50 formas de practicar el CBT (Tortura genital masculina)
La tortura genital masculina (CBT - Cock and Ball Torture) es una práctica sexual sado-masoquista que se puede realizar de múltiples maneras y en diferentes grados. Hay quien la usa para producir sensaciones placenteras intensas y hay quien la usa como castigo, y tanto en un caso como en otro hay que extremar las precauciones, ya que tenemos entre manos las "joyas de la corona".
Un poco de anatomia
Para hacernos una idea de los riesgos que conlleva esta práctica, tenemos que abrir un momento el libro de anatomía y conocer muy bien la fisiología de los órganos genitales masculinos.
Los puntos clave son:
* Pene
* Testículos
* Próstata
* Cordón deferente
* Uretra
a) El pene: se divide en base, tronco, frenillo, corona y glande (recubierto por el prepucio cuando no se ha hecho una circuncisión). Es un órgano profusamente irrigado, así que la circulación de la sangre es vital para su función erectil. No tiene huesos ni cartílagos, solo músculo liso (no controlable a voluntad).
El tronco está formado por dos cuerpos fibrilares cavernosos anclados al hueso púbico mediante una membrana dura, que pueden agrandarse hasta cuatro veces con la irrigación de sangre arterial en su interior, y un cuerpo esponjoso, que protege a la uretra. La erección se mantiene gracias a la contracción de unos microesfínteres de los vasos arteriales, que mantienen la sangre dentro de los cuerpos cavernosos, y que al relajarse permiten al pene recuperar su tamaño normal, devolviendo la sangre a través de las venas.
La zona del glande y la corona son extremadamente sensibles, y en el punto donde la corona se une al frenillo, podemos encontrar el punto C, o clítoris masculino.
b) Los testículos: convenientemente protegidos por el escroto, son muy sensibles por su elevada inervación. Según la temperatura corporal y la temperatura exterior, el saco escrotal eleva los terstículos para mantener la temperatura adecuada para la producción de esperma, es decir, con el frío se eleva y con el calor se relaja.
En el momento de la excitación sexual, los testiculos se agrandan por la cantidad de sangre que fluye hacia ellos, y cuando está cercana la eyaculación, se acercan más al cuerpo, y todo vuelve a su lugar terminada la excitación. El semen producido se acumula en el epídidimo, una glándula pegada al testículo, donde permanece hasta su expulsión con la eyaculación o su reabsorción por el tejido circundante.
c) El cordón deferente: es el que conduce el esperma desde los testículos hasta la vesícula seminal, que es donde se mezcla con otros líquidos y sustancias para formar el semen. Tiene una longitud de unos 40-45 cm y recorre la parte inferior interna del escroto, por lo que puede ser fácilmente estrangulado con algunas de las prácticas del CBT.
d) La próstata: su función es básicamente secretar el líquido prostático que se unirá al líquido producido por la vejiga seminal para dar la composición final del semen. Tiene una fácil tendencia a la inflamación y a la infección, por lo que hay que tener especial cuidado en algunas prácticas, ya que una inflamación crónica provoca problemas de impotencia (está intimamente ligada a los músculos que expulsan el semen durante la eyaculación).
El semen producido se recoge finalmente en el conducto eyaculatorio, donde se va acumulando durante la excitación sexual. El punto de "no retorno" se produce por un llenado de este conducto y un reflejo espinal que le obliga a vaciarlo, pero esto puede ir acompañado o no de un orgasmo.
e) La uretra: es el conducto y la puerta de salida del semen y de la orina, pero también una zona de protección frente a la entrada de infecciones. El líquido preseminal que aparece cuando un hombre está excitado se produce en las glándulas de Cowper, que preparan el terreno para la llegada del semen (manteniendo unas condiciones químicas adecuadas, por eso su composición es distinta).
Más información: Anatomía del pene y del aparato sexual masculino
Formas suaves de CBT
Una vez que nos hemos familiarizado con el funcionamiento del aparato genital masculino, es el momento de buscarle los "puntos flacos", aquellos que producirán sensaciones de placer, incomodidad o dolor, para poderlos aplicar a nuestro antojo. Practicar el CBT no implica tener que llegar a sus formas extremas, ni tampoco es obligatorio el recurrir al dolor intenso, aunque se hable de tortura genital, puesto que hay muchas formas de tortura (un ejemplo de ello sería tener a una persona aguantándose las ganas de orinar, que produce multitud de sensaciones e incomodidades que pueden resultar una verdadera tortura). Así pues, aquellos que son sensibles al dolor o lo temen, no tienen porque renunciar a los "placeres" del CBT.
1. Bondage o atadura genital
Cuando el bondage se practica con el pene en reposo puede tener la función de impedir su erección o que ésta resulte incómoda, incluso dolorosa, y cuando se realiza con el pene en erección, ayuda a la función propia de los vasos vasculares para mantener esa erección el mayor tiempo posible.
El bondage puede implicar la base del pene, el pene completo, o incluir también los testículos (juntos o separados). El bondage de testículos los vuelve más turgentes y sensibles a otras practicas posteriores, y por eso se suele combinar el bondage con otras prácticas. El bondage de pene erecto requiere mantener la erección para que la cuerda se mantenga en su sitio (ya sé que es una obviedad, pero había que decirlo).
Como nota adicional diré que las rugosidades de la cuerda pueden resultar placenteras en el caso de que además exista penetración (aunque es mejor cubrirlo con un condón para evitar fricciones irritantes del material).
Una derivación del bondage sería la de "Pasear al perrito", que consiste en hacer un bondage genital dejando la cuerda sobrante lo suficientemente larga como para hacer de correa y poder pasear a la persona atada como si llevara un collar.
2. Azotado suave
Incluye formas como el palmoteo (o abofeteo) o los capirotazos, que producen una sensación más intensa. en el palmoteo se elige el momento en el que el saco escrotal está más bajo, para que los testículos choquen entre ellos. También se pueden coger ambos testículos con una mano, rodeando la base del saco escrotal con el dedo índice y pulgar, para estrangularlos levemente y hacerlos más turgentes. Teniéndolos agarrados así pueden palmearse o golpear con los dedos (capirotazos), aumentando la sensación.
3. Pellizcar, retorcer o apretar los testículos (squeezing, crushing)
Estas técnicas se realizan habitualmente con las manos, cogiendo el saco escrotal y retorciéndolo suavemente, teniendo cuidado de no estrangular los vasos deferentes, o pellizcando la piel del pene, o apretando un testículo rodeándolo con la mano (como si se exprimieran). Se pueden combinar con técnicas de estiramiento, sin excederse o se podría provocar el desgarro.
Mientras se aprietan los testículos se les puede manipular en la palma, como si se tratara de unas bolas chinas, provocando un frotamiento entre ellos. Este frotamiento presiona los nervios que hay a ambos lados de cada testículo, provocando un agudo dolor punzante.
4. Arañar (scratching)
En una forma leve produce sensaciones muy agradables, y en formas más extremas puede llegar a producir sangre, pero esto no es recomendable. Combinándolo con el bondage o los anillos se intensifican las sensaciones.
Otra forma de arañar es escribiendo sobre la piel con pluma de ave, con un boligrafo de punta fina, o con algo afilado, teniendo cuidado de no desgarrar la piel.
5. Morder
Puede morderse todo, tanto el pene como los testículos. Pueden morderse rodeándolos o dando pequeños bocados. Pueden dejarse incluso pequeñas marcas, pero con precaución, desinfectando cualquier herida que se pueda producir, aunque no es necesario producirlas para disfrutar de esta práctica.
6. Estiramiento de pene y testículos
El estiramiento puede lograrse de diversas maneras: usando las manos, o diversos mecanismos, incluído los pesos.
Existen unos mecanismos con los cuales se va produciendo un estiramiento lento, mediante el ajuste de unas palometas que van girando sobre unos tornillos. En este tipo de aparatos es más difícil que se produzca un estiramiento brusco fortuito, ya que todos los elementos están perfectamente inmovilizados.
Para este mismo efecto se pueden usar las anillas metálicas que se van añadiendo para ir añadiendo peso y provocando el estiramiento por gravedad. En este caso hay que tener la precaución de usar un tipo de anillas que sean fáciles de quitar, ya que si se produjera una lesión no hay tiempo para irlas sacando una a una.
En especial existe una forma de atadura en la que los testículos son atados a alguna otra cosa (una parte del cuerpo o un gancho en la pared) y se empuja a la persona suavemente para que sienta la tensión.
En este tipo de variante hay que extremar las precauciones para que no se produzca un estiramiento repentino (por ejemplo, en el caso de atar los genitales a los tobillos para impedir o dificultar el caminar) ya que un movimiento brusco podría producir un desgarro.
7. Humillador
Este aparato aprisiona los testículos y mantiene la posición forzada de rodillas, de tal manera que andar se convierte en un movimiento doloroso.
También es utilizado como forma de inmovilizar y aplastar los testículos para aumentar su sensibilidad, y se puede combinar con azotes o percusión.
Este tipo de aparato puede combinarse con la técnica de pasear el perrito.
8. Percusión suave
En este apartado voy a diferenciar otras formas de azotar en las que no se usan las manos, sino diversos elementos, como los látigos cortos, los cinturones de cuero, los lápices (para golpear, no para pinchar), y cualquier otro elemento que produzca el mismo efecto (pequeñas varillas, los palillos chinos, palas de ping-pong, etc, usad la imaginación).
Es preferible usar esta técnica con los testículos o con el plene flácido, ya que en el pene erecto puede producirse una fractura sin querer, ya que la fuerza de la mano es controlable, pero la que se hace con estos elementos no lo es.
9. Pesos
La aplicación de pesos, que produce un estiramiento o una presión, debe hacerse paulatinamente, ya que un estiramiento brusco puede causar desgarros (por ejemplo, atar una bola de un kilo a los testículos y dejarla caer de golpe).
Como pesas podemos usar desde plomos de pesca, botellas de agua que se van llenando gradualmente, incluso una ristra de pinzas colgando.
Para aplicar los pesos podemos ayudarnos de otras técnicas, como el bondage, o los anillos testiculares o de pene, así como del "paracaídas", que se ajusta entre los testículos y el pene, que lleva tres cadenas que se juntan debajo de los testículos, y que sirve para que el peso se balancee mientras la persona camina. Si se utilizan las cuerdas, hay que asegurarse de que con el peso no estrangulan los vasos sanguíneos.
10. Introducción objetos en la uretra
La introducción de objetos también debe realizarse con especial cuidado, procurando no causar ningún desgarro intentando empujar. Es mejor si los objetos se esterilizan previamente, ya que esta zona es la entrada directa de infecciones a la vejiga, y sobretodo que sean objetos que no puedan quedar atrapados dentro (con engrosamientos o rugosidades).
El clásico de introducir los palillos de los oídos es uno de esos en los que se puede causar más de un problema, tanto porque se suelte una de las puntas de algodón y se quede dentro como que parece que las puntas son blandas pero las varillas pueden sobresalir y dañar las paredes de la uretra.