El momento previo, la larga espera, los nervios a flor de piel, imaginando, deseando, todos los sentidos parecen más desarrollados, el fresco que nos rodea, los sonidos que llegan lejanos o el silencio impenetrable que nos intimida y hace que temamos hacer el más mínimo ruido que pueda ser inapropiado y por encima de todo el deseo, deseo de ser complaciente, de entregarse tal y como demandan, de ser capaz de cumplir con todas y cada una de las órdenes, sin titubeos, sin ninguna duda, llena de felicidad por sentirse útil, queriendo demostrar todo lo que siente, todos los momentos que han vivido y disfrutado juntos hasta llegar a este mismo instante, el más importante porque es el momento de demostrar todo lo que siento, todo lo que deseo, todo lo que amo que es mi más sincera y absoluta entrega.