me encanta cuando mi Ama me ata a su cama, ambos sabemos que esto no se debe a mi desobediencia, ya que basta una orden suya para que no mueva voluntariamente ni un músculo, pero a ella le encanta atarme y observar como intento zafarme vanamente de su control y dominio; le encanta controlar mi miembro y someterlo a sus más oscuros caprichos; disfruta paseando sus pies cubiertos por una piel aterciopelada por mi boca, humillándome y extasiándome hasta el culmen.
por otro lado, yo disfruto y me siento útil cuando me ata, mi cuerpo queda totalmente a su merced, desnudo, entregandole mi cuerpo y mi alma. mi excitación aumenta cuando desaparece de la escena y me deja solo momentáneamente, ordenandome que permanezca erecto hasta que vuelva; en ese momento mis sentidos se agudizan y siento cada paso que da como si estuviese paseando sobre mi espalda.
cuando se coloca enfrente de mi tocándose, siento que sería capaz de desmembrar mis brazos para correr a lamer su hermoso jardín, pero ella lo desea así, haciéndome sufrir, escuchando mis lamentos a través de los agujeros que deja la mordaza y observando como babeo cual perro, su perro.
mi Ama me cuida tanto que nunca me deja pasar sed, siempre finaliza dejándome beber su dulce y sabroso champán, que me hace gotear y jadear como si no hubiese un mañana.
ella disfruta ejerciendo su control total sobre mí, permitiéndome llegar cuando ella ha satisfecho sus necesidades sexuales, siempre que me lo haya ganado, usándome como su juguete... y yo...yo simplemente soy feliz, muy feliz!!! y todo gracias a mi Ama, a la que siempre le estoy agradecido por dejarme lamer su pies y limpiar sus zapatos, de forma que nunca olvido dónde está mi sitio: siempre debajo de ella!!
El Muro