Experiencias de Pago.
Como no existia otra opción (20 años), para poder entrar realmente este mundo, como muchos otros tuve que acudir alguna vez a un ama profesional para poder conocer, ser sometido y sentir, por lo menos en esa falsa sensación de creer o conocer que era eso de la relación Am@-Sumis@.
Cuando salías de la sesión te quedaba el cuerpo satisfecho por haber dejado volar tu imaginación sumisa, pero después incluso llegabas a pensar que no debías haber ido, porque el vacío interior y sentimental que sentías no se llenaba con otra sesión, entrabas en una especie de pensamiento por que la que hasta hace un rato era tu ama, tu dueña absoluta, quedaba en una sonrisa y un; ¿qué tal, te ha gustado la sesión?, algo tan aséptico que no sabias bien que contestar, pues salías con un baño de verdadera y cruda realidad, con la sensación de haber obtenido un servicio, y como ya he dicho, lo único que pensabas que quedaba era la excitación corporal.
Que al pagar directamente llevabas el control en todo momento y que al terminar el tiempo estipulado pasa de ser mi ama dominante (esto de dominante es una redundancia, ya que si es Ama obligatoriamente ha de ser dominante) y estricta, a ser la "colega" de farras. Al final de esa sesión te das cuenta que todo ha sido muy mecánico, esto va a ir así y lo otro de la otra manera.
No es que esté recriminando que haya amas profesionales, sino que debemos saber que la auténtica Dominación es algo totalmente diferente, alejado de mazmorras, de pisos adecuados con cruces de San Andrés, potros y toda la parafernalia DomFem.
La verdadera Dominación no son fustas (aunque tampoco estén protocolariamente prohibidas), castigos gratuitos o trajes de cuero, sino que la persona domina por su carácter dominante, por lo que los sumisos sentimos y necesitamos expresar con esa sumisión uniéndose a la entrega y a la dominación.
La Dominación es esa que se demuestra cada día al entregarte a esa persona, paseando con ella, y das muestras (que posiblemente sólo Ella reconozca) de esa sumisión.
Un gesto tan natural y cotidiano que nadie repara en él como abrirle la puerta para entrar en una cafetería puede estar cargado de sumisión, y que entre ambos se muestra en ese momento todo ese mundo de sensaciones y sentimientos.
Al final lo único que queda es que tipo de sensaciones, dolor psíquico y físico pueden tener al aplicar uno u otro juego que con el paso del tiempo me ha servido en mis experiencias posteriores, al aplicarlas conociendo que sensaciones producen.
Continuara......
El Muro