Hoy me siento feliz, entre otras cosas, porque los dos hombres a los que más admiro y quiero están aquí.
Uno, mi anterior Amo, quien me enseño que más allá de mí misma había otra persona escondida y que jamás abandonó mi amistad y luchó por mantenerla.
Dos, mi actual Amo, a quien adoro y por quien vivo mi entrega y mi ser especial, a quien debo mi renacimiento como sumisa que ya existía y que permanecía en un estado de coma profundo, pero queriendo despertar del mismo desde hacía tiempo.
La sensación de una sumisa cuando se convierte en esclava de su Amo es justamente de libertad, pues las cadenas nos hacen libres. Me siento libre con Él para explotar juntos la felicidad de la que ambos sabemos que somos capaces.
Bienvenidos ambos.
Gracias por estar ahí y aquí.
El Muro