Ella subió al autocar con reticencia, en sus 70 años pasados nunca había necesitado, ni pensado necesitar, distracciones, pero su amiga había insistido tanto que no pudo negarse, y ahora, por fin, subía al autocar. Su amiga no aparecía, envuelta en la vorágine de casi una cincuentena de jubilados empujando para conseguir buen sitio en el autocar, se dejó llevar por el momento.
Se sentó al lado del que parecía un viejo cascarrabias y empezó a rezar para que su amiga apareciese, pero no, el autocar arrancó con destino a Marbella sin rastro de su ahora odiadísima amiga. Serán quince días solamente que pasarán volando seguro, se dijo en un intento de auto engañarse que no funcionó demasiado bien. Su vecino había empezado a roncar inmediatamente después de iniciar el viaje, la depresión le estaba entrando cada vez más profunda y no veía manera de salir de ella. Hacía ya seis años que su Amo adorado había muerto y desde entonces, además de sentirse muy sola, todo el sexo que había tenido se basaba en alguna masturbación muy de tanto en tanto, recordando aquellas sesiones con su Amo. Quién las pillara de nuevo! se decía, aunque sabía que a su edad con la artritis, las pérdidas de orina, las migrañas y aquel terrible dolor de espalda, ya nunca sería lo mismo.
“Perdona, eres María no?” oyó decir al hombretón que tenía al otro lado del pasillo del autobús.”Sí, soy María, nos conocemos?” Era un hombre grande, alto y fuerte, barba, cejas pobladas, pelo blanquísimo, aunque todavía pelo, cerca de los 80 años, elegante, pañuelo en el cuello, camisa de algodón y franca sonrisa. “Por supuesto que me conoces, soy amigo de Bernat” Al oír el nombre de su antiguo Amo el corazón le dio un vuelco, y creyó recordar aquella cara y aquellos ojos de un azul intenso de una cesión que hizo su Amo, haría una treintena de años. El recuerdo hizo que se pusiera terriblemente roja, casi encarnada, pero rápidamente reaccionó contándole que Bernat había muerto hacía ya unos años y que estaba haciendo el viaje a Marbella porque una amiga la había engañado y, encima la había dejado tirada y sola en el autocar. Él se rió con franqueza, una sonrisa deliciosa, pensó ella, le contó que él se había quedado viudo hacía muchos años y que estaba viajando solo a Marbella porque allí tenía unos amigos a los que hacía mucho que no visitaba, y que los viajes con el Imserso resultaban más baratos, así que había que aprovecharse de ello. La primera parada que hizo el autocar fue su primer café, y cuando volvieron ya se sentaron juntos para seguir hablando del pasado, presente y futuro, de recordar a algunos de sus amigos mutuos, aunque la mayoría ya había muerto, y lo hicieron en una charla tranquila y relajada, ella se sentía bien, la verdad es que hacía años que no se sentía tan bien.
Cuando llegaron a Elche donde hacían noche, los dos se separaron del gran grupo para ir a pasear por el palmeral y luego a cenar, aunque sólo acabaron comiéndose un helado, de straciatella él y ella uno doble, mitad de chocolate, mitad de donut de azúcar. Fueron luego directos al hotel, uno precioso al lado del palmeral, sin ni siquiera comentarlo fueron al bungalow de él, donde entraron besándose apasionadamente, ella dejó de sentirse tan bien para empezar a sentirse mejor, hacía mucho que no se sentía deseada y guapa, sólo podía pensar que no recordaba las bragas que llevaba, que de saberlo se hubiera puesto aquellas que hacía tiempo que no usaba, se desnudaron mutuamente y ella, al sentir el primer azote en su otra vida dura y prieta nalga, no pudo evitar sentirse empapada. Será un escape de orina, pensó, pero no, era humedad de la buena, de la que hacía años que no sentía; él se paró un momento para recobrar el aliento y tomarse dos pastillitas azules, “por si acaso” dijo, y luego empezó a jugar con su clítoris, aplicándose duro y fuerte como ella deseaba y soñaba sentir desde hacía mucho.
Fue una noche deliciosa, ella se entregó del todo, él se empleó a fondo, al final cayeron los dos en un sueño profundo que ella no había sentido desde hacía demasiado. A eso de las cuatro de la mañana él tuvo el infarto y ni siquiera se despertó, murió con una sonrisa en los labios, murió siendo un dominante, algo así como muerto en acto de servicio......
Azzo