Mañana de Otoño, mañana gris de cielos plomizos y con visos
de lluvia. Una mañana perfecta para escuchar música y…recordar.
Y en esas estoy, con esto de estar de baja tanto tiempo, con
un ocio forzado que me consume y que solo hace que mi mente no deje de pensar,
de recordar, de hacer planes…en suma, de mirar en mi interior una vez más.
Y aquí estoy, en mi toldilla recordando los últimos 4 años
de mi vida, con las cosas buenas, las malas, los errores cometidos, los
aciertos, los desengaños, las alegrías.
Recordando esas Joyas que me permitieron formar parte de sus
vidas, recordando también las pellas de carbón que cuando las conocí parecían
diamantes, pero que al final solo eran eso…carbono, como también lo fui yo para
ellas.
La verdad es que de ningún momento vivido me arrepiento. No
siempre las cosas salen como deseamos y muchas de las que sucedieron ocurrieron
fueron culpa de una mala comunicación. Normalmente las culpas siempre son de
ambas partes, y los desengaños también.
Normalmente las diferencias de criterio se suelen pulir
hablando, lo malo es cuando se corta toda comunicación sin más, cerrando la
puerta a una explicación. Y esto no lo digo como reproche ya que también he
cerrado yo esas puertas a esas conversaciones……craso error, por ambas partes y
más cuando se han compartido momentos especiales, sentidos y llenos de
comunicación verbal, mental y física.
Pero es lo que tiene recordar, que con el paso del tiempo
ves errores cometidos, palabras dichas fuera de lugar o mal escuchadas, malas
elecciones, gente que dejaste en el camino por dejarte llevar por el oropel o
por sensaciones equivocadas.
Esas situaciones que no debí permitir para no dar falsas
esperanzas, esos momentos en los que no estuve a la altura de las
circunstancias o en las que permití momentos que estaban fuera de lugar.
Estos momentos también te hacen recordar a aquellas que se
me acercaron y no las di la más mínima oportunidad para conocerme y
conocerlas…y viceversa, aquellas que me hubiera gustado conocer y que me
conocieran y que por c o por b, nunca hubo esa oportunidad, ni se dio ese
momento…y que ya es difícil que eso ocurra.
Lo que también pienso en estos días, y lo tengo
meridianamente claro es que voy a seguir adelante con mi camino, seguir soñando
en encontrar mi Goleta blanca. Esa que en un par de ocasiones en los últimos 4
años no solo creí encontrar, si no que estoy seguro de que así era. Pero que,
por distintas razones, de las que no soy el único culpable no terminaron de cuajar…pero
por suerte la vida sigue para todos.
Y así seguiré, navegando despacio, alejado de las flotas de
las Bahías, esperando que mi sueño se cumpla de nuevo.
Como digo siempre, si
una vez lo viví en el pasado remoto, y en el pasado inmediato estuve a punto de
volver a vivirlo ¿porque no se puede repetir de nuevo?
Dicen que la vida es cíclica, pues…esperemos que ese ciclo
se repita otra vez y vuelva a sentir lo que antes ya sentí y vivir lo que ya viví.
Y como dice una estrofa de mi canción preferida…
ERRORES COMETÍ
PERO AL FINAL
PAGUE LA CUENTA.
Así que, como buen pagador que soy, no le debo nada a nadie
y por supuesto nadie me debe nada.
El Muro