¨Susan¨
Mi
socio Daniel me ha llamado esta noche para pedirme un favor, otro mas...
El caso
es que su hija llega mañana viernes a Madrid, él tiene una reunión importante y
quiere que sea yo quien vaya a recogerla al aeropuerto.
¿Yo?
pero si hasta anoche no sabia ni que él tenia una ¡hija! (En vez de llamarse Daniel
Acedo le vendría mejor “Daniel Misterios”)
Por lo
visto su difunta esposa a la que yo no conocí pues cuando hicimos nuestra sociedad,
Daniel había enviudado recientemente y dadas las circunstancias no quise
preguntarle nada al respecto. Lo que nunca supe es que esa señora había sido
madre soltera hasta que se caso con Daniel, el cual adopto a la cría (según me
explico cuando le dije por teléfono mi desconocimiento sobre que tuviera una
hija).
Una vez
acepte pasar a recogerla me dijo que se llamaba Susan Acedo Baldwin.
- ¿Baldwin?
Daniel… ¿y ese apellido?
- Si
Leo, mi mujer y toda su familia son de Irlanda del Norte.
Cuando
mi mujer falleció entre en una profunda depresión, por eso decidí volver a
España y me embarque en montar esta empresa en la que tu y yo somos los socios
mayoritarios, necesitaba trabajar para mantener mi mente ocupada. Deje a mi
hija a cargo de la familia de mi mujer, pues cuando me vine ella aun era menor
de edad, estaba acostumbrada a Irlanda, nació y creció allí, en una aldea que
es un verdadero paraíso de la naturaleza, no imaginaba ningún sitio mejor que
ese para que ella se recuperara de la falta de su madre, pensé que esa opción
era mucho mejor que arrancarla de su entorno y familia materna para traérmela a
un país extranjero, aunque habla español
perfectamente se que en esos momentos no se habría adaptado a la vida y el
ajetreo de Madrid, además yo no estaba bien psicológicamente y no tenia ni
cabeza ni ánimos para cuidar de una adolescente (apenas era capaz de cuidar de
mi mismo).
El
contacto a sido muy fluido entre nosotros por videoconferencia, etc… y siempre
me he ocupado económicamente de ella, pero hace muchos años que no la veo, no
he sido capaz de volver a Irlanda (demasiados recuerdos) y ahora a sido ella
quien me ha pedido venir a España a pasar unos meses aquí conmigo, tengo la
esperanza de que le guste y se adapte bien, de ser así igual habría posibilidad
de que se quedase a vivir aquí. Nada me haría mas feliz que eso, pero no se… a
pesar de tener ya 25 años es muy inocente, aunque eso si… como buena irlandesa
es rebelde y tiene muchísimo carácter, cuando hablo por teléfono con su abuela
la pobre mujer siempre me dice que es igual de cabezota y testaruda como era su
madre.
En fin
amigo Leo que por todo esto que te he contado y por la confianza que tengo en
ti, quiero que seas tu quien vaya a recogerla, después si no te importa llévala
a tu casa y quédate con ella hasta que yo pueda pasar a la noche por allí, no
quiero que su primer día en España lo pase esperándome en la cafetería de la
empresa o en casa sola.
Por
cierto su vuelo llega a las 11:00 de la mañana.
Leo con
esto te debo un favor enorme amigo mío, buscare la forma de agradecértelo como
mereces. Te dejo descansar ya, nos vemos mañana por la noche en tu casa ¡ahhh y
cuida de mi pequeña hasta entonces!
- Si hombre
queda tranquilo. Por que eres tu y te considero como un hermano que si no anda
que iba hacer yo de niñera….
Viernes 10:30 de la mañana.
Aeropuerto de Barajas.
Pues
nada aquí estoy en la terminal 4 cartelito en mano con el nombre de “Susan
Acedo Baldwin” inscrito en el, no me puedo creer que haya accedido a esto… no
es que hoy tuviera nada importante que hacer, mi cargo en la empresa es de
director de marketing y los viernes ya tenemos planificado y hecho casi todo
los proyectos de la semana con lo cual puedo tomarme el día libre con toda
tranquilidad, pero vamos de ahí a perder el tiempo haciendo de chofer y niñera…
me parece ridículo y absurdo, en fin mejor no pensarlo mas, total ya no hay
remedio.
Por
megafonía anuncian la llegada del vuelo procedente de Belfast, Irlanda del
Norte miro el reloj, las 10:56 h. Vaya menos mal que
llega puntual, no me apetece nada estar dando vueltas con el dichoso cartelito
por el aeropuerto.
Me
dirijo a la zona por la que saldrán los viajeros y espero…
A los
pocos minutos empieza a salir gente y yo saco el cartelito de forma visible
(quiero terminar con esto cuanto antes e irme ya de aquí). Por mi espalda oigo
una voz masculina que me llama.
-
Leonardo, Leooo…
Me giro
y veo a Javier un cliente de nuestra compañía (vaya hombre solo me faltaba que
me vieran aquí en esta situación) escondí el odioso cartelito tras mi espalda
de forma que solo lo pudieran ver los viajeros que llegaban, tiendo la mano y
me dispongo a saludarle.
- ¡Hombre
Javier! me alegro de verte ¿sales de viaje?
- Hola
Leo, pues si salgo dentro de media hora para Ginebra, tengo unos asuntos que
solventar allí pero te vi pasar de lejos antes y he querido venir a saludarte.
Oye
dile a Daniel que sigo interesado en el proyecto que hablamos, siempre y cuando
rebajéis un poco el precio. De todas formas cuando regrese de mi viaje pasare a
veros y lo discutimos con calma.
¿Y tu
que haces aquí Leo, llegas de viaje?
- Pues…
no. No llego de ningún sitio, mas bien…
Justo
en ese momento siento unos dedos dándome “toquecitos” en la espalda, giro sobre
mi mismo 180 grados y me quedo paralizado. Veo a una diosa de cabellos rojo fuego,
piel anacarada, labios rojos carnosos como un fresón y ojos de un azul profundo
como el océano. Alta y de figura esbelta, caderas definidas y bien
proporcionadas, cintura de avispa y unos generosos pechos firmes apuntando
hacia mi.
A forma
de flash cruzaron por mi cabeza las palabras de Daniel… “a pesar de su edad es
muy inocente” ¿¡Inocente!? ¡Por todos los santos… esta mujer esta echa para el
pecado! Y yo soy un diablo al que le encanta pecar.
Aun
sumido entre pensamientos en los que me veo encadenando y paseando mi fusta por
la piel aterciopelada del ángel que tengo ante mí, oigo su voz que me dice…
-
Disculpe señor, soy yo
- ¿Qué,
como dice?
- Yo…
soy Susan Acedo Baldwin, mi nombre esta escrito en su cartel. ¿Dónde esta mi
padre?
De
vuelta a la realidad recuerdo que Javier sigue ahí, lo miro y le digo que ya
hablaremos cuando regrese despidiendome de él para seguir con lo mío.
- Esto…
lo siento señorita su padre muy a su pesar no a podido venir, tenia una reunión
de vital importancia para la empresa.
Yo soy
Leonardo Guzmán, socio y gran amigo de su padre, créame que será un placer
hacer de chofer y guía turístico suyo de camino a casa
-
Encantada Leonardo, pero por favor tutéeme, si es amigo de mi padre también lo
considero mío, será mi primer amigo español jajaja
- De
acuerdo siendo así llámame Leo, Leonardo es solo para formalismos. Vamos por tu
equipaje, espero que no hayas traído demasiado
-
Jajaja ¿Qué no? vas alucinar…
Cogí el
maletín del portátil que llevaba en la mano y nos dirigimos hacia la zona de
recogida de equipaje deseando salir cuanto antes del abarrotado aeropuerto. Me
queda por delante todo un interesante día, el cual voy a alargar y aprovechar
todo lo posible…
¡ Era cierto que iba alucinar ! ¿Pero que trae
esta chica? Creo haber contado hasta 8 maletas…
Salimos
del aeropuerto y nos adentramos en la ciudad, su cabeza no para de girar de un
lado a otro, con los ojos muy abiertos y también su boca….hummm esa boca!
¿Pero no
hay árboles en tu ciudad ? todo es cemento.. y qué hormiguero! -La gente va de
un lado para otro, muchos coches, muchos edificios.. -creo que no me gustaría
vivir aquí.
-Necesito
mi bolsa marrón, ¿la dejaste en el maletero?
-No,
está en el asiento de atrás
De
repente se desabrocha el cinturón y girando todo su cuerpo, con un movimiento
decidido, empieza a rebuscar entre las maletas que dejé en la parte trasera.
¿Quieres
que pare el coche ?
-No, no
es necesario, ya casi lo tengo.
¡ Dios !
en esa postura deja al descubierto todo el esplendor de sus nalgas, incluso me
ha parecido ver parte de sus braguitas, no quiero mirar, no debo...
-¿Fumas?
(ofreciéndome un cigarrillo)
-No, y
te agradecería que tú tampoco lo hicieses, en el coche no dejo fumar a nadie.
-¡A sus
ordenes señor! Jajaja (guardando el
cigarrilo en el paquete)
-Gracias
(esbozando una sonrisa) (humm, es la segunda vez que me llama señor, me gusta)
-¿Estás
casado?
-No
¿Tienes
novia?
-No
-¿Eres
gay? Jajaja
-No, no
lo soy, y ¿por qué esa risa? ¿Tienes algo en contra de ellos?
-Para
nada, disculpa si te he molestado, es solo que me parece extraño que no estés
con nadie.
-¿Extraño?
-Si, a
ver, quiero decir que estás bastante bien, me pareces…interesante
-¿Debo
de tomarlo como un cumplido? ¿interesante? Jajaja
-Bueno,
entonces, ¿estás saliendo con alguien? ¿Tienes pareja?
-No, hace
un año que se rompió mi última relación y desde entonces mi trabajo me mantiene
demasiado ocupado.
-No me
creo que no hayas salido con nadie, ni que te hayas interesado por alguna chica
en todo ese tiempo.
-Pues
es así, lo creas o no, en ningún momento me he planteado tener una relación y
menos aún una relación vainilla … (upss..)
-¿Vainilla?
¿Eso qué es?
(puff… ¿y
ahora qué?)
-Quiero
decir, convencional ( ufff ..no sé, no sé..)
-¿Convencional?
No entiendo
Así
fue como llegó la hija de “Daniel Misterios” a mi casa y a mi vida. Yo mismo le
abrí las puertas como un favor a mi amigo. El resto fue tan natural como la
química de la atracción mutua, como la gravitación compartida y enfrentada de
un planeta y su luna. Sin embargo, me estoy adelantando. No sabía exactamente
cuál era el favor. No me creía eso de la joven inocente de una aldea
maravillosa. ¡Joder, si venía de un lugar históricamente marcado por la
violencia, con conexión a internet y por tanto al mundo! En los minutos
siguientes al interrogatorio ella jugueteaba con su teléfono celular, leyendo y
escribiendo quién sabe qué o a quién. Susan tenía tanto de inocente como yo de
torero. ¿Qué historia oscura podría tener Daniel en aquella región? ¿No volvió
nunca sólo por la depresión? Me tranquilizaba pensar que al venir de un
aeropuerto, estaba comprobado que no traía con ella nada ilegal o peligroso,
excepto cuanto trajera en su alma, un sitio difícil de sondear.
Susan,
la yegua de Troya. Irresistible como para no dejarla entrar en mi casa.
Misteriosa y desafiante como para no fantasear con domarla. Por un momento pasó
por mi mente la imagen de su cuerpo desnudo, con unas pequeñas pinzas en los
pezones y una cadena uniéndolas. Con una mueca contenida de dolor y a la vez
excitación, y por considerarla “prohibida”, más atractiva todavía. Debió de
manifestarse físicamente mi excitación, porque ella sonrió, mientras apoyaba
una mano sobre mi pierna derecha, y casi pude adivinar que había mirado hacia
mi entrepierna. Con un leve roce de esa mano sobre la pierna logró encender aun
más el fuego. Ya no me quedaba nada que disimular. Su mano siguió hacia el
cierre de mi pantalón, lo bajó despacio, dejó salir mi vigor en toda su
extensión mientras acariciaba suavemente con sus dedos y apoyaba el borde de
sus uñas.
Yo
no podía quitar las manos del volante, ni desviar la vista, ni pensaba decirle
que se detuviera. Había sido tomado por sorpresa, en desventaja. Estaba
arriesgando la vida y la posibilidad de ser descubierto rompiendo una docena de
leyes, pero sentía plenamente cada segundo que pasaba como si el tiempo se
volviera más lento y mucho más intenso.
Tan
pronto pude parar en un semáforo, la miré sin darle el gusto de perder el
control, el ánimo o la confianza.
-Debes
tener cuidado con lo que deseas, Susan, pues puede que lo consigas. Ahora,
vuelve a cerrar mi pantalón como una chica obediente.
-Si
señor.- sonrió ella. Para ese momento yo estaba en todo sentido calmado y le
fue más fácil hacerlo.- Acabo de descubrir que yo tampoco me considero
vainilla- agregó.
-¿Que
dices?
-Lo
busqué recién en Google, con mi celular...”relación vainilla”, como dijiste, lo
cual me condujo a “bdsm”, lo cual me condujo a...una más interesante manera de verte,
mi nuevo amigo.
-Susan...¿qué
voy a hacer contigo?
-Estoy
segura de que algo se te ocurrirá. Cuéntame más sobre ese “bdsm”, o mejor aún,
enséname. Mi aldea no tenía esas cosas. Soy una alumna muy aplicada.
-Ya
estamos por llegar. Primero báñate, luego no te apresures en ponerte nada. Ya
veremos si eres aplicada para aprender un par de cosas. Tenemos todo el día.