Megan
Maxwell, la mujer que todo lo puede, deja por un rato sus chick-lit a un lado y
pone toda la carne en el asador trayendo una novela erótica que, aunque a
simple vista encontréis parecida a 50S -y aunque contenga elementos que son
hermanos gemelos (tema e-mails, por decir algo)-, no tiene nada que ver.
Pero
nada de nada que ver.