No somos pocas las personas sumisas que llegamos al BDSM buscando contención de las emociones y los actos, sentido de pertenencia y un ser humano jerarquicAmente superior que tome nuestras riendas en sus manos.
Somos el lado contrario a lo que comúnmente se llama liberación femenina en los términos de no estar bajo las ordenes de nuestro opuesto sexual y de pareja. Queremos lo que el reino animal no ha perdido con la civilidad: pertenecer a alguien; el alfa que se encarga del cuidado, la seguridad, y la disciplina de su manada. Buscamos lo que millones de feministas han dejado de lado por necesidad de sobrevivencia : pertenecer .
El placer de poder decir de corazón :”si mi Señor” cuando se nos ordena, se nos ponen reglas, se nos muestra quien tiene el mando es indescriptible. Yo miro la Dominación/sumisión como un volver a los orígenes, una vuelta en la ruleta de la vida que nos regresa a lo que la naturaleza nos puso en los genes: el macho alfa y la hembra beta.
Somos en cierto modo, como los lobos, donde el Macho alfa es el líder de la manda y el macho beta es el relegado. En los lobos suele ser esto debido a un mal liderazgo por parte del beta cuando era alfa, abuso de poder sobre sus subordinados. Algo parecido ha pasado con los hombres que son machistas: el feminismo en su lucha por erradicar el abuso y el maltrato ha tenido que dejar de lado la natural forma de ser (de muchas no de todas) de las personas sumisas (sobre todo mujeres) que han tenido que ser alfa para no ser maltratadas.
Al mundo BDSM entonces, estas personas que menciono venimos buscando una manera sana de volver a ser omegas, de poder dejar en manos del alfa las riendas de nuestras emociones mas profundas y a intentar vivir como la naturaleza nos ha diseñado.
Esto claro es lo que he observado y vivido en mi paso por el mundo de la Dominación/sumisión y en el mirar diario de las manadas de los animales con los que he convivido desde toda la vida.
Hablar de cadenas emocionales, de jaulas donde voluntariamente entramos, actitudes de servicio al Dominante que es nuestro Dueño, no es mas que volver a los orígenes, de la mano de alguien que no sea un abusador, maltratador, machista e irrespetuoso de nuestra inferioridad jerárquica. Es pagar con servicio y devoción el poder ser beta sin miedo a ser abusada o maltratada.
Las sumisas que vivimos esto de una forma seria, mas alla de un roleo o forma de juego, podríamos ser el patito feo del genero femenino, pero solo tenemos la intención de poder ser lo que nacimos siendo, sin tener que estar en guardia diario y a todas horas, siempre dispuestas a defendernos de quien debiera protegernos.
Un punto en contra es el aprendizaje de toda una vida para defendernos que nos vuelve agresoras a veces de ataques que no recibimos, y otro es la dificultad que implica hallar a un Dominante que no mire en la sumisión una manera fácil de descargar sus miserias humanas en la sumisa. Esos no son Dominantes claro, pero son bichos que se arrastran y se esconden detrás de una mascara que oculta su verdadera forma de ser.
Es a mi punto de vista, la Dominación /sumisión un volver al origen sin los vicios de la insanidad emocional.
Hay alguien en la Comunidad BDSM que practique la D/s y piense algo parecido a esto? no lo se, pero así lo he ido viendo y viviendo yo. La libertad no siempre esta en salir de la jaula, a veces esta en entrar en ella, cuando el Dueño de la jaula y del ave, es un ser humano que merece ser el Dueño de esa ave.
El cuento que dejo a continuación, refleja lo que sentimos quienes amamos la D/s, y en su momento la autora me permitió compartirlo en Facebook. Ella es(o fue) tutelada de uno de los Dominantes que mas admiro y cuya escuela sido mi guía: ElFaro.
Espero que este texto sirva para al menos hacerles pasar un rato ameno.
AUTORIA DEL TEXTO: maleni Elan
https://malenidea.wordpress.com/2016/07/11/la-libertad-de-no-ser-libre/
SEGUIR LEYENDO: https://malenidea.wordpress.com/
Nota al margen: no puse el cuento porque no es de mi autoria pero en el enlace que dejo pueden leerlo.
El Muro