Quiero pintar un cuadro sobre tu piel.
Mi cama será el caballete.
Te postraré en ella y ataré tus manos y tus pies a sus
esquinas para que el lienzo este bien extendido.
Te vendaré los ojos porque no quiero que veas la obra hasta
que no esté acabada.
Amordazaré tu boca para que no me molestes mientras pinto.
Me lo tomaré con calma. No me gustan las prisas cuando creo.
A un fondo tan blanco le sentará bien el rojo. Creo que daré
mis primeras pinceladas con mi fusta.
Comienzo. Las primeras líneas van coloreando tu cuerpo. Su
calidez se destaca sobre la palidez de tus nalgas. Una tras otra voy marcando
la tela de tu piel mientras disfruto del acto de pintar y de la banda sonora de
tus ligeros suspiros.
Toca cambiar de tonalidad. Creo que el azul y el negro
combinarán bien. Siempre me ha gustado pintar a cera, así que dos velas serán
los pinceles.
Gota a gota voy perfilando mi creación sobre tu espalda.
Cada pequeña mueca de dolor me muestra que voy por el camino adecuado. A fin de
cuentas hay quien cree que el arte siempre proviene del sufrimiento. Claro que
también es un placer el acto de crear, y esa mezcla es lo que le da sentido a
todo.
Me paro un segundo a ver mi obra y me encanta. Así que no
puedo evitar besarla y acariciarla. Se merece un premio por su entrega a mi
arte.
Siempre me he considerado un artista polifacético, así que
no quiero quedarme solo en la pintura. Vamos a darte un toque de escultura
moderna añadiendo algunos elementos.
Esas hermosas curvas no se pueden quedar sin decorar, así
que me dedico a ello con una pinza tras otra hasta formar una preciosa figura
en cada uno de tus pechos. Despacio, lentamente, como en todo el proceso,
deleitándome con los efectos. Me gusta convertir en eterna cada creación. Parar
el tiempo para que no exista nada mas.
Me aparto y te observo. Eres una visión sublime de la que me
enorgullezco. Generas arrebatos e impulsos, provocas y levantas pasiones.
Creo que ha llegado el momento de darle movimiento al
lienzo, de transformarlo en una performance…y de formar parte de él.
Desato tus manos del marco para esposarlas en tu espalda. Te
moldeo hasta la posición adecuada con mis manos fuertes y dominantes. Adecuo
todo tu cuerpo a mis deseos, que acatas con la sumisión de un objeto inanimado
en mis manos.
Vuelvo a tomarme un momento para observar toda la
composición…y para que me esperes.
Separó tus piernas, y penetro lentamente en mi obra. Entro
en ti para formar parte de tu esencia, para sentir sobre mi piel que eres mía,
y que yo he creado este momento para mí y para ti. Me invade el éxtasis
creativo y que me dejo llevar por la pasión, mostrándote toda mi fuerza,
haciéndote sentir toda la dureza de mi determinación dentro de ti, pero sin que
se te olvide quien manda y que te uso como me viene en gana. Crearte es mi
placer.
Llega el momento de finalizar la creación. El gran instante
de culminar la obra. Los segundos del placer por dar fin con éxito a un tiempo
interminable. Y por lo bien que te has portada te mereces unas últimas
pinceladas que esparzo por tu cuerpo con la pintura de mi propia esencia.
Llega el momento de admirar la obra acabada. Impresionante.
Sin embargo no puedo evitar la sensación de que aun puede
hacerse mejor. Así que deshago parte de lo hecho y me tumbo dejándote descansar
en mi pecho. Tienes que reposar para cuando volvamos a crear, para seguir
moldeándote una y otra vez en sesiones eternas e inolvidables.