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    Tener fe en tu Dominante conlleva no tener miedo

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    Mi primer sometido es mi control, siempre está a mi servicio

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    Manejar el silencio es más difícil que manejar el látigo

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    Mi alma necesita tanto mimo como mi cuerpo castigo

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    Después de una sesión, la mano que te domina te debe acariciar

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    El precio de Dominar es la responsabilidad

Regalos recibidos de Fervar

Usuario eliminado
Usuario eliminado Feb 23 '15
Para Fervar, espero que te guste, por favor responde, gracias: Yo quisiera ser tu sombra y acompañarte en el camino por donde vayas, bajo tu pie firme y elegante, y tras tu paso seguirte mientras andas. Yo quisiera ser tu boca y besarte cuando se dibujen en ella las palabras, en tu sonrisa bailar para alegrarte, y dormir entre tus labios mientras callas. Yo quisiera ser tus ojos y mirarte en donde poses leve tu mirada, en la niña de tus ojos enredarme y encender en tu pupila llamaradas. Quisiera ser tu manta y arroparte cuando el frío se asome a la ventana, templar desnuda tu piel y acariciarte, y despertar contigo en la mañana. Yo quisiera ser Amor y enamorarte en cada mirada, cuando ríes y cuando callas, ser el fuego de tu cuerpo y adosarme al lado de tu sombra mientras andas. Miguel Bb
Usuario eliminado
Usuario eliminado Feb 8 '15
Para cuando sus prejuicios se difuminen, y sepa que es Placer, Fervar.....por favor responde.... A través de tu saliva descubrí las sílabas, que son flores nacientes del césped de tu boca. Te hallé cuando no tenía ganas de vivir, pero al beber tu mirada me ganaste el corazón. Todo fue un sueño, y una dicha, vital aliento ante tanta desdicha y desaliento mortecino. Me acogiste como huésped en tu celeste arboleda, y ascendimos al olimpo, tan candentes como lenguas de fuego, de tanto desnudarnos y anudarnos, entre tanto darnos, bajo las estrellas. Nada poseíamos, nada de nada, ni nadie nos miraba a la cara, sólo teníamos el amor que nos unía, y un poema como nardo, para secarnos las lágrimas, y nadar en la alegría. Aunque el tiempo pasa, no pesa el amor; encendido sigue el corazón, pues la pasión sopla allá donde el sosiego exhala ternura. Miguel.

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