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  • Image 01

    Tener fe en tu Dominante conlleva no tener miedo

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    Mi primer sometido es mi control, siempre está a mi servicio

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    Manejar el silencio es más difícil que manejar el látigo

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    Mi alma necesita tanto mimo como mi cuerpo castigo

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    Después de una sesión, la mano que te domina te debe acariciar

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    El precio de Dominar es la responsabilidad

Al servicio del amor de blog de Janius

Sabes que me gustan tus sorpresas. Me seducen tus maneras creativas de servirme. Esa libertad para crear es la única que deseas conservar, para entregarte a mí, hacer realidad tus nuevas fantasías, ser plenamente tu misma. Esa liberación aliento y acompaño, la de la hembra que sale del capullo y brilla en todo su esplendor, orgullosa de pertenecer, abrazada con cariño a las piernas de su Amo.
Antes de que salga, besas mis labios, mi pecho, mi abdomen. Tus rodillas tocan el piso y la cascada de bucles morenos cae a ambos lados de tu boca apasionada. A mi regreso, tras los minutos acordados, me recibes cual sexy mucama, ataviada solo con tu piel, tu collar, tu delantal, tus zapatos, tu sonrisa. Te ves feliz de ser mía y ser sumisa.
Luces irresistible en tus formas, tus movimientos, tu manera de girar despacio, insinuante, mientras supuestamente pasas el plumero. Mi miembro siempre dice la verdad. Tras aproximarme por detrás, mis manos toman tu cintura. Beso tu cuello, te susurro algo al oído. Obediente, te inclinas, abres tus piernas y pones tu sexo a mi disposición. Mis manos toman cuanto me pertenece. Sienten la firmeza de tus nalgas y le dan unas palmadas. Suben y bajan por dentro y por fuera de tus muslos. Tu sexo húmedo sabe que se acercarán poco a poco.
Los dedos acechan desde el monte de Venus y desde el perineo. Dedos como tentáculos maniobran hábilmente sobre tu clítoris, acarician tus labios mayores y menores, entran en tu vagina mientras tus gemidos escapan, irreprimibles.
Tu delantal cae. Mis manos sostienen tus muñecas a la espalda. Mi miembro te penetra un par de veces. Quieres más y sabes que lo tendrás. Sientes cerrarse las esposas tapizadas en tonos de leopardo. Al girarte frente a mí, ves la excitación en mis ojos. Toda la pasión que sabes despertar en tu Amo es y será solo tuya, pasión cautiva del encanto de tu sumisión. Penetrando en ti, te la doy toda…toda…toda.
Al soltarte y abrazarnos sobre el sofá, tu cabeza descansa sobre mi pecho. Mis brazos te rodean suavemente. A dos metros, sobre una mesa, están nuestros anillos. Son bellos símbolos, pero los lazos íntimos que nos unen son aun más fuertes.



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por Janius
Agregado Jul 6 '13

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