría, sin saber que era justo lo que ella querría hacer con él, y que no lo hacía por que sabía que su masculinidad se vería quebrada.
Él era la entrega, la confianza. La devoción absoluta con la que siempre podía contar. Y la amaba. Él era lo prohibido, lo rechazado. El futuro secreto inconfesable. Él era el suspiro animal que se arrodillaba ante ella. Por terminar de domesticar y que jamás le levantaría la voz, pues confiaba plenamente en ella. El que cada noche bebía los vientos por que ella le dedicara una palabra, una caricia o algo más, y que pese a no decirlo sabía que quedaba patente en todos y cada uno de sus actos respecto a ella, sabiendo que tarde o temprano siempre llegaba el momento en que ella le sonreía, estudiandolo por enesima vez de arriba a abajo, como siempre que iba a comenzar a tejer su red alrededor de él.
Y ella... Ella estaba en medio, gritando esta canción por dentro bajo la lluvia en plena noche mientras se movía a paso rápido hacia casa.
https://www.youtube.com/watch?v=SeZuqbtx4is
Llevaba unos minutos dándole vueltas, de pie bajo el chorro de la ducha. Lo tenía que ir asumiendo, lo quisiera o no... era su esclava. ¡Que irónico! A fin de cuentas era la letra pequeña de su contrato: Él cuidaba de ella... y ella de él. Y eso no dejaba de ser una relacion reciproca, que dentro de la distancia, los colocaba en cercanía por el lazo sentimental que los unía. Y ella la firmó sin darse cuenta, ni de que existía, ni de que estaba firmando.
Cerró el grifo, más por las facturas que por deseo de salir de allí, para buscar su reflejo en un espejo velado. Sus ojos marrones se contraron con los del otro lado. ¿Quién era, y qué era, aquella mujer que le desafiaba con la mirada? ¿Era una o eran dos? ¿Una reia y la otra... lloraba? ¿Hacian ambas las dos cosas a la vez? Dos golpes la sacaron de sus pensamientos.
- ¿Está todo bien, Mi Señora?
Quizás le despachó con demasiada dureza. A decir verdad, él no había hecho nada malo. Se envolvió en el albornoz con media sonrisa esbozada en la cara. No era extraño que pasara momentos sola, o que quisiera quedarse bajo la ducha un ratito. Pero lo cierto es que llevaba unos días seria, nerviosa, y nada de lo que él había hecho para intentar que durmiera había dado resultado. La batalla se libraba dentro de ella, y él solo podía esperar pacientemente a que terminara. Se quitó la humedad del pelo con una toalla antes de salir.
Para su sorpresa encontró ante la puerta una taza del "té de la ducha", el Chai con especias, dos cucharadas de azucar moreno (sin remover) y un chorrito de leche. Sonrió. Parecía una petición silenciosa de tregua para consigo misma. La suerte estaba echada, debia saltar. Lo cogió y caminó descalza hacia el ventanal del comedor. La del otro lado se sentía también rendida a la evidencia. Fuera, poco se veía del exterior, todo vestido de gasa blanca. Abrió y salió, solo para recibir "la fresquita" del amanecer. Respiró hondo un par de veces, antes de hablar.
- Ven, abrazame.
No necesitaba girarse a mirarlo, sabia que estaba ahi. Invisible y silencioso, pero siempre vigilante. Mano sobre mano, mano sobre té. Su respiración en la nuca y un peso en el pecho, lleno de petricor. Tragó saliva, no quería saltar.
- Yo tambien, Mi Señora -fué lo unico que dijo él en el silencio, antes de darle un beso en el pelo- yo también.
Cerró los ojos y sonrió.
(Solo un pensamiento que tenía que sacar... curiosamente titulado como mi otro blog, jajajaja...)
Te observé durante un tiempo... pero no te dije nada.
Tu cabello oscuro siempre en una coleta, ropa normal (incluso aburrida) y ojos castaños y ojerosos ... pero no te dije nada.
No comprendí jamás por qué tu mirada era tan triste: estrés, sueño... quizás el viaje en metro te aburría, pero jamás reuní el valor de preguntar, quise hablarte... pero no te dije nada.
¿Cómo nadie te miraba, cuando yo no podía apartar los ojos de ti? ¿Cómo nadie se fijaba en tu collar de cuero, con la argolla a la altura de la garganta? Moría por saber si te ignoraban deliberadamente o estaban muy acostumbrados a ti... pero no te dije nada.
Mis cadenas invisibles, o quizás tus órdenes expresas que te impedían verme por mantener la vista siempre al frente, como si fueras un maniquí, como si no existieras y fueras producto de mi mente, y a mi me impedían acercarme y llamar tu atención. Mordaza de vergüenza y miedo, ansiaba preguntar... pero no te dije nada.
Escribí unas 9 notas, más o menos con el mismo contenido: ¿Cuál es tu nombre? ¿Por qué estas triste? ¿Quién es tu am@? ¿Hay algún santuario cerca o debemos seguir en silencio, ocultando nuestra naturaleza? ... pero no te dije nada.
Al final debía dejarte siempre en la parada con nombre de conquistador, tu seguías más allá -no se hasta dónde-... pero no te dije nada.
El tiempo ha pasado, y yo me he empoderado. Pero no hay viaje en el metro en el que no te busque con la mirada, jurándome a mi misma que saltaría al vacío y aguantaría lo que ocurriera. Por que aún me arrepiento de haberte querido hablar o haber deseado en silencio que levantaras la vista, por que durante todo un verano quise conocerte...
...pero no te dije nada.