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    Tener fe en tu Dominante conlleva no tener miedo

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    Mi primer sometido es mi control, siempre está a mi servicio

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    Manejar el silencio es más difícil que manejar el látigo

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    Mi alma necesita tanto mimo como mi cuerpo castigo

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    Después de una sesión, la mano que te domina te debe acariciar

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    El precio de Dominar es la responsabilidad

Las practicas BDSM mejoran las habilidades sociales: (Carolina Saracho) | Foro

Tema ubicación: Inicio del Foro » GENERAL » Charla General
ayla40
ayla40 Sep 27 '14

Según un estudio publicado por LiveScience, las personas que disfrutan de relaciones sexuales BDSM, son mas sanas psicológicamente, ¡Que tal!.


El estudio fue publicado por el Journal of sexual Medicine. Para hacerlo se encuestaron a 902 personas que mantienen practicas BDSM y a 434 ¨vainillas.


Cada persona lleno un cuestionario hablando sobre su personalidad, su estado físico, su vida en general, sus sentimientos ante el rechazo y el tipo de apego que tenían hacia sus relaciones sentimentales. Los participantes no conocían la finalidad del estudio.

Anteriormente se creía que el gusto por las practicas sexuales se derivaba de abusos infantiles, violaciones o desordenes mentales, pero esta encuesta revelo que las personas con gustos sadomasoquistas demostraban tener mejores habilidades en diferentes indicadores de salud mental.

Según la publicación que apareció en la agencia Reuters, los encuestados que practicaban el BDSM demostraran ser menos neuróticos, mas abiertos, menos sensibles negativamente al rechazo, mas seguros en sus relaciones sentimentales y con un buen estado general de salud.

Andreas Wismeijer, psicólogo de la universidad de Nyernrode Business en los Paises Bajos y director del estudio, aseguro que se debía a que estas personas están mas conscientes de su entorno y tienen mejores habilidades de comunicación sobre sus deseos sexuales.

Ademas, sostiene que han tenido que realizar un trabajo psicológico mayor para aceptar y vivir con deseos y practicas sexuales que se salen de los parámetros de lo normal en la sociedad.

Y bueno, aunque este estudio no representa el grueso de la población, si apoya la idea que tienen muchos médicos de quitar las practicas BDSM del catalogo de desordenes mentales.

Actualmente los fetiches BDSM, están catalogados como parafilias, es decir, preferencias sexuales inusuales en los seres humanos, y son "tratados" por médicos especialistas. Hay un movimiento en Europa que busca quitar las preferencias sexuales diferentes de esta lista, y el estudio que acabamos de publicar probablemente sirva para apoyar su caso.

Odin Administrador
Odin Sep 27 '14

 P A R A F I L I A   V S   B D S M . 

 

La verdad es que no son pocos los problemas originados por el hecho de relacionar un concepto con el  otro tanto dentro como fuera de nuestro colectivo. El principal manual de psicodiagnóstico en la actualidad, el DSM-IV, define de la siguiente manera a la parafilia: 

Las parafilias se caracterizan por impulsos sexuales intensos y recurrentes, fantasías o comportamientos que implican objetos, actividades o situaciones poco habituales. Estos trastornos producen malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo. Las parafilias incluyen el exhibicionismo, el fetichismo, el frotteurismo, la pedofilia, el masoquismo sexual, el sadismo sexual, el fetichismo transvestista, el voyeurismo, y la parafilia no especificada. 

Como puede apreciar el lector de este artículo el concepto de parafilia es algo estrictamente biológico y no social, se limita a describir y catalogar los comportamientos sexuales que se salen de la normalidad, entendiendo esta como el acto sexual necesario para engendrar a un ser humano y perpetuar la especie. Saber separar lo biológico de lo social es algo fundamental para entender cualquier tipo de sexualidad humana.  

Lo que entendemos como sexualidad biológica acabamos de describirla pero, ¿Qué es la sexualidad desde el punto de vista social?:  La capacidad o la libre elección para efectuar el acto sexual con o sin fines reproductivos, con una persona de nuestro agrado independientemente de su sexo de la forma o formas que ambos consideremos más placentero y de mutuo acuerdo. 

Dentro de la sexualidad social (acuñemos este término para diferenciar de la biológica) tienen cabida la homosexualidad, la heterosexualidad y otras conductas sexuales como las que el DSM-IV describe como parafilias siempre que sean consensuadas y cumplan unos requisitos de los que hablaremos más adelante. El grado de tolerancia y apertura a conductas sexuales que se salen de lo estrictamente biológico es directamente proporcional al de madurez de dicha sociedad y un claro ejemplo de esto es el hecho de que a finales del siglo XIX, en algunas sociedades se considerase pecado y una aberración mantener una relación sexual con una postura que no fuese la del misionero. Si se consideraba una aberración esto, que está dentro de la normalidad biológica, puede imaginarse el lector como se consideraban todas las demás opciones sexuales. 

El no saber diferenciar entre los dos tipos de sexualidad o desconocer directamente la sexualidad social, ha sido la causante no solo de la marginación de los practicantes de estas otras opciones sexuales sino que por un proceso que la antropología llama endoculturación (proceso mediante el cual, la generación más antigua transmite sus formas de pensar, conocimientos, costumbres y reglas a la generación más joven) esta marginación se va transmitiendo de generación en generación. Afortunadamente los prejuicios transmitidos endoculturalmente, van diluyéndose o suavizando por diversos motivos, entre ellos que el nivel de formación y cultura de las nuevas generaciones es mayor que el de las anteriores y este hecho, entre otros, produce una apertura mental que permite que la tolerancia social aumente no queriendo esto decir que una sociedad ya esté total y absolutamente receptiva a estas otras opciones sexuales sino que  algunas de ellas van normalizándose ,(al menos de cara a la galería, otra cosa es lo que piense una persona interiormente) como es el caso de la homosexualidad. 

Este proceso de endoculturación, por los motivos que hemos descrito anteriormente, hace que  personas ajenas a nuestro colectivo relacionen el BDSM  con prácticas sexuales sado-masoquistas enfermizas como algo sobre lo que el practicante de dichas prácticas no tiene control y como una enfermedad mental, causando el rechazo por parte de la sociedad de nuestro colectivo y haciendo que la normalización de nuestra forma de vida esté todavía lejos de ser efectiva. 

En este punto me gustaría hacer una aclaración, hasta ahora el lector habrá observado que solo he enfocado el aspecto sexual del BDSM y quisiera aclarar que lo he hecho por el simple motivo de que es lo único que une el concepto de parafilia, sexualidad social y el propio BDSM. Pero como sabemos todos dentro de nuestro colectivo, el BDSM es un abanico muy amplio y  los integrantes de nuestro grupo tenemos muchas y muy diversas formas de entender esto, cada una muy válida y respetable y que van desde meras prácticas sexuales hasta una forma de vida. Teniendo en cuenta esto y también por transmisión de una generación a otra, cuando intentamos explicar a personas ajenas al BDSM que los que entendemos como una forma de vida lo que engloban dichas siglas somos partidarios del sometimiento voluntario de una persona a otra por una serie de motivos que todos conocemos, corremos el peligro de que nos tachen de machistas (incluso cuando les intentamos hacer ver que este sometimiento no tiene nada que ver con el género de una persona y que hay hombres que se someten a mujeres) y dictatoriales. 

Hasta ahora hemos hablado de personas ajenas a nuestro colectivo, pero, ¿Qué sucede cuando una persona no sabe que es Dominante o sumisa pero siente eso en su interior sin saber reconocerlo? En el peor de los casos que sienta tal conflicto interno por la educación recibida ,de la que hemos hablado con anterioridad y lo que siente en su interior, que acabe en la consulta de algún psiquiatra o psicólogo que lo trate como un parafílico en el primero de los casos, ya que los psiquiatras son médicos y estos tienen un concepto muy fisiológico de los problemas mentales o que intente reconducirlo socialmente en el caso del segundo porque dentro del colectivo laboral de los psicólogos ,como en todos, hay gente más profesional y menos profesional y también menos abiertos de mente (esto considero que es requisito imprescindible para ejercer dicha profesión) y menos. En el mejor de los casos, esta persona tras pasar por ese periplo o sin hacerlo, puede dar con un grupo de practicantes de BDSM que hagan que desaparezca este conflicto al dar una idea de normalidad al hacerle ver a esta persona que hay mas gente con su forma de entender esto y que eso no les impide llevar una vida normal. 

Acabamos de dar con un concepto clave en este momento, muchas personas dentro de nuestro colectivo se preguntan si por ejercer prácticas sexuales sadomasoquistas son parafilicos o no, otros, los menos,( ya que una vez elegida esta opción de vida, dichas personas es más probable que dejen de plantearse estas cuestiones), si por ejercer dominio sobre alguien o verse sometido a dicho dominio son dictatoriales e intransigentes los primeros o minusválidos emocionales los segundos. A ellos les dirijo una serie de preguntas orientativas para que salgan de esa duda: 

-¿El efectuar dichas prácticas le impide llevar una vida normal entendiendo por normal que pueda trabajar, dedicar tiempo a su familia y amigos y a disfrutar de sus hobbys? -¿Le impide ser feliz o que sean felices sus personas queridas? 

Si la respuesta a dichas preguntas es no, usted es una persona total y absolutamente normal que ha elegido una opción sexual y de vida tan válida como otra cualquiera. Si la respuesta es si, póngase en contacto con un profesional de nuestro colectivo a través de este. Dentro del BDSM hay personas de muchos ámbitos sociales y profesiones, entre ellas la psicología y estoy seguro de que podrán ayudarle a enfocar esto de la mejor manera posible. 

 

Por: Tanque_72.     Publicado en el nº 1 de Cuadernos BDSM

jessika
jessika Sep 28 '14
Está claro que esconder la inclinación Dominante o sumisa, puede tener más efectos negativos, que otra cosa. Dejar salir los sentimientos y vivirlos con libertad siempre será sinónimo de plenitud y salud mental. Vivir escondiendo lo que uno es, solo puede conducirnos a la frustración. El BDSM no va a curarnos nada, eso es cierto, pero creo que puede ayudarte a crecer en muchos aspectos, ganar en seguridad, humildad, fortaleza, tolerancia, felicidad, altruismo... y un largo etc. 


Es alentador que se valla modificando el DSM, todo debe evolucionar y avanzar. Hasta hace poco tiempo creo que la transexualidad era considerada enfermedad mental, e incluso, en su momento, hace siglos, la propia masturbación era considerada parafilia. La sociedad avanza, despacio pero seguro. 

Zain
Zain Ene 19 '15
Que nos consideren como parafílicos es mejor que el hecho de que nos crean unos monstruos depravados antinaturales, desde luego, pero tampoco es suficiente. No creo que esto sea una parafilia, tampoco es un mera modalidad sexual más, bajo el BDSM late una pulsión profunda, la de las personas qe se ven seducidas por algo oscuro de si mismas, algo que a la vez es liberador y sanador. No se trata de un mero juego de látigos y fustas. Ése es el problema: qe los vainilla se quedan con lo estético, con lo epidérmico, con el cuero y los enemas, cuando esto es -al menos para mi- la expresión sincera de una necesidad de poseer y ser poseído más allá de los límites la razón. Nosotros sentimos más, de forma mucho más intensa, y reclamamos más, siempre más, LO RECLAMAMOS TODO. ¿¿Es eso malo??


Conozco gente que lleva un estilo de vida acorde al BDSM dentro de una relación de pareja sana y consensuada, y sus vidas no se ven alteradas en lo más mínimo. De hecho, alguien ajeno a nuestra comunidad muy probablemente sería incapaz de identificarles de entre otras parejas convencionales. Yo mismo he tenido relaciones estables con gente de nuestra comunidad, y estoy seguro de que entre vosotros hay muchas de ellas. Todos tenemos amigos, trabajamos, cidamos de los nuestros...no somos peores que los demás, y sin embargo tenemos que escondernos.  Esa es una cosa que debería preocuparnos a todos: la protección de nuestros derechos jurídicos como parejas BDSM. Estoy pensando por ejemplo en la eventualidad de tener que acudir a urgencias por algún accidente dentro de una sesión, y las consecuencias a las que el miembro no dañado puede enfrentarse. También pienso en las denuncias bienintencionadas de los vecinos, y en las peor intencionadas recomendaciones hacia la sumisa -lo digo así porque así lo he vivido, como dominante varón- de amigas, familiares y vecinas: "tú no lo ves, pero lo que él hace es maltratarte". 
  También pienso en años atrás, cuando también existía la dificultad de que las parejas BDSM que no estaban casadas podían tener problemas a la hora de testar entre si, hoy gracias a la Ley de Uniones de hecho eso es historia -si nadie me advierte de lo contrario-.      Lo que en definitiva quiero decir es que para la sociedad va a ser muy dificil aceptar que alguien decida someterse voluntariamente a otra persona, ya que uno de los cimientos de la sociedad occidental es la igualdad entre sus miembros, pero quizás nosotros, como comunidad, deberíamos tratar de explicar esta forma de vida. Sé que ya se vienen haciendo esfuerzos en este sentido desde hace años,pero no podemos desfallecer en el empeño.
  También sé que las fronteras son muy difusas, y como Dominante me preocupan las sumisas que acaban de reconocer su vocación. Me preocupa que sean usadas y maltratadas por malos Amos que no merecen tal nombre porque simplemente no lo son. Sólo son neuróticos pajilleros que abúsan de la belleza de la entrega de una mujer que ansía encontrar su punto de equilibrio. Es quizás lo que más me preocupa: que se abúse de la inocencia y la verdad. Y quiero apuntar que me siento orgulloso de que en este Palacio se las proteja.        Desgraciadamente, seguimos siendo un taboo, y a muchos de nosotros nos va a resultar muy dificil salir del armario para defender públicamente esta forma de vida. Las repercusiones laborales, sociales y familiares son importantes. Siento la sensación de estar viviendo el movimiento de emancipación gay de los años 70. Sólo deseo de todo corazón que nosotros también podamos vivir en paz nuestra vida.



 Disculpad por la chapa y Ayla40...gracias.

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