Decadencia y renacimiento
…”Me miré en el espejo sabiendo que mi alma estaba del
otro lado, no quise cerrar los ojos, deseaba crecer, ansiaba estar con ella,
pero los pedazos de mí, intentaban recomponerse, pequeños, pero lo
suficientemente grandes para hacerme daño. Aun así, mi voluntad, mi esfuerzo y
la persistencia, logrará alzarme”…
…La
Confianza…
Cuando estás rodeado de serpientes, el camino es más
penumbroso, no es fácil realizar una distinción clara y estás asustada y
desvalida. Necesitas acciones claras para escapar de esa situación complicada,
pero temes avanzar sabiendo que una u otra puede clavar su mandíbula sobre ti.
No dejan de mirarte y tus ojos no se apartan de ellas, esperando cualquier
reacción. Inmóvil, silenciada, con la sangre caliente de tanto bombear y el
cerebro bloqueado, esperas y esperas….
La confianza es primordial en este mundo, debes
situarte de espaldas a la persona elegida, cerrar los ojos y dejarte caer hacia
atrás, esperando que sus manos te recojan. Ese tipo de acción es peligrosa
cuando no tienes experiencia y eres débil ante cualquiera. Debes recordar quien
eres, debes recordar quien es él y cuál es la función de los dos. Hay que
arriesgar en todos los sentidos, puede que tu instinto esté de acuerdo y
¡cuando decides lanzarte, él no te
recoja! Entonces eres consciente que te has equivocado y que esa persona no era
la adecuada. Tu cuerpo está dolorido física y mentalmente debido al duro golpe.
Al principio no puedes reaccionar, pero sabes que no puedes estar en el suelo a
pesar de las magulladuras, intentas recomponerte sin perder la compostura,
visualizando su fría mirada, sintiendo su irónica sonrisa sobre ti, percibiendo
que te ha utilizado. Con el orgullo malherido, triste, sin poder apenas
articular palabra y con deseos únicos de sollozar, te levantas, caminando
despacio y cerrando la puerta a tu salida.
Una vez pasado el umbral, sin entender el por qué, tus
piernas te ayudan a correr con fuerza para salir inmediatamente de ese lugar.
No quieres pensar, pero tu mente ajena a ti, te perturba constantemente con
todo lo que ha sucedido. En ese momento te sientes frágil, como una bailarina
de porcelana, que gira alrededor, cuando se le da cuerda. Tu disociada mente te
mortifica haciéndote saber que ya te lo había advertido, y aunque intentas
apartarla, sigue ahí acechándote.
A medida que el tiempo transcurre vas recuperando la
cordura, pero en los días previos, tus pequeñas piezas quebradizas no pueden
recomponerse, y no cesan tus oscuros pensamientos respecto a lo que ha pasado.
No llegas a comprender lo sucedido y tus constantes pensamientos destructivos
sobre aquella persona en la que tú creíste y brindaste para entregarle tu alma,
te ha herido.
En la decadencia, los sueños son más profundos, más
inestables, puedes sentirte perdida y sola, sintiendo tu mente como le reclama
en silencio, pero como un mago que extrae un conejo de su chistera, renaces y
gritas ” ahora puedo sentirme mejor y es gracias a ti”.
Pobre chica delicada y desvalida, su inestable solitud
la hace vulnerable. No sabe reaccionar, no sabe reír, no sabe llorar. Se
encuentra en un mar de sensaciones, perdida, abandonada, sola. Su angustia no
la deja respirar, ¿podrá exhalar una burbuja de aire? ¿Podrá cambiar su
dirección? No hay tiempo para retroceder, no hay tiempo para pensar, su corta
vida está reducida a cenizas. ¿Podrá creer en otra alma más?
Su mochila está llena de sueños rotos, personas
desaparecidas, lugares recónditos, pero
en ese preciso momento ya ha perdido su identidad. En la oscuridad sin ningún
factor externo, se siente ella misma, se siente libre. Puede mostrar quien es
en realidad, sin disfraces, sin ninguna indumentaria, desnuda ante su alma. Ya
no puede volver a casa, no encuentra esa calidez ya no es su lugar, y su
corazón está demasiado frío para reaccionar. Intenta llamar a alguien, necesita
que la vean, pero su voz débil, no alcanza el oído de nadie, ¿podrá seguir de
pie? ¿Podrá conocer otro sentimiento? ¿Alguien le mostrará otro camino? ¿Será
otra heroína más?
La experiencia marca tu nivel de resistencia, tanto en
los triunfos como en las derrotas. A
menudo, después de una gran decepción, pasado el período correspondiente,
vuelves a alzar la cabeza. Las metas y los objetivos cambian y tu capacidad
instantánea te ayuda a visualizar con perspectiva y a abarcar nuevos
horizontes. Entonces te sientes mejor y vuelves a tener la fortaleza para
nuevas conquistas.
RENACER...
Corrí hacia ti, con los ojos vendados, con la piel
sensible y con el alma entregada, guiada por ti.
Cuando la espuma del mar va perdiendo su fuerza, la
intensidad del oleaje se disipa en la orilla descuidando su briosa compostura y
cada brazo ondulante que ejerce el mismo movimiento, realizando idéntico
recorrido, no vuelve a ser el mismo, todo es diferente...
A pesar de los días nublados, que ejercen más presión
sobre tu desvanecida mente, hay recodos donde los rayos del sol, van penetrando
pudiendo atravesar la frondosa niebla.
Entonces existe
un día insospechado, donde los sombríos y dañinos recuerdos, se evaporan infundidas por la calidez, el
respeto, la atención y la amistad. Pero hay una fecha indeterminada que tu alma
se envuelve de ilusión, de emoción, de esperanza y de deseo, y te das cuenta
que existe una persona afín, que es
capaz de convertir tu corazón en fuego y de hacer arder la sangre por tus
venas. Su nueva savia ha penetrado tu piel recorriéndola pausadamente,
proporcionándote sensaciones jamás vividas, marcándote de cerca hasta llegar a
tu mente, donde su fuerza nubla la cordura. Esa descarga imperceptible, si es
compartida, no puede detenerse, no puede alejarse, queda imantada. Ese día percibes
que es él el elegido, el que te ayudará a crecer, el que entregarás tu más
preciada riqueza.
Los días se fusionan con las noches y tu mente
aliviada, recita su nombre constantemente. Las conversaciones mantenidas día a
día son musitadas como dulces melodías. Te aferras a sus notas, como propiedad
privada, recitándolas asiduamente hasta que tu piel, sensible, denota sus
impulsos a tu entendimiento, dejando su firma.
¿Quién dijo que después de la tempestad aparecería la
luz? ¿Hay poeta que pueda revelar una composición menos complicada?
Yo soy tú y tú eres yo....