sueños
Desnudar sin tocar, el alma, esa que una protege tanto que al ser descubierta que tiene miedo y por eso huye y corre para refugiarse.
Que muchas veces es domada por el deseo de oler, tocar, morder y hasta arañar. Busca orgasmos interminables y deliciosos que la dejen rendida, deleitandose en el dominio que hace lo fácil complicado y espera de nuevo a que esa magia casi erótica se vuelva a repetir. Volviendose sumisa ante su amo