Dr. Brad Sagarin: los efectos reales del BDSM sobre las
relaciones
Recientemente algunos estudios científicos sugieren que
ciertas formas de BDSM pueden tener efectos contra la ansiedad, así como otros
beneficios para la salud mental,
afirmando que las personas que practican el BDSM “son menos neuróticas,
más extrovertidas y más abiertas a nuevas experiencias”. Añade que asimilan y
les importa menos el rechazo de los demás. Por último, se descubrió que una
persona que practica el sadomasoquismo tiene un mayor grado de equilibrio
emocional por expresar de forma abierta y natural sus deseos sexuales.
El Dr. Brad Sagarin, profesor de psicología en la
Universidad del Norte de Illinois lleva más de una década investigando para
identificar los aspectos positivos del BDSM. En un reciente estudio suyo
titulado “Hormonal Changes and Couple Bonding in Consensual Sadomasochistic
Activity” sacó algunas conclusiones muy
interesantes.
Según Sagarin, quizás el hallazgo más importante fue
que las parejas muestran actos de cuidado antes, durante y después de la sesión
BDSM, lo que que muestra que esas actividades, a menudo intensas, ocurren
dentro de un contexto de relación positiva.
El principal objetivo que Sagarin espera lograr con
este trabajo es reemplazar los estereotipos sobre BDSM con información
científica precisa, sobre todo a raíz de la popularidad de Cincuenta sombras de
Grey.
“Cincuenta sombras de Grey ha conseguido que se hable
en sociedad acerca del BDSM. Si el libro sirve para reavivar el interés sexual
en una pareja con 20 años de matrimonio, pues perfecto para ellos “, afirma.
“Sin embargo, Cincuenta sombras de Grey no ofrece necesariamente información
que represente lo que los protagonistas están haciendo”.
Estos estudios científicos han constatado que el BDSM puede inducir a estados alterados de conciencia. En un estudio publicado en 2014, los investigadores de la Universidad del Norte de Illinois reclutaron a 14 Switches (personas que disfrutan jugando tanto el rol Dominante como el sumiso) y les asignaron al azar a cada uno de los dos roles. Entonces, después de que hubieran participado en su actividad preferida BDSM, les hicieron pasar la prueba de Stroop, una prueba común de agudeza mental, y respondieron preguntas sobre su estado mental antes y después del evento. La Tarea Stroop mide las habilidades de la función ejecutiva como la memoria, la atención y el autocontrol.
Los Switchs que habían adoptado el rol sumiso experimentaron una
reducción significativa en sus puntuaciones en la tarea Stroop después de
participar en su acto BDSM, comparando con los mismos resultados antes de la
sesión. En cambio ésto no se reflejó en aquellos Swichts que habían actuado
como Dominantes.
La conclusión del estudio indica que este
oscurecimiento mental transitorio puede ser resultado de una actividad BDSM
sumisa que lleva a un estado alterado. El dolor o la inmovilización podrían
causar que la sangre se apresure lejos de ciertas áreas del cerebro, incluyendo
la parte del lóbulo frontal donde se alojan las habilidades de la función
ejecutiva (que se ponen a prueba en el test de Stroop). Dice Sagarin que “Esto
también puede ayudar a explicar algunos estados similares de alteración de la
conciencia: como sucede con corredores de élite, con efectos de algunos
medicamentos, la meditación…”.
Según Brad Sagarin: “Creemos que éste puede ser uno de
los efectos que produce la sumisión en las personas. Esto permite que las
personas se dejen llevar por un tiempo. La persona sumisa está puesta en una
posición en la que no tiene control y que en realidad es bastante liberadora.
Uno puede simplemente relajarse y dejarse llevar. En otras palabras, al igual
que algunas formas de meditación y ciertos ejercicios (en las condiciones
adecuadas), la sumisión podría inducir un estado en el que la parte del cerebro
responsable de, por ejemplo, escribir correos electrónicos de trabajo
inteligibles, se apaga un poco, y como resultado, otros sentimientos más
espirituales fluyen en su lugar”.
Otros cambios físicos y hormonales pueden contribuir también a la sensación de subespacio. Tanto en su experimento de 2014 y otros de 2009, Sagarin y su equipo tomaron muestras de saliva de los participantes en varios puntos, durante actividades BDSM.
Ambos, sumisos y Dominantes tenían
niveles más bajos de cortisol, una hormona del estrés, después de participar en
su sesión BDSM, que antes de ella. Durante la sesión, sin embargo, los niveles
de cortisol de los sumisos aumentaron antes de bajar considerablemente al
final. Pero incluso cuando su tensión física fue alta, los sumisos reflejaron
un bajo estrés psicológico. La falta de conexión entre el estrés mental y
físico puede explicar algunas de las experiencias fuera del cuerpo y las
sensaciones de flotación y la distorsión del tiempo que las personas
experimentan durante el subespacio, según Sagarin. En cambio, no se dan los
mismos cambios en los niveles de cortisol durante el sexo vainilla, ya que las
subidas en el cortisol se observan sobre todo en situaciones de alta novedad,
baja previsibilidad y bajo control. Los Dominantes también tienen beneficios
durante las sesiones BDSM, aunque con menor intensidad que los sumisos.
El equipo de Sagarin no ha vinculado los aparentes
beneficios de salud mental del BDSM a una actividad fetichista específica, pero
varios factores –incluyendo la duración de la actividad y el nivel de
experiencia y la confianza entre los socios– puede que lo faciliten.
Actualmente se está llevando a cabo un estudio más amplio en el que esperan
desentrañar más detalles.
“Esto no es una novedad para nadie en la comunidad
BDSM,” según Sagarin. “Este es un grupo de gente que ha pensado profundamente
acerca de qué es lo que hacen. Creo que hay un montón de buenas ideas y teorías
que merecen una prueba científica”.
Bibliografía:
Entrevista al Dr. Brad Sagarin en la
revista Dating Advice.
Dr. Brad Sagarin: “Hormonal Changes and Couple
Bonding in Consensual Sadomasochistic Activity”. Archivo en PDF.
Dr.
Brad Sagarin: “La ciencia del BDSM”.
Fuente: planetabdsm.com