Vivía en una zona que para transitar había una casa en la que un día vi a una gitana que estaba en la puerta. Pasaba varias veces al día. Y una tarde , pensando en ese sitio, la casa, la gitana, me empecé a imaginar que iba su casa. Qué me recibía y me ofrecía un asiento y un café. entré y me senté.De pronto, por detrás oí que venía alguien. Esa person me tapó la boca con la mano y la chica me puso las manos a la espalda. Me ató. La que me había tapado la boca era una mujer de unos 40 años. Luego supe que era la madre. Me amordazaron con sus bragas y un trapo. Asustado pero excitado. No mucho en ese momento. Vivían solas. Me dijeron que no me preocupara que solo me iba a tener retenido unas horas.
Me levantaron. Me llevaron a una habitación. Na había ropa excitante, ni puesta en escena brillante. Sólo un sitio cutre con dos mujeres y yo.
Me desnudaron. Me habían colgado las manos del techo. Y ahí estaba yo, desnudo, asustado y empalmado. Se rieron de mi. Una me escupió en la cara y la madre me azotó con mi cinturón. Me gustaba. Me empezaron a tocar a azotar y escupir. Me sobaban, me insultaron. Era verano y hacía calor. Estábamos desnudos y sudando. Hicieron lo que quisieron conmigo. Así pase la noche. Al día siguiente me dijeron que si me quería ir me fuera, pero que si me quedaba iban a venir dos amigas y sería de ellas. Me quedé.
Y viene a cuento. Recuerdo que a mis trece años el sexo empujaba. Como a todos. Y, en estás circunstancias, normales y naturales cogí unas medias que había para lavar y me ate on ella los tobillos. Fue una sensación placentera. No sentí culpa ni vergüenza. De tal manera que cogí otras y me amordaze y até las manos. Me sentí a gusto. Por aquel tiempo no tenía el concepto de que eso fuera diferente. Si lo hubiera comentado todos me habrían dicho que lo era.