Confianza,aquella palabra que todos usamos con un cierto miedo. Miedo a confiar en exceso,miedo a sentir que no se confia en nadie,miedo a confiar en esa persona indecuada.Ese miedo a que todos nos invade en algún momento y hace dudar,esa sensacion que se va disipando poco a poco mientras sientes que esa persona te llena mas allá que un físico,su carácter,su forma de mirar,su forma de pensar y la capacidad de sin casi querer la capacidad de hacerte sentir la persona mas especial.
Esa felicidad que lleva a una entrega,a sentir que esa persona navega en tu cuerpo y mente,que aprende a sacar el mayor partido de tu cuerpo,que sabe estremecer cada poro de tu piel simplemente entrando en la misma estancia,la sensacion de que sabrá navegar entre tus límites,superandolos y abrordandolos con la perfeccion de la persona que conoce todo de ti,del que sabe solo mirándote a los ojos,que deseas,que piensas,que quieres,como lo quieres y de la forma que quieres.
Confianza,esa palabra tan temida y tan deseada,la palabra que le da sentido a una entrega total,la palabra por la cual dos personas independientemente de su rol,se hacen una,avanzan y crecen juntos.
Confianza a ti te hablo,que miedo das,pero cuanto merece la pena luchar por conseguirte
Si guardo en su puesto la cabeza tranquila,
Cuando todo a mi lado es cabeza perdida.
Si tengo en mi mismo una fe que me niegan….
Y no desprecio nunca las dudas que ellos tengan.
Si espero en mi sitio sin fatiga en la espera…
Si engañado…no engaño.
Si no busco más odio, que el odio que me tengan.
Si soy yo mismo y no finjo ser mejor de lo que soy.
Si al hablar no exagero lo que se…y quiero.
Si sueño…y esos sueños no me hacen su esclavo.
Si pienso…y rechazo lo que pienso en vano.
Si tropiezo en el triunfo…
Si llega mi derrota…
Si a los impostores los trato de igual forma.
Si logro que se sepa la verdad que he contado…
a pesar del sofisma del orbe encanallado.
Si vuelvo al comienzo de la obra perdida…
aunque esta obra sea la de toda mi vida.
Si arriesgo en un golpe y lleno de alegría, las ganancias a la suerte de un día…..
Y pierdo….
Y me lanzo de nuevo a la pelea…
sin decir nada a nadie de lo que es…o lo que era.
Si logro que mis nervios y el corazón me asistan…
Aun después de su huida de mi cuerpo en fatiga.
Y se agarren conmigo cuando no quede nada.
Porque así lo deseo.
Y lo quiero…
Y mando en mi vida en esas decisiones…
Pues mando.
Si hablo con la gente…pero guardo mis ideas.
Si marcho junto a reyes…pero sigo siendo yo con mi paso y
mi luz.
Si nada que me hiera logra hacerme una herida.
Si muchos me reclaman…y ninguno me precisa.
Todo lo que viva será de mi dominio.
Y mucho más aun…
Seré yo.
Con sueños…y sin prisas....
YO
Versión libre de un poema cantado de Nati Mistral.
No quiero imaginarlo... quiero saber como se siente que un beso me acaricie el alma y me hormigueen los pies... Quiero entregarme y en sus brazos caer de rodillas, liberarme de las ataduras de tomar decisiones en la intimidad, cederle el control, el poder sobre todo mi ser. Ver en su mirada que le complace lo que ve... ami.
Te quiero y quiero que no sea algo superficial... Ya encontraré la manera de "atarlo" a mi... Puedo parecer posesiva... Puede ser que él lea esto y no le parezca bien que quiera hacerlo mío de alguna forma... Puede que no sea apropiado que piense de esas forma de Mi Señor, después de todo él decide la mejor forma de tratar con cualquier situación... pero siento que, al igual que me quiero entregar a mi Amo, mi Señor... Que le estoy entregando todo lo que soy, él también tendrá que hacerlo... (y no con esto estoy queriendo ser atrevida ni ordenando nada) Solo por el hecho de que para que llegue a ese estado de entrega hacia él me hará sentir que valgo la pena, que soy preciada para él, que me quiere a mi, que es posesivo conmigo.¿Puede acaso un hombre permanecer inmutable, alejar su corazón y separarlo de su cabeza? Los Dominantes y Amos no son máquinas. Como personas de carne y hueso se enamoran... ¿Es acaso un error querer ver y sentir a Mi Señor que a través de sus ordenes se está entregando a mi también? Lo dejaré moldearme a su gusto, con sus manos, sus palabras y su voz, seré solo suya porque no permitirá que se me pase por la cabeza ser de otro... aunque nunca llegaría a pensarlo, ¡Ni en sueños! ya que para cuando llegase ese momento ya tendría todo el poder de mi mente, alma y corazón... ojalá sepa demostrarle lo importante que es para mi.
No quiero imaginarlo, quiero saber como se siente... Con usted mi futuro Señor.
Voy a mostrar a continuación algunos hechos de los que considero que no todos los Dom/Amos forman parte. Por suerte.
En primer lugar debo decir que no tengo experiencias reales en BDSM por ello llevo mucho tiempo pensando que por aquí no tengo ni voz ni voto. Gracias a un par de Dominantes con los que he tenido el placer de haber hablado últimamente, me han hecho ver que no por considerarme Sumisa soy inferior, que es lo que me han hecho ver hasta ahora. Sí, soy Sumisa, ¿Y qué? También tengo personalidad, también tengo voz, puedo opinar.
¡Juro que el próximo que me vuelva a decir que si no sigo el protocolo para dirigirme a él como Dom voy a decirle lo que pienso! Y ahí sí que me va a dar igual el protocolo... Y también me va a dar igual que me diga que soy una Perra mal educada (Que eso ya me parece más un insulto, todo sea dicho) No le estoy faltando el respeto a nadie por tratarlo de tú, estoy manteniendo una conversación con alguien que apenas conozco de dos días. Por supuesto que si tengo un Dominante alguna vez seguiré el protocolo y con mucho gusto ya que lo que quiero es complacerlo y entregarme a él...
Pero no nos equivoquemos. Soy yo la que decido con quién hacerlo y cuando. Nadie aqui tiene que venir a hacerme sentir inferior. Sinceramente creo que nadie aquí es superior ni inferior a nadie y por nada del mundo debe ningún Sumiso/a sentirse mal por un par de palabras de otros. Sin embargo a mí si que me han afectado.
También me gustaría mostrar mi opinión sobre algo: El BDSM ya que es una relación de dos o incluso de más cada uno lo lleva como quiera ya que es una cuestión de gustos. Por lo tanto la relación que queramos tener mi Amo y yo no va a ser igual a la de otros. Quizá y todo no queramos seguir tan a raja tabla el protocolo, a lo mejor a él le gusta mi rebeldía de vez en cuando, quizá a otros no y esto les parezca inadmisible. ¿Y si a mi me gusta que mi Amo me azote de vez en cuando? Ay gente que piensa que en toda sesión BDSM debe implicar dolor...
Lo que quiero decir es que en la diversidad está la diversión. Para gustos colores ¿no?
No entiendo entonces por qué hay Dom que sienten la necesidad de "sacarme de mi error" y hacerme pensar como ellos... No voy a cambiar de opinión solo por complacer a alguien con quien ni siquiera he intercambiado un saludo.
Quisiera ahora, que he terminado de expresarme por si alguien se ha sentido ofendido por lo que escribo. Y también quiero remarcar que todo lo que escribo es porque quiero compartir alguna que otra información o algún que otro poema que leo por internet, alguna reflexión de alguien que me parece interesante... o una mía como es el caso. Pero nunca con la intención de ofender ni de hacer sentir mal. Yo no hago nunca lo que no quisiera que me hicieran a mi.
-Buenas noches. -Dije a Mi Señor, mi pareja, el hombre de mi vida desde hace poco pero no por ello menos importante.
-Buenas noches. -Me respondió serio.
Me aplaudí por dentro ya que había conseguido lo que quería, estaba enfadado. Nunca lo había desobedecido, nunca lo había visto enfadado conmigo, siempre soy muy complaciente con él. Hoy era distinto.
-Has tardado mucho -Me dijo.
-Me han entretenido en el trabajo. -Dije mirando el plato que tenía delante con la servilleta perfectamente doblada. La cogí y empecé a redoblar la ya bien doblada servilleta. No podía mirarlo a los ojos y ocultarle la verdad... quería que me llevara a casa y entregarme a él de la forma que él quisiera, como y de la forma que él quisiera. Quería sentirme suya, quería complacerlo. Pero hoy quería ser mala.
-Bueno si ha sido el trabajo no hay nada que hacer. -Dijo volviendo a un tono más normal en él.
Levanté la vista y lo miré a los ojos sorpredida por su cambio de actitud.
-Cielo no estoy enfadado. No has podido hacer nada a pesar de que sabías que te estaba esperando ¿Verdad? -Dijo acariciando mi mejilla con el dorso de los dedos. Yo bajé la vista a la servilleta otra vez y asentí. ¡¡¡Le estaba mintiendo!!!
Este juego ya no se sentía tan bien como me lo estaba imaginando pero aun así seguí con él.
Llegó el camarero y pedimos la cena. Hablamos de lo que nos habíamos pasado en el día, cosas sin importancia y bastante naturales. Pero no me tocó más en toda la cena, no hubieron roces sutiles ni siquiera una sola mirada ardiente por muy picante que quisiera hacer la conversación. Nada de lo que hiciera lo hacía reaccionar.
El juego ya no me estaba gustando, ya no era un juego. ¿Qué estaba haciendo?
Al terminar la cena nos fuimos a casa, decía que estaba cansado del trabajo. No dimos ningún paseo por las calles de la ciudad ni hubieron risas. Pero aun me quedaba la esperanza de que al llegar a casa me hiciera suya de la forma que él quisiera. Pero no fue así.
Me ordenó que me desnudara y yo con impaciencia lo complací.
-Vamos a dormir -Dijo cuando me vio en ropa interior. Y dándose la vuelta se quitó la ropa y se metió en la cama.
Ese fue el detonante. Algo en mi se rompió y corrí a arrodillarme junto a la cama sin tocarlo, sabía que lo había hecho mal, cómo lo había decepcionado y que había sido mala, sabía que estaba jugando con fuego y que me había quemado. Lloré en silencio unos momentos que se me hicieron eternos. Lo noté moverse en la cama y sentarse en el borde de ella, me vio llorar unos minutos más hasta que posó su mano sobre mi cabeza y mis llantos se intensificaron aún más. Lo había decepcionado, lo había hecho mal, todo mal.
-Mírame -Dijo dándome un ligero tirón del pelo que no me hizo daño. Lo obedecí sin pensarlo. Tenía una mirada fría y me miraba con reproche en los ojos -Dime qué es lo que has hecho.
-Lo he decepcionado Mi Señor, no le he dicho lo que de verdad sentía, me he puesto esta ropa interior para hacerlo enfadar, he llegado tarde a la cena pudiendo haber llegado antes solo porque hoy quería ser mala, quería que me castigara y quería... -Se me quebró la voz entre sollozos pero él fue paciente y dejó que acabara. - Quería ser mala por solo por hoy y quería que usted me castigara.
-¿Cómo querías que te castigara? -Preguntó.
-Como Usted quisiera, de la forma que Usted prefiriera... soy toda suya Mi Señor. Lo siento mucho, he sido la de lo peor. Por favor castígueme por lo que he hecho. -Dije rompiendo a llorar nuevamente.
-Mira al suelo. -Él se levantó de la cama y salió de la habitación dejándome allí sola. y lloré a solas.
Cuando volvió a entrar a la habitación dejó algo en la mesa de noche.
-Levanta las muñecas -Se las ofrecí sin pensarlo por encima de la cabeza. Pasó una cuerda alrededor de ellas apretando hasta que sentí cada una de sus fibras en mi piel, picaba y ardía pero no me quejé. Pasó una venda sobre mis ojos anulando mi sentido de la vista y amplificando el resto. Él sabía cuanto me gustaba que hiciera eso, la impaciencia que me causaba el hecho de no verlo.
Me hizo ponerme en pie y me llevó a la cama donde pasó el resto de cuerda que sobro por los barrotes de la cabecera de la cama dejando mis brazos algo tirantes sobre mi cabeza. Me quitó el sujetador negro y las braguitas de encaje negro. Las pasó sobre mis pezones regalándome un anticipo de lo que estaba por venir. Yo no podía parar de sollozar.
-Shh... Me susurró al oído con dureza pero sus actos y sus palabras no expresaban lo mismo. -Quiero que me digas exactamente lo que sientes, si te gusta lo que te hago, todo lo que se te pasa por la cabeza ¿Me he explicado?
-Sí Mi Señor -Contesté inmediatamente. Noté como sus labios se curvaban en una sonrisa sobre mi oído. Y se me escapó un suspiro de placer. Me encantaba saber que lo complacía.
-Así me gusta.
-Lo siento mucho Mi Señor. Castigueme como Usted quiera por favor. -Le rogué.
-Eso lo decidiré yo. -Dijo con dureza dándome la vuelta bruscamente en la cama y dándome una nalgada que sonó más de lo que dolió pero aún así escoció. -A partir de ahora solo hablarás cuando yo así lo pida. ¿Está claro?
-Sí Mi Señor -Mi voz sonó amortiguada por el colchón.
Tenía el pelo esparcido sobre la cama alrededor de mi cabeza de cualquier forma. Noté como se colocaba a horcajadas sobre mi espalda y me recogía el pelo en una coleta alta. Luego fue dejando besos humedos a lo largo de la columna hasta llegar a la curba de mi culo. Ahí paró y me dio otra nalgada, una en cada cachete. Yo jadeaba de dolor y placer. Se separó un poco para observarme mientras separaba las piernas con las rodillas y se colocaba en medio de ellas. Besó cada nalga y dejó que sintiera su barba raspar mi piel enrojecida y sensible por las nalgadas, se volvió a retirar para repartir más nalgadas en cada uno de los cachetes del culo. Notaba cómo el líquido caliente se iba deslizando por entre mis piernas mientras jadeaba y sollozaba rogando por más. Dios! dolía, realmente escocían las nalgadas de Mi Señor pero eran sus manos, era solo por él.
-Dime lo que sientes- Dijo jadeante.
-Duele.
-¿Te gusta?
-Sí...
-Así me gusta. -Dijo y siguió dándome más cachetes intercalando frases -Me recordarás cada vez que te sientes durante una semana. Recordarás quién es tu dueño.
Yo solo podía jadear contra el colchón. Esas palabras solo causaron que más líquido saliera de mí preparándome para él. Me hizo girar la cabeza, quería verme los labios entreabiertos y sabía que eso lo complacería. Posó una mano entre mis piernas empapando su mano de mi.
-Todos tus orgasmos son míos, no lo olvides. ¿Sabes lo que tienes que hacer? -Dijo acariciando con suma delicadeza, transportandome a un mundo de placer inimaginable. Me mordí el labio para evitar gritar de placer. Sonó un cachete y este último dolió mucho más de que los anteriores. -Responde.
-Sí Mi Señor
-Tus jadeos y suspiros son míos también, quiero oírlos. -Dijo introduciendo un dedo en mi haciendo que rozara el cielo. Le entregué todos mis gemidos y la cabeza dejó de pensar para entregarme completamente a mi dueño.
Introdujo el segundo produciendo una oleada de placer que casi hace que callera por el precipicio del placer.
-Mi Señor, casi... -Le rogué en silencio.
-Córrete para mi Cielo. -Susurró sobre el oído mordisqueando el lóbulo de la oreja y pegando su torso a mi espalda, hizo que levantara el culo y que me pusiera de rodillas con el torso sobre la cama aún. Me corrí en sus brazos pero no me dejó tregua y enseguida comenzó a moverlos más rápido, haciendo presión en el clítoris y masajeando las nalgas. El dolor se mezcló con el placer haciendo que volviera querer romperme en mil pedazos.
-Por favor... -Dije sonando más a un sollozo que a un jadeo.
-Córrete ahora.
Lo hice, me corrí dos veces más hasta que ya no tenía más fuerzas para más. O eso creía hasta que sacó los dedos y se introdujo hasta el fondo en mi de golpe y sin previo aviso dejandome jadeante de nuevo.
-¡Mi señor! -Grité de placer.
-Eso es, entrégate a mí Nena. -Dijo desatandome la venda que tenía en los ojos permitiendo verlo y eso me excitó todavía más si cabía.
Lo complacía verme así y eso me llenó por dentro. Moví las caderas con él y acabó dentro de mí no sin antes asegurarse de que yo me había corrido dos veces más. Cuando terminó me recostó en la cama de lado mientras los dos jadeábamos por el placer experimentado. Luego de unos minutos me besó en el hombro y me desató las muñecas. Tenía marcas en ellas y me las frotó con delicadeza y las besó haciendo que mi cuerpo se relajara hasta quedar casi rendido. Me desató el pelo y buscó una toalla húmeda para limpiarme los restos que había dejado dentro de mi. Me hizo sentir llena, complacida...
-Duerme Cielo. -Dijo besandome en los labios con cariño. -Lo haz hecho bien. -Dijo repartiendo más besos por mi cuello. Nos tapó con edredón e hizo que apoyara mi cabeza en su hombro. -El castigo comenzó en la cena Nena. Mientes fatal.
Fue lo último que escuché antes de quedarme dormida sabiendo que había sido perdonada y que me había entregado nuevamente al hombre de mi vida, a Mi Señor, a mi dueño, a mi Amo.
Una tarde de domingo, descansando tranquilo en la toldilla de mi Galeón.
La Nao recién ventilada,los estantes y camarotes limpios,la quilla lijada y limpia de incrustaciones ,velas nuevas y la Jaima de mi toldilla renovada.
Ahora solo me queda zarpar de nuevo, y dejarme mecer y llevar durante un corto espacio de tiempo por las olas,quedarme al pairo y disfrutar del brillo de la luna y las estrellas que pueblan las noches de este maravilloso mar que es el Sadomasoquismo y la Dominacion.
Disfutar de su reflejo en el espejo de sus aguas....y esperar.
Y para acompañarme hasta el momento de soltar todo el trapo y navegar por aguas mas profundas y reales.....nada mejor que comenzar con..."Olvido".....y Fangoria.
Y como no.....
Postrada a Sus pies, toco el infinito.
Su esclava eterna, amarrada a Sus antojos.
Nadie más en esta mente ni en este cuerpo, mi Dueño.
Sometida libremente a Usted.
Esta piel, dibujada por Sus deseos, Le nombra siempre.
Poema lascivo y elegante escrito en mi interior por mi Señor.
Su flor extraña y misteriosa,
Su brunia, es y será perpetuamente
Suya, mi querido y adorado Amo.
brunia de B.