En el post que escribí como castigo impuesto por Él, como resultado del último día fatídico que tuve y en el que publiqué antes de irme a reflexionar durante mis días de playa, mis mayores miedos son la absoluta oscuridad estando sola en el lugar en el que me halle, la basta y vacía soledad y por encima de todo, que Él me abandone por no conseguir en algún momento, ser merecedora de todo su orgullo.
Pues bien, para que el último punto no suceda jamás, creo saber qué pasos he de dar, porque Él me ha sabido guiar hasta donde me encuentro hoy, mas para mi mayor consuelo, Él me prometió que jamás me dejaría.
Para conseguir superar el primer punto descrito, Él me pidió que fuera bajando la persiana día a día, poco a poco, relajándome en la cama.
Lo comencé a realizar desde mi regreso a casa hasta ahora y como se puede ver en las fotos, he pasado de dormir prácticamente con la persiana completamente subida, a poder hacerlo casi a oscuras.
Es un gran resultado, ¿verdad?.
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Sentía la necesidad de compartir con todos vosotros, otra satisfacción adquirida.
El Muro