Sé que el tema de los límites es un tema muy manido, pero aún así no quiero perder la oportunidad de poder tratarlo.
Empecemos por una pregunta:
¿Qué son los límites? Para mí los límites son barreras reales o imaginarias que nos hacen creer que no somos y/o no seremos capaces de realizar algún acto.
Ahora toca hacerse otra pregunta.
¿Qué tipo de límites hay? Yo dividiría los límites en dos tipos: Los límites blandos y los límites duros.
Los límites blandos son aquellos límites que con el tiempo sabemos que vamos a superar y los límites duros son aquellos a los que nosotras mismas nos esclavizamos negándonos la oportunidad de superarlos.
Hay otra pregunta sobre la cual llevo reflexionando algún tiempo…
¿Por qué tenemos límites, cuál es la causa de eses límites? Partiendo de la base de que yo opino que la gran mayoría de límites son psicológicos, llegué a la siguiente conclusión, seguramente errada, pero es mi conclusión.
Veamos, creo que tenemos límites por miedo, por miedo a no ser capaces, lo cual es muy contradictorio, porque si no lo intentamos una y otra vez jamás seremos capaces. Es como cuando un niño pequeño aprende a caminar, ¿se imaginan qué pasaría si cogiese miedo a caer y él mismo se limitara negándose a andar? Jamás se movería.
Otra de las causas de los límites creo que es la falta de confianza, ya no hablo de que no se confíe en el AMO, sino que no confiamos en nosotras mismas, es como si nos dejásemos atrapar por las dudas que pueden surgir ante algo que nunca se hizo o ante algo que alguna vez alguien nos hizo y no nos gustó nada. Bien, es normal tener dudas antes de realizar una práctica nueva, pero si nos dejamos atrapar por esas dudas jamás descubriremos nada, seremos “ciegas” en un mundo de color. Respecto a miedos y falta de confianza hacia una práctica porque anteriormente nos la hicieron mal, es como por ejemplo, negarse a probar una comida porque una vez no nos gustó. Os pondré un ejemplo, yo de pequeña odiaba el queso, si se acercaban a mí con una loncha de queso corría como si la misma muerte me persiguiese, pero gracias a probarlo una y otra vez ahora me encanta.
¿Porqué dejamos que los miedos y la falta de confianza nos dominen?...
Pues bien, creo que esto es debido a la sociedad en la que vivimos y a la educación que recibimos, dado que desde pequeños nos “capan” la imaginación, nos “protegen” de los supuestos peligros que hay en el mundo, ese mundo dónde un día tendremos que caminar solas, ese mundo que tenemos que explorar y del que nos tenemos que nutrir para realizarnos como seres humanos.
Les decimos a los niños que no trepen a los árboles porque se pueden caer, les metemos miedos infundados sobre el hombre del saco o los asustamos con cuentos con moraleja, el resultado de eso serán adultos llenos de miedos e inseguridades. Eso es justo lo que nos pasa a nosotras, que tenemos miedo, que nos asusta “caernos” y que el hombre del saco nos “rapte” y que nadie vuelva a saber nada de nosotras…
Esto por supuesto se puede cambiar, pero sólo lo cambiaremos dándonos a nosotras mismas la oportunidad de vivir, de sentir, de explorar, ¿Y qué pasa si nos caemos? Pues si nos caemos nos levantamos, nos sacudimos el polvo y lo seguimos intentando, así por lo menos sabremos que hicimos todo lo posible por vencer a nuestros miedos y a nuestras inseguridades, así sabremos que luchamos para vencernos a nosotras mismas.
El Muro